lunes, 15 de marzo de 2010

Entrevista: Julio Parissi

Julio Parissi es un autor nacido en Uruguay, muy conocido en Argentina, a partir de su extensa trayectoria como dibujante y guionista, tanto de historietas como de TV. Entre los numerosos medios nacionales en los que publicó, se cuentan las míticas Satiricón, Humor, Sex Humor, entre otras. En Uruguay fue director de reconocidas revistas de humor y publicó sus trabajos en varios países. La siguiente es una entrevista a uno de los grandes autores de la historieta y el humor gráfico.


Foto en Satiricón, 1984. De izquierda a derecha: Atrás, parados: Enrique Symms y Aníbal Litvin.
Atrás, sentados: Irene Vaamonde, Cristina Civale, Eduardo Villar, Fidel Chiatto, Rubén Ríos, Matilde Sánchez. Adelante, sentados: Julio Parissi, Tuqui, Carlos Guarnerio y Miguel Gruskoin.
Historia de la foto: Esa foto tiene una historia particular. En la pared del fondo hay un cartel que dice "Los amo", compuesto por varias cartulinas. En esa época eran comunes los atentados o cartas explosivas. Llegó, vía correo, un gran paquete a la redacción y Oskar Blotta no se animaba a abrirlo. Luego de un par de días, alguien tomo coraje y lo abrió. Adentro había una enorme cartulina plegada con esa frase escrita. Aliviados del susto, para festejar decidimos ponerla en la pared y sacarnos una fotografía.

Nombre, edad, lugar de nacimiento y residencia
Julio César Parissi, 24 de julio de 1945, Montevideo, Uruguay.

¿De dónde o cómo proviene el gusto por el dibujo?
Soy el menor de seis hermanos, con mucha diferencia de edad con los mayores. A la edad de tres o cuatro años veía que ellos dibujaban maravillosamente bien —ninguno fue dibujante, pero mi fantasía lo veía así—, me deslumbraban, y yo intentaba ser como ellos. Junto con mi hermano mayor, que tenía una paciencia infinita, nos poníamos a dibujar horas enteras, todas las noches, y cuando él se cansaba yo seguía, porque nunca lograba hacerlo tan bien como quería. Con los años me di cuenta que, además de tener la posibilidad innata de transformar una idea abstracta en una figura, lo importante para tener buenos resultados era la insistencia en el trabajo. Además, al mismo tiempo de dibujar, escribía e intentaba ser un narrador de cuentos desde que tuve conocimientos del abecedario y las primeras oraciones. Ambas disciplinas siguen siendo el eje de mis trabajos y sigo insistiendo para lograr que me salgan bien. Quizás algún día lo logre.

¿Cuándo y dónde comenzó a publicar historietas y humor?
En 1961, a raíz de unos chistes que me publicaron en un periódico estudiantil, me empezaron a llamar para hacer chistes en diarios y para ilustrar tapas de discos en una empresa donde estuvieron varios años Hermenegildo Sábat y Ayax Barnes antes de venirse ambos a Buenos Aires. A las ilustraciones de discos siempre trataba de ponerles un toque humorístico. Al mismo tiempo, también tenía un pequeño taller de decoraciones comerciales que me daba sustento económico. A la edad de 23 años me vine a Buenos Aires como un destino ineludible para mi profesión y desde aquí seguí con ambos trabajos, el taller de publicidad (en el ámbito de Promociones) y el dibujo.



Fue uno de los protagonistas, de los que solían frecuentar las páginas de editorial La Urraca, a través de revistas como Humor, Fierro o la versión Hora Cero de esa editorial. ¿Cómo era trabajar allí, existía mucha libertad?
Trabajé en casi todas las revistas de Ediciones de la Urraca (salvo alguna que no recuerdo). Mi trabajo consecutivo era para Humor y Sex Humor, en las que tenía asignadas páginas concretas. En general dibujaba mis guiones de historieta, ilustraba guiones de otros y escribí, durante un tiempo largo, los guiones de series de historietas de Tabaré, como las Historias Futboleras y Max Calzone.
Justamente, en Ediciones de la Urraca existía una libertad total para hacer nuestro trabajo. Es un sistema muy interesante por varias razones: una, porque sabemos que podemos explayarnos en lo que queremos decir y cómo decirlo, sin limitaciones; dos, al tener esa libertad nos obliga a hacer lo mejor que sabemos ya que, si no es bueno, no podemos decir que fue porque no nos permitieron hacer lo que queríamos; y tres, porque esta libertad hace que la oferta de humor y contenidos de una publicación sea tan diversa como colaboradores tiene la revista. Cuando un director restringe la libertad de sus colaboradores, la revista termina saliendo con un único tono humorístico, con una única manera de enfocar los temas, y así se torna aburrida.

¿Se conocían entre todos los autores, se frecuentaban?
Como en todo trabajo, se forman pequeñas comunidades, ya que no todos los que ejercen una misma profesión tienen igual temperamento, igual carácter o sueñan con las mismas cosas. En los lugares donde trabajé siempre me junté con no más de cinco o seis compañeros, con los cuales almorzábamos o teníamos salidas en conjunto. Esa costumbre la ejerzo hasta hoy y la amistad es un poco el motor de mi vida, más allá del trabajo y la vocación. Uno se junta con aquellos que saben que perder un poco el tiempo frecuentándonos es una manera de ganar vida.


Tapa para Humor

Se maneja tanto en el dibujo del humor gráfico como en la historieta, con un dibujo más serio, más realista. ¿Cómo se da ello y cómo es trabajar con cada uno?
Vengo de la plástica, por lo cual siempre me pareció natural que pueda hacer un dibujo realista. Alguna vez, quienes me conocían por mis dibujos humorísticos, se asombraban cuando veían un dibujo realista. Muchos creen que el dibujo humorístico nace de la imposibilidad del dibujante de “dibujar bien”. Pocos se dan cuenta que, en una gran cantidad de casos, es una opción del artista, no una carencia.
Trabajar el dibujo humorístico es menos estresante que el dibujo realista, ya que buscan dos fines diferentes. El humor es un golpe instantáneo, cuanto más rápido, más eficaz. La historieta realista atrapa por el ambiente que crea y que se alarga a través del relato, donde el pulso del guionista y del dibujante debe estar tensionado al máximo para no perder ese hilo conductor.

Publicó en el exterior ¿en qué países y medios?
En revistas, publiqué concretamente en el Uruguay, España e Italia. Para el Uruguay, publiqué y dirigí las revistas de humor “¡Berp!”, “Tío Jorge” y “Tío Taba”, y la de historietas “Alien”, que salían semanalmente con el diario “La República”, de Montevideo. Para España publiqué en “Tótem” y para Italia en las revistas de la editorial Eura, en las que, además de dibujar, hice durante varios años guiones para dibujantes argentinos de humor y realistas, como Tabaré, Mandrafina y Canelo, entre muchos. En la mayoría de los casos, hacía el guión, lo entregaba y ellos se encargaban de elegir un dibujante para hacerlo, por lo cual no sé quiénes son todos los dibujantes que ilustraron mis guiones.
Si publiqué en otros países, no lo sé; quizás alguno tomó mis trabajos prestados y no me avisó. Suele suceder, porque me ha pasado en la Argentina. En libros, publiqué directamente en el Uruguay y en España, pero los libros que me editan en la Argentina se distribuyen por toda el área de la lengua española, incluida España.



En Uruguay dirigió una revista de humor que tuvo un gran éxito ¿podría contar un poco sobre la experiencia?
La experiencia uruguaya podría titularse “La necesidad tiene cara de hereje”. Corría el año 1988 y la hiperinflación cercenaba día a día nuestros ingresos. Un grupo de Humor —éramos unos seis— decidimos tratar de conseguir trabajo en el exterior. Un lugar fue Italia, donde pude trabajar durante diez años, y otro fue el Uruguay, en el que lo hice durante diecisiete años. En el Uruguay ofrecimos nuestros trabajos, en un paquete cerrado con forma de revista, a “La República”. La idea fue aceptada y fui el encargado de la dirección y coordinación, ya que conocía todos lo referente a redacción y armado de una publicación (lo había hecho en otras épocas). Así, estuve viajando semanalmente durante años —eran años anteriores a Internet— de Buenos Aires a Montevideo, tres días en Montevideo, cuatro días en Buenos Aires. La revista era “¡Berp!” y un año después le ofrecí al diario la revista de historietas “Alien” que tuvo corta vida, ya que algunos funcionarios de la empresa consideraban que las historietas son machistas y, por lo tanto, nocivas. Más adelante, dejé de viajar tanto porque todo se arregló vía mails y mis idas fueron mensuales. Esto duró hasta 2005, año en el que renuncié a seguir.

También es poeta y tiene publicados varios libros ¿se cruza la escritura con el trabajo de historietista?
Tengo varios libros de poesía, algunos en conjunto con otros poetas, y un par de libros de narración ficcional.
La literatura no se cruza con el guión ya que pertenecen a dos medios distintos. Este es mi criterio, aunque sé que no es entendido por muchos. Considero que la historieta pertenece a la comunicación y la literatura al arte. La confusión de la mayoría proviene del hecho de que la comunicación, en este caso, tiene de base el arte —uno es “artista plástico” o “escritor”—, pero pensar que arte y comunicación son la misma cosa es lo mismo confundir a un farmacéutico con un investigador químico o a un médico con un biólogo. Sería largo de explicar, y aun así no quedaría del todo claro, me sospecho.


Bernardo Neustad

Del mismo modo, es guionista, para lo cual trabajó para Italia o escribiendo los guiones de recordados programas de TV como Hiperhumor o La Biblia y el Calefón, de Jorge Guinzburg. ¿Cómo se definiría, ante tal amplitud en las especialidades en las que trabaja?
Ése es mi drama: ninguna etiqueta me viene bien. Claro, es un drama acotado, no me desvela, ya que ninguno es tan importante para desesperarse porque los demás no tienen claro cuál es su etiqueta. Como decía William Blake: “Frente al Universo, ninguna actividad humana es importante. Lo importante es la voluntad de hacerla.”

¿Qué autores considera que se hayan olvidado y que se los deberían tener más presentes?
Los dibujantes que la gente se olvida y que para mí son formidables es algo que me da pena. Un poco por ese olvido ingrato y otro poco porque la gente se pierde de disfrutarlos. Los lectores se acuerdan de muchos, aunque ahora no tengan mucha actividad visible, como Grondona White, pero me vienen a la cabeza Limura y Ceo, dos talentos completos como humoristas y dos finísimos dibujantes como hay pocos en la Argentina y que están bastante olvidados por la gente. También me disgusta que grandes humoristas, como Tomás Sanz, sólo sean recordados como directores de publicaciones y no como enormes talentos haciendo crónicas humorísticas. Pero, el mundo es como es, y el olvido siempre es más extenso que el recuerdo.


Ilustración humorística a dos páginas, para la revista Humor.

¿Es lector de historietas? Si es así, ¿qué leía y lee? ¿Tiene preferencia por alguna línea gráfica en particular o lee de todo?
He dejado de leer nuevas historietas, no así el humor, del que siempre estoy atento. Las historietas que llenaron mi alma son a las que siempre recurro y leo varias veces. Los guiones y los dibujantes que trabajaron hasta hace un par de décadas son los que me satisfacen más y vuelvo a leer. Cuando un género se construye, todo es nuevo y termina siendo clásico; luego de establecido hay que superarlo, salirse de los moldes, y la historieta no es ajena a ese modo con que se maneja la creación humana. Por eso, los clásicos son los que me atrajeron desde mi primera juventud y ése es el lugar donde yo, como lector, me siento más cómodo.

¿Cuáles le parecen que pueden ser los motivos por los cuales las revistas de humor y de historietas dejaron de ser populares?
Siempre hay auges y decadencias en todas las actividades humanas. Las revistas de humor y de historietas tuvieron su muerte y resurrección varias veces a lo largo del siglo XX. Las pautas que hacen que una revista sea exitosa y tenga llegada masiva no duran siempre. Los seres cambian y aquellas pautas dejan de funcionar. Si no aparecen nuevos patrones que vuelvan a enganchar la utopía del lector, no se logrará una revista que vuelva a enamorar. Además, hoy se compite con los medios digitales y audiovisuales que aportan el movimiento de las imágenes, y eso hace un poco más difícil volver a pensar una revista. Pero nada está definido, no hay que suponer que el papel murió. Paparazzi y Pronto, entre otras, venden miles de ejemplares. ¿Por qué? Porque les interesa a ese perfil de lector y las sigue consumiendo a pesar de que tenga la tele e Internet a mano manejando la misma información. Con el humor y la historieta podría pasar algo parecido, ya que hoy debe competir con el humor desperdigado por todos y cada uno de los medios audiovisuales y la red; el punto clave es saber cuáles son las nuevas utopías que alientan los seres humanos y cabalgar sobre ellas. ¿Será la política, el sexo, el ascenso social, la tecnología? Todavía yo no lo tengo demasiado claro. Lo intuyo, pero no estoy totalmente seguro.

¿Qué lecturas y autores recomendaría a los lectores?
Soy un lector de literatura más que de textos periodísticos, por lo cual no sabría qué recomendar. A veces digo en broma que a mí me gustan los textos que a la mayoría les aburre. En materia de humor e historieta también me sucede lo mismo: quedo impasible frente al humor que engancha hoy a la gente y, por otro lado, me divierten aquellos que nadie les da bolilla. Me entusiasma un Mandrafina y me parece feo un manga. Puede ser que tenga un criterio particular y firme, pero también podría tratarse de que me convertí en un antiguo sin remedio.



Página paródica, para la revista Humor

¿Sugerencias para los autores que se inician?
Como todo el que empieza, no tomar esto como un negocio ni como una fuente de ingresos segura. Uno debe hacerlo porque lo siente; luego la vida dirá si se puede insertar en el mercado laboral y vivir de esto. No hay que vivir pensando en sacarle provecho sino dejar que la vida nos recompense por hacer las cosas bien.

Ahora realiza una hermosa revista en PDF, la cual compila material de colegas amigos y conocidos, muchos de renombre. ¿Cómo y por qué surge?
Al principio, viendo que algunos colegas hacían hojas que enviaban a sus amigos, se me ocurrió hacer lo mismo, no me costaba nada y me divertía. Luego, casi enseguida, pensé en mis amigos y los materiales que fui acumulando, ya que muchos me enviaban textos, dibujos, fotografías, poemas, cuentos que siempre leí y miré con interés y placer. ¿Por qué no compartirlo con mis amigos? Además, la mayoría sigue creando y la gente no lo sabe. Unas hojas enviadas por mail —como si uno deshojara una publicación de cien páginas para enviar por pedazos— me resultaba una buena manera de mostrar esas obras. Como todas las cosas, empiezan de una manera y no se sabe hasta dónde llegarán. En general, llegan más lejos de lo que uno imagina.


Página para la revista Humor

¿Algo para agregar?
Que nadie deja de tener proyectos, sea cuales fueran éstos. Nadie se levanta sin pensar en algo nuevo o, por lo menos, en terminar lo que comenzó ayer. Creo que la vida es una fantasía del alma, y siempre intento que esta fantasía sea agradable, nunca una pesadilla. La creación, en cualquier terreno, es una manera de mantener ese aire grato.

1 comentario:

Aníbal Litvin dijo...

¡Guau! ¡La foto de Satiricón! ¡Qué redacción! La rubia no es Matilde Sánchez. Es otra mina que no me acuerdo, era redactora.
25 años pasaron... ¡Y tenemos que seguir laburando!
Abrazo