jueves, 23 de abril de 2009

Escribir guiones – dibujar guiones

Guionistas y dibujantes profesionales, de renombre, se refieren al "guión": cruce con literatura y cine, el oficio de escribir y dibujar, la relación entre guionistas y dibujantes.

A través de Oceanía. Guión: Carlos Albiac, dibujos: Lito Fernñandez. Skorpio Extra.

Carlos Albiac
- ¿Volcaste a la historieta tu experiencia en cine y en televisión?
- Siempre pensé en imágenes. De chico era el que dibujaba bien en el colegio. En las indicaciones para los dibujantes (eso que va entre paréntesis en los guiones), hago un trabajo escenográfico. No creo en la documentación, a la que considero una mentira.
- ¿Querés valorar la ficción narrativamente?
- Exacto. Fijate en los cuadritos de Tardi: no hay fondos, sino que forman parte de lo dramático, de lo que está sucediendo. Casi no uso textos superiores. Cuando los empleo me parece que estoy cayendo en la literatura. En el guión pueden haber frases hermosas, pero en cuanto incursiones en lo literario, te fuiste al otro lado.
- ¿Tu guión es de hierro, como los proponía Pudovkin para el cine?
- Al contrario, como prácticamente carece de superiores, el dibujante goza de amplia libertad. Más que poner indicaciones, charlo con el artista sobre lo que pienso acerca de los personajes, pero por supuesto él puede efectuar cambios.
(…)
- El humor es una de las constantes de la literatura de este siglo. Además de lo que escribís entre paréntesis en el guión ¿vos conversás personalmente con los dibujantes?
- Con algunos si, por ejemplo Oswal, del que soy amigo. A veces llama por teléfono y me dice que ciertas cosas no le gustan. Cada uno cuenta con una concepción ética que se conecta con su idea del mundo. No hablo de la ideología, que está comprendida dentro de esa visión que hace andar a los personajes. Cuando alguien que escribe ficción comenta que su personaje empieza a caminar solo, es que se sacó un fantasma de adentro. Comencé a escribir historietas con el guionista Alvares Cao, el que me dio tres consejos de los cuales olvidé dos, supongo porque deben estar interiorizadas.
- ¿Cuál es el tercero?
- El lector de historietas nunca vuelve atrás. El asunto necesita mostrar claridad (que no es simpleza). Si exhibe un barroquismo innecesario, donde irrumpen personajes que no juegan realmente en la trama, se malogra. Yo primero barrunto un embrión de una idea, y luego le busco razones. Y ahí voy para atrás, indagando por qué y desinteresándome de la pura peripecia. Uno llega a plantear situaciones límite.
(Fierro 71 –primera época-, junio 1990)
Carlos Albiac, además de trabajar en cine, es autor de varias series de la historieta nacional: Alamo Jim y Perdido Joe (con dibujos de Casalla), Aventuras de Oceanía (Skorpio Extra) y Doctor Fogg con Lito Fernández (Fierro), Lord Jim con dibujos de Lalia, Los aventureros con dibujos de García Seijas, etc.

Carlos Sampayo
- En 1972 te vas a vivir a Europa. ¿Habías escrito alguna historieta hasta ese momento?
- No, trabajaba en publicidad, ése era mi medio de vida. No era mi vocación, sino un recurso para vivir. Pero sospeché que no era lo mío ni siquiera como un medio de vida. Es un trabajo muy absorbente. Apenas me fui a Europa traté de establecer otro trabajo. A partir del encuentro con José (Muñoz) descubro que la historieta es un medio donde podía expresarme.
- Hasta ese momento no te había interesado…
- Ni siquiera sospechaba que había una historieta para adultos. Recuerdo una Bienal que organizó Oscar Masotta (la Bienal Internacional de historieta, que se hizo en el Instituto Di Tella en 1968) y que a mí me parecía una extravagancia. Oscar Steimberg, que es mi amigo, había hecho un trabajo sobre Patoruzú y también era para mí una extravagancia. Recuerdo haber visto una exposición de Guido Crepax, que me pareció una impostación de páginas, “demasiado cinematográfico” pensé, “para eso está el cine”. Esa era mi mirada sobre la historieta, hasta que José me facilitó ese espacio. Al principio se juntaron mi impericia con mi necesidad de expresión y de trabajo (…)
- La figura del guionista suele ser ambigua, poco reconocida, casi invisible. ¿Cómo te encontrás en ese lugar?
- A nivel público la diferencia con el dibujante es enorme. El reconocimiento del público es totalmente inferior. Es un sistema ingrato. Pero reconozco el valor de mi trabajo. Yo sé el peso que tiene mi trabajo.
(Pablo De Santis, “Carlos Sampayo en Buenos Aires. Un oficio Secreto, en Fierro 94 –primera época- junio 1992)
Carlos Sampayo
es ampliamente conocido por formar una dupla con el dibujante José Muñoz, con el que crearon el hoy clásico Alack Sinner; un policial del género negro.


Leonardo Wadel
- (…) También me marcó de pibe su famosa Vito Nervio, con dibujos de Alberto Breccia
- Fue una sensación. Salió durante quince años, más o menos desde 1946 hasta 1960. Hasta se habó de llevarla al cine y a la radio. Pero estos proyectos no se concretaron.
- ¿Se documentó para guionar Vito Nervio?
- Siempre me documenté a fondo. Por ejemplo, un episodio de Vito Nervio lo extraje de la revista «Worldwide», que abundaba en detalles sobre un ferrocarril real que cruzaba la selva de Siam, y que era atacado por elefantes salvajes, tigres y panteras. Esta aventura de enorme éxito reflejó mi punto de vista como guionista: «utile e dolce», como decían los antiguos romanos. En lo posible traté que mis trabajos fuesen útiles y agradables a la vez. O sea, no quería escribir aventuritas banales; en Jastinapur el lector aprendió mucho de la India, así como conoció cosas de Siam en esta peripecia de Vito Nervio.
(Entrevista de Germán Cáceres. “Leonardo Wadel, el primer guionista profesional de la Argentina”, en Fierro 85 –primera época- septiembre 1991).
Según Alberto Breccia, Wadell fue el inventor en Argentina de la profesión de guionista.


Leonardo Wadel en 1991.

Oswal
- Esta reatroalimentación me recuerda a John Dewey, que decía que la vida debe entrar en el aula. Además, por otras charlas nuestras sé que te apasiona la literatura.
- La historieta está íntimamente ligada con la literatura, lo único que practica es reemplazar cierta cantidad de palabras por imágenes, pero en el fondo está narrando, contando una historia. Por tanto, son los grandes de la literatura los que nos enseñan en qué orden debemos ofrecer las cosas, cómo presentar un personaje, cómo definir un epílogo o describir un paisaje. Si dibujo un escenario, en mi interior lo estoy pensando como si fuera un escritor. A veces me dicen que mi condición es ser narrador.
- ¿Por qué no escribís guiones ahora?
- He escrito mis propios guiones, por ejemplo Sonomán y Mascarín, y pienso volver a hacerlo: me lo ha impedido la cantidad de trabajo. Hoy día tengo muchas historias que quiero sacar, y en la primera de cambio lo hago. Pero no debemos confundirnos: si sos narrador o escritor y te combinás con un guionista, es difícil que aceptes que una editorial te de un texto de fulano o de mengano para dibujar. No porque sean buenos o malos, sino porque no hay coincidencias.
- Art Spiegelman me dijo en una entrevista que el dibujante tiene que escribir sus guiones. Al citarle a Muñoz-Sampayo, me contestó que ambos piensan como si fueran uno.
- Cuando tomo el guión de una persona es porque la estimo y admiro lo que relata, y puedo agregar cosas sin alterar su mensaje.
(Entrevista de Germán Cáceres. “Oswal. De Sonomán hasta hoy”, en Fierro 70 –primera época-, mayo 1990)

Oswal, refiriéndose a varios guionistas
- Trabajaste con muy buenos guionistas, como Oesterheld, Trillo, Howard, Albiac, Grassi, Barreriro, Yaqui y otros. ¿Qué podés decirme de ellos?
- Para hablar de alguien debo conocerlo muy bien, y eso sólo puedo decirlo en el caso de Albiac y Yaqui. De Oesterheld recuerdo que me asombraba la facilidad que tenía para escribir sus guiones. Muchas veces hallaba a su secretaria, en la época de «Hora Cero», pasando a máquina lo que él había grabado y que oía a través de auriculares. Una vez que caminábamos con Héctor por Florida, de pronto recordó que debía entregar un guión. Subió a una oficina de gente conocida, pidió prestada una máquina y en pocos minutos lo escribió. Luego seguimos caminando y conversando.
De Trillo, creo que tiene una imaginación fervorosa; alguna vez le he dicho que de tener yo una empresa lo emplearía como creativo que me brindara ideas, que luego pasaría a otros guionistas para su desarrollo.
Howard tiene el concepto de lo que debe ser una historieta y buen diálogo.
Albiac es inigualado en su capacidad de imagen; ilustrar sus guiones brinda un placer inimaginable porque él tiene la condición de inspirar al dibujante: sus palabras no cierran la cosa, sino que impulsan a sumar ideas a las de él. Para mí, él es de primer nivel en el consenso mundial.
Con Grassi trabajé poco y nada.
Barreiro es profesional ciento por ciento, y sus tramas son bien trabajadas porque domina los tiempos que maneja. Posee gran fantasía y es detallista. Te repito que fue un gran placer dibujar su obra «Buenos Aires Las Putas y el loco» En general no trabajé con otros guionistas salvo muy poco con Abulí en España. Me asombró el profesionalismo que poseen sus guiones, así como su capacidad creativa; es uno de los grandes.
(Entrevista realizada por Francisco Legaristi, en Trix 8, noviembre 1989, Tucumán)




Ricardo Barreiro
- El cine que ves, ¿influye en tus guiones?
Sólo en las estructuras. Hay un fenómeno de retroalimentación. Vemos que el cine emplea no sólo los argumentos, sino los recursos de la historieta. En Allien, los trajes espaciales los diseñó Moebius y el make up lo realizó Gigier. Y viceversa. Recuerdo que cuando se conocieron las primeras películas de Sam Pecknipah con muertes en cámara lenta, los dibujantes empezaron a simular ese efecto mediante un desfazaje de cuadros. Lucho Olivera utilizó ese procedimiento.
- ¿Considerás a algún guionista como maestro de tu generación?
- Oesterheld es el maestro de todos los guionistas argentinos, de los que lo aceptan como maestro y de los que no lo aceptaron. Robin Wood tiene talento, pero disiento ideológicamente con sus héroes invulnerables que están por encima de la acción.
- ¿Y cuál sería tu historieta preferida?
- Si duda, El Eternauta, de Solano López –Oesterheld. Pero hay una historieta medio rara que me encanta: Flash Gordon, pero no la de Alex Raimond, sino la dibujada por Dan Barrym, de cuyos guiones fue responsable un prodigioso escritor de ciencia ficción, Harry Harrison, un tipo progresista. Las historias eran imaginativas y los dibujos de las naves muy funcionales. Habría que rescatar esta época de Flash Gordon.
- Ricardo, para redondear tu concepción del guión ¿vos serías un manipulador de estructuras más que de palabras?
- No soy un buen escritor y sufro con esta limitación. Más bien me siento un narrador. Me identifico con el tipo que aparece contando junto al fuego en Historias Asombrosas, de Spielberg.
- Algunos agoreros anuncian la desaparición de la historieta ¿Coincidís con este pronóstico?
Para nada. La historieta tiene una gran ventaja como la de poder dar marcha atrás y, además, elegir tu propio tiempo de lectura. En el cine, el tiempo lo impone el director. Y el libro carece de la riqueza visual de la historieta. Fijate otra cosa: hay argumentos que sería imposible plasmar en la pantalla por los costos de producción. Es más, como en el cine se mueven intereses económicos demasiado importantes, las restricciones ideológicas son más férreas y la libertad creadora es menor que en la historieta.
(Entrevista de Germán Cáceres. “Ricardo Barreiro. Ciborgs en Parque Chas”. Fierro 63 –primera época- 1989)
Ricardo Barreiro
es autor de obras claves de la historieta nacional: Ciudad, Warr III, As de Pique, Estrella Negra (todas con dibujos de Juan Jiménez), Bárbara, Nueva York Año Cero (dibujos de Juan Zanotto), Slot Barr (dibujos de Solano López), Parque Chas I y II (dibujos de Eduardo Risso), El Hombre Subterráneo (dibujos de Ignacio Noé), entre otras.



Juan Gimenez
¿Preferís trabajar solo o con guionista?
- Me gusta cambiar. Sin querer, al hacer uno la propia historia se la termina haciendo a medida. Con guionistas se hacen cosas que provocan nuevas situaciones.
- Además de la posibilidad de discutir la historia y enriquecerla…
- Si, en esencia si, pero provoca otro tipo de cosas. Si hacés siempre el guión caés en la tentación de hacer siempre lo que más conocés.
- ¿Con cuál guionista trabajaste mejor?
- Trabajé con varios, la mayor cantidad del tiempo con Ricardo Barreiro. Hicimos un muy buen equipo y ahora, con la perspectiva del tiempo, me atrevería a decir que él, a través de sus guiones y yo a través de mis dibujos, impusimos ciertas normas en la historieta. Quizá suene un poco pretencioso, pero creo que ha habido una corriente en el cómic que nos ha seguido en cierta medida.
(Entrevista en Fierro 78, febrero 1991 –primera época-)




Juan Zanotto
- Trix: A lo largo de tu carrera te relacionaste con diversos guionistas ¿Alguno es especial?
- J.z.: No tengo guionista preferido, me gustan varios. Trato de cambiarlos luego de cada serie para no anquilosarme en un estilo y tener nuevas propuestas y desafíos.
Trix: ¿Qué opinás de Gianni Zanotto como guionista?
Jz.: Escribir un guión me apasiona. Es un poco encontrar la llave de esa caja de Pandora que uno lleva adentro y dejar salir toda esa fantasía de la que hablábamos al principio. Lo difícil luego es escribirlo.
(Entrevista de Francisco Legaristi a Juan Zanotto, en Trix 6 – sin fecha edición, 1988, aprox.-, Tucumán)


Nota: En este raconto de testimonios no entró Carlos Trillo porque poseemos una entrevista inédita realizada al mismo, que se subirá próximamente.

4 comentarios:

Juanele dijo...

excelente post! no tiene desperdicio, aprenderé muchas cosas de aqui, gracias!

Juanele dijo...

por cierto que ya agregué el link de este blog y el blog de la historieta patagonica en la lista de links de mi blog de moco-comics, principalmente para mí, porque asi no me pierdo los posts ñ____ñ saludos!

alejandro aguado dijo...

Qu ebueno que te haya gustado la nota. En post pasados hay otras relacionadas con la historieta.
Gracias por sumarnos a tus links!!
Saludos desde el sur

Clan Nahualli dijo...

VASTISIMA ESTA ENTRADA!!! MUCHAS GRACIA SPOR ILUSTRARNOS!!!!

SALUDOS DEL CLAN!!!