miércoles, 1 de octubre de 2014

Entrevista: Santiago Girón Fernández


Santiago Girón Fernández es un autor español, guionista y dibujante, de extensa trayectoria que, en esta entrevista, nos brinda un rico panorama de su obra y de la historieta actual y del pasado reciente de España. Un entrevista para disfrutar.



Me llamo Santiago Girón Fernández. Nací en una aldea minera de la sierra norte de Andalucía llamada Los Guindos, junto al pueblo de La Carolina, en la provincia de Jaén, allá por 1963, así que tengo ya 51 años. En la actualidad resido en la ciudad de El Ejido, en la provincia de Almería.


-¿De dónde y cómo tu gusto por la historieta, el dibujo y los guiones?
Desde muy chico me gustó dibujar. Mi madre dice que antes de aprender a leer y a escribir ya dibujaba indios y vaqueros montados a caballo. De pequeño, cuando estaba inquieto, me daban un lápiz y una hoja de papel y rápidamente me centraba en dibujar, y podía estar toda la tarde dedicado sólo a eso.
La afición a la lectura llegó después. Un vecino mayor  me enseñó a leer antes de ir al colegio. Me encantaba leer historias de aventuras, sobre todo si de por medio estaba el far west, con sus cowboys y sioux en eterna controversia. Aún recuerdo la historia de “Águila Blanca”. Era un álbum ilustrado que tenía mi tío Manolo. No tendría más de 4 o 5 años cuando lo leí por primera vez.
Y, bueno, de la mezcla de estas dos pasiones, dibujo y aventura, llegó la pasión por los tebeos, como se les llama por aquí.
De niño también pasé una enfermedad que nos obligaba a ir al médico cada 2 o 3 semanas. Teníamos que coger un autobús y hacer un pequeño viaje, como de una hora. Para que me portase bien en la sala de espera, mi madre me compraba un tebeo del Capitán TruenoEl Jabato,  Mortadelo y Filemón u otros títulos de humor de la editorial Bruguera. Yo los leía con avidez mientras esperaba.


-¿Cómo te consideras: guionista, dibujante o ambos?
No sé, supongo que soy un aprendiz de todo. La ignorancia es muy valiente, ya sabes. Lo que más me gusta es inventar historias, pero dicen que lo que hago mejor es dibujar. ¿Tú qué crees?



-En los 80 te sumaste al mundo de la historieta participando en fanzines. ¿Cómo recuerdas esa etapa? ¿Ya escribías y dibujabas?
Sí, claro. Me juntaba con amigos para dibujar y escribir. Tenía 17 años cuando sacamos el primer número del fanzine TARSUS. La verdad es que no nos lo tomábamos muy en serio. Lo hacíamos más para reírnos y eso. Luego fui a la universidad, a Granada, y seguí metido en el mundillo de los fanzines granadinos: JARABE DE PALO, QUE MAL TEVEO, TOÑATUSTRA... La “Movida” estaba en plena ebullición. La muerte de Franco abrió las ventanas del país. Entró la luz en una España a oscuras. El olor a rancio se iba olvidando poco a poco y comenzamos a respirar con avidez aquel aire fresco, lleno de sueños y posibilidades. La gente tenía ganas de contar y de oír historias nuevas, historias sobre libertad, sobre sexo, drogas, rock and roll y revolución, y allí estaban los fanzines y las revistas contraculturales para contarlas: “Star”, “Los tebeos del rollo”, “El Víbora”, “Tótem”, “Bésame Mucho”… sería imposible nombrarlos a todos. Una palabra inglesa iba de boca en boca: “underground”. Y en el mundo del cómic sonaban nombres extranjeros como Robert  Crumb, Gilbert Shelton, Moebius, Richard Corben, Alberto Breccia, Milo Manara… junto a otros nacionales como Nazario, Gallardo y Mediavilla, Carlos Giménez, Max
Los fanzines se vendían por la calle, en los bares y los pubs, en los mismos garitos donde se vendía y consumía marihuana, hachís o heroína. Pasaban de mano en mano, como los porros. Nos lo pasábamos en grande jugando a ser peligrosos y sin pensar en el futuro. Un futuro que para muchos no llegaría nunca, como pronosticaban los Sex Pistols.



-Los que tuvimos la fortuna de leer las revistas españolas de fines de los 70 y los 80, hoy vemos con cierta nostalgia la variedad, calidad y abundancia de publicaciones. ¿Te sucede algo así con aquellas revistas y ese mercado en que había tanto para elegir en los quioscos de revistas?
Claro. Fue una época fabulosa y, como casi todo lo fabuloso, engañosa también. En los quioscos hubo, en algún momento, cerca de 40 cabeceras diferentes conviviendo en armonía, y puede que me quede corto. Así, a bote pronto (es mentira, lo he sacado de una enciclopedia del cómic) recuerdo algunos títulos como: Trinca, Drácula, El Globo, Zeppelin, Vampus, Rufus, Vampirella, Fantom, Espectros, Escalofrío, Pánico, Escorpión, Suspense, Terror Gráfico, Macabro, Horror, Horus, Hora T, S.O.S., Dossier Negro, Creepy, Delta 99, Cul de Sac, Barrabás, Hermano Lobo, El Papus, Por Favor, El Jueves, El Víbora, Totem, Blue Jeans, Bumerang, 1984, Zona 84, Cimoc, Cairo, Rambla, Rampa, Heavy Metal, Makoki, Metal Hurlant, Totem Calibre 38, Vértigo, Totem. Aventuras y Viajes, Corto Maltés, Comix Internacional, Thriller, Kiss Comix, Hunter, TMEO, Habeko Mik, Metropol, K.O. comics, Madriz, Aventuras Bizarras, Hara-Kiri, Balalaika, Cachondeo a Tope, Humor a Tope, Titanic, H-Dios-O, Puta Mili, Imajen de Sevilla, La Granada de Papel, Tapón, Rumbo Sur, Sword, Complot, La Oca, Gran Aventurero…  Todo esto sin contar los títulos habituales de cómic de humor de Bruguera, que seguían poblando los escaparates de los quioscos todavía.
Pero, como todas las demás burbujas que se crearon en este país con la transición, esta también explotó. No había mercado para tanta revista, eso cualquiera podía verlo. Al final, se salvaron muy pocas. El Víbora sobrevivió hasta el año 2000, Kiss Comix un poco más… El Jueves queda al cabo como única referencia viva de aquella época fantástica. Ruido y nueces; no sabría decir cuánto de cada cosa.




Desde los 80, en Argentina se conoció mucho acerca de la historieta en España, por medio de las revistas que llegaban. Con el nuevo siglo esa conexión se perdió bastante. Por ejemplo, con el material que me facilitaste me hiciste conocer algo de una movida under de gran calidad, de la que no tenía noticias. ¿Puedes describir un poco, de lo que conozcas, de la movida actual?
Bueno, la época dorada pasó, sin duda, pero los fanzines parecen volver y con ellos cierta carga de profundidad crítica, irrespetuosa, irreverente, fresca, descarada y descarnada, similar a la del cómic underground de los 70 y los 80 en parte y muy diferente en otra medida. Muchos de los mitos de antaño (libertad sexual, drogas, libertad de expresión y militancia política…) nos parecen superados. Muchos de aquellos mitos desembocaron en el desengaño y la frustración. A los punk les siguieron los chicos de la generación X, taciturnos, solitarios y acomodaticios. A ellos, los grunges, desmotivados, desencantados y con síndrome de Peter Pan, y a ellos los actuales antisistema. Hoy se persigue una revolución más profunda y personal. Los nuevos fanzines muestran la necesidad del cambio individual para conseguir el cambio social. La mayoría de los autores tienen aspiraciones artísticas, huyen del dibujo feista que caracterizaba al viejo underground, cuentan historias costumbristas como antaño, retratan lo cotidiano pero con una visión mucho más realista. Los protagonistas son seres solitarios que tratan de vivir como pueden. Nos hablan de las manifestaciones, de las asambleas del 15 M, pero no piensan en cambiar el mundo. Aquel “destruye hoy; mañana construiremos” del punk ochentero se ha transformado en “vamos a arreglar esto antes de que se averíe del todo” del 15 M. Es una reivindicación del individuo, antes que del grupo, como auténtica célula del cambio.
Desde viejos títulos supervivientes como TMEO, a experimentos en plataformas digitales como la vuestra, los fanzines se transforman en revistas con buen papel y calidad de impresión, o bien en ediciones digitales de gran calidad. Sus historias están bien narradas y dibujadas con oficio y hasta con maestría en ocasiones. A los estilos europeos y americanos se incorpora el MANGA con una fuerza desbordante y, con él, todo el movimiento OTAKU, el frikismo de los disfraces de los juegos de rol y el cosplay.
Yo sigo colaborando con muchos fanzines, revistas y revistas digitales: NPI, La Duna, Androito Ke-ke, Exégesis, Rage, Metropia, Sr. Roca, Ensueños… Revistas como Dos Veces Breve o El Manglar apuestan por el cómic de autor con mucha calidad al principio del nuevo siglo. En la actualidad, las revistas de género como Chtulhu  (terror) o El Arca de las Historietas (fantasía y CiFi) vuelven por sus fueros…  
El fenómeno de la financiación de proyectos personales mediante aportaciones individuales a través de plataformas digitales (crowfounding creo que se llama este lio) abre la puerta a la publicación y distribución de materiales novedosos, experimentales o raros que no encontrarían acomodo en las editoriales convencionales.  Cualquiera puede sacar adelante su proyecto de publicación si es capaz de convencer a amigos, familiares y gente del gremio. La variedad, si no la cantidad, de materiales en el mundillo del cómic está hoy más garantizada que nunca.




Por el material que me facilitaste, se aprecia que al igual que en Argentina, existen muchos autores de larga trayectoria que puede no sean conocidos –a nivel popular o hacia el exterior- como cabría suponer. ¿Te parece que es así? Si coincidís ¿por qué te parece que sucede?

Supongo que por el desplome de la industria nacional del cómic a finales de los 80. Aún no nos hemos recuperado y dudo que lo hagamos en mucho tiempo. Si no hay revistas de gran tirada en las que publicar es muy difícil que la obra de estos autores sea conocida a nivel popular, como antaño lo eran las historietas de Carlos Giménez, Ibáñez o Jan, por ejemplo. Supongo que el caso de Argentina será parecido.
Los dibujantes tienen que emigrar al mercado americano o francés principalmente, y adaptarse a sus normas y sus premisas. Muchos autores españoles y argentinos han triunfado en el mundo de los superhéroes o en el cómic francés de género y autor. Nombres como Larroca, Pacheco o Ferry son conocidos por ser dibujantes de famosos superhéroes americanos; Eduardo Risso ha creado toda una escuela de cómic de género negro con su 100 Balas. Yo tengo un recuerdo muy íntimo de Carlos Meglia, como ya sabes. Me parece un autor irrepetible que nos dejó cuando su carrera artística estaba en pleno crecimiento. Ellos han mostrado el camino a las nuevas generaciones de dibujantes y guionistas españoles y argentinos.




Como dibujante ¿preferís trabajar en algún estilo en particular o te adaptas según lo sugiera el tema? ¿Hay temas que te guste dibujar más que otros? ¿Quiénes son tus referentes?
Bueno, yo soy un dibujante sin un estilo definido aún. Sí, ya sé que tengo 51 años pero es lo que hay, sigo probando, sigo buscando. Me aburro si dibujo igual durante mucho tiempo, tengo que cambiar. Cuando descubro un nuevo autor que me impresiona me pongo a copiar su estilo sin poder evitarlo. Me planteo el estilo con el que voy a trabajar cada nueva historia. A veces me apetece ser muy realista, otras más expresionista o caricaturesco o yo que sé… He hecho historietas de géneros muy diversos pero tengo especial predilección por el género negro. Me encantan las historias con suspense, con personajes al filo de la navaja, ya sabes. Me gusta crear personajes psicológicamente complejos aunque respondan a un estereotipo inicial: asesino, detective, psicópata, mafioso, tipo duro…
Mis referentes son muy variados y provienen del mundo del cómic, claro, pero también de la pintura, la literatura, el cine, la ilustración, la arquitectura… Risso, Comés, Tardí, Moebius, Meglia, Urasawa, Luis Durán, Raquel Alzate, Gorey, Fran Carmona, Michael Lark, Frank Miller, Antonio Maldonado, Victor Cara, Juanma Beltrán, David Caparrós, Carmen Fernández Agudo, Manara, Hugo Pratt, Hopper, Manuel Martín Cuenca, Frank Miller, Poe, Lovekraft, Ridley Scott, Hoffman, Pyle, Le Corbusier, Mariano Barroso, Amenabar… me dejo a muchos, seguro.




Como guionista, al menos de los trabajos tuyos que leí, abordas temas de ciencia ficción, aventura pura y de humor con excelentes detalles costumbristas. ¿Prefieres trabajar temas en particular? ¿Cómo es tu forma de trabajo?
Depende si trabajo sobre una idea personal o una idea o argumento de otro autor. Con Paco Nájera en “Tartessos”, con Fran Carmona en las tres historias que hemos hecho juntos (Horizonte Azul, Operación Gorrión y La Oveja Samurai), con Antonio Maldonado en “DESEHELE”, o con Rafa Amat “AleS” en “Los 4 fanáticos”, “Los Vengativos” y “Airon Man”, siempre trabajé sobre una idea previa de estos autores. En este caso, el guión se convierte en un trabajo en equipo, hay muchas reuniones, muchas correcciones y muchas discusiones para llegar al texto definitivo.
Si la idea parte de mi propia inventiva y tiene dimensiones considerables (“Las Vacaciones del Ángel de la Guarda, por ejemplo) suelo empezar escribiendo notas que luego se convierten en un texto narrativo más o menos convencional (como un relato o una novela). De ahí paso a dibujar un story board,  si soy yo quién la va a dibujar, o a escribir un guión técnico con descripciones de viñetas y textos de apoyo si la va a dibujar otro.
Cuando se trata de historietas cortas, suelo escribir el guión técnico directamente y dejo mucha libertad al dibujante en la elección de planos y enfoques. Lo que le doy es más una guía que un auténtico guión.  Cuando la historieta corta la dibujo yo mismo suelo trabajar sin guión técnico, sino con un rápido story board muy básico.


¿Cuántos libros tienes publicados?
Puf, no sé… Como autor único sólo tengo una novela gráfica llamada “De perros y jabalíes”. Como guionista para otros dibujantes, otros 6 o 7 libros más, creo, entre álbumes y comic-books. En publicaciones colectivas, como escritor, guionista o ilustrador, otros cincuenta o más títulos, no sabría decirte.  Llevo mucho en esto pero no he sido muy prolífico, como ves.

Con dibujos de Rafa Amat y guión de Santiago Girón

Con dibujos de Rafa Amat y guión de Santiago Girón


¿Cómo ves hoy el panorama de la historieta en España?
A nivel industrial y editorial lo veo muy flojo en comparación con aquellas épocas gloriosas, pero mejor que hace algunos años. Hay una sensación de que la cosa va a mejorar algo.

A nivel artístico lo veo mejor que nunca. Jamás vi tanto talento, tanta vocación y dedicación como veo hoy en día. Creo que la cantera de autores españoles es excelente. Lástima que la mayoría de ellos tenga que emigrar para poder vivir de su trabajo. 


Pàgina de ORISIA, con dibujos de Santiago Girón

Más trabajos de Santiago se pueden ver en nuestra página Historieta Patagónica
La serie Orisia
Las vacaciones del Angel de la Guarda. Con guión de Santiago Girón y dibujos de Antonio Maldonado



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