sábado, 30 de abril de 2011
Nota sobre el libro El Cabo Savino en diario El Chubut
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miércoles, 27 de abril de 2011
Muestra Tres y Compañía
Con motivo del 75 aniversario de la Biblioteca Popular J. A. Roca, se encuentra en exposición en sus instalaciones la Muestra de historietas, dibujos, caricaturas y humor gráfico titulada “TRES y COMPAÑÍA” integrada por Nestor Confaloniéri, Chelo Candia, Serafin y la participación especial de la muestra itinerante del grupo La Duendes – Historieta Patagónica.
En la misma se exhiben trabajos originales realizados en variadas técnicas de los tres autores, el escultor y dibujante Confaloniéri saca a relucir una bella serie de retratos caricaturescos, Chelo Candia, muralista e historietista despliega unas contundentes páginas de historietas donde se tratan temáticas altamente sensibles, y el ilustrador Serafin cuelga un surtido de obras concebidas con diversas técnicas que van desde el oleo, la acuarela, la tinta china hasta el dibujo pluma y el color digital.
La muestra itinerante de La Duendes contiene trabajos de alguno de los autores que integran dicho colectivo. Páginas de historietas, ilustraciones, tiras, chistes, son parte del material que la componen. Con más de 40 integrantes activos en la actualidad, el grupo centra su actividad en, por un lado, los blogs (historietapatagonica.
La muestra se podrá visitar en los horarios de atención de la Biblioteca de Lunes a Viernes de 8,30 a 12,30 y de 15,00 a 19,30 y Sábados de 8,30 a 12,30, y permanecerá en exposición hasta el día 31/05 del corriente año, contando con la presencia de los autores participantes el día 29/04 en el acto conmemorativo a celebrarse a las 20 hs.
Los esperamos
Imágenes de la muestra armada
martes, 26 de abril de 2011
Entrevista: TOTO
Continuando con las entrevistas a colegas de La Duendes – Historieta Patagónica, es el turno de Toto, autor de un estilo sumamente personal y caracterizado en diversas notas periodísticas, como dueño de una obra muy “inteligente”.
¿Por qué hacés historietas?
Siempre tuve una fascinación por las historias y por el dibujo, me parece que la historieta, además de todo lo que se ha dicho y teorizado sobre ella, es como una romería, una reunión de historias y de dibujos, que hacen un viaje y yo me encuentro feliz con tan grata compañía.
Tu estilo, tanto en temas como en dibujo, es sumamente personal ¿vos lo sentís así, cómo arribaste a ese estilo?
Mire, me han preguntado porque no le dibujo el marquito a las viñetas y la verdad que, tratándose de que son dos medias esferas que se asoman en vez de marquito tendría que hacerles un corpiño.
La palabra arribar por definición es llegar a algún sitio, me parece que lo que hago todavía esta en camino y no se si alcanzaré algún día el puerto, pero bueno quizás lo prefiero así, quizás para mi es mejor estar llegando siempre.
¿Cuáles dirías que son tus influencias?
De chico me pasaba horas mirando a los horneros, como armaban su nido de barro y paja con el pico, como de a poco les quedaba un rancho macanudo que a más de un gaucho le hubiera gustado tener. Fantaseaba con la idea de que si estas aves tuvieran manos llegarían a construir edificios de varios pisos con puentes colgantes incluidos.
Con el tiempo, de grande, me fui dando cuenta que lo que admiraba en realidad era su limitación natural.
Mi mayor influencia es el arte de las primeras civilizaciones, Sumerios, Egipcios, Asirios, Babilónicos, Persas, en fin. Pero principalmente los egipcios, estos tipos estuvieron haciendo sus representaciones humanas solamente de perfil por mas de tres mil años y a ningún crítico se le movió un pelo.
Mis dibujos, los de mis personajes, son una permanente búsqueda en una autolimitación personal.
Por trabajos tuyos que han salido publicados en los libros de La Duendes, te elogiaron en notas periodísticas, calificándolo como “inteligente” ¿Son un incentivo esas críticas?
No se si serán tan inteligentes, eso dicen y se los agradezco. Sucede quizás que hoy en día el pensar y utilizar el espíritu crítico en el análisis de las cosas cotidianas esta visto como una trasgresión, entonces cuando empezas a sacarle el jugo a algún tema te empiezan a mirar como bicho raro, y empiezan a buscarle rótulos a lo que haces. Entonces aparece que este es minimalista, que el otro es humor absurdo y a mi me habrá tocado ese que dice usted.
Se que te gusta mucho la historieta europea, sobre todo la francesa ¿qué destacarías de la misma, sus particularidades?
Hoy en día la bande desinée es arte puro, no me canso nunca de recorrer blogs donde la variedad en estilos de dibujo, las técnicas utilizadas y los temas que tocan son asombrosos.
Y principalmente hay una corriente joven que esta provocando una verdadera revolución, quizás ahora no nos demos mucha cuenta porque coexisten con distintos estilos, pero creo que se hablará así de ella con el tiempo.
Estaría citándole nombres toda la tarde desde Sfar, Blutch, Larcenet, en fin un montón hasta un pibe que viene pisando fuertísimo Bastien Vivès, muy recomendable.
Dejando de lado que es uno de los tres grandes mercados del mundo ¿qué destacarías del mundo editorial francés, en cuanto a qué o cómo se edita? Comparado con lo que o cómo se edita en nuestro país.
El mundo editorial francés es básicamente una industria, si el autor es aceptado por el público, las editoriales ven el negocio y le brindan la oportunidad de publicar. De esta manera se recorre un camino de editoriales chicas de poca tirada a editoriales más grandes y de prestigio.
La diferencia mas grande con nuestro mercado, sin caer en análisis demasiado profundos, es el consumo, en Francia se consume mucha bande desinée y esto hace que los engranajes del sistema editorial estén aceitadísimos, y muy alertas, pendientes de descubrir al próximo autor para publicar.
Además agregaría algo que completaría la repuesta de la pregunta anterior. Algo muy notable es lo que esta pasando con internet, cada día son mas y mas los autores que inician su carrera publicando en sus blogs personales o en blogs cooperativos y que de ahí saltan al papel. El ejemplo mas claro de esto es lo que esta haciendo Manolosanctis.
Se sabe que el mercado argentino de historietas no es lo óptimo que podría ser o supo ser algunos años atrás. Vos, como autor que reside en el interior ¿sentís que tenés que hacer frente a más adversidades que otro que está cerca de las grandes editoriales o los espacios de difusión nacional? Adversidades en cuanto a posibilidades de publicar, de difusión de tu trabajo, de valorización, etc.
Acá voy a hacer una breve salvedad, depende mucho del autor lo que este quiere lograr, si el tipo cree que lo que produce es bueno y se propone publicar en algún diario de tirada nacional o en otro medio impreso, es él mismo el que tiene que pelear por ese sueño, y sufrir penurias y carencias por alcanzar ese objeto de deseo.
Ahora bien, en Buenos Aires hay muchísimas más posibilidad de que ese sueño se cumpla, lo cual no quita que se tenga que pelar las rodillas por los pasillos para que le miren la carpeta, pero es allá.
Los del interior, y eso usted lo sabe muy bien, tenemos que luchar con la distancia y lo que esto significa en los costos del trasporte. Esto hace que muchos buenos autores se acobarden y queden por el camino y se pierdan.
Pero tenemos que buscarle la vuelta, como le dije antes, pelear por ese sueño, es ahí donde aparece la inventiva para darse maña en encontrar la forma de hacer algo desde acá.
Los dibujantes que residimos en cualquier parte del llamado “interior” del país lo hemos charlado o comentado. Cuando se escribe sobre la “historieta argentina”, ese término pareciera que se refiere básicamente a la que se publica en Bs As y se hace una diferenciación (conscientemente o no) cuando es editada desde otro lugar del país, dándole un espacio ínfimo en la prensa, en comparación. ¿Te parece que es así? ¿Historieta argentina no sería la que se edita en todo el país?
Todos sabemos que si estamos en este país y publicamos acá o lo que es mas, si son autores extranjeros, latinoamericanos, yanquis, europeos o chinos, no importa, si publican acá es historieta argentina, que le da laburo a editores, imprenteros, kiosqueros o libreros argentinos, eso no tiene discusión.
Ahora la diferenciación de la usted habla existe, y va seguir existiendo, y la explicación de esto es muy simple, es que los de Buenos Aires están allá y nosotros acá, y después de todo somos nosotros los del interior los que tenemos que ir allá, porque obviamente, ellos no van a venir a golpearnos la puerta para que les mostremos que estamos haciendo. Si trasladamos esto a la difusión, sencillamente para los de Buenos Aires les es mas fácil hablar de un autor que para ellos es local, si se lo pueden cruzar en la calle o programar una cita para un reportaje, en vez a nosotros, tienen que esperarnos que aparezcamos por sus pagos cuando hacen un festival para hacernos la nota.
Pero esto último no debe tomarse como una postura lastimera o de victimización, no para nada, esta adversidad tiene que reforzar nuestras estrategias propias para alcanzar la difusión, y desde ya, la más importante es mantener la calidad en lo que hacemos.
Hoy, tal cual se aprecia en la tele, pareciera que todo se basa en la cantidad de “ruido” que se hace para imponer algo. ¿No se extrañan los tiempos en que la repercusión se basaba sólo en la calidad de los contenidos que te ofrecían?
Si es así. Vivimos tiranizados por los titulares impactantes y catastróficos, y cuanto más escandaloso mejor. La televisión nos ha acostumbrado a ese formato y no es extraño que cualquier cosa que se haga en otro ámbito, diarios, revistas, libros y también historietas, este impregnado con eso.
El “ruido” ensordecedor nos distrae de analizar las cuestiones de fondo, que es el contenido de la historieta que estamos leyendo, generalmente, estamos tan aturdidos que no podemos pensar con la debida claridad, y terminamos consumiendo algo que no nos conforma, pero que no sabemos bien porque es.
Hoy se sigue valorizando más los trabajos que se publican en papel, pero hasta las grandes publicaciones en papel tuvieron que adaptarse y abrir un espacio en Internet. ¿Cómo ves a Internet, hoy en día, como espacio para difundir los trabajos?
Es fundamental.
Internet es la gran vidriera, ahora, es la vidriera de un cambalache, hay de todo y para todos y todo esta ahí embarullado.
Pero es una herramienta perfecta, que hay que aprender a usar, tiene muchísimos beneficios para los historietistas, el principal es su utilización como carpeta de muestra, y el otro es el acceso a comunicarnos entre nosotros sin importar las distancias. Si juntamos estas dos cosas y armamos un lindo grupo tenemos Historieta Patagónica, ¿Qué le pareció?.
Hace dos años publicaste un libro de “Los Esferas”, ¿viene otro en camino?
El próximo libro de los Esferas es como “un grano que esta a punto de reventar”, ¿usted quería un slogan que hiciera “ruido”?, ahí tiene uno.
No che, ahora en serio, tengo dos o tres cabos sueltos que me están haciendo picar la mollera, ni bien los una sale el libro. En realidad tendría material como para hacer uno, pero sería otra recopilación como el primero y este quiero que sea una historia completa. Medio ambicioso lo mío quizás, pero en eso estoy.
¿Cómo ves la historieta argentina en la actualidad, en cuanto a lo que se publica, ya sea en papel como en internet?
La veo en flor, muy pujante, llena de creatividad y de autores nuevos. Será que la vida me a mostrado muchas cosas feas y por eso siempre peco de optimista, no se, yo la veo así.
¿Autores y obras que valorizás?
La más difícil de todas las preguntas, mire, siempre va a quedar alguno afuera, pero poniéndome incómodamente selectivo le diré que voy hacer.
Voy a elegir tres autores que ya no están con nosotros físicamente y tres que están vivos.
Lucho Olivera, Copi y Hugo Pratt.
Limura, Sempé y Joann Sfar.
lunes, 18 de abril de 2011
LOBOS, el regreso. Cuarto Encuentro del Humor y la Historieta: Por José Massaroli
Sólo habían pasado 31 años desde el último Encuentro. De los artistas que estuvimos en el primero, allá por abril de1978, sólo nos reencontramos ahora, los días 8, 9 y 10 de abril, Horacio Altuna, Cacho Mandrafina, Jorge Morahin y yo. ¡Fue un verdadero "volver a vivir"!
La aventura empieza en el Bar Británico, el viernes a eso de las 15.00. Cruza en su coche raudamente la calle Defensa, frente al viejo Parque Lezama, el amigo Carlos Scherpa, alias Oenlao, guionista y editor. Subo, me instalo a su derecha y partimos. El viaje es rápido y tranquilo. Cuando me quiero acordar, estamos fatigando las calles de Lobos en busca de la Sociedad Española, donde se realiza la exposición y se centraliza toda la organización del evento.
Al primero que encuentro al ingresar es al mismísimo Horacio Altuna, creador del Loco Chávez, las Puertitas del Señor López y las chicas más atractivas de la historieta mundial, alma mater de este encuentro al igual que de los tres primeros, Está charlando con Andrés Accorsi, líder de la revista Comiqueando, quien acomoda prestamente los libros que llevó para su stand de venta, entre ellos los de La Duendes.
Oenlao y Massaroli
Amablemente, Altuna me orienta para que se me entregue la acreditación como invitado al evento por la Dirección de Cultura. Atareados y entusiastas lobenses cuelgan los últimos dibujos en los prolijos paneles. Justo a la entrada, se hallan los míos, flanqueados por los del joven valor local Alan Dimaro, a quien agradezco el haberse ocupado de la impresión y traslado de las copias.
Recorriendo el laberinto de paneles lo veo al humorista Guillermo Almeida, viejo y querido amigo de los tiempos de la ADA; ha sido el primero en llegar. Nos abrazamos, charlamos y, después de un tiempo, notamos que no aparecen más colegas, siendo ya la hora de la ceremonia de inauguración, lo que no deja de extrañarme.
Andrés Accorsi y su stand (en primer plano los libros de La Duendes)
Tras el breve acto en que el intendente, Altuna y su gran amigo lobense Beto Benedetti (¡personaje de una de sus historietas!) declaran inaugurado el encuentro, Accorsi vende los primeros libros de ¡¡Juan Moreira!! y la creciente concurrencia nos empieza a pedir dibujos; así que Almeida y yo nos abocamos al trabajo con mucho gusto. ¡Un alegrón la llegada del guionista Jorge Morhain, como siempre! Horas después, cuando el aluvión cesa, me entero que se había dado una charla en el Club Social.
Junto al panel en que se exhibían mis trabajos, justo frente a la entrada.
Llega la hora del almuerzo, esta vez en el Club los Naranjos, a cargo del Coro Polifónico de la Asociación Asilo de Ancianos. Allí van apareciendo nuevos artistas recién llegados. Tras los legendarios ravioles de verdura, que nadie que haya estado en aquellos encuentros de los '70 ha podido olvidar, oimos cantar a muy buenos artistas locales y de pronto, ¡oh, sorpresa!: toma el micrófono el ilustrador Ariel Olivetti y se canta un par de tangos con una voz y una entonación que más de un profesional le envidiaría. La cordialidad de las mozas y los cocineros, como siempre, insuperables.
Habla Cacho Mandrafina ante la atenta mirada de Noé, Olivetti, Risso, Altuna, músicos y comensales
Tras una siesta reparadora en el Country y una cordial charla con Maicas y Risso, regreso a la Sociedad Española. La gente deambula entre los paneles en busca de los artistas, así que ni bien ingreso, tras saludar al recién llegado Alan Dimaro, ambos nos ponemos a trabajar, es decir, a dibujar, como el día anterior, para los chicos y los grandes que nos rodearon inmediatamente, en unas hojitas que que están a la vente a beneficio de distintas instituciones locales.
Morahin anuncia que es, precisamente, ¡el día de su cumpleaños! ¡Qué linda manera de festejarlo!
Dimaro, jugando de local, concita la atención de sus coterráneos, varios de los cuales se llevan su libro Sr. Valdemar 2, donde revela todo un abanico de posibilidades estilísticas que no dejan de interesar al ojo avizor del director de Fierro, Juan Sasturain, quien llega poco después. El lobense, dibujando "en vivo" es un caso serio: dibuja lo que le piden, nada le es ajeno ni difícil; en mi caso, yo me muevo en un arco limitado entre el Pato Donald y su familia y Juan Moreira, pasando por mi personaje Orquídeo Maidana.
Esta vez hay mucha más gente que el viernes y no damos abasto. Por suerte, a la nochecita, terminada la última charla en el Club Social, llega el grueso de los colegas y Alan y yo podemos tomarnos un respiro. Están ahí Sasturain, Jorge Lucas, Max Aguirre, Ignacio Noé y otros "férreos" valores, junto a los ya aclimatados Maicas y Mandrafina. En un momento dado nos miramos con Maicas y declaramos unánimemente: "Ahora sí: ES LOBOS!"
Mandrafina y Maicas dibujan para el público
Cada tanto alguien se lleva mi libro ¡¡Juan Moreira!! dedicado y autografiado, demostrando que la leyenda del gaucho indomable sigue viva en el pago donde encontró su fin y que la gente no sólo lee comics o manga, sino que se interesa mucho cuando se cuenta una historia "de acá".
Dimaro, Morahin, Olivetti, Lunik, Sala, Aguirre, Mandrafina, Maicas, Risso y otros, a la hora de presentarse ante el público
La Cena de Gala, a cargo de la asociación de Ayuda a la Familia y al Niño nos espera en su misma sede. A los postres, tras haber devorado ingentes cantidades de otros riquísimos ravioles, esta vez de ricota, nos presentamos ante la gran cantidad de comensales, explicando quién es cada uno y cómo lo está pasando. Tras un café en La Marina que se prolonga hasta las 3 de la mañana, llega el momento de volver al Country. Ha sido un largo día.
Una de las mesas en la cena del sábado
El domingo tiene clima de despedida desde el vamos. Desayunando en El Country, conoco en persona a Juan Sáenz Valiente, acompañado por su inseparable perro que fue la sensación del evento. Cargando con mi equipaje, me dirijo a la remisería El Gaucho, que se ha encargado de trasladar a los invitados (el hotel queda sobre la ruta, a varios kilómetros del centro). Allí dejo mis bártulos. El verde del campo me llama y no puede resistirme a la tentación de llegarme hasta el parque, a unas pocas cuadras del centro, y tirarme un rato a la sombra de los altos árboles. Sé que el día va a ser largo.
Me cuesta dejar el pastito y la sombra, pero al fin arranco y llego a tiempo para el último almuerzo (¡es dura la vida del artista!), esta vez en el Polideportivo de la Cooperadora del Colegio Nacional. Como siempre, todo está muy bien, sólo que se esperaba más gente de Lobos. Tal vez demasiados eventos en tan poco tiempo: paralelamente al Encuentro se desarrollan unas Olimpíadas Deportivas que contaron hasta con la presencia del gobernador. Las personas presentes despliega la simpatía habitual para con nosotros. Canta una nena de 9 años con una voz maravillosa, vuelve a admirarnos Olivetti con sus tangos. Veo los trabajos de los alumnos de cuarto grado a quienes la profesora Silvana Nicolini les enseña la técnica de la historieta con excelentes resultados.
Afiche de Lobos 78
Los postres marcan el inicio de la estampida: saludos, despedidas, buenos deseos, promesas de reencontrarnos el año que viene, y de pronto, quedamos Cacho Mandrafina, Lucas Varela y Gustavo Sala. Cacho nos acerca a la plaza en su coche y parte para Buenos Aires llevando a los dos humoristas. Me tienta la sombra de una palmera en la plaza, a esta altura empiezo a sentir el cansancio de los tres días y ya no hay hotel en donde dormirse una siesta. Bueno, algo es algo. Contemplo con nostalgia el edificio de la Municipalidad donde se desarrollaran los tres encuentros anteriores; pasan algunos deportistas de las Olimpíadas; la vida continúa en esta tarde de domingo en Lobos, pero el deber me llama; es hora de emprender el camino a la Sociedad Española. No más llegar, empiezan los pedidos de dibujos, otra vez junto a Alan Dimaro.
Se produce un breve cierre del evento, con Altuna y Benedetti anunciando que se capitalizará toda esta experiencia para un nuevo encuentro, ¡el Quinto! a realizarse en abril de 2012. Por su parte, Sasturain señala con precisión un punto muy importante: ¡las instituciones de Lobos han funcionado, y muy bien!
Aún falta para la hora de salida de la combi de Lobos Bus que me llevará de vuelta a Buenos Aires, así que continúo dibujando patos, gauchos y malevos para la gente, que no deja de visitar la muestra, . Pasa a saludar el Secretario de Cultura, Ramiro Leiva, ocupadísimo con un sinfín de eventos que tienen a Lobos como escenario. Alan Dimaro, que también había seguido dibujando, me presentarme a su simpática familia lobense y parte hacia la Capital.
El número 617 de la revista 7 Días del 12 de abril de 1979 vió así el Segundo Encuentro
Así va cayendo la noche. Cuando Accorsi desmonta su stand , comprendo que ha llegado el momento del inevitable adiós. Fuimos los dos últimos invitados en salir de la Sociedad Española . Tres días agitados pero hermosos e inolvidables quedan atrás: En largos momentos, Lobos volvió a ser aquel Lobos. ¿Que faltaron muchas "primeras figuras" invitadas? Sí, pero, como dijo Sasturain: "Vinieron otros". Con mucha buena onda. Seguramente, el año próximo nos volveremos a ver, queridos amigos lobenses. ¡Muchísimas gracias... por TODO!
En el blog de José Massaroli se pueden ver más fotos del evento y los antecedentes de las ediciones anteriores.
viernes, 15 de abril de 2011
jueves, 14 de abril de 2011
Notas sobre La Duendes en Perú y revista del Ministerio de Educación de La Nación
A veces las notas, que también suelen formas de reconocimiento, suelen llegar de lugares y medios que tal vez no se esperaría. Tal es el caso de dos notas recientes que destacan las ediciones en papel y la historia de La Duendes.
La primera de ellas proviene de Perú, del sitio El Lector de Historietas.
La segunda, es una analisis-raconto histórico, realizado por Judith Gociol para la revista El Monitor, editada por el Ministerio de Educación de La Nación. La revista se distribuye en todos los colegios del país.
Muchas gracias a ambos.
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martes, 12 de abril de 2011
Los que hacemos fanzines no estamos DIBUJADOS. (MARZO 2011) Por Oenlao
El típico edifico, casi un antiguo conventillo, tenía un hall central, patio, puertas y ventanas altas, y escalera con peldaños de mármol. En el centro, en una larga mesa, pululaban los fanzines junto a las publicaciones más comerciales del catálogo de Districomix, con monseñor Accorsi al timón. Y después las muy buenas revistas de la escudería patagónica, La Duendes.
Los muy cordiales organizadores del encuentro eran El Bruno, Lubrio y Gory, toda gente que hace o hizo fanzines de historietas. El primero de ellos ya en el año 1997 publicó su primer fanzine, años después llegó su primer libro: Humor Etíliko (Domus Editora); y en la actualidad produce ilustraciones y comics para la revista Billiken. Lubrio es Luis Roldán, cuya opera prima es "4m2", obra que el mismísimo diario Clarín calificó como "La cresta de la nueva ola del comic". También participa en la prestigiosa revista "Papalú". Y del tercero, Gory, podemos decir que es parte fundamental del fanzine de humor “Risotto”.
Ellos habían dicho: "deseamos que el encuentro sea principalmente un espacio para apreciar lo mejor que sabemos hacer y pasar un momento agradable entre colegas". No hay dudas de que lo lograron.
Al principio éramos pocos pero el lugar se fue poblando hasta que en un momento quedó chico. Ahí estaban Gala Comic, Fer Gris, Massaroli (con quien charlamos largo rato de unitarios y federales), Keki (representando La Duendes), Gustavo Sala, Los Lulelelele (Gastón, Polaco, Santos), Salvador Sanz, José Luis Gaitán, y muchos más.
Sobre la carpeta del minucioso dibujante y amigo Guillermo Ortiz charlamos un rato con Eduardo Maicas; y salió la pregunta maldita: "¿Cómo podemos trabajar de esto?" El autor de un genial Barrio Gris amablemente contestó, sin tener culpa del mercado pequeño y los muchos pretendientes; dijo entre algunas ingeniosas salidas, que hay que insistir y que él también quisiera trabajar más de esto.
Fueron dos días. El domingo sólo pude estar un ratito.
Algunos de los fanzines eran: Yo Nen (Peleas Callejeras), Max King 15, las de Lubrio siempre junto a la Papalù, todos los volúmenes del Capitán Supositorio, Reverso, Ultramundo (cómic experimental) y, por supuesto, Demasiados Encapotados y Kahr. No vi el Rissoto.
En una de las habitaciones, con un púlpito muy adecuado para la ocasión, hubo amenas charlas: Brian Janchez y Jorge Palomera presentaron la revista Pelotazo; Claudio Díaz, su libro de literatura fantástica “Relatos de Terra Incógnita”; Claudio Kappel y Javier Rovella explicaron "Cómo vivir del dibujo y no morir en el intento"; y la del impoluto Diego Pares. Estaban también en ese vitamínico menú Ayar B., David Pugliese y Néstor Barrón.
Mientras tanto los verdaderos huéspedes (¿turistas?) del lugar pasaban hacia el baño y a la cocina.
Dos de los muy buenos dibujantes que pude saludar por primera vez personalmente después de admirarlos por internet fueron Mauro Vargas y Germán Cufre... y me quedé con ganas de darles la mano a los más famosos Pares y Scuzzo, con los que no me choqué lo suficiente entre la muchedumbre.
Exponían profesionales que viven de este duro y maravilloso oficio, los que trabajan de otra cosa pero que les encanta hacer historietas y algunos mixtos. También alumnos y profesores. Todos juntos. Tal vez esa era la diferencia de este evento con otros que vimos en los últimos tiempos, de profesionales, de grandes figuras o de promisorias figuras todos ya impuestos en el mercado.
Recordé en algún momento eventos más importantes que tratan de dar un lugar a los fanzines, lugar que finalmente termina siendo generalmente marginal. Algo que hace que nos preguntemos si vale la pena, si a alguien le importa, si es algo obsoleto o si antes tenía más sentido hacer un fanzine. Sólo esa vieja costumbre de victimizarse.
La música en vivo fue el orgullo de mamá.
Algo que no pude comprobar es si pasó por ahí alguno de esos misteriosos personajes, esos ya casi mitológicos seres que nadie sabe si realmente todavía existen, los LECTORES PUROS de historieta.
Fue organizado con distintos objetivos que Viñetas Sueltas, con una repercusión e importancia menor. Fue distinto al Anímate.
Por eso agradezco a quienes organizaron este evento donde la gente que no vive de esto pero que hace y le encanta hacer historieta se expresó, dio señales de vida. Y a algunos colegas más importantes que fueron parte de él, generosamente.
jueves, 7 de abril de 2011
Entrevista: Domingo Mandrafina
Domingo Madrafina es uno de esos autores que para cualquier lector de historietas con algo de lectura detrás, no necesita presentación. Su nombre es marca registrada y se lo asocia de inmediato a grandes obras de la historieta argentina, entre los que se destacan títulos emblemáticos como Savarese con guión de Robin Wood, El Condenado con guión de Saccomanno o las numerosas series en la notable dupla que conforman con Carlos Trillo.
Mandrafina, autor de trascendencia internacional, es uno de los principales referentes de la historieta argentina.
Por A. Aguado
Mandrafina, dibujando al personaje El Condenado.
Taro, Mandrafina, Lalia y Casalla, a principios de 2010, en Bariloche.
Página de la serie Husmeante, con guión de Carlos Trillo, en la revista Don.
Nació en Buenos Aires, en Noviembre de 1945.
Comienzos
Comencé leyendo. Mi papá me enseño a leer, antes de asistir a la escuela. Se sentaba conmigo y me leía las tiras de los diarios, entre tanto yo miraba los dibujos. Desde chiquito tenía una gran tendencia para el dibujo. De una historieta de aquellos años que me acuerdo mucho es de Chapaleo, que la dibujaba Ferro. Me impactaba mucho. Esas lecturas empezaron a generarme la idea que dibujar historietas era una actividad, un trabajo y que quería dedicarme a eso.
Páginas de los episodios iniciales de la serie Savarese, con guión de Robin Wood, en editorial Columba. Clásico entre clásicos de la historieta argentina.
El dibujo
Pero aquello fue muy en los comienzos, porque supuestamente no me iba a dedicar a la historieta. Cuando terminé el secundario, en un comercial, empecé a trabajar en un estudio contable. Pero vi que en ese trabajo no existían muchas posibilidades de progreso. Entre tanto, en la facultad había hecho un tercio de la carrera de sociología, pero no me terminaba de entusiasmar. A esa altura vi la posibilidad de estudiar en IDA, que creo era un desprendimiento de la Escuela Panamericana de Arte. En IDA trabajaban varios profesores de la Panamericana, entre ellos Alberto Breccia. Con Borisoff estudié un año. Con él se hacía dibujo, anatomía. Después, aconsejado por Pablo Pereyra y por algunos trabajos míos que vio Breccia, me incliné por la historieta. Hice el curso específico de historieta con Breccia. Lamentablemente para mí no duró mucho, un año y medio, casi dos años.
A través de la escuela quedé ligado al ambiente. Me acerqué a Lito Fernández, con quien trabajé un año. En ese momento dejé de trabajar en contabilidad para dedicarme exclusivamente al dibujo.
Notable secuencia de unitario realizado con Trillo, para la revista Súperhumor.
Publicando
La primera publicación fue a través de un agente que trabajaba para un editor de Estados Unidos. Pero fue algo muy raro, porque era un editor de segundo o tercer orden. Reciclaba viejas historietas, comics que acá no habían llegado, comics de poca calidad. Mandaba páginas de revistas publicadas en Estados Unidos, acá traducían el guión y en base a eso se armaba otra historieta. Se basaba en lo que podíamos hacer nosotros, que éramos principiantes. Ese fue el modo como comenzamos, algo que te va dando el hábito y la costumbre de dibujar. Fue lo primero profesional en la medida que lo pagaban, pero no tenía la frecuencia de trabajo ni existía la posibilidad de ver la publicación impresa.
Página de la serie Cosecha Verde, con guión de Trillo, que fuera premiada como la mejor del año en Francia, publicada en el país en la revista Puertitas.
En 72, cuando dejé de trabajar como ayudante de Lito Fernández, ingresé a Columba. A la vez, se superpusieron diversos trabajos porque con Medrano hicimos historietas románticas para los norteamericanos. De todo un poquito, pero todo al mismo tiempo.
Después trabajé en Mac perro, un suplemento infantil de historietas de la revista Billiken. Eramos un equipo de tres o cuatro autores. Al principio ahi también estaba Lito Fernández. Cuando Lito se fue continuamos el trabajo en el suplemento con Marchione y Szilagyi. Nos repartíamos el trabajo, uno hacía el lápiz, otro pasaba a tinta, otro terminaba los fondos, otro ponía el color. Era un trabajo un equipo que no duró mucho pero trabajamos bien. Los guiones eran de Jorge Morhain.
Después también trabajé en la revista de historietas Top, dibujando guiones de Morhain. Otra revista fue Turay , también con guiones de Morhain. Eran todas historietas cortas. Top se publicó poco tiempo y Turay menos, se editaron cuatro números y trabaje en tres.
Página de uno de los episodios iniciales de la serie El Condenado, con guión de Guillermo Saccomanno, en la revista Skorpio.
Columba y Record
Columba fue mi primer trabajo estable. Mi primera serie fue de tono romántico. La inició el director de Arte, Antonio Presas, que él también tenía su berretín de dibujante y firmaba como Jorge Rubal. El dejó de dibujarla y yo la continué durante un tiempo, con mi estilo, o tratando de adquirir un estilo. En Columba también dibujaba episodios sueltos y adaptaciones de películas, que se hacían con mucha frecuencia. Dibujar las adaptaciones representó un paso importante, porque me permitió acceder a publicar a color, que otorgaba otro estatus. Pero sobre todo, el pago era mejor.
A partir de ahí me ofrecieron la posibilidad de hacer un personaje. Fue entonces que surgió la idea de Savarese, un poco preguntando qué se quería hacer, qué no. El guionista iba a ser Robin (Wood). La trama de la serie giraba en torno a un policial ambientado en los años 30, un poco influenciado por la película El Padrino, que estaba de moda.(sigue)
Una página de El Condenado, con guión de Saccomanno, en revista Skorpio, donde se destaca el notable manejo de los claroscuros.
El personaje era italiano. Presas siempre buscaba que el dibujante tuviera algo para identificarse con el personaje, algo que resulta un accesorio de color.
Al mismo tiempo realicé El Condenado, con guión de Saccomanno, para editorial Record. De esa editorial me llamaron ni bien se creó. Empecé a trabajar de forma simultánea en las dos editoriales. Eso fue a mediados del año 74, y ya llevaba tres años en Columba. En Record comencé dibujar guiones de Sapietro y de otros guionistas italianos. Después vino lo de Saccomanno, a fines de los 70, en el 78-79 surgieron las dos series, Savarese y El Condenado.
Siempre traté de no estar en un solo lugar
Eso duró hasta que desaparecieron las dos editoriales, de forma casi simultánea. Para entonces ya tenía el contacto con editores donde se publicaban los mismos trabajos. Pero ello era a través de las editoriales, no por contacto nuestro. Entonces nos contactamos directamente y nos liberamos de la intermediación. Comenzamos a trabajar directamente con los editores europeos.
Página de la serie Metrocarguero, con guión de Enrique Breccia, en la primera época de Fierro, 1985.
La Urraca
Las publicaciones en La Urraca, en Súperhumor, Fierro, es simultáneo.
¿Ahí fue el cambio en la gráfica?
Claro, porque fueron historietas autorales, que uno producía con el guionista. Llegaba al editor sin tener una conversación previa. Si bien tampoco había mucho diferencia, porque Savarese, excepto por la conversación con Presas, no se basó en ningún tipo de imposición.
El cambio también se produce en la medida que uno se siente partícipe del tema, cuando se charla la historieta con el guionista, en forma independiente. Cuando es más autoral, uno se hace dueño del proyecto. Después, cuando ya está hecho, recién se lo vende al editor. Es otra actitud.
Influye, al mismo tiempo, que se van sumando años de trabajar como profesional y siempre se va buscando cambiar. Fueron épocas de mucho trabajo.
Página de las recordada y muy elogiada serie de historias mudas que realizaron con Trillo, para la revista Súperhumor.
Algunas muy nombradas fueron las historietas mudas con Trillo
También. Y El Husmeante en la revista Don, que duró tres números, como muchos de esos proyectos que arrancan y se abortan. Después la continuamos para Europa. En el país la editó Doeyo
En Súperhumor había muchos unitarios
Si, ahí hubo muchos unitarios con Trillo. De ahí derivamos a las historietas mudas, una serie concreta, con un hilo coherente. Arrancó con un episodio, nos gustó y seguimos.
El Condenado, como ilustración de tapa de la revista Skorpio 97, 1983.
Mandrafina lector
En la medida que fui avanzando en la profesión, lamentablemente fui perdiendo el carácter de lector. Que me gusta la historieta, no cabe duda. Cada tanto miro algo de lo que se publica. Antes no había tanto material. Ahora es mucha la cantidad de material que hay, pero disperso. Eso te obliga a andar rastreándolo en las comiquerías, en base a lo que alguien te cuenta.
También está Internet. No me gusta leer en pantalla. La historieta tiene su propio relato y mirar los dibujos por páginas sueltas en Internet no me gusta. Ello lleva a una discusión estética gráfica, tal como “mirá como dibuja este”.
Gustos
Reconozco que soy alguien conservador, me siguen gustando los mismos autores que me gustaban al principio, con los que me formé: Pratt, Breccia, Alex Thot o ya más contemporáneo Bernet. Casi todos los que nombré tienen la línea estética de (Milton) Caniff – (Frank) Robins. Es el concepto con el que están armados sus trabajos, ciertas pautas en la composición, el relato, como ponen los personajes. Todo ello se lo va incorporando con el tiempo, pensando en lo que se está haciendo, pensando el concepto de lo que se hace.
Página de la serie Los Misterios de Ulises Boedo, con guión de Trillo, publicada en Súperhumor 12, 1981.
Enseñanza
No me siento a gusto enseñando. Puedo charlar, si me preguntan, si me mandan trabajos, eso no me disgusta. Pero no me gusta la clase organizada, pautada con fecha, hora. La disertación no me sale, no puedo hablar. Cuando se esta charlando, con gente adelante como disparador, que hacen preguntas, eso es diferente. Por ahí, si me piden algo del estilo “hay una charla sobre el desarrollo de la historieta en blanco y negro”, no me sale nada.
Página de El caballero del piñón fijo, con guión de Trillo.
Entrevistas
Por ejemplo, me hicieron una entrevista con una cámara y me preguntaron: “¿cuál es la importancia de la historieta argentina?
Terrible la pregunta
¿Qué contestás? Me trabé todo, empecé a decir pavadas, me olvidé cosas, nombre autores, me equivoqué el orden del tiempo. Son preguntas tan abarcadoras que se debe tener un discurso armado, no se puede improvisar al respecto. Ese tipo de preguntas son muy comunes en las charlas con la gente que no conoce la historieta.
Van con preguntas tan contundentes
Claro, son preguntas tan abiertas. Por ejemplo, a los jugadores de fútbol los entrevistan periodistas deportivos. Entonces es más censillo. Se necesita que las preguntas las haga gente que entiende del tema y que pregunten concretamente. Ello posibilita que la respuesta se vuelva menos vaga.
Cuando hacen una pregunta medio abierta, entonces me doy cuenta que no entienden del tema y me genera ser muy explicativo. Entonces me empiezo a perder en vaguedades para que se entienda. El que sabe del tema, cuando pregunta es más conciso, porque está hablando con sobreentendidos. Pero si hay que abarcar todo sin que el otro sepa nada, se termina hablando del papel, de la marca de la tinta, del plumón. Te lleva a aspectos que son básicos.
Hay que explicar un mundo.
Totalmente, Eso me pasó muchas veces. Yo tiemblo cada vez que se me acercan con las cámaras, sobre todo de gente que termina de hablar con vos y después va a hablar con otro de un asalto a la vuelta de la esquina.
Dragger, con guión de Trillo, en Puertitas 24, 1992.