miércoles, 24 de febrero de 2010

2da parte entrevista a Diego Aballay y compilado de PDF`s

La Duendes Nº 6
En el mes del segundo aniversario del Blog Historieta Patagónica, brindamos de forma gratuita en PDF, el Nº 6 de la revista La Duendes. 57 pags, 26 megas.
Contenido:
Gustavo Aimar, Jiménez, Ríos Blancos, Horacio Marras (en memoria), Mario Diez, Toto, Chelo Candia, Ed Edmund, Keki, Spok, Taro y Alejandro Aguado.
Además una entrevista a un prócer de la historieta nacional: Carlos “Chingolo” Casalla y una historieta del mismo: Patagonia Brava.
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PICADO FINO PATAGONICO
A fines del año 2008 se acordó con los responsables de Fierro hacer un suplemento Picado Fino. Transcurrido un año desde su entrega, el suplemento nunca se publicó. Como nos parecía una pena que el material quedara inédito, ahora lo brindamos a nuestros lectores de forma gratuita para su descarga en PDF. Al suplemento lo integran los autores que por entonces formaban parte de Historieta Patagónica, staff que hoy en día se ha ampliado, por lo cual no están varios de los nombres habitúes del blog. El archivo pesa 3,4 MB.
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LA GAMBETA DE MIS AMIGOS
La Gambeta de mis amigos” no es una revista de nuestra producción, sino que les brindamos nuestro servidor para que puedan alojarla, ya que hasta el momento sólo se distribuía por vía mail. El editor de la publicación es el reconocido dibujante Julio Parissi y al staff de dibujantes y escritores, lo integran muchos autores de la mítica revista Humor.
Las 5 páginas de este primer número, nacieron con el propósito de difundir la obra de los amigos de Parissi, una especie de un inspirado lugar de encuentro y rescate de grandes y reconocidos talentos.
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ENTREVISTA: DIEGO ABALLAY (segunda parte)
Diego Aballay es uno de los tantos profesionales argentinos que publica la mayor parte de su trabajo en el exterior. Comenzó a publicar en forma profesional en editorial Columba. El cierre de las grandes editoriales de historietas en los años 90, como a tantos otros autores, lo dejaron sin espacio donde canalizar sus trabajos en el país. Especialista en el dibujo del género de aventuras, encontró su espacio en las grandes ligas de las editoriales italianas. Desde mediados del año 2009, nos damos el lujo de contarlo en el staff de La Duendes – Historieta Patagónica, a través de la cual publicó su libro “Los Hermanos”, con guión de Ricardo Ferrari.
La siguiente es una entrevista a un autor que ama su profesión y que siempre está dispuesto a brindar sus conocimientos a los demás, labor que realiza desde hace más de una década en la ciudad de La Plata, donde dicta talleres de dibujo de historieta.

Diego Aballay

La relación entre la historieta italiana y argentina siempre fue muy fructífera (la venida de varios italianos ayudó a propiciar la “edad de oro de la historieta argentina” en los 40 y 50, y siempre fue una muy buena fuente laboral para los autores argentinos) ¿Sabés cómo es hoy el panorama de la historieta por allá?
Sí, muchos de los argentinos que trabajaban en Columba o en Record, trabajan (o trabajaron) para Italia. Otros para Estados Unidos o para Francia. Pero la que era Eura, y ahora es Aurea, siempre fue fuente de trabajo para seguir dibujando. La lista es muy larga, pero baste con nombrar a Alcatena, Zanotto, Meglia, Trillo, Wood, Ferrari, los Breccia, Falugi, Gómez, Salinas, Olivera, etc etc... Ahí hay mucho hecho por argentinos, nos reconocen.



A la serie que hiciste con Ferrari, Los Hermanos, que publicaste en Italia, no interesó en una revista nacional muy conocida porque no les pareció bien que aparecieran “monstruitos”. ¿Qué pensás hoy en día al ver la muy buena recepción que tuvo el libro en Argentina?
Aaaah, la Fierroooo... snif snif (moqueo)... Mirá, yo me recalenté con Sasturain, pero hoy hace rato que agradezco que haya vuelto con Fierro, porque es a partir de ahí, que algo empezó a cambiar en nuestro país. Después de su vuelta, muchos empezaron a atreverse a poner guita en proyectos, y un cambio se está haciendo visible de a poco, están pasando cosas. No podemos negarlo. Gracias a Dios. Hay muchos nuevos emprendimientos, muchos con mucho huevo, y eso es muy positivo. Miremos que pasaba antes de la vuelta de Fierro: Había varios emprendimientos pero la masividad de Fierro favoreció un amplio entorno, se habló desde los medios mucho, se organizaron más grupos que los que ya había. Hubo creo una explosión de entusiasmo que se sumó al que ya existía. Nunca se dejó de hacer historieta, pero este es un momento que con el tiempo va a ser notable. Internet y los blogs suman también a todo lo que es difusión y contacto...
En lo personal, me encantaría claro, publicar ahí, pero porque me haría muy feliz compartir lo que hago con gente de mi país. No me calienta si me leen miles de italianos, no me mueve un pelo. Pero si un alumno mío compra el libro de “Los hermanos”, y me dice “profe, me gustó tu libro”, o mi familia, mis afectos, ahí la cosa cambia. Como cuando yo leía Nippur, y Lucho Olivera estaría en su casa dibujando para su próxima entrega, y tal vez se preguntaría si a alguien le gustaba lo que él hacía, si tenía sentido tanto esfuerzo... hablo de estar conectados desde lo sensible (sigue)




Aballay disfruntando del paisaje cordillerano de Bariloche ¿inspirándose?

Sobre la recepción de nuestro libro, en la cual vos, Ale, tenés tanto que ver, estoy pleno. Pleno, esa es la palabra. Todo salió millones de veces mejor de lo esperado. Y las presentaciones, ni hablar. La gente, los encuentros con los colegas, lo compartido, los abrazos, las críticas de buena leche (las otras no, y menos si vienen de cobardes con seudónimo), los gratificantes comentarios de los compañeros en los blogs. Pleno me siento.
Y sobre Fierro, bueno, trabajan muchas personas dibujando o escribiendo guiones, demos gracias todos los días que existe, hay muchos colegas trabajando con sus estilos y temáticas variadas, eso es muy bueno; más allá de cualquier cuestión de gusto personal. A mi, me duele no tener un espacio allí, pero ya no me enojo y sólo sigo, y sigo y sigo, como un tren. Tengo mi espacio en HP, y acá puedo compartir lo que hago. Estamos haciendo algo groso entre todos.
Pero, atendéme Sasturain: ¡¡¡Cuando sea millonario, no te voy a llevar a pasear en mi limousine llena de conejitas “P”!!!




Tapa del libro y dos páginas de la serie "Los Hermanos", con guión de Ricardo Ferrari

¿Puede ser que exista una valorización de los autores que trascienda la calidad de sus trabajos, o su propuesta, y que se base antes que nada en los medios que publican (si el medio es muy conocido, o si publican en el exterior, etc)?
Puede ser, pero los lectores no son tontos. La mentira se cae, siempre, tarde o temprano. La verdad es una pared que ningún viento puede derribar. Un buen trabajo es un buen trabajo, no importa lo que los demás digan sobre él.Está. ES.
La vida no es “operación triunfo”.

¿Considerás que a la historieta Argentina le está haciendo falta algo para tener más lectores, tal vez no sólo los fanas del lenguaje, y si es así, qué?
Me mataste, no se qué le puede estar haciendo falta. Tal vez, TIEMPO. Las cosas van muy bien, parece. Recomiendo el blog CUADRITOS, PERIODISMO DE HISTORIETAS, de Andrés Valenzuela, que siempre escribe muy claro sobre el panorama de la historieta, y donde comenta como van las cosas. Yo coincido bastante con él, me parece que estos últimos años vienen con aires de cambio, pasan cosas, hay muchas convenciones y charlas con autores, hay dialogo, los blogs nos conectan, estamos más informados, hay mucha difusión gratuita.
Démosle tiempo...





¿Qué autores son los que te gustan, o te parece que habría que recomendar su lectura y por qué?
Confieso que yo no leo mucha historieta, aunque parezca contradictorio. Pero hay tipos que son grandes. Mignola (Hellboy), Guarnido (Blacksad), Giménez (la casta de los metabarones), Fernández (Libertadores), no se, vengo leyendo poco y dibujando mucho. Y bueno, están los de antes, Salinas (Dago), Breccia (Alvar Mayor), Altuna (Ficcionario, ¡obra maestra!), Olivera (Nippur), Bobillo (Anita, la hija del verdugo)... Muchos... Por su dibujo, y su manera de narrar, por los cambios que introducen en el lenguaje, por lo jugados que fueron o son. ¡Alcatena! Pasen por su blog, es una delicia visual, un maestro joven, de los diferentes. Gran tipo, un ejemplo, siempre lo digo...



La Torre, con guión de Ricardo Ferrari y dibujos de Aballay

En La Plata, donde residís, tenés alumnos. ¿Cómo es el trabajo con ellos, qué buscás transmitirles?
Es, por sobre todas las cosas, gratificante. Dar es algo grandioso, no hay límites. Yo tuve una hermosa formación, y creo justo que todo lo que se me trasmitió, debe ser dado a los demás. TODO. Sin guardarme nada. Lo que se, lo doy; y lo que no se, lo averiguamos juntos con los alumnos. Por esto, aprendemos todos. No busco nada, creo que vienen al taller, porque como yo, encuentran en el acto de dibujar, un estado de plenitud y de amor. Para mí, dibujar es encuentro, y paz; más allá de que a veces las presiones de las entregas te ponen un poco loco, dibujar es un acto de amor, y de fe. La fe de creer que algo hermoso podemos traer al mundo, vos pensá que trabajamos con papeles en blanco, o sea: LA NADA. Y después que hacemos nuestra “magia”, esos papeles están cargados con imágenes, y nosotros fuimos los responsables. Dibujar es atreverse a buscar, y disfrutar el hallazgo. Esas son las pavadas que les cuento a mis pibes en el taller; les hablo mucho. Me comprometo muchísimo con mis alumnos. Hace más de trece años que doy taller de historieta. Este año será el 14° en la Peña de Las Bellas Artes, mucho...

¿Algo para agregar?
Sí, dos cosas.
Primero, una frase que me marcó mucho de la peli Corazón Valiente: “Wiliam... tu corazón es libre...ten valor para seguirlo”.

Y segundo: ¡¡¡Aguante la historieta argentina, carajo!!!

viernes, 19 de febrero de 2010

Los maestros olvidados: Juan Zanotto

Por Germán Cáceres
Alejandro Aguado me sugirió dedicarle una nota a Juan Zanotto, ya que considera que si hubiera desarrollado su carrera en los Estados Unidos habría sido un historietista estrella. Hay en su dibujo una técnica del plumeado que privilegia la belleza de los contrastes entre blancos y negros, sobre todo en aquellas viñetas en que las siluetas blancas se introducen a manera de fogonazos en zonas oscuras, como se puede apreciar principalmente en Henga y en Bárbara.


Juan Zanotto

Juan Zanotto nació en 1935, en Cuceglio, un pueblo de la provincia de Turín (Italia), y en 1948, cuando sólo tenía trece años, su familia se trasladó a la Argentina. Estudió dibujo por correspondencia en la Escuela Norteamericana de Arte y luego, cuando ésta se transformó en la Escuela Panamericana de Arte, cursó en forma personal en sus aulas.
En 1953 comienza a trabajar elaborando el material extranjero en las revistas que editaba Publicaciones Universales. Después entra en la Editorial Codex, de la que en 1965 es nombrado jefe de dibujantes. Con textos de Alfredo J. Grassi, en 1955, dibuja Rick de la frontera, para la revista Ases del Oeste, y en 1956, El mundo del Hombre Rojo. A partir de 1958 colabora durante diez años con la editorial inglesa Fleetway, sobre todo en historietas sobre la Segunda Guerra Mundial.



Naves espaciales y el espacio en la serie Bárbara, con guión de Ricardo Barreiro.

El 5 de julio de 1974 aparece Skorpio, una de las más importantes publicaciones que dio el país, de Ediciones Record, de la cual Zanotto fue nombrado director artístico. Y en ese primer número salía —junto a otras historietas nacionales y a Corto Maltés, de Hugo Pratt— la citada Henga, el cazador, guionada por Diego Navarro (Eugenio Zappietro).
En sus textos Zappietro muestra soltura y la posesión de un estilo literario poblado de bellas imágenes al narrar esta compleja historia situada en el período neolítico, aunque alude a los antiguos habitantes de la desaparecida Atlántida —de donde también es oriundo Henga—, que vinieron de Marte y desarrollaron una civilización avanzada. Como el héroe busca sus orígenes, la historieta introduce elementos de ciencia ficción. Varios episodios fueron escritos por Grassi bajo el seudónimo de Roderico Schnell.


Página de la serie Tagh, donde se aprecia el notable manejo de la composición de escenas, el dominio de la figura humana y el detallado trazo preciosista del autor.

La historieta se publicó en Italia con el nombre de Yor y, a su vez, fue llevada al cine en 1983 por el director Antonio Margheriti con el título de Il Mondo Di Yor/Yor, the Hunter from the Future.
A partir de 1975 el mismo trío gesta su continuación, la saga Hor, el hijo de Henga, que conserva las mismas características que la historieta original. En 1984, y con guión de Grassi, realiza Tagh, con idéntica tónica.


Viñetas con diseños de escenografías donde, pese a la destrucción, se reconocen escenarios de la ciudad de Buenos Aires. De la serie Bárbara.

La influencia del Flash Gordon de Alex Raymond —reconocida por el mismo Zanotto— es evidente. Por eso se autodefinió como “clásico, hiperrealista”, pero logra alejarse de su maestro y forjar su propio estilo ilustración, que privilegia el detalle, el toque de orfebrería y los tenues y estéticos grisados. Sus cuadritos desbordan preciosismos por las líneas que construyen filigranas con la figura humana. Prevalece un agudo sentido del movimiento en las luchas que sostiene Henga con animales monstruosos, donde cobra importancia el manejo de los planos. Por otra parte, las panorámicas desplegadas en viñetas apaisadas le permiten lucir los primores de su dibujo caligráfico. Las aplicaciones de negros plenos están resueltas con talento. Una constante primordial en su obra son las hermosas y estilizadas mujeres.


Muestras de la maestría en el diseño de escenografías y abundancia de detalles, en la serie Tagh.


Fragmento de página de la serie Hor, donde se destaca el gran manejo de Zanotto de los claroscuros y las escenas de acción.

En 1976 comienza a dibujar Wakantanka, sobre un indio que vive aventuras en la época de la guerra entre ingleses y franceses en América del Norte. El guión es del célebre Héctor Germán Oesterheld, que continúa con el ambiente y la época que le permitió producir una obra maestra como Ticonderoga (1957, arte de Hugo Pratt). Zanotto aquí también puede descollar en el tratamiento del vestuario. Al ser Oesterheld secuestrado por la dictadura militar, lo reemplazó Carlos Albiac.
1979 es el año de Bárbara, su más famosa y exitosa creación, con textos de Ricardo Barreiro. Es una heroína que lucha como un hombre en la jungla y en un ámbito caro al guionista: la ciencia ficción que especula con mutantes, hibernación evolutiva, guerras galácticas, “continum espacio tiempo”, terribles monstruos espaciales, impactantes cosmonaves. En un Buenos Aires irreconocible porque la ciudad está destruida y cubierta por las aguas y una frondosa selva, se desarrolla una acción de ritmo trepidante, y como en el caso de Henga, la misma se pasea por los tiempos del universo. En el Nº 94 de Skorpio, en el episodio “Las puertas del Edén”, Zanotto colaboró en el guión de Barreiro, y un personaje afirma que “somos la última de las cinco ramas de la humanidad galáctica (…) somos el fruto de siglos de evolución (…) “Tú, Bárbara, heredarás la Tierra, otra Tierra, otro ciclo, otro paraíso”. Cuando se introduce en éste a través de una secuencia de cuadritos mudos, nuestro dibujante compone una maravilla plástica repleta de primorosos hallazgos. Y vuelve a demostrar que el dibujo del cuerpo humano no tiene secretos para él.



Muestras de los notables diseños de naves espaciales realizados por Zanotto, para las series Bárbara y Tagh.

En Bárbara, el artista acude a onomatopeyas fascinantes como recurso expresivo. Otro placer visual lo brinda el diseño de las ciudades del futuro, que ostenta refinados ornatos. Además, su plasmación del espacio exterior desborda imaginación.
No puede negarse que esta historieta tiene una contundencia erótica superlativa por el bello y sensual cuerpo de la heroína. También con Barreiro inicia en 1982, Nueva York, año cero, en la que abundan las escenas bélicas que tienen lugar en el planeta Venus, y que están narradas y graficadas con ritmo cinematográfico y excelentes imágenes de potentes explosiones. Hay un fondo de palmeras, árboles y flora sabiamente insinuados, que contrastan con superpoderosos tanques de guerra, sofisticados cazas y pertrechados soldados humanos.



Viñetas con ejemplos de diversas series y un unitario (color, publicado en Skorpio Plus Nº 2), de las notables escenas de acción realizadas por Zanotto.

Emilio Balcarce es el responsable del guión de Crónicas del tiempo medio, de 1987. En el Nº 158 de Skorpio, en el Prólogo del episodio “Gambito de dama”, se dice lo siguiente: “Sí. Ahora son los videogames los que juegan con el hombre”. Y más tarde se explica: “Las Blancas han tomado el Caballo rival. Pero las Negras contraatacan con toda la artillería pesada de sus Torres en la misma línea de escaques”. Es un conflicto entre la computadora Nerón y el ente de probeta Brain, mientras la espléndida y joven heroína, Body Hunt (llamada Safari), lucha contra las máquinas para vengar la muerte de sus padres.
Como siempre, Zanotto sobresale por su soberbio entintado. La historieta abarca tres partes (I, II y III), que fueron publicadas en el transcurso de cinco años.
En 1989 emprende con Barreiro una historieta de ciencia ficción, Penitenciario, en donde una cárcel de mujeres le permite exhibir a beldades de formas voluptuosas. En esa línea colabora con la revista Playboy, de Argentina.



Ejemplos del notable manejo de los claroscuros y el diseño de escenas de acción, de la serie Tagh.

Realiza en 1991 el storyboard del filme Highlander II, del director australiano Russell Mulcahy, rodado en nuestro país. Para los Estados Unidos plasmó la novela gráfica Warman (Marvel) y colaboró en Eclipse Comics.
Con guiones propios, en 1993 empieza su serie Horizontes perdidos, que la retomó en 1996, y sus espectaculares naves espaciales no tienen nada que envidiarles a las exhibidas en las mejores películas de ciencia ficción. Tomando el nombre de Falka, su protagonista, que acostumbra a no usar prenda alguna, surgió la historieta que se publicó en su mayor parte en Europa.
En 1994, acompañado por el consagrado guionista Robin Wood, encaró Starlight, de aventuras en el cosmos.
En 1998 asume totalmente su creación Los cazadores del tiempo.
Falleció el 13 de abril de 2005, mientras estaba ejecutando para Europa el guión y dibujo de La sinfonía del Nuevo Mundo. Residía en el barrio de San Andrés, Partido de San Martín.


Germán Cáceres


Bibliografía

Agretti, Emerio, “Universo de fantasía”, en
www.ellitoral.com.
Cáceres, Germán, Oesterheld/La aventura sin fin, Ediciones BP, Informes del Sur Nº 62, Buenos Aires, 2005.
Gociol, Judith, y Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
http://axxon.com.ar: “Falleció Juan Zanotto”.
http://axxon.com.ar: “Zanotto, Juan”.
http://blogs.clarin.com/magnificomics: “Entrevista a Juan Zanotto”.
http://www.oni.escuelas.edu.ar: “Juan Zanotto”.
http://www.samizdat.com.ar: “Falleció Juan Zanotto”.
Martínez, Jimena, “Entrevista a Juan Zanotto”, en
www.kultu-arte.com.ar.
Portini, Flavio: “Zanotto, ídolo en mundo, olvidado en el barrio”, en
www.24con.com.
Saccomanno, Guillermo, “Los cómics argentinos buscan su identidad”, en Historia de los cómics, dirigida por Javier Coma, Toutain Editor, Barcelona, 1982-1983.
Sasturain, Juan, El Domicilio de la Aventura, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 1995.
Steimberg, Oscar, “La historieta argentina desde 1960”, en Historia de los cómics, dirigida por Javier Coma, Toutain Editor, Barcelona, 1982-1983.
Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo, Historia de la historieta argentina, Ediciones Record, Buenos Aires, 1980.

martes, 16 de febrero de 2010

Entrevista: Diego Aballay (primera parte)

Diego Aballay es uno de los tantos profesionales argentinos que publica la mayor parte de su trabajo en el exterior. Comenzó a publicar en forma profesional en editorial Columba. El cierre de las grandes editoriales de historietas en los años 90, como a tantos otros autores, lo dejaron sin espacio donde canalizar sus trabajos en el país. Especialista en el dibujo del género de aventuras, encontró su espacio en las grandes ligas de las editoriales italianas. Desde mediados del año 2009, nos damos el lujo de contarlo en el staff de La Duendes – Historieta Patagónica, a través de la cual publicó su libro “Los Hermanos”, con guión de Ricardo Ferrari.
La siguiente es una entrevista a un autor que ama su profesión y que siempre está dispuesto a brindar sus conocimientos a los demás, labor que realiza desde hace más de una década en la ciudad de La Plata, donde dicta talleres de dibujo de historieta.


Diego Aballay en su estudio

Contá un poco de dónde viene tu gusto por la historieta y el dibujo
Cuando tenía aproximadamente cuatro años, mi abuelo paterno me dibujó un caballo; con sus riendas y montura y demás. Yo lo veía con ojos de niño, y quedé fascinado ante esa magia, por la cual iba apareciendo un animal en un papel que, segundos antes, estaba en blanco. Años después me contaron que ese caballo era un horror, y que mi abuelo Juan no sabía dibujar ni la “O” con el culo de un vaso. Pero no importa, el hechizo cumplió su cometido en ese pibito que fui. Cuenta mi vieja, que empecé a dibujar a los tres años, y nunca paré. Tuve, sí, intermitencias. Pasaba algunos períodos en los que no dibujaba, sobre todo en mi adolescencia, pero siempre retomaba con un detalle interesante: en esos períodos, algo pasaba adentro mío, que se volcaba en una notable mejoría. Como si no dibujar, fuese un tiempo para reelaborar ideas y conceptos, que se manifestaban en una superación personal gráfica. No se, era raro eso, pero estaba bueno cuando yo lo notaba, me tranquilizaba y me reconfortaba mucho. Miraba los dibujos anteriores y decía: “Estos no están tan buenos, ahora me salen mejor”.
Mi gusto por la historieta es heredado de mi tía Liliana Cervillera, hermana de mamá. Porque ella era lectora fanática y apasionada de todas las revistas de Columba. Sí, una mujer leyendo con devoción Nippur de Lagash, Dago, y tantas otras historietas que aprecían en El Tony, D’Artagnan, Intérvalo y las demás revistas de esa gloriosa editorial que a tantos artistas les ha dado trabajo. Lili se venía de vacaciones a La Plata (desde Río Gallegos, Santa Cruz), y en su valija aparecían las revistas con las que yo me introduje en la lectura de las historietas de aventuras. Así leí por primera vez Crazy Jack, Dago... Fue mi tía quien me regaló el GLORIOSO libro uno de NIPPUR DE LAGASH, de Robin Wood y Lucho Olivera. De ahí en más no paré; corría al kiosco, con la plata justa a veces, a ver si había llegado el nuevo episodio de Crazy Jack. Recuerdo esa época con mucha alegría.



La primera historieta publicada por Aballay, con guión de Ricardo Ferrari, en editorial Columba.

Te perfeccionaste en el dibujo en una escuela de ilustración e historieta ¿con qué docentes y cómo fue la experiencia?
A los 19 años (1991), estaba mal convencido que dibujaba muy bien. Mamá y los abuelos, con su cariño, te dicen “¡Ay, es un genio, Dieguito!”. Yo digo: “Ay, carajo...”. No. No era un genio, ni mucho menos. Faltaba tanto... Por suerte apareció mi primer gran maestro: RAÚL FORTÍN. Un artista de los que no abundan, muy sensible, con muy buen ojo y una trayectoria impecable. La primer clase en el taller de ilustración e historieta, le llevé mi carpeta con cara de “JAAHORAVASAVERLOBIENQUEDIBUJOJA”, y él me dijo: “Psssssí, están biennnnn, pero te falta aprender perspectiva... y composición... y anatomía... y luz y sobra... y...y...y...y...”. Y salí de ahí hecho pedazos... ¡Por suerte! Fue lo mejor que me pasó en la vida; y hasta el día de hoy, que no está, lo extraño y extraño sus críticas constructivas. Le debo muchísimo. Me enseñó a mirar mejor y a pensar el dibujo con una fuerte carga teórica. Porque aunque el dibujo es acción, yo siempre les digo a mis alumnos “el dibujo no es hablado, es dibujado” (cuando hablan demasiado y no trabajan); Raúl tenía una increíble formación teórica, de sus estudios en la vieja escuela de Bellas Artes, en la ciudad La Plata. Fue un padre para mí, y mi gran maestro. Después, en 2002 llamo por tel al maestro Alberto Salinas, el dibujante de Dago, y le cuento que necesito aprender color, que soy pésimo pintando, que dibujo mucho y que quiero estudiar con él. Que no quiero hacerle perder tiempo, que me gustaría ser su discípulo, y él, como había sido maestro de un amigazo mío, Oscarcito Mattasa, me toma como estudiante. Un lujo que agradeceré por siempre, ya que éramos pocos los que teníamos el privilegio de estudiar en su casa por aquel entonces. Con los originales de Dago, de Drácula, con sus pinturas a la témpera y toda la obra de su padre, José Luis Salinas, el reconocido maestro del Cisco Kid, entre tantos otros éxitos. Ese período fue algo increíble en mi vida. Ahí volé. Cuando Alberto me trajo las páginas de Dago y las de Drácula, casi lloro, no es joda. Les juro que nunca había visto tanta belleza. Trataba de entender que estaba estudiando con un pedazo de historia viva, un tipo de los que no abundan. Salinas era de otro planeta, tenía encima más de 50 años como historietista. Hablábamos mucho de arte, a los dos nos gustaban los pintores barrocos como Rembrandt o Velásquez; y algunos del Renacimiento, Miguel Ángel, Leonardo...
Curiosamente, con Alberto no mejoré mi trabajo de color, mejoré mi dibujo. Y mi forma de contar.
Y en 2004, me tiro a la escuela Sótano Blanco, con Juan Bobillo y Marcelo Sosa como docentes: DOS GENIOS. Generosos, y re nobles de corazón. Gente buena.
Y ahí sí, mi manejo del color fue mejorando mucho, al menos yo me siento fuerte y conforme, aprendí mucho. Y son personas que adoro, que recomiendo siempre. Y amigos, con los que siempre es grato juntarse un rato. En la escuela hicimos la presentación de nuestro libro, “Los hermanos”.
Quiero destacar, o compartir algo con quien lea esto: la formación ayuda mucho. No lo es todo, pero a mí, me hizo ganar tiempo, cachetear el ego de creer que uno es genial (cuando como expliqué, no lo somos), y a veces te ayuda a entender cosas que tal vez solos nos costarían demasiado, si es que llegamos a entenderlas alguna vez. La formación te puede llegar a dar solidez de conceptos, que si son aplicables hacen un combo genial.



Tapa de D`Artagnan donde apareció una de las historietas de Aballay

¿Cuándo comenzaste a publicar y dónde?
Empecé con una ilustración chiquita para una revista de una tarjeta de crédito de mi ciudad. Me pagaron cinco pesos, y fueron los cinco pesos más lindos que gané en mi vida. Yo tenía 20 años.

¿Cómo fue ver tus trabajos publicados por primera vez, qué te produjo (alegría, ansiedad, satisfacción, etc)?
Alegría, por sobre todo. Y fue una puerta que atravesé, que me ubicó en otro lugar. Si había un dibujo mío publicado, podía haber más. Y si mi maestro era dibujante, y vivía de eso, tal vez yo...

Si mal no recuerdo, publicaste en los últimos tiempos de Editorial Columba ¿Cómo fue publicar ahí? ¿En qué otros medios nacionales publicaste o te hubiese gustado publicar?
Uuuuh, imaginate, mi sueño hecho realidad. Claro, yo era lector desde los once años, a los doce mi tía me regaló el libro de Nippur, era la materialización de todos mis sueños... Fue hermoso, ahí lo conocí a uno de los creadores de mi personaje favorito, Crazy Jack, el guionista Gustavo Amézaga, Gardel para mí. Un tipazo, y un amigo con quien tenemos un sueño pendiente. Entré gracias a Ricardo Ferrari, que me escribió un increíble guión de ciencia ficción , “Caídos de la historia”; y me dio una oportunidad única, ya que él decía que yo ya estaba con un trabajo maduro como para publicar, y que se yo...

Ricardo es muy generoso. Otro maestro en mi camino. Y fue él con mi historieta dibujada y me dijo: “está tu plata, che”. Y yo no lo podía creer. Un detalle: la gente de Columba hacía mierda los trabajos con el coloreado. Yo esperé durante meses la publicación de mi primer historieta, y cuando fui al kiosco, me quise matar. Le habían puesto unos colores para matarse. Una vergüenza. Me hicieron pedazos el trabajo, ¡¡¡Mi primer trabajo!!!. Hoy me río mucho, siempre lo cuento, pero en aquel momento me dio mucha rabia.
Hice siete unitarios para Columba, pero ya venía muy averiado el barco, ya se hundían.
Hice también unas ilustraciones con amigos para Billiken, hice algo para diaros pedorros, hice de todo. Y en mi ciudad, participé de una hermosa revista de humor gráfico que se llamó La Gastada, con gente amiga que recuerdo con mucho cariño.
Y bueno, me hubiese encantado publicar en Fierro y en Skorpio, por supuesto.



Tapa de revista italiana donde publica Aballay. La ilustración de tapa es de su autoría.

¿Qué es la historieta y qué es la ilustración?
La historieta es una forma de contar algo en imágenes secuenciadas, es decir, una concatenada con la anterior y con la que le sigue. Según Will Eisner:arte secuencial”.
La ilustración es una imagen única, que también nos permite contar algo, más breve, pero no por ello de forma más limitada. Son dos formas que nos posibilitan la narración y el juego visual, en cualquiera de sus múltiples posibilidades, infinitas posibilidades.

¿Cómo se dio el proceso para llegar a publicar en Italia y cómo es el trabajo?
Ricardo (Ferrari)
viajaba con su señora, yo me mudaba con mi novia, Carolina, mi estudio de dibujo se disolvía, y estaba sin trabajo. Él me dijo que si quería me llevaba muestras, así que hice apenas cinco páginas a lápiz, y se fue. Gustaron mucho. Me dejé todo en esas páginas. Y ahí, después enganchamos con la miniserie de los hermanos, y después con una infinidad de unitarios de C.F. y Fantasía heroica; también algo de terror (poco).
El trabajo es serio. Y eso lo digo como algo gratificante. Dibujo, entrego en término y cobro al mes siguiente. Eso ya es mucho. Hablamos con Ferrari qué vamos a hacer, a veces; y otras él me manda los guiones sabiendo que es lo que a mí me gusta dibujar. Somos buenos compañeros. Yo aprendí muchísimo de Ricardo, de su manera de contar, de sus juegos narrativos. Y encima me cuenta mil anécdotas, que yo grabo en mi cabeza, y las sumo con las que me contaban Fortín y Salinas; tengo mucha info que me encantaría volcar alguna vez en un libro, sobre dibujantes y eso... Anécdotas lindas.





Para Italia trabajás con el maestro Ricardo Ferrari. Aunque hoy en el país, en ciertos sectores existe un cierto prejuicio hacia la historieta de aventuras, Ferrari es como que deslegitima esa visión con sus guiones, con tramas atrapantes, muy bien escritas e imaginativas. También es notable como a un guión de aventuras clásicas le da una vuelta de tuerca dándole a veces un enfoque hasta filosófico, siempre te dejan algo, una segunda lectura. Varios profesionales que han trabajo con él, como Mulko, coinciden en ese punto ¿Cómo es trabajar con ese tipo de guión y con él?
Los guiones de Ricardo son divertidos, al menos para mí. Y como decís, para muchos que han trabajado con él. (Sergio) Ibáñez me contaba hace un tiempo, que lo que hizo con Ricardo fue lo mejor que ilustró en su vida. Sergio dibujó Dimitri, para Columba, y otras, Cosme y una que no logro recordar... Risso dibujó la que para mí es la obra maestra de Ricardo Ferrari: JULIO CÉSAR. José Massaroli dibujó ENCUENTROS CERCANOS. Mulko hizo ESPARTACO, y EL GERMANO. Son historias que cuando las leés, te pegan, te atrapan. Yo me divierto muchísimo. ¡Y los finales!, en una de guerreros te hace aparecer un plato volador y te caga, porque nunca te lo esperabas. Es genial. Y siempre fue injustamente eclipsado por los editores de Columba, por el fanatismo que tenían hacia Wood (otro genio, ¿no?). Y sobre lo filosófico que mencionás, sí, aquel siempre “le mete cabeza” a las historias, es un animal muy preparadito... ¡Ja! (Él me dice cosas peores, irreproducibles)


Diego Aballay dibujando
La próxima semana, la segunda parte.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Picado Patagónico y entrevista a Alfredo Grondona White

A fines del año 2008 se acordó con los responsables de Fierro hacer un suplemento Picado Fino. Transcurrido un año desde su entrega, el suplemento nunca se publicó. Como nos parecía una pena que el material quedara inédito, ahora lo brindamos a nuestros lectores de forma gratuita para su descarga en PDF. Al suplemento lo integran los autores que por entonces formaban parte de Historieta Patagónica, staff que hoy en día se ha ampliado, por lo cual no están varios de los nombres habitúes del blog.
El archivo pesa 3,4 MB.


Para descargar el suplemento.


Entrevista: Alfredo Grondona White
Alfredo Grondona White es uno de los grandes maestros del humor gráfico argentino, tanto en los formatos viñeta unitaria como el de historieta. Su trayectoria ostenta colaboraciones en revistas hoy míticas como Chaupinela, El Ratón de Occidente, Satiricón, Humi, Fierro o Humor; donde era uno de los autores estrella de la publicación.
Si algo caracteriza a sus trabajos, es el análisis satírico de las costumbres de los argentinos, como las que plasmó durante años en la revista Humor.
La siguiente entrevista fue realizada vía E-mail a principios de febrero de este año.
Por Alejandro Aguado

Edad, lugar de nacimiento
1-Tengo 71 años, nací en Rosario, Santa Fe, el 10 de junio de 1938.


Grondona White, en una foto de los años 90.

¿Desde cuándo y por qué el gusto por el dibujo y el humor?
El dibujo es una cosa y el humor, otra. Ambas me gustaron desde chico, cuentos y garabatear, sobre todo, caballos y cowboys de los comics norteamericanos y la revista "Punch", que leía en la biblioteca de la Cultural Inglesa.

¿Cuándo comenzó a publicar y en qué medios?
En 1953. Diarios "Rosario" y "Democracia", plena época de la dictadura de Perón y sus generales, que pocos saben, empezó el 4 de junio del ´43 y era feriado nacional durante mi primaria y secundaria hasta el ´55.

Sus trabajos en la Humor en general funcionaban como un análisis o sátira mordaz de las costumbres y modos de la clase media argentina, urbana. ¿Qué repercusión tenían?
Dibujé de todo, desde la vida en las obras hasta las vivencias de cualquier ciudadano. La repercusión depende de cada lector y es subjetiva.



Contratapa del libro "Grondona White", editado por La Urraca.

Si siguiera publicando historietas en ese estilo ¿hoy en día se notarían muchos cambios en los temas, respecto de las que publicaba en Humor?
Dibujé pocas historietas: Rob Scanner y Piccafeces, en forma más o menos continuada. En “Chaupinela” y “El Ratón de Occidente” publiqué historietas que tenían que ver con mi experiencia como laburante en grandes obras de construcción: Somisa, Duperial, Petroquímica, etc. y también personajes reales que conocí, de distintas nacionalidades: norteamericanos, alemanes, ingleses, japoneses, franceses e italianos, entre los argentinos nativos, que trabajábamos en la construcción y puesta en marcha.
El idioma inglés, que mamé de bebé de una abuela irlandesa y mi madre, me ayudaron muchísimo en comprender, aprender y comparar. El idioma universal en la construcción con contratistas extranjeros es el inglés. Dependiendo del medio, dibujé para chicos en “Humi”.

¿Para hacer humor gráfico, qué se debe tener en cuenta, respecto del dibujo y modos de abordar los temas?
Claridad en el mensaje y universalidad de los receptores del mensaje. No ser oscuro ni elitista.


Tapa del libro dedicado al personaje Piccafeces, personaje publicado en Humor y compilado por editorial La Urraca en 1988.

¿Cómo era trabajar en Humor, en La Urraca? Se conocían todos, eran amigos entre los autores, se frecuentaban?
Muy placentero. Muchos colaboraban de afuera y bajaban o subían a BA como Crist, Fontanarrosa, Peiró, Góngora , etc. Otros venían personalmente, pero siempre nos reuníamos a almorzar con los de siempre y con los que venían de tantos lugares distintos. Mis amigos más cercanos, eran por afinidad, los uruguayos, ya que Rosario y Montevideo se declararon ciudades hermanas en el 30. Mis padres pasaron su viaje de bodas en Piriápolis, cuando el vapor de la carrera partía de Rosario y llegaba a Montevideo.

¿Qué es el humor gráfico y qué es la historieta?
El humor gráfico es un chiste ilustrado, mejor mudo, unitario.
La historieta es la ficción narrativa ilustrada por cuadros secuenciales
Y puede ser humorística o no.



Historieta para la revista infantil Humi 10, 1983, que editaba La Urraca.

El prólogo del libro dedicado a su personaje “El Dr Piccafeces” dice que nació de un abogado que le inició un juicio a la editorial La Urraca, algo que narra en el primer episodio. Luego lo adoptó como personaje?
Ese abogado, en particular, lo vi al pasar pero es la síntesis de todo los ave-negras de antes, ahora y del futuro, mientras existan pleitos que a veces ellos mismos buscan o provocan. Es la tercera profesión más aborrecida, detrás de los políticos y los sindicalistas.

Piccafeces funciona como un arquetipo de la típica “viveza criolla”, de esos siempre atentos de sacar ventaja sin importar cómo. ¿Hoy ese personaje seguiría vigente?
La “viveza criolla” nos llevó a la continua decadencia que ahora sufrimos.

¿Qué diferencias nota entre los temas que se abordaban en los 80 y 90 con los que se trabajan hoy en día? ¿En los estilos de dibujo?
Los temas son los mismos, actualizados, pero actualmente se busca muchas veces shoquear al receptor, con algunas excepciones. Las novelas gráficas que se publican en forma de libros en colores en Europa, Oriente y EE.UU son de una calidad envidiable en el trazo y el uso del color, posiblemente por los avances en la reproducción cromáticaque permite una gama casi infinita de tonalidades y contrastes.



Página de historieta publicada en Chaupinela 20, 1975.

¿Qué temas le gustaría abordar en la actualidad?
Los mismos de siempre. Siempre son vigentes.

¿Qué autores considera que se haya olvidado y que se los debería tener más presentes?
Los buenos dibujantes tienen a los antiguos maestros siempre en mente, si se han formado correctamente. Nadie nació sabiendo, pero el público lector de revistas de hoy quizá no conozca a la gran mayoría de los dibujantes que hicieron historia desde principios del siglo 20, entre ellos, los alemanes como Heinrich Kley o Escher. No tienen lugar --con la avalancha de nuevas publicaciones que aparece todos los días.

¿Cómo lector, qué historietas leía y lee? ¿Tiene preferencia por alguna línea gráfica en particular o lee de todo?
Leía a los grandes humoristas británicos y norteamericanos , devoraba todo tipo de historietas, pero principalmente prefería a los dibujantes como Alex Raymond, en el Flash Gordon anterior al código Hays que quiso moralizar todo, y los dibujantes que dibujaban hermosas mujeres
se desanimaron, y la historieta se volvió más machista. ¡ Hasta la pobre Betty Boop fue censurada!

A veces pareciera que la obra de los autores y su consecuente reconocimiento o no, valiera más o menos según en qué medio publiquen, o si publican en el país o el exterior. Esto es así? Si es así. ¿Por qué te parece que se da de ese modo?
No me consta. Los británicos dicen que la comida de un hombre puede ser el veneno para el otro… . Battaglia fue un éxito acá y un fiasco en USA. Salinas se esclavizó con el Cisco Kid y nunca volvióa ser el del Libro de las Selvas Vírgenes, Ella o Ayesha. El exterior es un término muy vago: yo he publicado en Italia, USA y Uruguay pero no soy muy conocido fuera del Río de la Plata. Creo que ni en Rosario se acuerdan de que fui el primer “no porteño” en publicar allí y que gané el concurso de la tapa de la revista Dibujantes cuando tenía 17 años.


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Historieta publicada en Humor 46, 1980.

¿Qué lecturas y autores recomendarías a los lectores?
Todos los buenos autores sin distinción de temas, pero rajar de los best-sellers…

¿Sugerencias para los autores que se inician?
Modestia y humildad, amor por el dibujo y disfrutarlo, simplificación a partir del conocimiento de lo complejo, claridad y parquedad en el mensaje y huir del facilismo, el panfleto, el sermón y la prédica.

¿Cómo ve el panorama de la historieta y el humor gráfico en la actualidad?
Siempre aparece nueva gente muy valiosa y los que ya fueron, que no se aferren a su sitio, que se corran y dejen lugar a los nuevos, con sus nuevas experiencias que contar. Los modernos chiches electrónicos son pasajeros, puro vértigo, ruido y confusión, enemigos los tres de la paz con que se identifica un dibujo bien hecho. El humor gráfico, del tipo Ronald Searle, Sempé, Tabaré y tantos otros, no perderá vigencia aunque más no sea para los historiadores del futuro.

viernes, 5 de febrero de 2010

Entrevista: Germán Cáceres

Germán Cáceres
La escritura sobre la historieta


Germán Cáceres, quien colabora con artículos en este blog, es escritor de literatura, ensayista y crítico de extensa trayectoria. Sus textos comprenden el teatro, el cine, la historieta y la literatura, de los que ha publicado una innumerable cantidad de artículos en numeroso medios del país y el exterior y veintiún libros.
La siguiente entrevista fue realizada a fines del año 2009, antes que se sumara como colaborador del blog de La Duendes.

Por Alejandro Aguado


Germán Cáceres

Los orígenes
Nací en 1938, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Era otro Avellaneda y otro mundo. Me crié jugando a la pelota, porque se jugaba a la pelota y no al fútbol, corriendo, haciendo travesuras. Había bailes en la calle en carnaval, otro mundo.
Cuando me vine acá (a Capital Federal) a los ocho años, fue un shock tremendo. Me sentía un pájaro enjaulado, no me adaptaba. Los pibes de acá tenían otro ritmo, al pibe de Avellaneda que era un tipo atorrante, reo. Al final me amoldé y ahora soy bien de acá.

Vocación pendiente
En mí momento, cuando yo tenía entre ocho y diez años, se leían historietas. Los chicos teníamos dos ambiciones, ser dibujante de historietas o boxeador. Para mí, me decía: “cuando sea grande voy a dibujar historietas”, y dibujaba muy bien. Pero en mi casa hubo una oposición muy férrea, se unió toda la familia. Para ellos, que me metiera en algo del arte, era algo peligrosísimo, era el hambre. Soy hijo de inmigrantes, ellos vinieron con hambre, entonces si me dedicaba a la historieta pensaban que me les había perdido.
Ocurría que también se desprestigiaba a la historieta y la forma de seguir tranquilo era seguir Bellas Artes. Pero no hubo caso y de alguna manera quedó tronchada una vocación.
Después me inscribí en el curso por correspondencia de Alex Raymond, pero no era lo mismo y además tenía que estudiar en el secundario, en el comercial. Al final dejé. No me daba la voluntad, dibujaba por correspondencia en los ratos libres, no es lo mismo. Dejé y quedó una gran frustración.


Libro de Cáceres, "La aventura en América", 1999.

Recuperar la vocación por medio de la escritura
Con el correr de los años, pude recuperar la vocación escribiendo sobre historietas. Comencé a escribir tarde, más o menos en la época que nació Fierro (la primera etapa, en 1984).
De todos modos, siempre tuve inquietudes artísticas, pero iban de un lado para otro, porque eso de seguir comercial fue un estigma, me hizo un lío en la cabeza.
Me dediqué primero a la crítica de cine, a los 21 años. Estuve en un cine club muy conocido, estaba en la comisión directiva, escribía para una revista. Ahí me acostumbré a escribir, tuve muy grandes maestros, que interpretaban toda la película, como un tal Guido Aristarco o Andrés Vasén. Me acostumbré a interpretar, también la imagen, en qué falló el argumento, si falló el director o el guionista. Todo eso, después, de alguna manera se aplica a la historieta. El ideal de antes no era ser director de cine, era ser crítico de cine. Los críticos cuando hacían una crítica se remontaban a los griegos, era una cosa increíble, la sabiduría que ponían, el estilo, la información. Entonces era mejor ser eso que director. Pero también estaba ser director, después, estaba esa fantasía.
También, como me gustaban las Bellas Artes, iba mucho a exposiciones. Eso también enriquece. Si uno va de las historietas a las Bellas Artes, sin prejuicios, eso enriquece. Tenemos además el Por Art, que era llevar prácticamente el dibujo de la historieta a la pintura.
Me gusta mucho el cine de animación, donde hay mucha experimentación, hay muchos grandes dibujantes. Vi mucha animación Checa, muy buena.
Después empecé a escribir cuentos, novelas, literatura juvenil y teatro. Tengo más o menos unos 21 libros publicados.

Escribiendo sobre la historieta
Un libro que me ayudó mucho fue el de Humberto Eco, “Apocalípticos e integrados”. De cinco cuadritos no se cuántas páginas escribe. Eso me ayudó. Después salió una alemana, que estudió una historieta con una amplitud que también me enseñó a mirar.
Fue una historieta de gran éxito en Alemania, pero desconocida acá. Explicaba todo, no dejaba nada.
Leí muchos libros sobre historieta, algunos sobre técnica de la historieta. De Carlos Freixas, que explicaba todas las técnicas de la historieta, los planos, las sombras, las perspectivas. Además con Alex Raymond estudié la historia de la historieta, la enciclopedia de los grandes dibujantes, que explicaba sus métodos de trabajo.
Todo eso dentro de los posible, de no estar adentro. Otra cosa es tomar un plumín o un rotring, o una computadora.
Yo tomé como ejercicio mirar cada cuadrito y voy tomando nota sin ninguna pretensión, y en cierto momento veo que escribí cosas parecidas. Quiere decir que ya descubrí el estilo, que va surgiendo en la reiteración, como un leit motiv. Hay una problemática, una visión del mundo, que se repite.


Nota de Cáceres en la sección La Ferretería, en la revista Fierro 63 -primera época-, 1989.

El primer libro que publiqué sobre historieta fue “Charlando con Súperman”. Súperman era la excusa, era una reunión de artículos sobre historietas, que después publiqué en Fierro. Presenta varios accesos, no es uniforme.
Después vino “Así se lee la historieta”, “El dibujo de aventuras”, que lo editó Almagesto. También “Oesterheld”, que lo editó Ediciones del Dock y “La aventura en América”, que si bien es literario, mecho mucho de historietas, la historieta está presente.
Al escribir sobre historieta me gusta dar datos, pero sobre todo interpretar lo que hace el autor. Sinó es un informe. Analizar, más allá del riesgo, analizar el dibujo, como usa los planos, los ángulos. Y ver qué elementos tiene el guionista.
A maestros conocí y entrevisté a Alberto Breccia, a Lucho Olivera que era muy talentoso, Robin Wood, Eugenio Zapietro, Horacio Lalia, Mandrafina, Leopoldo Durañoña, Hugo Pratt, Ricardo Barreiro, Carlos Albiac, Saffino, Solano López, Patricia Breccia, Art Spiegelman. A Spiegelman, el de Maus, lo entrevisté chapuceando el inglés, lo grabé. Entendía el sentido, además era con gestos. Después se lo di a una traductora para que me traduzca bien lo que dijo. Tenía una idea muy interesante de lo que ocurre en el espacio en blanco, entre cuadrito y cuadrito. El decía que ese espacio es subjetivo, que lo importa es lo que no se narra. También es una metáfora.


La historieta argentina
En guión Oesterheld, pero decir un lugar común, pero dejo gente afuera y todo tiene su valor. Veo que en música alguien dice Beethoven fue el más grande compositor de todos los tiempos, otro va y dice Mózart, otro dice Bach. No, son visiones subjetivas.
Ricardo Barreiro me gustaba mucho. Aunque era tildado de comercial, Robin Wood tenía mucho talento para guionar.
Ahora dibujantes, aca hubo de todo en distintas épocas. Salinas (José Luis) me encantaba, que fue un dibujante tipo ilustración. Me gustaba mucho el dibujo de Solano López, el de Alberto Breccia, el de Enrique Breccia, José Muñoz, pero bueno, temo dejar a muchos afuera, hay cientos. Sería inagotable, porque si acá hubo cosas buenas, fueron dibujantes y guionistas de historietas. Es muy vasta la producción.
Ahora, a pesar de todo, de la crisis de la historieta, hay una producción vasta en todos los estilos, hay muchos estilos. Lo que estoy observando, respecto de hoy, es que antes un dibujante para ser un maestro le dedicaba muchos años. Hoy ya, por la ayuda de los medios, la ayuda de los profesores, Internet, no se que, pero uno ve un pibe de 22 o 30 años que ya está hecho un maestro. Hay una pléyade de maestros. A veces uno empieza a investigar y no se termina más.


Libro de Cáceres que aborda la obra de Héctor Oesterheld, 1992.

El panorama actual del mercado de historietas
Acá hay una cosa real, un problema, llegar al mercado. Pero hay un gran adelanto, porque hubo una época en que prácticamente no se producía historieta. Ahora hay producción de historietas, calidad de dibujantes, calidad de guionistas. Ahora hay que crear un mercado, hay que ver cómo se hace con eso. No es fácil crear un mercado porque es una época distinta, hay otros atractivos, como Internet, los celulares, los DVD, los videojuegos, entonces la historieta comienza a competir con variantes muy fuertes que tienen poder económico. ¿Entonces cómo penetra eso? La única manera que veo es buscar un mercado minoritario pero sólido. No minoritario que compre poco, sino que compre mucho. Como muchas cosas que se leen poco, pero se leen. Posiblemente libros de cine se editen pocos, pero hay un mercado con lectores que los compran.


Nota de Cáceres en la sección La Ferreteria, en la revista Fierro 85 -primera época- 1991.

Sobre nuevos modos de entender la historieta y el arte
A veces hay que adaptarse un poco, se intelectualiza mucho la historieta. A veces tuvo un dibujo muy estético, muy expresivo, pero por ahí al lector no le gusta. Las historias también pueden ser muy interesantes, con mucho contenido, con mucha inquietud, pero bueno, hay que aprender en parte del cine de Hollywood.
Acá también a veces hay una visión muy intelectual, que también se reproduce en la literatura.

Aguado: ¿Puede ser que el prejuicio que existe en la literatura respecto a los best sellers, en cierto modo se haya trasladado a la historieta, que si vende mucho es mala?
Sería, vender poco y para pocos es bueno. Ha cambiado también la visión del arte, no es lo mismo ahora que antes. Hoy, por ejemplo el cine que me gustaba mucho y me gusta, el de Bergman, el de Einseistein, el de Fellini, etc., hoy no va. Hay otra estética, hoy vale Tarantino, el cine asiático, por ejemplo. Han cambiado también los criterios, porque antes era el “gran” arte, el arte inmortal, el que perdura por siglos, el artista como ser superior. Bueno, el artista también es profesional y el artista también se acomoda. En la historieta, si te vas a Italia, te van a pedir una especial para los italianos, uno ya no puede escribir para sí mismo, para lectores exquisitos. Los gustos cambian, y eso es lo que no se ha percibido.

Aguado: En el festival Dibujantes, en Rosario, varios profesionales que trabajan para el exterior, dijeron algo que me llamó mucho la atención: “los argentinos tenemos que volver a dibujar como argentinos”, a lo que también se señaló que hasta se sentía frustración de no poder realizar una obra propia. Por ejemplo, como en el caso de Mandrafina o José Muñoz, etc., con estéticas bien personales
Bueno, voy a decir algo por lo que puedo ser muy criticado, sobre todo por los académicos. Yo creo en el arte por encargo.
Aguado: Pero eso es una realidad.
Es una realidad que no hay que menospreciar, porque de algún modo está en el creador recibir ese encargo y hacerlo a su manera. Pero a veces con un tema, al creador se lo marca y lo puede realizar mejor, para que no se disperse. También es bueno si encaja en lo de uno, tampoco que no tenga nada que ver.
Hay una frase célebre: “el arte nace de las cadenas y muere de la libertad”. Recuerdo una película de Buñuel, que ponía dos amantes en la cama, pero como era la España franquista le dijeron que no se podía hacer eso. Entonces les dijo: ¿que quieren, que los saque jugando a las cartas?. Y los sacó jugando a las cartas y es una escena completamente erótica, en la que se miran, se insinúan y se notaba que después del juego de cartas iba a pasar lo demás.
Oesterheld guionaba por encargo.
Tengo una idea. Supone que cerrés La Duendes y dentro de diez años la querés reeditar. Noo, ponele otro nombre, ya pasó. Ves, Fierro sigue con el nombre. Esta está peor que la otra, porque la otra era vanguardia en serio. Esta tiene cosas atractivas, pero no es vanguardia, es la experimentación, aunque tiene muy buenos colaboradores.



Nota de Cáceres en la revista Hora Cero 1 -segunda época, edit. La Urraca-, 1990.

Recomenzar y el aporte de Intenet
Ahora recomencé a escribir sobre historietas, porque no había lugar donde publicar. Si no había lugares para publicar historietas, menos había para escribir sobre historieta. No me quedé como analista de la historieta, la historieta se quedó sin lugar. Ahora vuelve un poco, hay posibilidades de escribir. Hay más.
Aguado: Ahora mucho se trasladó a Internet
En principio, en mí, hubo una resistencia, porque vengo de una generación donde lo que vale es el papel. Ahora en Internet hay muy buenas cosas, que salen muy desarrolladas, hay mucho estudio, mucha investigación, mucha labor creativa. Además se da que primero lo hacés en Internet y después se publica en papel.
Entiendo que Internet nos ha cambiado, personalmente siento que me mejoró, no que me perjudicó. He ampliado mi red de, llamalos amigos, conocidos, contactos. Tengo gente muy valiosa que nos conocemos virtualmente, hay otros lugares para moverse.
Me sorprendí en Viñetas Sueltas (Buenos Aires, 2009) cuando vi el stand de La Duendes y me encontré con una producción valiosísima. Me preguntaba ¿de dónde salió esto? Después fui al sitio, que me gustó mucho, hay mucha obra, hay mucho para consultar.


GERMÁN CÁCERES
Es autor de cinco ensayos, tres libros de cuentos, dos novelas, tres libros de literatura infantil y juvenil, cinco obras de teatro y dos compilaciones de cuentos.
Recibió Mención de Honor Premio Municipal en Cuento. Obtuvo cuatro "Fajas de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores". Mereció Mención de Honor en el Concurso Internacional de Ficción sobre Gardel (Montevideo). La Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó el 1er. Premio Especial “Eduardo Mallea” por su ensayo La aventura en América. En octubre de 2002 fue premiado en el concurso de cuentos "Atanas Mandadjiev", celebrado en Sofía, Bulgaria. En 2005 ganó el primer y segundo premios en el “Concurso internacional de novela juvenil” organizado por la editorial HMR Systems.
En octubre de 2005 se estrenó su obra de teatro Knock out, fuera de combate, y en abril de 2007, Agua, piedras y escobazos.
Varios de sus cuentos fueron traducidos al italiano y al portugués.
El 29 de marzo de 2008 la asamblea de la Academia de Letras e Artes do Nordeste Brasileiro lo nombró miembro correspondiente.
Fue jurado en el Festival de cine Buenos Aires Rojo Sangre 2008.
En el año 2009 se publicó El enigma del Siambón y a principios de 2010 El ataque de los acuanautas. En conmemoración del Bicentenario, en marzo de 2010 se estrenará en las escuelas del Oeste Bonaerense su obra de teatro El incidente (Un episodio en la vida de Manuel Belgrano).

martes, 2 de febrero de 2010

365 Comics por Año. "Chingolo" Casalla: Ciudadano Ilustre



365 comics por año
El periodista en historietas, Andrés Accorsi, lleva adelante el blog “365 comics por año”, donde sube una crítica a un trabajo de historieta por día!!! Notable emprendimiento.
Una muy buena nota sobre dicho blog se puede leer en “Cuadritos”, de su colega Andrés Valenzuela.


Carlos “Chingolo” Casalla: ciudadano ilustre y reconocimiento del Senado Nacional
El maestro “Chingolo” Casalla, padre o dibujante de varios personajes ilustres de la historieta argentina, como “El Cabo Sabino”, “El Cosaco”, “Alamo Jim”, “Perdido Joe”, “Largo Nolan”, en otras, publicadas en revistas como “El Tony”, “D`Artagnan”, “Fantasía”, “ Pif Paf”, etc., recibió varios y muy importantes reconocimientos a su trayectoria como artista de la gráfica, la pintura y la música (es un reconocido baterista).
A fines del año 2009, fue nombrado Ciudadano ilustre por la Legislatura de la Provincia de Río Negro, “por su contribución al patrimonio artístico de la provincia”, y le fue otorgada una Mención de Honor dada por la Cámara de Senadores de la Nación, en “reconocimiento a su obra destinada a mejorar la calidad de vida de sus semejantes, de las instituciones y sus comunidades”.


Casalla junto a los diplomas (enero de 2010).

Casalla nació en Buenos Aires, en mayo de 1920, y desde 1961 reside en San Carlos de Bariloche, Río Negro, aunque llegó a la ciudad en 1953.
Su obra más conocida, “El Cabo Savino”, se publica desde 1954, cuando apareció por primera vez en el diario La Razón, de Buenos Aires. Posteriormente se transformó en uno de los principales personajes de editorial Columba. En la actualidad se publica como tira diaria en el diario Río Negro, el de mayor tirada de Patagonia. “El Cabo Savino” es el personaje de la historieta argentina que más años lleva publicándose y uno de los pocos dedicados al casi extinto género del “gauchesco”. Asimismo, es de aquellos personajes de la llamada historieta “seria”, que trasciende a los lectores especializados en historieta, para gozar de la aceptación de un público en general.
Merecidos reconocimientos en vida a uno de los mayores autores de la historieta creada en Argentina.

Nuestras felicitaciones al maestro!!!


Diploma de la Legislatura de Río Negro.


Diploma del Senado de La Nación.


Casalla mostrando ilustraciones realizadas para una versión en libro del Martín Fierro.


Casalla con lo que fueron sus primeros trabajos publicados en la década del 50.


Boceto de una tira del Cabo Savino, para el diario Río Negro.


Modo en como se publica hoy en día el Cabo Savino en el diario Río Negro, a color y junto a Mafalda.


Casalla dibujando al Cabo Savino, para un video que se subirá en próximos post.