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Con motivo del 75 aniversario de la Biblioteca Popular J. A. Roca, se encuentra en exposición en sus instalaciones la Muestra de historietas, dibujos, caricaturas y humor gráfico titulada “TRES y COMPAÑÍA” integrada por Nestor Confaloniéri, Chelo Candia, Serafin y la participación especial de la muestra itinerante del grupo La Duendes – Historieta Patagónica.
En la misma se exhiben trabajos originales realizados en variadas técnicas de los tres autores, el escultor y dibujante Confaloniéri saca a relucir una bella serie de retratos caricaturescos, Chelo Candia, muralista e historietista despliega unas contundentes páginas de historietas donde se tratan temáticas altamente sensibles, y el ilustrador Serafin cuelga un surtido de obras concebidas con diversas técnicas que van desde el oleo, la acuarela, la tinta china hasta el dibujo pluma y el color digital.
La muestra itinerante de La Duendes contiene trabajos de alguno de los autores que integran dicho colectivo. Páginas de historietas, ilustraciones, tiras, chistes, son parte del material que la componen. Con más de 40 integrantes activos en la actualidad, el grupo centra su actividad en, por un lado, los blogs (historietapatagonica.
La muestra se podrá visitar en los horarios de atención de la Biblioteca de Lunes a Viernes de 8,30 a 12,30 y de 15,00 a 19,30 y Sábados de 8,30 a 12,30, y permanecerá en exposición hasta el día 31/05 del corriente año, contando con la presencia de los autores participantes el día 29/04 en el acto conmemorativo a celebrarse a las 20 hs.
Los esperamos
Continuando con las entrevistas a colegas de La Duendes – Historieta Patagónica, es el turno de Toto, autor de un estilo sumamente personal y caracterizado en diversas notas periodísticas, como dueño de una obra muy “inteligente”.
¿Por qué hacés historietas?
Siempre tuve una fascinación por las historias y por el dibujo, me parece que la historieta, además de todo lo que se ha dicho y teorizado sobre ella, es como una romería, una reunión de historias y de dibujos, que hacen un viaje y yo me encuentro feliz con tan grata compañía.
Tu estilo, tanto en temas como en dibujo, es sumamente personal ¿vos lo sentís así, cómo arribaste a ese estilo?
Mire, me han preguntado porque no le dibujo el marquito a las viñetas y la verdad que, tratándose de que son dos medias esferas que se asoman en vez de marquito tendría que hacerles un corpiño.
La palabra arribar por definición es llegar a algún sitio, me parece que lo que hago todavía esta en camino y no se si alcanzaré algún día el puerto, pero bueno quizás lo prefiero así, quizás para mi es mejor estar llegando siempre.
¿Cuáles dirías que son tus influencias?
De chico me pasaba horas mirando a los horneros, como armaban su nido de barro y paja con el pico, como de a poco les quedaba un rancho macanudo que a más de un gaucho le hubiera gustado tener. Fantaseaba con la idea de que si estas aves tuvieran manos llegarían a construir edificios de varios pisos con puentes colgantes incluidos.
Con el tiempo, de grande, me fui dando cuenta que lo que admiraba en realidad era su limitación natural.
Mi mayor influencia es el arte de las primeras civilizaciones, Sumerios, Egipcios, Asirios, Babilónicos, Persas, en fin. Pero principalmente los egipcios, estos tipos estuvieron haciendo sus representaciones humanas solamente de perfil por mas de tres mil años y a ningún crítico se le movió un pelo.
Mis dibujos, los de mis personajes, son una permanente búsqueda en una autolimitación personal.
Por trabajos tuyos que han salido publicados en los libros de La Duendes, te elogiaron en notas periodísticas, calificándolo como “inteligente” ¿Son un incentivo esas críticas?
No se si serán tan inteligentes, eso dicen y se los agradezco. Sucede quizás que hoy en día el pensar y utilizar el espíritu crítico en el análisis de las cosas cotidianas esta visto como una trasgresión, entonces cuando empezas a sacarle el jugo a algún tema te empiezan a mirar como bicho raro, y empiezan a buscarle rótulos a lo que haces. Entonces aparece que este es minimalista, que el otro es humor absurdo y a mi me habrá tocado ese que dice usted.
Se que te gusta mucho la historieta europea, sobre todo la francesa ¿qué destacarías de la misma, sus particularidades?
Hoy en día la bande desinée es arte puro, no me canso nunca de recorrer blogs donde la variedad en estilos de dibujo, las técnicas utilizadas y los temas que tocan son asombrosos.
Y principalmente hay una corriente joven que esta provocando una verdadera revolución, quizás ahora no nos demos mucha cuenta porque coexisten con distintos estilos, pero creo que se hablará así de ella con el tiempo.
Estaría citándole nombres toda la tarde desde Sfar, Blutch, Larcenet, en fin un montón hasta un pibe que viene pisando fuertísimo Bastien Vivès, muy recomendable.
Dejando de lado que es uno de los tres grandes mercados del mundo ¿qué destacarías del mundo editorial francés, en cuanto a qué o cómo se edita? Comparado con lo que o cómo se edita en nuestro país.
El mundo editorial francés es básicamente una industria, si el autor es aceptado por el público, las editoriales ven el negocio y le brindan la oportunidad de publicar. De esta manera se recorre un camino de editoriales chicas de poca tirada a editoriales más grandes y de prestigio.
La diferencia mas grande con nuestro mercado, sin caer en análisis demasiado profundos, es el consumo, en Francia se consume mucha bande desinée y esto hace que los engranajes del sistema editorial estén aceitadísimos, y muy alertas, pendientes de descubrir al próximo autor para publicar.
Además agregaría algo que completaría la repuesta de la pregunta anterior. Algo muy notable es lo que esta pasando con internet, cada día son mas y mas los autores que inician su carrera publicando en sus blogs personales o en blogs cooperativos y que de ahí saltan al papel. El ejemplo mas claro de esto es lo que esta haciendo Manolosanctis.
Se sabe que el mercado argentino de historietas no es lo óptimo que podría ser o supo ser algunos años atrás. Vos, como autor que reside en el interior ¿sentís que tenés que hacer frente a más adversidades que otro que está cerca de las grandes editoriales o los espacios de difusión nacional? Adversidades en cuanto a posibilidades de publicar, de difusión de tu trabajo, de valorización, etc.
Acá voy a hacer una breve salvedad, depende mucho del autor lo que este quiere lograr, si el tipo cree que lo que produce es bueno y se propone publicar en algún diario de tirada nacional o en otro medio impreso, es él mismo el que tiene que pelear por ese sueño, y sufrir penurias y carencias por alcanzar ese objeto de deseo.
Ahora bien, en Buenos Aires hay muchísimas más posibilidad de que ese sueño se cumpla, lo cual no quita que se tenga que pelar las rodillas por los pasillos para que le miren la carpeta, pero es allá.
Los del interior, y eso usted lo sabe muy bien, tenemos que luchar con la distancia y lo que esto significa en los costos del trasporte. Esto hace que muchos buenos autores se acobarden y queden por el camino y se pierdan.
Pero tenemos que buscarle la vuelta, como le dije antes, pelear por ese sueño, es ahí donde aparece la inventiva para darse maña en encontrar la forma de hacer algo desde acá.
Los dibujantes que residimos en cualquier parte del llamado “interior” del país lo hemos charlado o comentado. Cuando se escribe sobre la “historieta argentina”, ese término pareciera que se refiere básicamente a la que se publica en Bs As y se hace una diferenciación (conscientemente o no) cuando es editada desde otro lugar del país, dándole un espacio ínfimo en la prensa, en comparación. ¿Te parece que es así? ¿Historieta argentina no sería la que se edita en todo el país?
Todos sabemos que si estamos en este país y publicamos acá o lo que es mas, si son autores extranjeros, latinoamericanos, yanquis, europeos o chinos, no importa, si publican acá es historieta argentina, que le da laburo a editores, imprenteros, kiosqueros o libreros argentinos, eso no tiene discusión.
Ahora la diferenciación de la usted habla existe, y va seguir existiendo, y la explicación de esto es muy simple, es que los de Buenos Aires están allá y nosotros acá, y después de todo somos nosotros los del interior los que tenemos que ir allá, porque obviamente, ellos no van a venir a golpearnos la puerta para que les mostremos que estamos haciendo. Si trasladamos esto a la difusión, sencillamente para los de Buenos Aires les es mas fácil hablar de un autor que para ellos es local, si se lo pueden cruzar en la calle o programar una cita para un reportaje, en vez a nosotros, tienen que esperarnos que aparezcamos por sus pagos cuando hacen un festival para hacernos la nota.
Pero esto último no debe tomarse como una postura lastimera o de victimización, no para nada, esta adversidad tiene que reforzar nuestras estrategias propias para alcanzar la difusión, y desde ya, la más importante es mantener la calidad en lo que hacemos.
Hoy, tal cual se aprecia en la tele, pareciera que todo se basa en la cantidad de “ruido” que se hace para imponer algo. ¿No se extrañan los tiempos en que la repercusión se basaba sólo en la calidad de los contenidos que te ofrecían?
Si es así. Vivimos tiranizados por los titulares impactantes y catastróficos, y cuanto más escandaloso mejor. La televisión nos ha acostumbrado a ese formato y no es extraño que cualquier cosa que se haga en otro ámbito, diarios, revistas, libros y también historietas, este impregnado con eso.
El “ruido” ensordecedor nos distrae de analizar las cuestiones de fondo, que es el contenido de la historieta que estamos leyendo, generalmente, estamos tan aturdidos que no podemos pensar con la debida claridad, y terminamos consumiendo algo que no nos conforma, pero que no sabemos bien porque es.
Hoy se sigue valorizando más los trabajos que se publican en papel, pero hasta las grandes publicaciones en papel tuvieron que adaptarse y abrir un espacio en Internet. ¿Cómo ves a Internet, hoy en día, como espacio para difundir los trabajos?
Es fundamental.
Internet es la gran vidriera, ahora, es la vidriera de un cambalache, hay de todo y para todos y todo esta ahí embarullado.
Pero es una herramienta perfecta, que hay que aprender a usar, tiene muchísimos beneficios para los historietistas, el principal es su utilización como carpeta de muestra, y el otro es el acceso a comunicarnos entre nosotros sin importar las distancias. Si juntamos estas dos cosas y armamos un lindo grupo tenemos Historieta Patagónica, ¿Qué le pareció?.
Hace dos años publicaste un libro de “Los Esferas”, ¿viene otro en camino?
El próximo libro de los Esferas es como “un grano que esta a punto de reventar”, ¿usted quería un slogan que hiciera “ruido”?, ahí tiene uno.
No che, ahora en serio, tengo dos o tres cabos sueltos que me están haciendo picar la mollera, ni bien los una sale el libro. En realidad tendría material como para hacer uno, pero sería otra recopilación como el primero y este quiero que sea una historia completa. Medio ambicioso lo mío quizás, pero en eso estoy.
¿Cómo ves la historieta argentina en la actualidad, en cuanto a lo que se publica, ya sea en papel como en internet?
La veo en flor, muy pujante, llena de creatividad y de autores nuevos. Será que la vida me a mostrado muchas cosas feas y por eso siempre peco de optimista, no se, yo la veo así.
¿Autores y obras que valorizás?
La más difícil de todas las preguntas, mire, siempre va a quedar alguno afuera, pero poniéndome incómodamente selectivo le diré que voy hacer.
Voy a elegir tres autores que ya no están con nosotros físicamente y tres que están vivos.
Lucho Olivera, Copi y Hugo Pratt.
Limura, Sempé y Joann Sfar.
A veces las notas, que también suelen formas de reconocimiento, suelen llegar de lugares y medios que tal vez no se esperaría. Tal es el caso de dos notas recientes que destacan las ediciones en papel y la historia de La Duendes.
La primera de ellas proviene de Perú, del sitio El Lector de Historietas.
La segunda, es una analisis-raconto histórico, realizado por Judith Gociol para la revista El Monitor, editada por el Ministerio de Educación de La Nación. La revista se distribuye en todos los colegios del país.
Muchas gracias a ambos.
Domingo Madrafina es uno de esos autores que para cualquier lector de historietas con algo de lectura detrás, no necesita presentación. Su nombre es marca registrada y se lo asocia de inmediato a grandes obras de la historieta argentina, entre los que se destacan títulos emblemáticos como Savarese con guión de Robin Wood, El Condenado con guión de Saccomanno o las numerosas series en la notable dupla que conforman con Carlos Trillo.
Mandrafina, autor de trascendencia internacional, es uno de los principales referentes de la historieta argentina.
Por A. Aguado
Nació en Buenos Aires, en Noviembre de 1945.
Comienzos
Comencé leyendo. Mi papá me enseño a leer, antes de asistir a la escuela. Se sentaba conmigo y me leía las tiras de los diarios, entre tanto yo miraba los dibujos. Desde chiquito tenía una gran tendencia para el dibujo. De una historieta de aquellos años que me acuerdo mucho es de Chapaleo, que la dibujaba Ferro. Me impactaba mucho. Esas lecturas empezaron a generarme la idea que dibujar historietas era una actividad, un trabajo y que quería dedicarme a eso.
El dibujo
Pero aquello fue muy en los comienzos, porque supuestamente no me iba a dedicar a la historieta. Cuando terminé el secundario, en un comercial, empecé a trabajar en un estudio contable. Pero vi que en ese trabajo no existían muchas posibilidades de progreso. Entre tanto, en la facultad había hecho un tercio de la carrera de sociología, pero no me terminaba de entusiasmar. A esa altura vi la posibilidad de estudiar en IDA, que creo era un desprendimiento de la Escuela Panamericana de Arte. En IDA trabajaban varios profesores de la Panamericana, entre ellos Alberto Breccia. Con Borisoff estudié un año. Con él se hacía dibujo, anatomía. Después, aconsejado por Pablo Pereyra y por algunos trabajos míos que vio Breccia, me incliné por la historieta. Hice el curso específico de historieta con Breccia. Lamentablemente para mí no duró mucho, un año y medio, casi dos años.
A través de la escuela quedé ligado al ambiente. Me acerqué a Lito Fernández, con quien trabajé un año. En ese momento dejé de trabajar en contabilidad para dedicarme exclusivamente al dibujo.
Publicando
La primera publicación fue a través de un agente que trabajaba para un editor de Estados Unidos. Pero fue algo muy raro, porque era un editor de segundo o tercer orden. Reciclaba viejas historietas, comics que acá no habían llegado, comics de poca calidad. Mandaba páginas de revistas publicadas en Estados Unidos, acá traducían el guión y en base a eso se armaba otra historieta. Se basaba en lo que podíamos hacer nosotros, que éramos principiantes. Ese fue el modo como comenzamos, algo que te va dando el hábito y la costumbre de dibujar. Fue lo primero profesional en la medida que lo pagaban, pero no tenía la frecuencia de trabajo ni existía la posibilidad de ver la publicación impresa.
En 72, cuando dejé de trabajar como ayudante de Lito Fernández, ingresé a Columba. A la vez, se superpusieron diversos trabajos porque con Medrano hicimos historietas románticas para los norteamericanos. De todo un poquito, pero todo al mismo tiempo.
Después trabajé en Mac perro, un suplemento infantil de historietas de la revista Billiken. Eramos un equipo de tres o cuatro autores. Al principio ahi también estaba Lito Fernández. Cuando Lito se fue continuamos el trabajo en el suplemento con Marchione y Szilagyi. Nos repartíamos el trabajo, uno hacía el lápiz, otro pasaba a tinta, otro terminaba los fondos, otro ponía el color. Era un trabajo un equipo que no duró mucho pero trabajamos bien. Los guiones eran de Jorge Morhain.
Después también trabajé en la revista de historietas Top, dibujando guiones de Morhain. Otra revista fue Turay , también con guiones de Morhain. Eran todas historietas cortas. Top se publicó poco tiempo y Turay menos, se editaron cuatro números y trabaje en tres.
Columba y Record
Columba fue mi primer trabajo estable. Mi primera serie fue de tono romántico. La inició el director de Arte, Antonio Presas, que él también tenía su berretín de dibujante y firmaba como Jorge Rubal. El dejó de dibujarla y yo la continué durante un tiempo, con mi estilo, o tratando de adquirir un estilo. En Columba también dibujaba episodios sueltos y adaptaciones de películas, que se hacían con mucha frecuencia. Dibujar las adaptaciones representó un paso importante, porque me permitió acceder a publicar a color, que otorgaba otro estatus. Pero sobre todo, el pago era mejor.
A partir de ahí me ofrecieron la posibilidad de hacer un personaje. Fue entonces que surgió la idea de Savarese, un poco preguntando qué se quería hacer, qué no. El guionista iba a ser Robin (Wood). La trama de la serie giraba en torno a un policial ambientado en los años 30, un poco influenciado por la película El Padrino, que estaba de moda.(sigue)
El personaje era italiano. Presas siempre buscaba que el dibujante tuviera algo para identificarse con el personaje, algo que resulta un accesorio de color.
Al mismo tiempo realicé El Condenado, con guión de Saccomanno, para editorial Record. De esa editorial me llamaron ni bien se creó. Empecé a trabajar de forma simultánea en las dos editoriales. Eso fue a mediados del año 74, y ya llevaba tres años en Columba. En Record comencé dibujar guiones de Sapietro y de otros guionistas italianos. Después vino lo de Saccomanno, a fines de los 70, en el 78-79 surgieron las dos series, Savarese y El Condenado.
Siempre traté de no estar en un solo lugar
Eso duró hasta que desaparecieron las dos editoriales, de forma casi simultánea. Para entonces ya tenía el contacto con editores donde se publicaban los mismos trabajos. Pero ello era a través de las editoriales, no por contacto nuestro. Entonces nos contactamos directamente y nos liberamos de la intermediación. Comenzamos a trabajar directamente con los editores europeos.
La Urraca
Las publicaciones en La Urraca, en Súperhumor, Fierro, es simultáneo.
¿Ahí fue el cambio en la gráfica?
Claro, porque fueron historietas autorales, que uno producía con el guionista. Llegaba al editor sin tener una conversación previa. Si bien tampoco había mucho diferencia, porque Savarese, excepto por la conversación con Presas, no se basó en ningún tipo de imposición.
El cambio también se produce en la medida que uno se siente partícipe del tema, cuando se charla la historieta con el guionista, en forma independiente. Cuando es más autoral, uno se hace dueño del proyecto. Después, cuando ya está hecho, recién se lo vende al editor. Es otra actitud.
Influye, al mismo tiempo, que se van sumando años de trabajar como profesional y siempre se va buscando cambiar. Fueron épocas de mucho trabajo.
Algunas muy nombradas fueron las historietas mudas con Trillo
También. Y El Husmeante en la revista Don, que duró tres números, como muchos de esos proyectos que arrancan y se abortan. Después la continuamos para Europa. En el país la editó Doeyo
En Súperhumor había muchos unitarios
Si, ahí hubo muchos unitarios con Trillo. De ahí derivamos a las historietas mudas, una serie concreta, con un hilo coherente. Arrancó con un episodio, nos gustó y seguimos.
Mandrafina lector
En la medida que fui avanzando en la profesión, lamentablemente fui perdiendo el carácter de lector. Que me gusta la historieta, no cabe duda. Cada tanto miro algo de lo que se publica. Antes no había tanto material. Ahora es mucha la cantidad de material que hay, pero disperso. Eso te obliga a andar rastreándolo en las comiquerías, en base a lo que alguien te cuenta.
También está Internet. No me gusta leer en pantalla. La historieta tiene su propio relato y mirar los dibujos por páginas sueltas en Internet no me gusta. Ello lleva a una discusión estética gráfica, tal como “mirá como dibuja este”.
Gustos
Reconozco que soy alguien conservador, me siguen gustando los mismos autores que me gustaban al principio, con los que me formé: Pratt, Breccia, Alex Thot o ya más contemporáneo Bernet. Casi todos los que nombré tienen la línea estética de (Milton) Caniff – (Frank) Robins. Es el concepto con el que están armados sus trabajos, ciertas pautas en la composición, el relato, como ponen los personajes. Todo ello se lo va incorporando con el tiempo, pensando en lo que se está haciendo, pensando el concepto de lo que se hace.
Enseñanza
No me siento a gusto enseñando. Puedo charlar, si me preguntan, si me mandan trabajos, eso no me disgusta. Pero no me gusta la clase organizada, pautada con fecha, hora. La disertación no me sale, no puedo hablar. Cuando se esta charlando, con gente adelante como disparador, que hacen preguntas, eso es diferente. Por ahí, si me piden algo del estilo “hay una charla sobre el desarrollo de la historieta en blanco y negro”, no me sale nada.
Entrevistas
Por ejemplo, me hicieron una entrevista con una cámara y me preguntaron: “¿cuál es la importancia de la historieta argentina?
Terrible la pregunta
¿Qué contestás? Me trabé todo, empecé a decir pavadas, me olvidé cosas, nombre autores, me equivoqué el orden del tiempo. Son preguntas tan abarcadoras que se debe tener un discurso armado, no se puede improvisar al respecto. Ese tipo de preguntas son muy comunes en las charlas con la gente que no conoce la historieta.
Van con preguntas tan contundentes
Claro, son preguntas tan abiertas. Por ejemplo, a los jugadores de fútbol los entrevistan periodistas deportivos. Entonces es más censillo. Se necesita que las preguntas las haga gente que entiende del tema y que pregunten concretamente. Ello posibilita que la respuesta se vuelva menos vaga.
Cuando hacen una pregunta medio abierta, entonces me doy cuenta que no entienden del tema y me genera ser muy explicativo. Entonces me empiezo a perder en vaguedades para que se entienda. El que sabe del tema, cuando pregunta es más conciso, porque está hablando con sobreentendidos. Pero si hay que abarcar todo sin que el otro sepa nada, se termina hablando del papel, de la marca de la tinta, del plumón. Te lleva a aspectos que son básicos.
Hay que explicar un mundo.
Totalmente, Eso me pasó muchas veces. Yo tiemblo cada vez que se me acercan con las cámaras, sobre todo de gente que termina de hablar con vos y después va a hablar con otro de un asalto a la vuelta de la esquina.