miércoles, 22 de junio de 2011

Valorizando una gran obra de la historieta argentina: “Carbajo Ganzúa & Cía”, de Alvarez Cao y Gerardo Canelo (segunda parte)

Tal como sucede con novelas, cuentos o películas, existen historietas que quedan grabadas con afecto en la memoria de aquellos que las leyeron. Tal es el caso de la serie “Carbajo, Ganzúa & Cía”, de Julio Álvarez Cao, en los guiones y Gerardo Canelo en los dibujos. Fue una serie que hasta los lectores que hoy ya no acostumbran frecuentar historietas, comentan al ver un episodio en algún viejo ejemplar de D`Artagnan, de la editorial Columba: “ah, esa serie era relinda, como me gustaba”. Asimismo, fue un trabajo elogiado por profesionales del medio, según le transmitieron personalmente a Canelo (Lucho Olivera, Carlos Vogt, Ricardo Barreiro, Alberto Salinas, entre otros).

Con motivo de diversas características que presentaba, bien podría posicionársela en el inventario de las obras claves de la historieta argentina.

Sin embargo, al ser publicada en una editorial de orientación popular, sobre la que se realizaban una serie de críticas y se edificaron ciertos prejuicios desde el ámbito de la historieta, ha sido totalmente ignorada en las valorizaciones.

Para leer la primera parte

Por Alejandro Aguado


Página de la serie, con un notable diseño.

Diseños de páginas y colores
Un aspecto ya presente en otras de las series dibujadas por Canelo, pero que en Carbajo adquieren un notable refinamiento, son los diseños de página, de escenas de acción. Algunas de esas páginas se cuentan entre los más destacables ejemplos de la historieta argentina. Sin importar la cantidad de viñetas, concreta diseños vigorosos, atractivos, ágiles, que atrapan y resaltan el dramatismo de la acción. Algunos pueden mostrarse exuberantes de movimiento, otros transmiten el drama en cámara lenta.



Escenas de exteriores

El color resulta otro de los valores a destacar. El modo en que fueron aplicados y elegidos tiene razón de ser. Por ejemplo, al rojo se lo utilizó únicamente en disparos y en la sangre. Del mismo modo los emplearon (contando al blanco del papel) para dar profundidad, variar planos o idea de luces y sombras. Por ejemplo, a un personaje en primer plano le asignan un violeta oscuro para apagarlo, mientras que a otros, secundarios dispuestos en un plano lejano, se los colorea con amarillo o un naranja para centrar la atención en ellos.

Con el manejo de los colores también se narra. En este caso, muestran personalidad y que fueron utilizados a conciencia, que atrás hay un creador (o varios) que sabían lo que hacían y lo pusieron en práctica.



Análisis de color en página: En esta página, los colores verde y naranja cumplen la función de centrar la lectura visual en los personajes a los que se les aplicaron los colores. A los colores amarillo y violeta se los utilizó para dar idea de luces y sombras, o bien destacar algún texto.

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El guión

El guión, columna vertebral de la serie, fue ideado y escrito mayormente por Julio Álvarez Cao, uno de los grandes guionistas de la historieta argentina. Según lo recuerda Canelo: Julio era un tipo de alta cultura pero con toda la onda puesta en las cosas populares. También tuvo su buena época como dibujante de historietas. El papá de Julio era Eduardo Álvarez, que fue director y gran dibujante de la revista Caras y Caretas en sus mejores tiempos. De allí que Julio, teniendo un padre de corte totalmente intelectual, se codeaba con tipos de alta cultura y también del ambiente político y diplomático”.

Álvarez Cao concibió una trama de aventuras en el sentido clásico: una serie de hechos desencadenan una historia en la que se desarrolla una aventura. Ésta es el motor de las tramas, una sucesión de acontecimientos en el que se mueven los personajes. Es el criterio conque se concibieron las grandes obras y clásicos de la historieta, tanto argentina como extranjera. La guía, el eje vertebral, siempre fue entretener, y la calidad de cómo se realiza depende de los autores.


Analisis de color en página: Esta página se caracteriza por la presencia de colores fríos, utilizados de modo tal que transmiten sensación de que la escena transcurre de noche. El color rojo se encuentra presente sólo en la sangre, para con ello acentuar que el personaje está herido. El color azul se utiliza para “apagar” figuras, ya sea que estén en primer plano o no, y con ello destacar otras de las viñetas. Al color violeta, cuando lo usan en caras y manos, funciona como “sombras”.
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A lo largo de la serie, con una prosa exquisita, fluida y por momentos poética, Álvarez Cao dio vida a personajes queribles, humanos en su comportamiento y sentimientos, con valores con los que el lector se podía sentir identificado. Personajes que resultaría posible encontrar en la vida cotidiana. En ese sentido, la visión de Álvarez Cao retoma la iniciada por Oesterheld, que inauguró mundialmente una historieta de dimensión humana, adulta.

Como un guión debe funcionar acorde con el lenguaje de la historieta, se complementaba con el dibujo, en ningún momento uno prevalece por sobre el otro.

Leyendo los textos, resulta evidente que Álvarez Cao conocía sobre lo que escribía. Ejemplos se pueden enumerar a partir del registro de las formas del habla, típico de aquellos años, y del ambiente en que se mueven los personajes.



En la primera viñeta, los colores están dispuestos de modo que funcionan por planos. Por ejemplo, el color violeta lo que hace es apagar la presencia del personaje que en primer plano llena un vaso. Por su parte, los colores amarillos les otorgan más presencia, centran la atención del lector en los personajes en segundo plano. Un tercer plano lo representan Carbajo y Ganzúa, pintados con naranja. De transcurrir toda la escena en blanco y negro, la figura en primer plano, por su presencia tendría toda la atención del lector. El modo en que se utilizaron los colores, distribuye la atención entre los diversos elementos que componen la escena.

En la segunda viñeta se pueden distinguir tres planos, caracterizados cada uno en importancia por los colores. El color naranja unifica y resalta los tres personajes que protagonizan la escena, los sitúa en un mismo nivel de importancia. El color amarillo funciona conformando un segundo plano y el fondo en blanco y negro, sería un tercer plano. El amarillo en los globitos con los textos, también contribuye a resaltar y unificar la escena.

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Por ejemplo, a lo largo de la serie, desfilan modismos o palabras del lunfardo, tales como: Gomía (amigo), batir – hortiva (soplón, delator), chorro (ladrón), botón – canas – yuta (alusiones a la policía), faso (cigarrillo), falopa (droga), chapar (apropiarse), fato (asunto), pituca (de clase alta), ratonera (trampa), bufoso (revólver), encanar – encamitar (meter preso), el yugo (el trabajo), guardado (preso), fiambre – mortadela (muerto), madriguera (escondite), madrugar (anticipar), por solo enumerar algunos.

Como así también, a partir del apunte de dichos, como: “La vida no valía cinco guitas” (la vida no valía nada), “La orquesta batía” (la orquesta tocaba), “Los fierros polenta” (armas de grueso calibre), “manada de piojos enjoyados” (nuevos ricos), “abran cancha, qué caracho” (que se corran de su camino), “ya nos pueden echar los perros” (los pueden perseguir).

Pero lo más importante es que tal riqueza de registros en el contexto de la historieta se los lee como natural. Los personajes tienen que hablar así, no pueden hacerlo de otra forma. Mal utilizados, esos dichos y palabras podrían sonar falsos, impostados, pero éste no es el caso.



Diseño de página: Esta se podría decir que es una página de plena acción, que desborda en velocidad y movimiento. Comienza con un plano general de los automóviles en carrera, para contextualizar al lector sobre la acción que se sucede, para luego alternar con planos generales con la cámara a la altura del suelo o de las ruedas de los vehículos y planos detalles de los hombres disparándose. La disposición de las viñetas en la página, como los encuadres utilizados, contribuyen a acentuar la sensación de acción violenta.
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Las metáforas y frases de tono poético, también se encuentran presentes en los textos:

“Una pistola atascada es como una espina que se atraviesa en la garganta y no deja respirar.”
- “Sordo como un ladrillo”.

- “El viejo Gauna siente que su corazón se le desarma, como chatarra vieja”.

- “La vieja recova del Paseo de Julio es como un babel horizontal y carnavalesco. ¡Pasen a ver la Flor Azteca! y los cabarutes donde se compran caricias y sonrisas. Y el tiro al blanco y el tiro al negro. La multitud bulliciosa y nocturna tratando de despiojarse la soledad”.

“Se tambalea vapuleado por el ventarrón el farolito rojo. El río viene toro y la crecida ha disfrazado a la ribera de Venecia canallesca.”

No existe un único modo de expresión. Los hay directos y simples o más ricos en matices y Álvarez Cao mejoraba los textos intercalando de forma dosificada frases como las citadas.

Cuando el dibujo no podía plasmar contenidos que hacen al entorno de época, era el texto el encargado de hacerlo. Por ejemplo, cuando dos personajes se mueven en instalaciones del diario Crítica, uno de los principales de aquellos años, es el momento oportuno para brindar un paneo sobre contenidos de la publicación:

“Todo el submundo de la noche rea parece que se da cita en la playa de expedición del diario Crítica. Los lunes emerge Popeye, los miércoles Tarzán y Flash Gordon. ¡Y en colores! Los viernes, Jorge Luis Borges nos castiga con “La historia universal de la infamia”. Los sábados fútbol y carreras bajo la tutela de Last Reason”


En esta página, juegan un rol fundamental los colores, los encuadres y, en particular, el foco puesto en el rostro de la parturienta en las cuatro viñetas circulares situadas al centro de la página. Las viñetas circulares y su disposición en la página, resultan fundamentales para transmitir el “dramatismo” de la situación que se está desarrollando.
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Conclusiones
El estilo de dibujo, los diseños de página, la ambientación visual de la época retratada y el modo de utilizar el color, hacen de la gráfica de la serie Carbajo un trabajo de una calidad excepcional. Aunque en líneas generales se encuadra dentro del material publicado en Columba, específico de la aventura, la forma gráfica que le imprimió Canelo la diferenciaban y distinguían de otras historietas con las que compartía espacio.

Por su parte, los guiones de Álvarez Cao, con historias y personajes “humanos”, se inscriben en la mejor tradición de Oesterheld. Los textos, que se complementan y enriquecen en relación con la gráfica, son obra de un escritor de prosa fluida y rica en matices, que pone en práctica su oficio en función de la historia.

El texto, a la vez que entretiene, permite disfrutar de una gran escritura y conocer formas del habla típicas de la cultura rioplatense.

Hoy en día, Carbajo Ganzúa & Cía puede ser leída de forma independiente a la publicación que la contuvo, sin importar tampoco los años en que fue realizada. Es una serie que se sostiene en el tiempo por sí misma.

Es un trabajo, el de Álvarez Cao y Canelo, que merecía un poco de atención, un análisis mínimo para descubrir la exhuberancia de cualidades. Es una obra que se inscribe entre las claves de la historieta argentina.

Gracias a: Sergio Castro y Germán Cáceres por las sugerencias y la revisión del texto.



El diseño de esta página es un excelente ejemplo de maestría de cómo guiar el ojo del lector. Comienza con el globo de textos sobre un fondo negro que se tiende hacia el extremo derecho de la página. El ojo sigue esa dirección, acentuado a su vez por las lineas que conforman el brazo y el revólver y que se destacan sobre un fondo blanco. Todos los elementos conducen al lector hacia las siguientes viñetas.
Luego el ojo se centra en el círculo central y allí se detiene un momento para analizar las cuatro viñetas unificadas con el círculo y que en conjunto conforman una escena. El color aplicado dentro del círculo es otro elemento que brinda idea de estar observando una misma escena, aunque varien los encuadres.

La sexta viñeta impone una “pausa”.


La página 9 del episodio cuatro, titulado “delantales grises” resulta muy innovadora. No tanto por el diseño clásico de la página, sino por el modo en que se unificaron todas las viñetas. En nueve cuadritos desarrolla una escena en la que, con motivo de una venganza, asesinan a tiros por la espalda al personaje “Ventarron”, un respetado malevo de los suburbios.

Al dividir la página en 9 viñetas, la escena se tornaría de lectura “lenta”, pero al contar con poco texto, el ojo del lector se desplaza ágil de una viñeta a otra hasta arribar al final de la página, cuando recién aparecen dos textos de cierta extensión.

Canelo unificó la página aplicando plenos negros en fondos y vestimentas. Tampoco existen los espacios blancos que comúnmente separan una viñeta de otra, los que se utilizan para dar idea de tiempo que transcurre.

Por la manera en que aplicó y distribuyó el color negro, se logró centrar la atención en los rostros, manos y cuerpos de los personajes. Es decir, en los elementos más expresivos. Otros colores, utilizados con economía y justeza, son el amarillo que se aplicó en los globitos que contienen los textos, el rojo para los disparos de las armas y sangre, y el blanco del papel en los personajes, vestimentas, armas y una pelota de fútbol.

A los encuadres los fue variando en cada viñeta de modo que la totalidad de la escena da idea de transcurrir en cámara lenta. También ayuda a brindar esa sensación el hecho de desarrollarla en nueve viñetas y no en cinco o seis, como bien podría haberlo hecho.

Otro elemento muy importante, pero que hace a la totalidad de la historia, es la pelota de fútbol presente en siete de las viñetas, que sirve para remitir a la niñez de Ventarrón, justo en el momento de su muerte.

Es tanto lo que expresa, a lo que remite y el desarrollo gráfico que le imprime, que resulta una página excepcional, de la talla de un maestro del lenguaje de la historieta.

3 comentarios:

Diego Aballay dijo...

Amé esta historieta, y me fascinaba el trabajo de Alvarez Cao y Canelo. Recuerdo que mucho de lo que ahí aparecía, el ambiente tanguero, los guapos y demás, estaba relacionado con las anécdotas de mi abuelo Tino. Cuando la leía, siempre pensaba en los lugares donde mi abuelo había crecido.
Gerardo, le envío un abrazo fuerte desde su querida ciudad de La Plata.

Diego Aballay.

Carlos Bonardi dijo...

A Gerardo tuve la suerte de conocerlo personalmente, es una gran persona y como así también un gran profecional. En 2 o 3 oportunidades tuve la suerte de ir a su casa, donde me mostro varios de sus trabajos, uno de ellos, Carbajo, Ganzúa y cia. y que además me dio algunos consejos, muy importantes para mi, sobre dibujar historieta.

Anónimo dijo...

Magnífica nota! los felicito a todos... a Gerardo tuve la suerte de conocerlo en un ya lejano Fantabaires '97, yo venía de Rosario, ilusionado con conocer aun tal Robin Wood... Pregunté por Editorial Columba, y me llevaron frente a Gerardo... Y él me explicó y contó un monton de cosas sobre la editorial... luego me carteé con él, y me envió dos hermosos dibujos personalizados de Alan Bradoock y Dago, los que guardo entrañablemente... Saludos, Gerardo querido! Diego, desde Rosario