lunes, 18 de octubre de 2010

Entrevista - homenaje a Alberto Macagno

Se sabe que Argentina es una de las potencias en el mundo en la creación de historietas, por el volumen de creadores, calidad y una escuela de dibujo que la caracterizó y por la cual era reconocida a nivel internacional. Escuela de dibujo que, básicamente, consistía de grandes contrastes entre negros y blancos, pero que se sustentaba en un concepto de narración. Su exponente más reconocido fue Alberto Breccia, quien a su vez formó a dibujantes que también se transformaron en maestros. Entre esos alumnos se cuentan reconocidos autores, como Mandrafina, Lalia, Lito Fernández, José Muñoz, Balbi (injustamente olvidado) y un extenso etc. Pero es una línea que puede rastrearse en autores que no fueron sus alumnos. Desde la desaparición de las editoriales Record, Columba o La Urraca y con ello la extinción en el país de una historieta industrial y la pérdida masiva de lectores, a contados de esos autores se los puede encontrar en publicaciones nacionales. Los maestros comenzaron a canalizar mayormente su producción en el exterior.
Alberto Macagno, fallecido el 3 de octubre pasado, fue uno de los alumnos de Alberto Breccia que con el transcurrir del tiempo y el trabajo, alcanzaron un nombre propio. La suya fue y es una generación que trabaja sin hacer ruido, que habla por medio de su obra. Macagno, desarrolló el grueso de su obra a través de las citadas editoriales y con la extinción de las mismas, canalizó su trabajo en el exterior.
La siguiente entrevista, publicada a modo de homenaje, fue posible gracias a: Alejandra Marquez, quien facilitó el contacto y a Sara López de Macagno, que facilitó la entrevista que Macagno respondió pero no pudo enviar. También un agradecimiento a Domingo Mandrafina.
Por A. Aguado


Alberto Macagno

Edad, lugar de nacimiento, residencia
Nací en Pergamino pcia. De Bs As en 1941. Actualmente vivo en San Antonio de Padua, previamente viví en la Capital durante 10 años.

¿De cuando y dónde el gusto por la historieta?
El gusto por la historieta y el dibujo comenzó siendo muy chico cuando llenaba los cuadernos de contabilidad de mi papá que era comerciante, con historietas.


Unitario publicado en Súperhumor 6.

¿Cuándo y en que medio comenzó a publicar?
Entré a trabajar en INTA de Pergamino e hice alguna que otra historieta educativa. Luego fui a Capital y estudié con Alberto Breccia y otros ilustradores.
Empecé a trabajar haciendo reediciones de historietas antiguas de los años 50 que se publicaban en un pequeño fanzine de Nueva York y en una pequeña revista de Buenos Aires, todo esto fue en el año 1967-68. Recuerdo que hice episodios de historieta para Lito Fernandez.


Página de la serie Golem, con guión de Ricardo Ferrari, cuya gráfica realizó a medias con Domingo Mandrafina, publicada en Skorpio 180, 1991.

Recuerdo dos de las series que dibujó, de gran reconocimiento entre lectores: Gran Prix y Los amigos, en Columba. ¿Cuántos episodios dibujó, cómo era realizarlas?
De Gran Prix y Los amigos no recuerdo exactamente, hice varios. Pero las hice con mucho entusiasmo, era mis primeras series.

Otra serie que se destacaba de las acostumbradas en Columba, por la temática y la estética, era Holbeck. ¿Cómo surgió esta serie y cuál era la idea al realizarla? ¿Era una combinación de aventuras, humor y ciencia ficción?

Holbeck, la serie surgió después de una reunión entre el jefe de arte de Columba, el guionista y yo. La idea era hacer una historieta que fuera una mezcla de fantasía, lo onírico y lo espacial, todo bajo una mirada humorística. El nombre Holbeck lo tomamos de una aldea de Polonia, fue elegido con un mapa en la mesa de la editorial.


Unitario publicado en Súperhumor 10, 1981.

¿Cómo era trabajar en Columba: tiempos de entrega, cantidad de páginas que había que realizar al mes, etc?
En Columba el trabajo era intenso, con fechas de entregas precisas. La cantidad de páginas variaban entre 20 o 30 al mes.

¿Cómo cree que repercutió la desaparición de Columba, en los autores, en los lectores?
Provocó desazón e inseguridad ya que era la única editorial que publicaba cuatro revistas y que tenía un alto número lectores. Los lectores de este tipo de historietas quedaron huérfanos.

Cada tanto los que integraron Columba, se reúnen ¿Cómo son esas reuniones? No surgen las ganas de volver a idear una publicación, si se quiere, de historietas para todo tipo de lectores, o bien para no el lector específico de historietas, como eran los de Columba?
Las reuniones son llenas de nostalgia por los tiempos pasados. Con respecto a publicar nuevas historietas, sería deseable que surgieran editoriales jóvenes con ideas nuevas, no solamente para los viejos historietistas sino para los jóvenes que vienen atrás.


Página de la serie Gran Prix, publicada en Fantasía, 1981.


Serie con guión de Ricardo Barreiro, publicada en Skorpio, 1986.

Si mal no tengo entendido. ¿Compartía usted estudio con otros artistas de renombre?, ¿Cómo era trabajar compartiendo el mismo espacio?
Sí, al principio compartimos el mismo estudio Cacho Mandrafina, Rubén Marchionne y Enrique Breccia y yo. Después lo hicieron Mandrafina y Breccia, fueron 20 años enriquecedores, de camaradería. Nos llamábamos a nosotros mismos las 3 “M”.

Otro espacio donde publicó con cierta frecuencia fue Record, sobre todo en su revista Skorpio. ¿Cómo era trabajar allí? Todo se publicaba en Italia?
Había mas libertad para proponer ideas, y sí, todo era publicado en Italia.

¿Usted se podría contar entre los autores que perdió la gran mayoría de los originales, algo que sucedía a los que publicaban en Columba y Record?
Sí, lamentablemente los de Columba los perdí, al igual que todos los que trabajábamos allí.

Para la revista Sùperhumor realizó una serie de historietas que iban del policial a la ciencia ficción-terror. En esos trabajos se aprecia un manejo más detallado de la utilización de los negros para crear ambientes, gran variedad de planos, encuadres, etc. ¿En esa publicación existía más libertad para experimentar que en otras? ¿Cómo era publicar en Súperhumor?

Sí, con esas publicaciones había libertad total. Además conocí argumentistas diferentes y muy buenos como Ferrari, Slavich y Gustavo Schimpp.


Página de la serie Del Infierno no hay retorno, con guión de Ricardo Barreiro, publicada en Skorpio 125, 1986.

Una revista para la cual usted colaboró a principios de los 70, fue Turay, de la que se publicaron pocos números, pero que quedó en la historia como una gran publicación.
¿Por qué cree que sucedió ello y por qué dejó de editarse?

Turay nació en las oficinas de lo que fue posteriormente nuestro estudio en la galería Güemes. Dejó de editarse por problemas laborales entre el director responsable y la editorial Julio Khon.

¿Con cuáles guionistas trabajó y cómo era la forma de trabajo?
Trabajé con Robin Wood, con Alejandro Gras, Barreiro. En el caso de Columba, venían ya los guiones elaborados. En el caso de Record se hablaba sobre los guiones y se pautaban temas y, cuando se podía, intenciones.

¿En el exterior canalizó sus trabajos, principalmente para Italia?
También para Inglaterra, con distribución posterior a varios países. También vendía a España mis trabajos de Superhumor.

¿Para el exterior realizó historietas que siguen inéditas en el país?
No.

¿Existe mucha diferencia, entre trabajar para el exterior a hacerlo para publicaciones del país?
Dependiendo del país. Hay lugares que tienen pautas mas marcadas que otros.


Página de la serie Holbeck, con guión de Ricardo Ferrari, publicada en D`Artagnan, en 1987.

Su estilo de dibujo, por el uso de claroscuros y el concepto para narrar ¿se encuadra dentro de los que es conocido como la “escuela argentina de dibujo”?, siguiendo la tradición de los grandes maestros.
Si podría ser así.

Hoy esa escuela de dibujo que caracterizó a la historieta argentina en el mundo, se la ve con muy poca presencia en el país ¿qué opina al respecto?
Es lamentable, ya que era un estilo que nos identificaba. Hay demasiada influencia de otros países. Aparte los gustos cambian con las épocas.

¿Qué temáticas son las que prefiere dibujar y por qué?
Me gusta el policial, porque justamente predomina el uso del blanco y negro.

¿Preferencias, autores que recomendaría leer o se deban valorizar?
No llegó a contestar.

¿Consejos, sugerencias para los autores que se inician?
Que aprendan a dibujar bien y rápido. Es lindo hacer historietas, pero si se tarda un año en hacerla, no resulta. Esto es un negocio también.

¿Cómo ve el panorama de la historieta en el país, en la actualidad?
Y... hay una carencia de medios para dar la posibilidad a autores nuevos, los obligan a autofinanciarse penosamente, no obstante hay gente valiosa que hace el esfuerzo, gente ligada a las universidades. Yo admiro el esfuerzo que hacen, sustituyen con capacidad y voluntad, lo que muchas editoriales no han hecho.



La siguiente historieta, que se sube completa, fue publicada en Súperhumor 9, 1981
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3 comentarios:

Unknown dijo...

un grande segun lo leido lastima su muerte y un saludo de pesame a su familia y la historieta argentina, felicidades a la duendes por este gran labor en las entrevistas

Anónimo dijo...

Fue un héroe del pincel. Nunca pude preguntarle por qué cambió el estilo tan ágil y recio de sus primeros Los amigos, por el otro más Brecciano... si alguien sabe eso, por favor... y gracias...

Norberto dijo...

Quiero dejar aclarado que yo lo conocí a Alberto como vecino primero en San Antonio de Padua y luego como dibujante.Era un gusto charlar con él por su cultura y sentido del humor,pero si algo tengo que destacar fue su protagonismo como padre ejemplar.