martes, 9 de abril de 2013

Crítica de Watchmen (2009), por SantiagoK


Viñetas de celuloide.


Si bien la historieta y el cine manejan recursos y estéticas similares, es impresionante como a veces las adaptaciones del papel a la gran pantalla son fieramente criticadas. Ya sea por estética, por narrativa o por fidelidad, ninguna adaptación cinematográfica se ha salvado de la crítica descarnada de los fans viñeteros. Mucho menos cuando se trata de Alan Moore.


Hemos hablado anteriormente de su obra y sus problemas de adaptación, más exactamente de los casos de League of extraordinary Gentlemen (2003) y Constantine (2005), y hemos llegado siempre a la misma conclusión: la industria celuloide no debería tomar una historia de alta gama y/o estatus de clásico a menos que este dispuesta a invertir o minimamente interesarse en la misma para que su adaptación este a la altura. Mucho menos cuando el mismo autor esta completamente en contra de dicho proyecto, lo que lleva a una gran porción del público a asumir la misma posición.


Hay que aclarar antes de continuar (algo ya enunciado aunque nunca de más) que el autor y el lector en la historia genérica y serializada de larga data son diferentes del autor y el lector de una miniserie específica. Veamos este detalle más específicamente en nuestro análisis de...


Watchmen (2009)

Los protagonistas

Director: Zach Snyder
Reparto: Malin Akerman, Bily Crudup, Mathew Goode, Carla Gugino, Jackie Earl Haley, Jeffrey Dean Morgan y Patrick Wilson.


El comic.


Considerada la mejor obra de la Bestia de Northampton, Watchmen surge en 1986, de la mano de Moore y el dibujante Dave Gibbons. Originalmente un proyecto para retomar personajes de otra editorial, mutó luego en una historia completamente original y lamentablemente perteneciente a DC (que desde el año pasado esta editando Before Watchmen, una serie de precuelas de bajo éxito y defenestrada tanto por Moore como por los seguidores y fans de Watchmen).



La historia transcurre en los 80 una ucronía donde Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam gracias a la ayuda del único superhéroe real del planeta, el Doctor Manhattan (en clara referencia al proyecto nuclear). El país es una de las grandes potencias mundiales que vive, sin embargo, en una constante guerra fría y a la sombra del miedo de la guerra nuclear con Rusia, Cuba y otros. En medio de todo esto, una segunda generación de vigilantes encapotados retirados a la fuerza por el gobierno enfrenta la existencia de un supuesto asesino que mata al Comediante, uno de los suyos. A partir de este asesinato, un pequeño grupo de héroes vuelve a reunirse para investigar y descubrir la verdad detras de este hecho, una verdad que no es la que esperaban. La serie se pregunta si el fin justifica los medios, si el mundo puede salvarse de si mismo y si los superhéroes pueden o no existir tan liberalmente en el mundo real.


La película.


Snyder es ya conocido en el mundo del comic por haber adaptado muy exitosamente 300, la novela gráfica de Miller. En esa primera incursión, como Robert Rodriguez con Sin City, Snyder tomó el consejo del autor y la estructura original del comic para planificar cada escena y definir la estética de la película, lo que la volvió no solo fiel sino también muy original.


Watchmen tiene, a mi juicio, dos elementos a criticar/analizar: primero, cambia ciertos aspectos de la historia original sin dejar de ser fiel; y segundo, inventa una estética casi opuesta pero al mismo tiempo adecuada a nuestros tiempos.



La historia rompió en su momento con más de una convención del aletargado mundo superheróico y redefinió (junto a El Regreso del Caballero Nocturno y otras obras similares) la idea del héroe humano. Pero lo más importante fue funcionar como una crítica al orden del momento, la línea política que, según Moore “buscaba rescatarnos mientras destrozaba el mundo en el proceso”. Ahora bien,¿cómo traer una historia anti-Reagan/Tatcher/etc a un mundo donde la mayoría del público reconoce esas figuras solo como personajes históricos y ha olvidado o desconoce el riesgo/miedo del holocausto nuclear?


La película deja esta parte (el contexto histórico) de lado una vez que ha quedado en la mente del espectador, como diciendo: “bien, hay un riesgo de guerra, las facciones son estas, etc. Ahora vean lo que pasa mientras tanto”, para volver a traerla hacia el final. El conflicto humano sirve como apertura y cierre de la historia que nos interesa, un relato enmarcado que nos lleva a lo exactamente importante. El conflicto humano es eterno y atemporal y el espectador no necesita nombres específicos para detectarlo ni apropiarlo a su propio conocimiento y tiempo.

Una muestra del trazo y planeamiento esquemático del comic.
La estética puede resultar quizás chocante cuando uno compara la oscuridad del celuloide con la claridad de las páginas de Gibbons coloreadas por John Higins. Pero, de nuevo, parece una exigencia de nuestros días. Gibbons es conocido por su trazo ciertamente realista y las a veces esquemáticas lineas de sus cuerpos, lo cual choca fuertemente con la visión de Snyder que añade lo lúgubre no solo a lo narrativo sino también a lo estético.


Los personajes, aunque esteticamente diferentes, mantienen la misma actitud que los del comic. El Dr. Manhattan es incluso más inhumano que su contraparte de tinta, propiciado esto por la gesticulación y la voz (recordemos que el cine tiene a su favor el tiempo y el sonido, mientras que la historieta cuenta con la pausa y el grafismo). Ozzymandias, el hombre más inteligente del mundo también se vuelve un poco más inhumano, lo que vuelve su papel más creíble. Nite Owl mantiene su postura inocente aunque fisicamente cambia, dejando de ser gordo, lo que originalmente aumentaba su carisma. El único que parece mantenerse incolumne es Rorschach, cuya máscara siempre cambiante y voz monocorde estan perfectamente representadas.

Rorschach, uno de los personajes mejor logrados
Hoy, el miedo no depende solamente de las ideas. El cine cuenta con miles de efectos y recursos para aumentar una idea y Snyder decidió evidentemente adaptar una obra transformandola efectivamente de un medio al otro, generando otra visión, otra interpretación. Moore, cito, “quería darle a los comics un lugar especial cuando estaba escribiendo cosas como Watchmen. Quería demostrar cuáles eran las posibilidades del medio, y el cine es completamente diferente”. Por esta y otras razones es que se negó siempre a que sus obras se adaptaran y a aparecer en los créditos si se mencionaba la fuente. Sin embargo, tengo que admitir que en este caso, a excepción del cambio innecesario en el final (que por razones obvias no mencionaré), el cambio es bueno.


En nuestro país.


SI bien la película puede conseguirse tanto en formato reducido como extendido, el papel es mucho más difícil de localizar, especialmente porque no hay ediciones baratas ni en partes, como la original. Toda la oferta consiste en tomos recopilatorios de tapa dura de Norma que oscilan entre precios asequibles y desmesurados de acuerdo al vendedor que logró ponerle las manos encima a tan preciada obra.


Más fácil será seguramente conseguir los números de la vilipendiada Before Watchmen, editada por ECC sudamérica, aunque no es lo mismo y no hablaremos de eso en esta crítica.


La crítica dice:
La película, a pesar de todos sus problemas y sus críticas, es interesante y llamativa. Una efectiva historia remasterizada que gustó mucho y se erige, como el comic en su momento, en una muestra de que el cine de historietas puede ser más que efectos y/o trajes y poderes.


Próximo:
V de Vendetta (o “cómo Hugo Weaving demostró solo con su voz que puede hacer algo más que poner cara de malo en Matrix”).

Extra:
La película no adaptó la historia Tales of the Black Freigther, una historieta que un personaje secundario lee continuamente, pero se liberó luego como un corto animado con las voces de Gerard Butler (Leonidas en 300) y Jared Harris (Moriarty en Sherlok Holmes, Game of Shadows).

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