Germán Cáceres
La escritura sobre la historieta
Germán Cáceres, quien colabora con artículos en este blog, es escritor de literatura, ensayista y crítico de extensa trayectoria. Sus textos comprenden el teatro, el cine, la historieta y la literatura, de los que ha publicado una innumerable cantidad de artículos en numeroso medios del país y el exterior y veintiún libros.
La siguiente entrevista fue realizada a fines del año 2009, antes que se sumara como colaborador del blog de La Duendes.
Por Alejandro Aguado
Germán Cáceres
Los orígenes
Nací en 1938, en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Era otro Avellaneda y otro mundo. Me crié jugando a la pelota, porque se jugaba a la pelota y no al fútbol, corriendo, haciendo travesuras. Había bailes en la calle en carnaval, otro mundo.
Cuando me vine acá (a Capital Federal) a los ocho años, fue un shock tremendo. Me sentía un pájaro enjaulado, no me adaptaba. Los pibes de acá tenían otro ritmo, al pibe de Avellaneda que era un tipo atorrante, reo. Al final me amoldé y ahora soy bien de acá.
Vocación pendiente
En mí momento, cuando yo tenía entre ocho y diez años, se leían historietas. Los chicos teníamos dos ambiciones, ser dibujante de historietas o boxeador. Para mí, me decía: “cuando sea grande voy a dibujar historietas”, y dibujaba muy bien. Pero en mi casa hubo una oposición muy férrea, se unió toda la familia. Para ellos, que me metiera en algo del arte, era algo peligrosísimo, era el hambre. Soy hijo de inmigrantes, ellos vinieron con hambre, entonces si me dedicaba a la historieta pensaban que me les había perdido.
Ocurría que también se desprestigiaba a la historieta y la forma de seguir tranquilo era seguir Bellas Artes. Pero no hubo caso y de alguna manera quedó tronchada una vocación.
Después me inscribí en el curso por correspondencia de Alex Raymond, pero no era lo mismo y además tenía que estudiar en el secundario, en el comercial. Al final dejé. No me daba la voluntad, dibujaba por correspondencia en los ratos libres, no es lo mismo. Dejé y quedó una gran frustración.
Libro de Cáceres, "La aventura en América", 1999.
Recuperar la vocación por medio de la escritura
Con el correr de los años, pude recuperar la vocación escribiendo sobre historietas. Comencé a escribir tarde, más o menos en la época que nació Fierro (la primera etapa, en 1984).
De todos modos, siempre tuve inquietudes artísticas, pero iban de un lado para otro, porque eso de seguir comercial fue un estigma, me hizo un lío en la cabeza.
Me dediqué primero a la crítica de cine, a los 21 años. Estuve en un cine club muy conocido, estaba en la comisión directiva, escribía para una revista. Ahí me acostumbré a escribir, tuve muy grandes maestros, que interpretaban toda la película, como un tal Guido Aristarco o Andrés Vasén. Me acostumbré a interpretar, también la imagen, en qué falló el argumento, si falló el director o el guionista. Todo eso, después, de alguna manera se aplica a la historieta. El ideal de antes no era ser director de cine, era ser crítico de cine. Los críticos cuando hacían una crítica se remontaban a los griegos, era una cosa increíble, la sabiduría que ponían, el estilo, la información. Entonces era mejor ser eso que director. Pero también estaba ser director, después, estaba esa fantasía.
También, como me gustaban las Bellas Artes, iba mucho a exposiciones. Eso también enriquece. Si uno va de las historietas a las Bellas Artes, sin prejuicios, eso enriquece. Tenemos además el Por Art, que era llevar prácticamente el dibujo de la historieta a la pintura.
Me gusta mucho el cine de animación, donde hay mucha experimentación, hay muchos grandes dibujantes. Vi mucha animación Checa, muy buena.
Después empecé a escribir cuentos, novelas, literatura juvenil y teatro. Tengo más o menos unos 21 libros publicados.
Escribiendo sobre la historieta
Un libro que me ayudó mucho fue el de Humberto Eco, “Apocalípticos e integrados”. De cinco cuadritos no se cuántas páginas escribe. Eso me ayudó. Después salió una alemana, que estudió una historieta con una amplitud que también me enseñó a mirar.
Fue una historieta de gran éxito en Alemania, pero desconocida acá. Explicaba todo, no dejaba nada.
Leí muchos libros sobre historieta, algunos sobre técnica de la historieta. De Carlos Freixas, que explicaba todas las técnicas de la historieta, los planos, las sombras, las perspectivas. Además con Alex Raymond estudié la historia de la historieta, la enciclopedia de los grandes dibujantes, que explicaba sus métodos de trabajo.
Todo eso dentro de los posible, de no estar adentro. Otra cosa es tomar un plumín o un rotring, o una computadora.
Yo tomé como ejercicio mirar cada cuadrito y voy tomando nota sin ninguna pretensión, y en cierto momento veo que escribí cosas parecidas. Quiere decir que ya descubrí el estilo, que va surgiendo en la reiteración, como un leit motiv. Hay una problemática, una visión del mundo, que se repite.
Nota de Cáceres en la sección La Ferretería, en la revista Fierro 63 -primera época-, 1989.
El primer libro que publiqué sobre historieta fue “Charlando con Súperman”. Súperman era la excusa, era una reunión de artículos sobre historietas, que después publiqué en Fierro. Presenta varios accesos, no es uniforme.
Después vino “Así se lee la historieta”, “El dibujo de aventuras”, que lo editó Almagesto. También “Oesterheld”, que lo editó Ediciones del Dock y “La aventura en América”, que si bien es literario, mecho mucho de historietas, la historieta está presente.
Al escribir sobre historieta me gusta dar datos, pero sobre todo interpretar lo que hace el autor. Sinó es un informe. Analizar, más allá del riesgo, analizar el dibujo, como usa los planos, los ángulos. Y ver qué elementos tiene el guionista.
A maestros conocí y entrevisté a Alberto Breccia, a Lucho Olivera que era muy talentoso, Robin Wood, Eugenio Zapietro, Horacio Lalia, Mandrafina, Leopoldo Durañoña, Hugo Pratt, Ricardo Barreiro, Carlos Albiac, Saffino, Solano López, Patricia Breccia, Art Spiegelman. A Spiegelman, el de Maus, lo entrevisté chapuceando el inglés, lo grabé. Entendía el sentido, además era con gestos. Después se lo di a una traductora para que me traduzca bien lo que dijo. Tenía una idea muy interesante de lo que ocurre en el espacio en blanco, entre cuadrito y cuadrito. El decía que ese espacio es subjetivo, que lo importa es lo que no se narra. También es una metáfora.
La historieta argentina
En guión Oesterheld, pero decir un lugar común, pero dejo gente afuera y todo tiene su valor. Veo que en música alguien dice Beethoven fue el más grande compositor de todos los tiempos, otro va y dice Mózart, otro dice Bach. No, son visiones subjetivas.
Ricardo Barreiro me gustaba mucho. Aunque era tildado de comercial, Robin Wood tenía mucho talento para guionar.
Ahora dibujantes, aca hubo de todo en distintas épocas. Salinas (José Luis) me encantaba, que fue un dibujante tipo ilustración. Me gustaba mucho el dibujo de Solano López, el de Alberto Breccia, el de Enrique Breccia, José Muñoz, pero bueno, temo dejar a muchos afuera, hay cientos. Sería inagotable, porque si acá hubo cosas buenas, fueron dibujantes y guionistas de historietas. Es muy vasta la producción.
Ahora, a pesar de todo, de la crisis de la historieta, hay una producción vasta en todos los estilos, hay muchos estilos. Lo que estoy observando, respecto de hoy, es que antes un dibujante para ser un maestro le dedicaba muchos años. Hoy ya, por la ayuda de los medios, la ayuda de los profesores, Internet, no se que, pero uno ve un pibe de 22 o 30 años que ya está hecho un maestro. Hay una pléyade de maestros. A veces uno empieza a investigar y no se termina más.
Libro de Cáceres que aborda la obra de Héctor Oesterheld, 1992.
El panorama actual del mercado de historietas
Acá hay una cosa real, un problema, llegar al mercado. Pero hay un gran adelanto, porque hubo una época en que prácticamente no se producía historieta. Ahora hay producción de historietas, calidad de dibujantes, calidad de guionistas. Ahora hay que crear un mercado, hay que ver cómo se hace con eso. No es fácil crear un mercado porque es una época distinta, hay otros atractivos, como Internet, los celulares, los DVD, los videojuegos, entonces la historieta comienza a competir con variantes muy fuertes que tienen poder económico. ¿Entonces cómo penetra eso? La única manera que veo es buscar un mercado minoritario pero sólido. No minoritario que compre poco, sino que compre mucho. Como muchas cosas que se leen poco, pero se leen. Posiblemente libros de cine se editen pocos, pero hay un mercado con lectores que los compran.
Nota de Cáceres en la sección La Ferreteria, en la revista Fierro 85 -primera época- 1991.
Sobre nuevos modos de entender la historieta y el arte
A veces hay que adaptarse un poco, se intelectualiza mucho la historieta. A veces tuvo un dibujo muy estético, muy expresivo, pero por ahí al lector no le gusta. Las historias también pueden ser muy interesantes, con mucho contenido, con mucha inquietud, pero bueno, hay que aprender en parte del cine de Hollywood.
Acá también a veces hay una visión muy intelectual, que también se reproduce en la literatura.
Aguado: ¿Puede ser que el prejuicio que existe en la literatura respecto a los best sellers, en cierto modo se haya trasladado a la historieta, que si vende mucho es mala?
Sería, vender poco y para pocos es bueno. Ha cambiado también la visión del arte, no es lo mismo ahora que antes. Hoy, por ejemplo el cine que me gustaba mucho y me gusta, el de Bergman, el de Einseistein, el de Fellini, etc., hoy no va. Hay otra estética, hoy vale Tarantino, el cine asiático, por ejemplo. Han cambiado también los criterios, porque antes era el “gran” arte, el arte inmortal, el que perdura por siglos, el artista como ser superior. Bueno, el artista también es profesional y el artista también se acomoda. En la historieta, si te vas a Italia, te van a pedir una especial para los italianos, uno ya no puede escribir para sí mismo, para lectores exquisitos. Los gustos cambian, y eso es lo que no se ha percibido.
Aguado: En el festival Dibujantes, en Rosario, varios profesionales que trabajan para el exterior, dijeron algo que me llamó mucho la atención: “los argentinos tenemos que volver a dibujar como argentinos”, a lo que también se señaló que hasta se sentía frustración de no poder realizar una obra propia. Por ejemplo, como en el caso de Mandrafina o José Muñoz, etc., con estéticas bien personales
Bueno, voy a decir algo por lo que puedo ser muy criticado, sobre todo por los académicos. Yo creo en el arte por encargo.
Aguado: Pero eso es una realidad.
Es una realidad que no hay que menospreciar, porque de algún modo está en el creador recibir ese encargo y hacerlo a su manera. Pero a veces con un tema, al creador se lo marca y lo puede realizar mejor, para que no se disperse. También es bueno si encaja en lo de uno, tampoco que no tenga nada que ver.
Hay una frase célebre: “el arte nace de las cadenas y muere de la libertad”. Recuerdo una película de Buñuel, que ponía dos amantes en la cama, pero como era la España franquista le dijeron que no se podía hacer eso. Entonces les dijo: ¿que quieren, que los saque jugando a las cartas?. Y los sacó jugando a las cartas y es una escena completamente erótica, en la que se miran, se insinúan y se notaba que después del juego de cartas iba a pasar lo demás.
Oesterheld guionaba por encargo.
Tengo una idea. Supone que cerrés La Duendes y dentro de diez años la querés reeditar. Noo, ponele otro nombre, ya pasó. Ves, Fierro sigue con el nombre. Esta está peor que la otra, porque la otra era vanguardia en serio. Esta tiene cosas atractivas, pero no es vanguardia, es la experimentación, aunque tiene muy buenos colaboradores.
Nota de Cáceres en la revista Hora Cero 1 -segunda época, edit. La Urraca-, 1990.
Recomenzar y el aporte de Intenet
Ahora recomencé a escribir sobre historietas, porque no había lugar donde publicar. Si no había lugares para publicar historietas, menos había para escribir sobre historieta. No me quedé como analista de la historieta, la historieta se quedó sin lugar. Ahora vuelve un poco, hay posibilidades de escribir. Hay más.
Aguado: Ahora mucho se trasladó a Internet
En principio, en mí, hubo una resistencia, porque vengo de una generación donde lo que vale es el papel. Ahora en Internet hay muy buenas cosas, que salen muy desarrolladas, hay mucho estudio, mucha investigación, mucha labor creativa. Además se da que primero lo hacés en Internet y después se publica en papel.
Entiendo que Internet nos ha cambiado, personalmente siento que me mejoró, no que me perjudicó. He ampliado mi red de, llamalos amigos, conocidos, contactos. Tengo gente muy valiosa que nos conocemos virtualmente, hay otros lugares para moverse.
Me sorprendí en Viñetas Sueltas (Buenos Aires, 2009) cuando vi el stand de La Duendes y me encontré con una producción valiosísima. Me preguntaba ¿de dónde salió esto? Después fui al sitio, que me gustó mucho, hay mucha obra, hay mucho para consultar.
GERMÁN CÁCERES
Es autor de cinco ensayos, tres libros de cuentos, dos novelas, tres libros de literatura infantil y juvenil, cinco obras de teatro y dos compilaciones de cuentos.
Recibió Mención de Honor Premio Municipal en Cuento. Obtuvo cuatro "Fajas de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores". Mereció Mención de Honor en el Concurso Internacional de Ficción sobre Gardel (Montevideo). La Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó el 1er. Premio Especial “Eduardo Mallea” por su ensayo La aventura en América. En octubre de 2002 fue premiado en el concurso de cuentos "Atanas Mandadjiev", celebrado en Sofía, Bulgaria. En 2005 ganó el primer y segundo premios en el “Concurso internacional de novela juvenil” organizado por la editorial HMR Systems.
En octubre de 2005 se estrenó su obra de teatro Knock out, fuera de combate, y en abril de 2007, Agua, piedras y escobazos.
Varios de sus cuentos fueron traducidos al italiano y al portugués.
El 29 de marzo de 2008 la asamblea de la Academia de Letras e Artes do Nordeste Brasileiro lo nombró miembro correspondiente.
Fue jurado en el Festival de cine Buenos Aires Rojo Sangre 2008.
En el año 2009 se publicó El enigma del Siambón y a principios de 2010 El ataque de los acuanautas. En conmemoración del Bicentenario, en marzo de 2010 se estrenará en las escuelas del Oeste Bonaerense su obra de teatro El incidente (Un episodio en la vida de Manuel Belgrano).
1 comentario:
¡Que buena la nota! ojalá la pueda disfrutar mucha gente .
A SEGUIR ADELANTE.....
DANIEL
www.dalilacomics.blogspot.com
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