Narciso Bayón, Pablo Pereyra, Marta Ayala y José Massaroli, exponiendo en Villa Ramallo, 1977
Un día, le llegó el turno de ser él mismo fue el protagonista de una historieta. Según narraba Pereyra ante la fascinación de sus alumnos, un día el quiosquero de la esquina lo felicitó por su aparición en la Hora Cero. En el camino hacia la revista recibió varias felicitaciones más. Intrigado, llegó a la redacción de Frontera y ahí lo esperaba la sorpresa: Jorge Mora (el guionista, hermano de Héctor Oesterheld) y el joven dibujante Leopoldo Durañona habían tramado una cargada al ilustrador santafesino: aparecía, caricaturizado un poco, como un atribulado taxista porteño, llamado Pedro Pereyra.
La tapa del Hora Cero Extra, con el Cayena de Haupt, en que encontré al fin aquella historieta
Pereyra solía sugerir a los historietistas que pusieran como protagonistas a seres comunes, de barrio, como un taxista, por ejemplo, capaz de conocer mucha gente y vivir historias que, partiendo de la cotidianeidad de su trabajo, lo llevaran naturalmente hacia el mundo de la Gran Aventura. Bueno, esta vez, le habían hecho caso. ¡Y debo decir que El Indio, como lo llamaban sus amigos, lo contaba con inocultable orgullo!
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