lunes, 23 de mayo de 2011

EL ETERNAUTA QUE NO PUDO SER. Gustavo Trigo

GUSTAVO TRIGO

(27/9/1940, Rosario-28/7/1999, Roma)

Por Germán Cáceres

Gustavo Trigo, en los años 70.

El talento y el trabajo duro no garantizan la fama y el reconocimiento; éstos necesitan de circunstancias propicias, los favores del azar o del destino, o como se los quiera llamar. Jugando con la ucronía, si la editorial Cielosur no hubiese cerrado por razones económicas la revista Top, y con ello interrumpido la saga de Marc!, y, si, además, la policía no hubiera clausurado el diario Noticias y convertido La guerra de los Antartes en una serie inconclusa, casi seguro que Gustavo Trigo habría alcanzado la gloria. Esta nota –y las que seguramente seguirán difundiéndose en otros ámbitos- tratarán de reparar esa injusticia.


La versión del Sargento Kirk, dibujada por Trigo. Fuente: Rebrote
Más páginas del personaje, dibujado por Trigo se pueden ver en un post de Aquellos Comics

Se le reconoce a Trigo –además de los trabajos mencionados- haber dibujado la continuación de la célebre Sargento Kirk, siempre guionada por Oesterheld, con quien realizó, además de Sherlock Holmes, adaptaciones de importantes filmes para la televisión; La Maga, con textos de Eugenio Mandrini; Serie Negra y Gómez, con guiones de Guillermo Saccomanno; María Vuela, que escribió él mismo; Ángela de los Ángeles, con textos de Horacio S. Meyrialle, y Supervolador, con guión de Horacio Altuna. En su estancia en Roma, ciudad en la que se afincó a fines de la década del setenta, graficó Citta di Notte (1983), con textos de Alberto Ongaro; Dylan Dog (1986), con guión de Tiziano Sclavi; Mack (1987), escrita por Carlos Trillo; Milton Krapp (1989), con guión propio; y Julia (1998), con textos de Giacargo Berardi. Sin embargo, hay otras historietas menos difundidas que revelan su solvencia artística.



Episodio de Jackaroe, dibujado por Trigo, bajo el seudónimo de Marcos Adán, en revista El Tony, 1967.

Buster, que puede tildarse de policial, ostenta un tono melancólico impreso por las agudas reflexiones de Saccomanno (“Monedas, billetes, tienen olor. El olor de la naturaleza humana.”, afirma un prestamista del episodio “Réquiem”, Skorpio, 1982). El estilo de Gustavo Trigo es clásico y dibuja paisajes de Nueva York en planos generales de rotunda calidad. Sus manchas de negro –una de sus marcas de estilo- realzan el grafismo de la historieta. En otro capítulo, “Sleep” (Skorpio, 1983), ya el guión está impregnado de una aureola literaria con descripciones que apelan a imágenes y símiles: “El cielo tenía un color de ropa sucia. Y por las calles se arremolinaba un viento más frío que el aliento de un cadáver.” La narración recurre a elipsis y alusiones, y Trigo se luce emplazando cuadritos con zonas blancas interrumpidas por el trazo de estilizadas y refinadas líneas. Dibujo y textos captan la soledad y tristeza de los personajes a través de una visión amarga de la vida (“Mientras fumaba pensé con menos rabia que vergüenza en la condición humana.”)



Página de episodio de Zero Galván, publicada en Skorpio Extra 10, 1979.

Mabel (Libro de Oro, Super Skorpio, 1986), con guión de Alberto Ongaro, respira también un tono policial, y está relatada con sentido del ritmo y de la síntesis. La viñeta de página entera que inicia la historieta es bellísima y participa del espíritu y de la técnica de la ilustración. Se sitúa en el interior de la una habitación de la mansión de la protagonista y registra con sentido decorativo los lujosos muebles. Hay espléndidos primeros planos del rostro bello y seductor de Mabel, así como se muestra su esbelto y sensual cuerpo. En este primer episodio el dibujante maneja a la perfección varios cuadritos con zonas oscuras ornamentadas de tramas blancas en las que desliza primorosas rayas.

En cambio, en el episodio “El amargo placer de los dioses” (El Tony Color, 1981) de Quincy Romano, con guión de Héctor Gambell -y donde Trigo firma como Marcos Adan-, no se puede ocultar que se trata de una historieta estandarizada y producida en serie. No obstante, la trama es sólida y el dibujante demuestra profesionalismo con sus excelentes planos.



Página de la serie Gomez, con guión de Saccomano, en Súperhumor 7, 1981.

El Sargento Kirk de Trigo apareció en la revista Billiken en 1973 y posee un toque rústico que recrea con vigor el ámbito del Oeste. Además, los caballos están magistralmente dibujados. Hay expresividad en las manchas a pincel que aparecen en la vestimenta, en las caras de los personajes y en los paisajes. Las siluetas negras funcionan como ornatos gráficos y la salida de cuadro de los personajes enfatiza la sensación de movimiento.

Otra serie que continuó en Skorpio Extra fue Precinto 56 (1963), la creación del guionista Ray Collins (seudónimo de Eugenio Zappietro), que prosiguió con el título de Zero Galván, modificando en esta etapa el perfil del personaje.



Página Marc en Top Maxihistorietas 8, 1972.

En Marc! (aparecida en Top, Maxihistorietas completas, julio de 1971) el grafismo de Gustavo Trigo es sumamente original, así como el guión del escritor y poeta Osvaldo Lamborghini. El dibujante utiliza el gris y saca provecho de una estética algo ingenua y pasada de moda para la época, muy en la onda de las historietas italianas que publicaba la revista Salgari en los años cuarenta. A su vez, el texto de Lamborghini es paródico y destila ironía. Todo en Marc! resulta fresco, despreocupado y festivo. El protagonista es el Nº 1 de la policía internacional y vive aventuras inverosímiles: en el episodio “El ocaso de una diosa” se presenta una viñeta de casi una página abigarrada de personajes estrafalarios –aborígenes de Borneo junto a pistoleros con traje y sombrero- que están celebrando una fiesta en un antro que califican de “templo de los amigos de lo ajeno”. Y la despampanante bella “Dama de la caracola” monta, despreciativa, un enorme tigre.

Como si bromeara en complicidad manifiesta con el lector, Lamborguini se hace preguntas sobre la psicología de los personajes y sus insólitas actitudes. Gustavo Trigo apela –como es habitual en él- a creativas y descomunales onomatopeyas. También para exponer una escena de extrema acción organiza una viñeta-página de composición caótica.



Página de Marc, en Top.

En el episodio “Lina Luna, mártir”, Marc proclama –con su gesto característico de hablar con la boca torcida- que “La lujuria está en todas partes. La lujuria es una fiera ... siempre en acecho, que ataca también a las almas inocentes...peor todavía...se infiltra en los objetos inanimados...” Y Lamborghini no sólo cita poemas de William Blake, sino que también emplea descripciones pomposas: “El crepúsculo dibujaba flores de sombra y luz en el gabinete de la seora Roxa, la adivina...”

Por su estilo en esta saga Gustavo Trigo deja entrever su anterior paso por la pintura (realizó exposiciones individuales y en 1964 obtuvo el primer premio en el Anual de Arte Moderno de Rosario). Marc! dejó de publicarse en mayo de 1972.



Página de episodio de Zero Galván, en Skorpio Extra 12, 1979.

A partir de 1970 Oesterheld escribió la primera y breve versión de La Guerra de los Antartes, que dibujó León Napoo (seudónimo de Monghiello Ricci) para la revista 2001 (dirigida por Alejandro Vignatti, un referente de la ciencia ficción), pero debió interrumpirla porque Napoo (que asumía sus trabajos de humor gráfico como Napoleón) se radicó en Francia. La segunda versión, que Oesterheld firmó como Francisco G. Vázquez, con arte a cargo de Gustavo Trigo, empezó a aparecer como tira diaria el 22 de febrero de 1974 en el diario Noticias. La historia comienza a ser contada desde el 13 de marzo de 2001 por el teniente Sabino Torres, “El Coya”, un piloto que está de servicio por unos meses en las bases argentinas de la Antártida. Después, su padre Mateo, que vive en Buenos Aires, continúa refiriendo los acontecimientos.

El guión de Oesterheld abunda en textos, en extensos diálogos y evidencia un apresuramiento que redunda contra las posibilidades del dibujo. Además, más que narrar suministra datos e información sobre la historia. Debe tenerse en cuenta que ya el escritor de cuadritos militaba como jefe de prensa en Montoneros y que según el dibujante “me dictaba las tiras desde un teléfono público”.


Unitario con guión de Saccomano, publicado en Súperhumor 10, 1981.

A pesar de optar por el realismo, Trigo obtiene sobresalientes contrastes de negros y blancos. Sus imaginativas onomatopeyas cobran fuerza y contundencia y exhibe eficacia en la planificación. De esta manera consigue dotar de acción y dinamismo a la historieta, que acentúa con las salidas de cuadro de los personajes y de los aviones que sobrevuelan la Antártida. El despliegue del armamento bélico terráqueo (bombas orbitales, de plutonio y de hidrógeno, cazabombarderos, cohetes intercontinentales) lo realiza el artista con sencillez pero con formidable impacto visual. Las sombras plenas, las tramas trabajadas y los rostros expresivos de dolor dramatizan la historia.

Como en El Eternauta (1957), hay una invasión extraterrestre a cargo de los antartes, que tienen forma humana y llevan máscaras y cascos. Poseen una notable supertecnología, como el lanzarrayos que pulveriza tanto a las personas como a los aviones y tanques de guerra. Se transportan en ovnis cuyos exteriores lucen ribetes y adornos y son invulnerables a los proyectiles que les disparan los argentinos. En poco tiempo los invasores construyen en el hielo antártico una base supermoderna de cien kilómetros de diámetro y más de tres mil metros de profundidad. Los antartes son capaces de producir vibraciones que licuan los cerebros y un inusitado patrullero despliega pinzas metálicas como si fueran patas de araña. En principio, estos conquistadores parecen imbatibles.



Episodio de Ted Marlon, con guión de Robin Wood, publicado en revista Nippur de Lagash 1, 1972, Editorial Columba. En este caso Trigo firma como Marcos Adán.

Los antartes emiten un ultimátum: “REN-DI-CIÓN IN-CON-DI-CIO-NAL DE TO-DA LA TIE-RRA O DEN-TRO DE CIN-CO MI-NU-TOS SE-RÁN ANI-QUI-LA-DAS LAS CIU-DA-DES DE DALLAS...” En este tramo Trigo se luce con la técnica de la aguada y una sorprendente contrapicada muestra la desintegración de la mencionada metrópoli norteamericana. Los gobiernos del planeta declaran su rendición y aquí la historieta acentúa su posición ideológica.

En un planteo similar a la de la citada El Eternauta, los antartes convocan a la firma de un tratado de paz en Stonehenge (ruina prehistórica situada en Inglaterra) y ofrecen (a EE.UU. y Rusia principalmente) el aporte de su tecnología a cambio de que se le entregue la totalidad de Sudamérica. Sólo se opone el Zaire –que es un país desarrollado y de gobierno progresista-, pero los Estados Unidos destruyen al país africano con cohetes intercontinentales.

En la Argentina el peronismo revolucionario está en el poder y gobierna por intermedio de un Consejo. Los porteños convergen espontáneamente hacia la Plaza de Mayo gritando “¡QUE-RE-MOS PE-LEAR! ¡QUE-RE-MOS PE-LEAR!” Y se nutren, según comenta Mateo Torres, del espíritu del “17 de octubre”, y más adelante agrega que: “Los antartes llegaron justo cuando estábamos realizando por fin el mundo nuevo... ¡Cuando por una vez cada hombre empezaba a ser enteramente un hombre!” También varios personajes exponen sus pensamientos: “El imperialismo antarte es lo mismo que el imperialismo yanqui...”; “La invasión antarte a Sudamérica es un pinochetazo corregido y aumentado...”; ”Ya empezaron a desmantelar el maravilloso mundo nuevo de países como Argentina, Cuba, Perú, que estaban terminando de forjar el incontenible avance de estos países hacia el socialismo”. Como sostiene Pablo de Santis “No hubo otro texto de la izquierda peronista que trabajara, en forma de ficción, sus proyecciones políticas”. Resultan sobrecogedoras las imágenes de un ovni amenazador que se desplaza sobre la multitud. Estas escenas de la Plaza de Mayo son las más emotivas de La guerra de los Antartes.



Tira de La Guerra de Los Antares, con guión de Oesterheld.

La resistencia comienza a organizarse a través de grupos barriales que manualmente fabrican vinchas de aluminio para neutralizar las vibraciones que destruyen los cerebros. Y en este punto se interrumpe la historieta porque el 3 de agosto de 1974 el diario Noticias fue clausurado por un decreto del Poder Ejecutivo Nacional.

Respecto al arte de Gustavo Trigo, Felipe Ávila alaba “su dibujo vigoroso, cargado de detalles para las cosas minúsculas como puede ser una baranda externa de un edificio, de esos de N.Y. Un dibujo que podría tal vez haber sido más perfecto si no hubiera trabajado tanto, si, como le pasaba y decía de sí mismo Lucho Olivera: ´hubiera podido tener más tiempo para pensar cada cuadro, cada secuencia`”.

Esperemos que la historia del género haga debida justicia a este dibujante y que la sociedad salde la deuda que mantiene con él, como apuntó el plástico Juárez Conde en el periódico El planeta del 2000 en oportunidad de su fallecimiento.

Germán Cáceres


Episodio de 10 páginas de la serie La Maga, con guión de Mandrini, en Skorpio 59, 1979.
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Bibliografía

Álvarez, Gerardo, “Gustavo Trigo, el gran dibujante de Carcarañá”, en http://cecrel.blogspot.com.

Ávila, Felipe, “De Puño y Letra: Gustavo Trigo”, en http://rebroteorganizandoeventos.blogspot.com.

Ávila, Felipe, “Recordatorios: Gustavo Trigo (1940-1999)”, en http://rebroteorganizandoeventos.blogspot.com.

Bertieri, Claudio, “Los cómics humorísticos ´a la italiana´”, en Historia de los cómics, dirigida por Javier Coma. Toutain Editor, Barcelona, 1982-1983.

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“Estos son los creadores/Gustavo Trigo”, en http://3.bp.blogspot.com.

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Martinez, Carlos R., “Top, aquella revista de Cielosur”, en http://luisalberto941.wordpress.com.

Oesterhel, Héctor Germán y Trigo, Gustavo, La guerra de los Antartes. Colihue, Buenos Aires, 1998.

Tirreno, Atis, “Más material de la revista Top”, en http://luisalberto941.wordpress.com.

“Trigo, Gustavo”, en http//axxon.com.ar.

3 comentarios:

Felipe R. Avila dijo...

¡Qué nota excelente,che!
Y necesaria.
Felicitaciones a German Cáceres, un maestro.
Las páginas de La Maga son impresionantes.Y una muestra clara de adónde podría haber llegado este artista.
Una cosa sola: Guerra de los Antartes (primera versión) con Napoo, sí que está publicada completa.

Anónimo dijo...

la pàgina de Amable Concurrencia es de no creer. Tanta gracia que no la poido craìr! exclamarìa un gaucho judìo.

José Munoz dijo...

la pàgina de Amable Concurrencia es excelentìsima, tanta gracia junta no se poide craìr!