Hernán Martignone, pese a contar con varios
años de trayectoria como protagonista en el ambiente de la historieta, es una
de las “nuevas voces” del periodismo especializado en la historieta. También es
guionista de historietas y coautor de “Historietas a diario”, libro de enfoque
muy original, que aborda y analiza desde diferentes perspectivas a varios de
los personajes y autores del humor gráfico nacional contemporáneo. Junto a
varios colegas, lleva a delante el sitio “Sobre historieta”.
Esta es la primera parte de la entrevista.
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Hernán Martignone |
Edad, lugar de nacimiento, de residencia
Nací en Capital Federal en 1978, aunque viví en zona sur (Lomas y Lanús) hasta
los 24. Ahora vivo en Caballito.
¿De dónde y cuándo el gusto por la historieta?
El recuerdo más antiguo que tengo de las historietas es de los 6 o 7
años, de revistas como Nippur y El Tony, que me traía mi viejo cuando venía de
trabajar. Me acuerdo específicamente y con mucho cariño de personajes como Nippur
y el Cabo Savino, de los colores tan criticados de esas historietas, y hasta de
la tipografía, tan criticada también. Además leía muchas revistas que canjeaba
en librerías de usados, como las de los personajes de Dante Quinterno
(Patoruzú, Patoruzito, Isidoro) y los libritos de Mafalda que coleccionaban en
la casa de mis primos. Y mis viejos me compraban la increíble Humi (que traía “Bicherío”,
entre tantas otras maravillas), calculo que porque ellos leían Humor y
Sexhumor. En el secundario empecé con los superhéroes, gracias a mi amigo
Martín Casanova (que ahora trabaja de asesor editorial en Ovni Press y fue
compañero mío). Era la época de Perfil editando en la Argentina y de los
“tacos” de la editorial Zinco de España. Y a los 14 leí “El Eternauta” y ya no
hubo vuelta atrás.
¿Cuándo comenzaste a escribir sobre historieta y por qué?
Con regularidad, más o menos en 2004, para la Comiqueando online.
Después del cierre de la revista en papel, Martín Casanova le pidió permiso a
Andrés Accorsi para usar el nombre y reflotarla en la web. Martín me convocó, junto
con Javier Hildebrandt, para que le diera una mano escribiendo notas y después
seguí en la versión en papel cuando volvió. Antes de eso había hecho
colaboraciones para revistas como Samizdat y Alter ego (me acuerdo de una que escribí
sobre el “Y2K” y su representación en la historieta, allá por 1999 o 2000). Lo
que siempre me llevó a escribir sobre historieta fueron las ganas de dar a
conocer las obras que leía y que me gustaban.
¿El ser Licenciado en Letras te resulta un aporte al momento de realizar
análisis de historietas?
Es un aporte desde el momento en que uno en la carrera estudia cómo se
construyen los textos (la estructura narrativa, digamos), les presta atención a
las resonancias, se interesa por la(s) palabra(s) y al mismo tiempo tiene que
producir textos críticos o ensayísticos. Pero tampoco hay que olvidar que la
historieta es una combinación muy elaborada de palabra y dibujo. Entonces ahí
entran otras cuestiones que exceden casi siempre la formación en Letras y que
uno va obteniendo básicamente a través de la lectura (tanto de historieta en sí
como de escritos sobre historieta) y de la investigación.
Publicaste notas sobre historieta y cine en
Comiqueando y Sudestada. ¿Sobre qué temas escribiste?
Una de las primeras notas que escribí para la Comiqueando online, si
no fue la primera, era sobre Nippur (la saga de sus aventuras griegas,
“Hipólita y Teseo” y demás), y entre las primeras también hubo una sobre “Los
clásicos según Fontanarrosa”, uno de los mejores libros de la historieta argentina
de todos los tiempos (por lo menos para aquellos a los que, como a mí, les
gusta el humor, la parodia). Y en general después escribí sobre novedades de
historieta argentina, y tuve una sección que se llamaba “Color local” en la que
abordaba historietas nacionales de distintas épocas y variados géneros.
En Sudestada estuve un par de años. Empecé
con unas columnas breves sobre Inodoro Pereyra y Mafalda para un artículo que
estaba coordinando Pablo De Santis. Enseguida tuve una sección que se llamaba
“Viñetas sueltas”, que empezó con una serie de notas sobre la parte más formal
de la historieta (el tamaño de las viñetas y su impacto en la narración, por
ejemplo). Después la sección se fue volviendo más ecléctica, con reseñas de
historieta argentina, alguna crítica de películas basadas en cómics, cosas por
el estilo.
¿Cómo lector, te interesa algún tipo de historieta en particular, o la
historieta en sí?
Me interesa la historieta en sí, desde la autobiografía hasta la ciencia
ficción, pasando por la fantasía, el policial, etc. Me gusta particularmente la
historieta argentina en todas sus formas, pero también lo que se hace en
Uruguay y en el resto de Latinoamérica, el manga de Japón, el cómic americano
(mainstream e independiente, y especialmente el sello Vertigo), la BD francesa o
francobelga (Hergé, Goscinny y Uderzo, Enki Bilal, Sfar y Blain, Bastien Vivès).
Y uno va descubriendo cosas por los comentarios en los blogs, por las reseñas, por
los libros que lo llevan a otros libros, por préstamos de gente que te dice
“tenés que leer esto”.
Cuando analizás un libro para escribir una
crítica, ¿qué elementos tenés en cuenta?
Como te decía antes, trato de tener en cuenta los elementos que hacen a
cualquier relato (personajes, trama, estilo), sea en el formato o en el
lenguaje que sea, pero sin olvidar que la historieta es uno de esos lenguajes,
y uno bastante particular, interesante y complejo. Y si bien mi formación en el
aspecto gráfico es más bien menor, trato de aprender y de consultar con dibujantes
sobre técnicas, enfoques y demás, para intentar llevar eso también a las
lecturas que hago. En general, y esto lo leí hace poco en una nota que hablaba
de las reseñas sobre historieta, la faz gráfica no suele ocupar más de un
cuarto de una nota, o algo por el estilo. A mí no es que me interese
particularmente aumentar esa proporción, pero sí transmitir que lo que se
cuenta y lo que se muestra aparece como una unidad, como algo “orgánico”, y que
eso influye en el efecto que una historieta quiere lograr sobre el lector.
Sos coautor del libro “Historietas a
diario”, libro que me parece muy original por el enfoque y el tipo de análisis.
Es un libro que se aleja de los acostumbrados para la historieta y en muchos
sentidos aporta una visión muy novedosa al centrarse en una serie limitada de
autores y personajes del humor gráfico. ¿Cómo surgió la idea, cómo fue la
realización y qué repercusión tuvo?
A fines de 2006, las editoras de Libraria (una editorial independiente) le
ofrecieron a Mariano Prunes que presentara un proyecto de libro para publicar,
lo que le interesara. Mariano es el coautor del libro y estudió Historia del
arte como carrera de grado e hizo su doctorado sobre cine en Yale. Retomando la
pregunta anterior, escribir el libro de a dos
estuvo bueno porque él sí tiene una formación gráfica (o de las artes
visuales) muy importante, y entonces pudimos abarcar tanto la parte “verbal” de
la historieta como la parte “gráfica” (que no están separadas, obviamente). A
él se le ocurrió, porque le gustan mucho las tiras, que se podía hacer un libro
sobre tiras cómicas argentinas (un poco de historia y un análisis de su
lenguaje, ya que salvo en el caso de Mafalda no es algo que se haya estudiado
demasiado desde la teoría) y me convocó para escribirlo entre los dos. Lo
primero que hicimos fue delimitar un corpus de ocho tiras (cómicas, no de
aventuras) para poder realizar un análisis más profundo que el que puede
hacerse por cuestiones de espacio en una “Historia de la historieta” (como en la
excelente historia que publicaron Gociol y Rosemberg en De la Flor). Así que tomamos “Mafalda”
(de Quino) como madre y modelo de la tira cómica moderna en nuestro país, y le
sumamos “Inodoro Pereyra” (de Fontanarrosa), “Clemente” (de Caloi), diversos
momentos de la producción de Maitena y Rep, “Gaturro” (de Nik), “La Nelly” (de Mira y Langer) y “Macanudo”
(de Liniers).
Obviamente quedaron muchas afuera, porque
en la Argentina hay una gran tradición de tiras cómicas, pero incluimos algunas
que no nos gustaban y que nos servían sin embargo para analizar ciertos
aspectos o líneas de la tira como medio de expresión. Tratamos de buscar variedad
de estilos, formatos, temáticas y personajes. Sobre esos cuatro ejes analizamos
cada tira, escapándole un poco a la idea de dedicarle un capítulo a cada obra para
enfocarnos en los ejes y en cómo son encarados por los autores. La elaboración
nos llevó un poco más de un año, contando el tiempo que nos llevó pensar el
corpus y la estructura, releer las obras y leer bibliografía y escribirlo (se
publicó en 2008). Cada uno se dedicó a cuatro tiras, pero leíamos los
desarrollos parciales del otro y cerrábamos juntos todos los capítulos. Cuando
estuvo listo, Pablo De Santis nos escribió un muy lindo texto para la
contratapa.
En general tuvimos buenas reacciones, y también
nos encontramos con lectores que no estaban de acuerdo con algunas de las
lecturas que planteamos, lo cual es lógico (y enriquecedor).
Y una linda noticia fue que la CONABIP (Comisión
Nacional de Bibliotecas Populares) compró mil ejemplares del libro y los distribuyó
en bibliotecas populares de la Argentina, por lo cual el libro puede
consultarse o conseguirse ahí además de en librerías.
Hoy llevás adelante el blog “Sobre Historieta”. ¿Qué enfoque le das y qué temas
trata?
La idea del blog, desde el principio, fue la divulgación del mundo de la
historieta (argentina y extranjera), no solo a través de notas sobre algún tema
específico o reseñas de historietas nuevas o clásicas, sino también a través de los anuncios de eventos, charlas
y publicaciones. Tengo la suerte de contar con varios colaboradores, como Mariano
Prunes (que escribe sobre manga), Matías Lértora (que es especialista en
Superman y crítico de cine, y escribe en general sobre adaptaciones de cómics a
la pantalla grande), Martín Casanova (que ha escrito también sobre cine y hasta
sobre “teatro de superhéroes”), Christian Busquier (guionista de cine y docente
que escribe sobre historieta adulta, de la línea Vertigo), Frodo Ballesteros
(que tiene una sección de entrevistas a historietistas nacionales y
extranjeros) y Javier Hildebrandt (que, además de ser guionista, es un gran
experto en historieta y animación y se encarga de la sección “El mundo
animado”, en la que no solo comparte cada mes cuatro cortos animados del mundo,
sino que comenta vida, obra y técnicas de los animadores elegidos). Además, en
la sección “Bienvenidos a la historieta”, participan invitados que no son
lectores habituales de historieta: les presto o les regalo alguna historieta y ellos
hacen una reseña desde su perspectiva de lectores no especializados, dentro de
la tónica de divulgación que tiene el blog.
La próxima semana, la segunda parte de la entrevista