Se trata de la
aparición del libro Hora Tres, Historietas,
Antología 2017 (Buenos Aires, 2016, 200 páginas). Su equipo es el siguiente: factótum:
Julián Blas Oubiña Castro; consultor: Alfredo Grassi; gráfica: Julia Rodriguez;
portada: Franco Martín Viglino. En «Sobre el proyecto» se aclara: “Es una
publicación cultural que no necesariamente persigue fines de lucro, pero sí de
difusión y divulgación del arte narrativo y secuencial, de homenaje a la
tradición de la historieta argentina, y de búsqueda de una síntesis de
pensamiento frente a la historia, evolución y dinámica del medio”. Además, advierte
que el sello Ray Collins Syndicate que figura en la tapa es un tributo al consagrado
guionista Eugenio Zappietro.
En la
publicación aparecen numerosas
ilustraciones (hasta en las tapa y contratapa) de Reina (una de las novias del
Sargento Kirk), como homenaje “…a la historieta de mayor bondad y candidez que
tuvimos.”, apunta Oubiña Castro en una suerte de prólogo. Los autores son Franco
Martín Viglino, Fátima Fuentes, Marcelo Sosa, Jok, Paula Andrade, Laura Gulino,
Derlis, Kundo Krunch, José Muñoz, Lea Caballero, Martha Barnes y Hernán Luis
Castellano.
En El gato y la memoria (guión y dibujos de
Luis García Durán) predominan los contrastes entre el blanco y los detalles en
negro puro. Utiliza los textos para señalar el intento de su protagonista, el gángster
Frank, de recordar lo ocurrido, ya que mientras se está recuperando de un desmayo descubre que se
encuentra herido. El resultado es un conjunto de imágenes vigorosas que
ilustran un guión que mantiene el suspenso y la intriga sobre un asalto que
tuvo complicaciones. Bukowski, del
mismo artista, se inicia con dos poemas del gran exponente del realismo sucio
norteamericano. Uno de ellos finaliza así: “…mis manos muertas/mi corazón
muerto/silencio/adagio de rosas/el mundo en llamas/eso es lo mejor/para mí.” En
la historieta García Durán narra con seguridad y ágil planificación el
derrotero de un perdedor. La última viñeta concluye con una de cita del mencionado
escritor y se transcriben también otros dos
poemas. Según Oubiña Castro, ambas historietas fueron realizadas para el
mercado italiano.
Hernán Luis
Castellano (dibujo) y Oubiña Castro (guión) emprenden en Los actos de codicia un western que presenta un tiroteo entre bandidos,
cuyo motivo recién se conoce al final. El guión atrapa y el dibujo se luce con
el entrelazamiento de viñetas. El mismo dúo es responsable de El revés de la trama –con un grafismo y
un guión sólidos muy diferentes al anterior– y de Ubi Sunt, en la que abunda la sugerencia. En Möbius Crux, a Oubiña Castro lo acompaña Fernando Brancaccio, que
aporta dibujos trabajados con filigranas sobre páginas negras acerca de una
historia fuera del tiempo y del espacio terrestre, en la que impera el horror y
los actos de violencia. El otro espejo
reflexiona sobre la muerte y la inmortalidad, y es Laura Gulino quien da imagen
a textos de Oubiña Castro basados en el primer emperador de China.
Trampa cósmica,
con guión de Alfredo Grassi, relata el descenso de un espacionauta y de un
robot-humanoide en Fobos, un diminuto satélite de Marte que carece de
dimensiones. El texto propone un desarrollo formidable y da pie para posibilitar
una versión literaria. Notable el trazo de Ernesto Melo, hecho de oposiciones
de blancos y negros. Imaginativo el
diseño de viñetas sin marcos y cuya composición se libera de toda normativa. El
prólogo aclara que fue publicada en Skorpio,
y que “La versión actual ofrece un diferente tratamiento estético, pero respeta
a rajatabla el grafismo original”.
Perché lo fai?/José Muñoz en primera persona es un autoreportaje que tiene una extensión de treinta y seis
páginas a tres columnas y en cierta forma constituye un recorrido por la
historieta nacional, en el cual se añora las viejas publicaciones (“El blanco y
negro, el papel berreta con que se hacían las revistas, inclusive la impresión
aproximativa con los colores que Stefan Strocen ponía en la tapa de Misterix, casi siempre corridos, todo
aumentaba el encanto”). Los agudos y
sensibles comentarios del artista están acompañados por sus dibujos, la mayoría
de Alack Sinner. También hay trabajos
de Hugo Pratt y de Ramón Columba y fotos de José Muñoz junto a Alberto Breccia,
Pablo Pereyra, Solano López. Se cita a Milton Caniff, Art Spiegelman, John
Cullen Murphy, Frank Robbins, y aparecen fragmentos de las charlas de Muñoz con
Breccia, Solano, Pratt y Oesterheld. Esta especie de monólogo interior posee un
tono melancólico, tan argentino como porteño. Respecto a su colaboración con
Carlos Sampayo, sobre Alack Sinner opina: “Como personaje nos empezó a ayudar;
y después, cuando se volvió persona, se volvió amigo y compañero.” Más adelante
comenta: “El dibujo, la narración historietística, el arte secuencial, la
literatura dibujada, la figuración narrativa, los papelitos, los manchones,
etc., me sirven de calmante, me ensueñan, me predisponen para trabajar
sentimientos colectivos ante el público, ante mí y ante los famosos otros”. El
escrito está fechado en Buenos Aires, Confitería Saint Moritz-2013.
La extraña historia de mi lápiz (2014), con guión de Roberto Barreiro y dibujos de Edu
Molina, a quienes Oubiña Castro considera “…dos de los más destacados actores
de la escena independiente de los 90”, expone una gráfica estilizada, como si
fueran simples bocetos hechos de líneas. Al fin de cuentas su narración se centra
en un dibujante y su lápiz.
Al servicio de la impunidad, por N.N. –quien “es casi un anónimo en el medio
independiente…”, afirma en dicho prólogo– es un original planteo visual y
narrativo. En Una historia…, el mismo
autor sostiene que la política argentina nunca dejó de reprimir, cualquiera
fuera el gobierno de turno. Es el texto que narra a través del testimonio de un
personaje del cual sólo se ve la cara demacrada por el sufrimiento y la edad
avanzada. Los dibujos no funcionan como cuadritos sino que son ilustraciones de
torturas y otros atropellos.
La nota Las lecturas infantiles y la masividad de la
historieta argentina, de Ricardo de Luca y Oubiña Castro, plantea que las
historietas publicadas por Columba
durante sus años de mayor masividad no eran para chicos sino para adultos,
mientras que en Editorial Columba y la
cultura argentina, dos momentos de intervención, ambos autores distinguen dos acepciones de la palabra cultura:
aquella que solo considera cultas a las personas que saben apreciar las obras
de arte superiores, y la otra, llamada antropológica, más amplia y abierta, que
está relacionada con las maneras de sentir, pensar y actuar de las sociedades. De la historieta argentina al cómic nacional,
por Oubiña Castro, reseña una historia de la historieta argentina y señala las
relaciones de la evolución política y económica (inflación, devaluaciones,
deuda pública, déficits fiscal y de la balanza de pagos, fuga de capitales,
crisis financieras) en la dinámica de la Editorial
Columba –a la cual no deja de alabar– y en el mercado de la historieta
nacional. La nota es extensa (alcanza las veinte páginas de triple columna) y
otorga una especial atención a los fanzines. Da pena leer la recapitulación de
las numerosas revistas de historietas que dejaron de aparecer a partir de 1991.
Excelente y
emotiva la trama de Un lied para el soldado muerto, con guión de Jorge
Morahin, complementado por el arte de Gianni Dalfiume, que emplea expresivos
contrastes de blancos y negros. Muy meritoria la planificación. La tragedia de
la guerra aparece con una intensidad digna del Ernie Pike, de Oesterld-Pratt. El texto inferior de su último
cuadrito dice así: “¡No lloréis! ¡Oh, no lloréis, camaradas!/ ¡Oh, camaradas!
¡No lloréis en el campo de batalla!”. En el prólogo se aclara que fue realizada
para la revista Turay, que dejó de
salir en 1975, en su Nº 4.
Boiled muestra
expresivos dibujos de Renzo Podestá que refieren acciones dinámicas con audaces
angulaciones. Utiliza siluetas blancas sobre fondos de negro pleno. Su guión es
una mezcla de actos sangrientos con elementos de ciencia ficción. Oubiña Castro
opina que Podestá “puede ser considerado el artista más interesante –y
terrible– de la escena independiente argentina”.
El material de HORA TRES es sumamente valioso y –tal
como anuncia el título de esta nota– constituye una auspiciosa iniciativa para
potenciar la historieta argentina.
Germán Cáceres