Sólo habían pasado 31 años desde el último Encuentro. De los artistas que estuvimos en el primero, allá por abril de1978, sólo nos reencontramos ahora, los días 8, 9 y 10 de abril, Horacio Altuna, Cacho Mandrafina, Jorge Morahin y yo. ¡Fue un verdadero "volver a vivir"!
Por supuesto, también se hicieron presentes muchos lobenses que habían participado de aquellas legendarias jornadas, cuando ir al encuentro de Lobos ya se estaba convirtiendo en una maravillosa costumbre. Algunos canosos ya, otros que eran niños cuando nos veían pasar por las calles tranquilas de esta entrañable ciudad bonaerense y ahora traían a sus hijos para que conocieran a los "famosos artistas".
La aventura empieza en el Bar Británico, el viernes a eso de las 15.00. Cruza en su coche raudamente la calle Defensa, frente al viejo Parque Lezama, el amigo Carlos Scherpa, alias Oenlao, guionista y editor. Subo, me instalo a su derecha y partimos. El viaje es rápido y tranquilo. Cuando me quiero acordar, estamos fatigando las calles de Lobos en busca de la Sociedad Española, donde se realiza la exposición y se centraliza toda la organización del evento.
Al primero que encuentro al ingresar es al mismísimo Horacio Altuna, creador del Loco Chávez, las Puertitas del Señor López y las chicas más atractivas de la historieta mundial, alma mater de este encuentro al igual que de los tres primeros, Está charlando con Andrés Accorsi, líder de la revista Comiqueando, quien acomoda prestamente los libros que llevó para su stand de venta, entre ellos los de La Duendes.
Oenlao y Massaroli
Amablemente, Altuna me orienta para que se me entregue la acreditación como invitado al evento por la Dirección de Cultura. Atareados y entusiastas lobenses cuelgan los últimos dibujos en los prolijos paneles. Justo a la entrada, se hallan los míos, flanqueados por los del joven valor local Alan Dimaro, a quien agradezco el haberse ocupado de la impresión y traslado de las copias.
Recorriendo el laberinto de paneles lo veo al humorista Guillermo Almeida, viejo y querido amigo de los tiempos de la ADA; ha sido el primero en llegar. Nos abrazamos, charlamos y, después de un tiempo, notamos que no aparecen más colegas, siendo ya la hora de la ceremonia de inauguración, lo que no deja de extrañarme.
Andrés Accorsi y su stand (en primer plano los libros de La Duendes)
Tras el breve acto en que el intendente, Altuna y su gran amigo lobense Beto Benedetti (¡personaje de una de sus historietas!) declaran inaugurado el encuentro, Accorsi vende los primeros libros de ¡¡Juan Moreira!! y la creciente concurrencia nos empieza a pedir dibujos; así que Almeida y yo nos abocamos al trabajo con mucho gusto. ¡Un alegrón la llegada del guionista Jorge Morhain, como siempre! Horas después, cuando el aluvión cesa, me entero que se había dado una charla en el Club Social.
Hacia allí nos dirigimos. Vienen bajando las escaleras otros dos viejos amigos: Eduardo Maicas y Cacho Mandrafina, junto a un grupo de jóvenes dibujantes y guionistas de la revista Fierro, entre los que reconozco a Diego Agrimbau y Gustavo Sala. El programa continúa con la proyección de Imaginadores, la película de Daniela Fiore, quien se halla presente y recibe merecidos aplausos en el Cine Parroquial. Antes del fin, parte Scherpa de vuelta a su casa. Luego, una cordial Cena de Bienvenida en el Centro Nativo Acuyai, a cargo de los Bomberos Voluntarios que, sinceramente, está a la altura de los mejores tradiciones lobenses. De allí al Hotel Country, en vuelo sin escalas con un remisse de El Gaucho, en pos de un descanso a esta altura imprescindible.
Junto al panel en que se exhibían mis trabajos, justo frente a la entrada.
Sábado 9
Levantarme a la mañana escuchando el canto de los pájaros, ¡qué lujo! El Country se encuentra al lado de la ruta, rodeado por un amplio y verde parque, donde no falta la espectacular pileta de mnatación ni la fresca sombra propicia para el descanso y la meditación. Su dueña, Yolanda, es tan amable que no vacila en llevarme a recorrer los lugares históricos que aún me falta conocer: un reciente Monumento al Gaucho, la Cruz de los Jesuitas, una antigua pulpería donde supo campear el mismísimo Juan Moreira...
Llega la hora del almuerzo, esta vez en el Club los Naranjos, a cargo del Coro Polifónico de la Asociación Asilo de Ancianos. Allí van apareciendo nuevos artistas recién llegados. Tras los legendarios ravioles de verdura, que nadie que haya estado en aquellos encuentros de los '70 ha podido olvidar, oimos cantar a muy buenos artistas locales y de pronto, ¡oh, sorpresa!: toma el micrófono el ilustrador Ariel Olivetti y se canta un par de tangos con una voz y una entonación que más de un profesional le envidiaría. La cordialidad de las mozas y los cocineros, como siempre, insuperables.
Habla Cacho Mandrafina ante la atenta mirada de Noé, Olivetti, Risso, Altuna, músicos y comensales
Tras una siesta reparadora en el Country y una cordial charla con Maicas y Risso, regreso a la Sociedad Española. La gente deambula entre los paneles en busca de los artistas, así que ni bien ingreso, tras saludar al recién llegado Alan Dimaro, ambos nos ponemos a trabajar, es decir, a dibujar, como el día anterior, para los chicos y los grandes que nos rodearon inmediatamente, en unas hojitas que que están a la vente a beneficio de distintas instituciones locales.
Morahin anuncia que es, precisamente, ¡el día de su cumpleaños! ¡Qué linda manera de festejarlo!
Dimaro, jugando de local, concita la atención de sus coterráneos, varios de los cuales se llevan su libro Sr. Valdemar 2, donde revela todo un abanico de posibilidades estilísticas que no dejan de interesar al ojo avizor del director de Fierro, Juan Sasturain, quien llega poco después. El lobense, dibujando "en vivo" es un caso serio: dibuja lo que le piden, nada le es ajeno ni difícil; en mi caso, yo me muevo en un arco limitado entre el Pato Donald y su familia y Juan Moreira, pasando por mi personaje Orquídeo Maidana.
Con Eduardo Risso, un capo indiscutible, hablando sobre nuestro Rosario querido.
Esta vez hay mucha más gente que el viernes y no damos abasto. Por suerte, a la nochecita, terminada la última charla en el Club Social, llega el grueso de los colegas y Alan y yo podemos tomarnos un respiro. Están ahí Sasturain, Jorge Lucas, Max Aguirre, Ignacio Noé y otros "férreos" valores, junto a los ya aclimatados Maicas y Mandrafina. En un momento dado nos miramos con Maicas y declaramos unánimemente: "Ahora sí: ES LOBOS!"
Mandrafina y Maicas dibujan para el público
Cada tanto alguien se lleva mi libro ¡¡Juan Moreira!! dedicado y autografiado, demostrando que la leyenda del gaucho indomable sigue viva en el pago donde encontró su fin y que la gente no sólo lee comics o manga, sino que se interesa mucho cuando se cuenta una historia "de acá".
Dimaro, Morahin, Olivetti, Lunik, Sala, Aguirre, Mandrafina, Maicas, Risso y otros, a la hora de presentarse ante el público
La Cena de Gala, a cargo de la asociación de Ayuda a la Familia y al Niño nos espera en su misma sede. A los postres, tras haber devorado ingentes cantidades de otros riquísimos ravioles, esta vez de ricota, nos presentamos ante la gran cantidad de comensales, explicando quién es cada uno y cómo lo está pasando. Tras un café en La Marina que se prolonga hasta las 3 de la mañana, llega el momento de volver al Country. Ha sido un largo día.
Una de las mesas en la cena del sábado
El domingo tiene clima de despedida desde el vamos. Desayunando en El Country, conoco en persona a Juan Sáenz Valiente, acompañado por su inseparable perro que fue la sensación del evento. Cargando con mi equipaje, me dirijo a la remisería El Gaucho, que se ha encargado de trasladar a los invitados (el hotel queda sobre la ruta, a varios kilómetros del centro). Allí dejo mis bártulos. El verde del campo me llama y no puede resistirme a la tentación de llegarme hasta el parque, a unas pocas cuadras del centro, y tirarme un rato a la sombra de los altos árboles. Sé que el día va a ser largo.
Me cuesta dejar el pastito y la sombra, pero al fin arranco y llego a tiempo para el último almuerzo (¡es dura la vida del artista!), esta vez en el Polideportivo de la Cooperadora del Colegio Nacional. Como siempre, todo está muy bien, sólo que se esperaba más gente de Lobos. Tal vez demasiados eventos en tan poco tiempo: paralelamente al Encuentro se desarrollan unas Olimpíadas Deportivas que contaron hasta con la presencia del gobernador. Las personas presentes despliega la simpatía habitual para con nosotros. Canta una nena de 9 años con una voz maravillosa, vuelve a admirarnos Olivetti con sus tangos. Veo los trabajos de los alumnos de cuarto grado a quienes la profesora Silvana Nicolini les enseña la técnica de la historieta con excelentes resultados.
Afiche de Lobos 78
Los postres marcan el inicio de la estampida: saludos, despedidas, buenos deseos, promesas de reencontrarnos el año que viene, y de pronto, quedamos Cacho Mandrafina, Lucas Varela y Gustavo Sala. Cacho nos acerca a la plaza en su coche y parte para Buenos Aires llevando a los dos humoristas. Me tienta la sombra de una palmera en la plaza, a esta altura empiezo a sentir el cansancio de los tres días y ya no hay hotel en donde dormirse una siesta. Bueno, algo es algo. Contemplo con nostalgia el edificio de la Municipalidad donde se desarrollaran los tres encuentros anteriores; pasan algunos deportistas de las Olimpíadas; la vida continúa en esta tarde de domingo en Lobos, pero el deber me llama; es hora de emprender el camino a la Sociedad Española. No más llegar, empiezan los pedidos de dibujos, otra vez junto a Alan Dimaro.
LOBOS 78: Frente a la Municipalidad. Entre otros: Villagrán, Trigo, Olivera, Massaroli, Mario Morhain, Sanzol, Zanotto, Torre Repiso, Altuna, Enio, Rep, Seguí, Dobal, Guevara, Jorge Morhain, Sesarego, Enrique y Alberto Breccia, Cascioli.
Se produce un breve cierre del evento, con Altuna y Benedetti anunciando que se capitalizará toda esta experiencia para un nuevo encuentro, ¡el Quinto! a realizarse en abril de 2012. Por su parte, Sasturain señala con precisión un punto muy importante: ¡las instituciones de Lobos han funcionado, y muy bien!
Aún falta para la hora de salida de la combi de Lobos Bus que me llevará de vuelta a Buenos Aires, así que continúo dibujando patos, gauchos y malevos para la gente, que no deja de visitar la muestra, . Pasa a saludar el Secretario de Cultura, Ramiro Leiva, ocupadísimo con un sinfín de eventos que tienen a Lobos como escenario. Alan Dimaro, que también había seguido dibujando, me presentarme a su simpática familia lobense y parte hacia la Capital.
El número 617 de la revista 7 Días del 12 de abril de 1979 vió así el Segundo Encuentro
Así va cayendo la noche. Cuando Accorsi desmonta su stand , comprendo que ha llegado el momento del inevitable adiós. Fuimos los dos últimos invitados en salir de la Sociedad Española . Tres días agitados pero hermosos e inolvidables quedan atrás: En largos momentos, Lobos volvió a ser aquel Lobos. ¿Que faltaron muchas "primeras figuras" invitadas? Sí, pero, como dijo Sasturain: "Vinieron otros". Con mucha buena onda. Seguramente, el año próximo nos volveremos a ver, queridos amigos lobenses. ¡Muchísimas gracias... por TODO!
En el blog de José Massaroli se pueden ver más fotos del evento y los antecedentes de las ediciones anteriores.
2 comentarios:
Excelente crónica, intentaré estar el próximo año!
Me gusto el paseo, el evento y la nota. ¿Alguien se acuerda de la vieja serie 2 tipos audaces?
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