El llamado “interior” de Argentina cuenta con numerosos autores que por su trayectoria, volumen de obra producida y publicada, calidad de la obra y el reconocimiento de los lectores en las regiones donde residen, alcanzan la categoría de “maestros”. Muchos de ellos son conocidos de forma marginal en el resto del país, debido a que los medios de comunicación de alcance nacional se concentran en la ciudad de Buenos Aires. Para la historia de la historieta argentina estos maestros en su mayor parte han pasado desapercibidos, ya que se la ha escrito basándose casi exclusivamente en lo que se ha publicado en la ciudad de Buenos Aires. Una historia federal aún está por escribirse.
La mayor parte de las grandes urbes del todo el territorio nacional cuentan con “maestros” (que no viene al caso enumerar), que a mayor el tamaño de la ciudad, mayor su número. Del mismo modo, es común que estos autores publiquen a nivel regional y en el exterior, sin pasar por la capital nacional. Una de esas ciudades es Rosario, entre cuyos exponentes más reconocidos se cuentan Fontanarrosa, El Tomi, Osvaldo Laíno, Carlos Barocelli, Manuel Aranda, Max Cachimba, Héctor Reinna, por solo citar algunos de los más conocidos.
Uno de estos autores que ostentan la categoría de maestro, es Esteban Tolj, quien desarrolló la mayor parte de su obra en su región de residencia, alternando con publicaciones en Buenos Aires o el exterior. Tolj es historietista, humorista gráfico, ilustrador, animador y colorista.
Esteban Tolj
Edad, lugar de nacimiento, de residencia
Tengo 47 años, nací en la ciudad de Rosario, donde aún vivo.
¿De dónde y cuándo el gusto por el dibujo?
Simplemente dibujo desde antes de comenzar la escuela primaria, creo que como todo el mundo, aunque yo continué haciéndolo por puro placer. A mi padre le gustaba dibujar y lo hacía muy bien, pero nunca se lo tomó en serio, en su juventud abandonó la práctica, pero continuó con su gusto por la lectura de revistas de historietas, de las que seguramente yo mismo fui aprendiendo algo.
Ilustración de tapa de la revista El Vecino
Tu obra se podría decir que es muy amplia, ya que comprende ilustraciones, historietas, guiones, colorista y dibujos animados. ¿Cómo se dio de desarrollar una obra tan amplia?
No fue calculado, mi gusto por esas disciplinas se dio naturalmente. Cada una tiene su encanto. Aprendí viendo películas en la tele, dibujos animados y leyendo revistas escolares (Billiken, Anteojito) o de historietas (El Tony, D’artagnan, etc.). Luego vinieron el cine y la literatura para ir completando mi formación. Afortunadamente cada día sigo aprendiendo cosas nuevas e intento reflejarlo en mis trabajos.
Ilustración de tapa de la revista El Vecino
De todas, en referencia a los géneros que trabajás, ¿tenés el corazón puesto en particular sobre alguna de ellas o te interesan todas por igual?
Lo que más me gusta es el dibujo animado. Creo que es la síntesis entre la ilustración, la historieta y el cine.
Resultan notables las ilustraciones que realizás desde hace años para la revista El Vecino, tanto por los temas, como por el dibujo y los colores. ¿Partís de alguna premisa en particular para realizarlos? ¿Cómo es su realización?
El Vecino se publica desde hace 28 años, es una revista mensual de información general, con notas que reflejan los sucesos de la ciudad de Rosario. Sus primeras portadas las realizaba el gran dibujante rosarino El Tomi; cuando él se mudó a Barcelona, Carlos Galli el director de la revista me ofreció que las realizara yo. De esto ya hace casi diez años. En principio dibujaba la portada en función de la nota editorial, pero poco tiempo después me dieron libertad total, y asumí ilustrar rincones de la ciudad con alguna situación entre la gente, los vecinos de todas las edades, sexo, condición social. Muchos de esos lugares son conocidos y otros no tanto, ya que la gente en su trajinar diario no repara a conciencia por donde van caminando. A mi me gusta rescatar esos lugares. (sigue)
Tapa de libro y página del mismo
Al principio tomaba croquis del natural, luego empecé a tomar fotos digitales y de ahí realizaba el dibujo con más comodidad en mi mesa de trabajo. Disfruto mucho de la arquitectura, la luz y el color, según la hora del día o las condiciones climáticas, luego le agrego los personajes, “los vecinos”, en alguna situación sutilmente humorística o curiosa, que guarden una anécdota. En resumen es lo que observo a mí alrededor, o el recuerdo de alguna situación vivida por mí o por familiares y amigos. En el 2010, año del Bicentenario, ilustré mes a mes distintos lugares y situaciones de los vecinos de Rosario, según el paso de las épocas, hasta la actualidad. La técnica que utilizo es papel, lápiz, escaneo y le doy la terminación con colores digitales (photoshop).
Ilustraciónes de tapas de la revista El Vecino
Por lo que pude apreciar, publicaste mayormente tus historietas en revistas de Santa Fe y el exterior, como Francia. Como dibujante que reside en el llamado “interior” ¿En Argentina, existen las mismas posibilidades para todos los autores, ya sea para publicar como para la valorización de su trabajo, dependiendo del lugar donde residan?
Creo que desde que existe Internet, las fronteras se borraron y poder ofrecer tu trabajo y que lo publiquen, es algo que es accesible a cualquier dibujante del mundo, sea donde fuere que viva. Ahora, la valoración de tu trabajo en tu propio país es un “fenómeno curioso”, por llamarlo de alguna forma. En la mayoría de los casos se ajusta al refrán “Nadie es profeta en su tierra”, o bien “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”. Es decir que el reconocimiento en tu país comienza cuando las editoriales importantes (casi todas en Capital Federal) te dan un espacio. Es algo histórico. Fontanarrosa no sería lo que es, sino le hubiesen publicado en Bs.As., por darte sólo un ejemplo.
Pero insisto, desde que existe Internet, podés trabajar para cualquier parte del mundo, incluso Bs.As. Creo que no ser reconocido en tu país es apenas una faceta de todas las caras que tiene el mundo de las disciplinas artísticas en general. Tarde o temprano serás reconocido si para algunos vale la pena tu trabajo.
Los temas que abordás en tu trabajo son muy amplios ¿Se debe al tipo de trabajo que realizás?
Se debe a lo que me encargan. Hace años que ilustro libros para niños y manuales de escuela. Me gusta mucho la temática histórica, los cuentos de aventuras de todas las épocas, el relato de género fantástico o de ciencia ficción. Me gusta trabajar para niños a partir de sus ocho años hasta que son adolescentes y jóvenes, o bien para adultos con sentido del humor y ánimo lúdico.
Página de la serie Terrazas
También trabajás en una gran amplitud de formatos, variando hasta el estilo de dibujo, como viñetas humorísticas, tiras, página, etc. ¿Qué diferencia existe al trabajar cada uno de ellos?
Mientras el dibujo sea expresivo, dinámico y mantenga las proporciones con gracia en sus posiciones, movimientos y composición, no me preocupa hacerlo más o menos caricaturesco o realista, ya sea una única ilustración o una historieta. Obviamente me siento más cómodo con la estilización o síntesis caricaturesca, en este caso los límites que te impone el dibujo realista quedan liberados a la imaginación total.
Residís en Rosario, una de las ciudades del que podrían ser consideradas “capitales” culturales del “interior”. ¿Cómo es la vida cultural en ella y en particular para un dibujante?
Siempre podríamos ser más “culturales”, pero es verdad que desde hace unos diez años aproximadamente, en la ciudad de Rosario hay más cabida para la expresión de todo tipo de arte, desde diferentes lugares como pueden ser muestras, convenciones, festivales, encuentros, escuelas, charlas, talleres o espectáculos. Pero lamentablemente hay una ausencia muy notable desde los medios de comunicación, que miran para otro lado en estas cuestiones culturales y no hay un espíritu de apoyo y divulgación, ni qué hablar de producción. Más precisamente desde el lado del dibujo, los diarios locales re-publican tiras de los medios de Bs.As., y la cabida de ilustradores locales es muy limitada, no valorada o directamente ignorada. En lo poco o nada de ediciones literarias o revistas, nunca se considera a los ilustradores locales, salvo contadas excepciones que vienen de la Editorial Municipal, con una pequeña colección de cuentos para niños, o la Escuela Municipal de Animación y la Cooperativa de Animadores de Rosario que pagan un espacio en un canal local para la exhibición del programa de dibujos animados Cabeza de Ratón.
Ilustración de tapa de la revista El Vecino
Tenés una rama de tu trabajo dedicada al gauchesco y temáticas históricas. ¿Sentís alguna preferencia en particular por estos temas, y si es así por qué?
Creo que el gusto por la temática histórica argentina, y en especial en lo referido al gaucho, se lo debo en parte a que asistí a buenas escuelas primarias públicas, a la lectura de las famosas revistas Billiken y Anteojito, y al cine en su vertiente épica y de aventuras. Tengo especial predilección por los westerns, con toda su fuerza dramática, sus personajes, sus conflictos humanos y con la naturaleza. Hay pocas diferencias entre el cowboy y el gaucho; tal vez la más notable sea que aquí la historia del gaucho no alcanzó la dimensión espectacular que nos ofreció el Hollywood de toda la vida. En la Argentina se produjeron apenas una docena de buenas a regulares películas sobre gauchos o historia nacional. En el mundo de la historieta brillaron algunos muy buenos personajes en el género gauchesco (El Huinca, Fabián Leyes, Cabo Savino, Peuhén Curá, etc.), casi todos los mejores dibujantes del país dejaron su interpretación del gaucho y su drama-épico, por ejemplo Juan Arancio, Carlos Roume, Carlos Casalla, José Luis Salinas, Alberto y Enrique Breccia, por supuesto Molina Campos, por citar sólo algunos. Con el tiempo profundicé mis lecturas sobre historia argentina, intentando leer directamente desde las fuentes, aquellos relatos de los que protagonizaron las distintas épocas y dieron cuenta de todos los detalles… (sigue)
Páginas de la historieta Aquí mismo, que forma parte del libro del mismo nombre, sobre temáticas históricas.
… y hay tantos pasajes que nunca se contaron desde la literatura, la pintura, el cine o la historieta, y son tan dramáticos por sí mismos y con tanta riqueza para expresarlos por medio de cualquier disciplina artística, que es toda una invitación a sumergirse en esas historias y dar a luz unos muy buenos relatos. Soy conciente de que la imagen del gaucho es un arquetipo que las clases dirigentes de nuestro país elevaron como un estandarte para que todos los argentinos (en especial, los descendientes de inmigrantes) se sintieran estimulados e identificados por un pasado glorioso de características mitológicas: El Gaucho, nuestro centauro de las pampas, soldado invencible de la Independencia de toda América... mientras que por otro lado, todos los gauchos fueron eliminados sistemáticamente como el aborigen, quienes no entraban en los planes de “civilización y progreso” de la nación. Aún así, la historia del gaucho merece ser contada con todos sus matices, y hay muchísimo para contar, historias inéditas o nuevos puntos de vista que nos permite la perspectiva de nuestra mirada actual.
Página de la serie Terrazas
Como dibujante, al publicar en medios de diferentes regiones, uno a veces nota que entre los lectores ciertos géneros gustan en el interior y no gustan en Bs As y a la inversa. A veces, en comentarios de críticos nacionales de historieta, pareciera que no perciben que existen dos mercados diferenciados en el país, en cuanto a las preferencias de los lectores. ¿Te parece que es así, lo percibís?
Sí lo percibo. Creo que tiene que ver con la vida en las grandes ciudades en comparación con los que habitan pequeñas poblaciones, zonas rurales o con más proximidad a la naturaleza. La mirada de todo es distinta desde esas perspectivas y así sus intereses. Incluso la diferencia se nota si vivís en el centro de una ciudad o en un barrio de la misma. Tiene que ver con el “ritmo” de vida de cada lugar. Aparte, permitime observar que los “críticos nacionales de historieta” viven todos en las grandes ciudades, que para ellos es “su mundo”, todo lo que hay alrededor es una especie de nebulosa. Hay que tomar sus comentarios como de quién viene.
Ilustración de tapa de la revista El Vecino
¿Cómo ves a la historieta en el país, desde tu visión de autor que reside en el interior?
Gracias a las convenciones o encuentros de historietistas que se celebraron en Rosario, aprendí a ver que hay mucho talento en todo el país, más allá de los que nos llegan por publicaciones de Buenos Aires. Otra cosa que también debo agradecer a Internet es que conocí magníficas obras de dibujantes argentinos que son publicados en otras partes del mundo, sin hacerlo en el país. (sigue)
Ilustración con motivo del Bicentenario
Sería genial que se editara más historieta con autores de toda la Argentina, de Uruguay, de Brasil y de toda Latinoamérica, y que su distribución y disponibilidad en cualquier librería especializada en historieta sea moneda corriente. Porque indudablemente autores talentosos que cultivan el legítimo lenguaje de la historieta hay cada vez más, y lectores deseosos de ese material no faltan. Donde se corta ese lazo autor-lector es en la edición y distribución masiva, en la parte empresario-comercial. Pero obviamente los tiempos cambian aceleradamente y aparecen nuevas formas para que ese lazo autor-lector continúe unido, sin intermediarios.
Ilustración de tapa de la revista El Vecino