La siguiente entrevista al gran guionista argentino Carlos Trillo, fue realizada en noviembre del 2008 y se la va a subir en dos partes ya que es algo extensa. Esta entrevista puede resultar sumamente recomendable para los aficionados a la historieta por los temas que aborda: se refiere a su trayectoria, a las diferencias y características de trabajar para los mercados nacional, francés e italiano. También se refiere a los premios que obtuvo en el mundo, los grandes dibujantes con los que trabaja y describe a los editores nacionales de historieta.
Con ustedes uno de los principales guionistas de Argentina, de renombre internacional, autor de series emblemáticas como El Loco Chávez, Las Puertitas del Señor López, El Negro Blanco o Clara de Noche, entre tantas otras que forman parte del patrimonio historietístico nacional.
Con ustedes uno de los principales guionistas de Argentina, de renombre internacional, autor de series emblemáticas como El Loco Chávez, Las Puertitas del Señor López, El Negro Blanco o Clara de Noche, entre tantas otras que forman parte del patrimonio historietístico nacional.
Por Alejandro Aguado
Carlos Trillo
Los comienzos de Carlos Trillo en el mundo editorial se remontan al año 1966, en las hoy emblemáticas revistas Patoruzú (formato vertical, que presentaba historietas de diversos géneros) o en la editorial de García Ferré. En esta última, además de escribir cuentos y notas siguiendo un estilo periodístico, escribió guiones para los personajes Antifáz, Hijitus, El Topo Gigio o una serie llamada La Familia Fantonara.
En el año 1972 ingresó a la revista Satiricón, donde trabajó con los dibujantes Oswal, Horacio Altuna y Lito Fernández. El material que producían lo canalizaban principalmente en suplementos especiales de la revista, como humor chancho, humor político o humor negro, entre tantos otros.
Posteriormente, pasó a integrar las páginas de la revista Mengano, desde el número uno. Allí formó dupla con Horacio Altuna y Alberto Breccia, con quien realizaron la serie Un tal Daneri (hoy compilada en libro)
Dice al respecto de su trabajo con aquellos autores:
“Altuna era un compañero de trabajo, con Alberto tenías que tener cuidado con lo que pasaba (en referencia al guión), porque él se enamoraba de su dibujo y tenías que poner textos explicativos, porque no le interesaba más la secuencia. Entonces medio que tenías que explicar las cosas, no se podía secuenciar. Eso Altuna lo hacía muy bien.
Yo trabajé con muchos al mismo tiempo. El Loco Chavez y Las Puertitas del Señor López fueron muy conocidas, porque salían en revistas de tirada muy grande (contratapa del diario Clarín y revista Humor). Las de La Urraca, en una época eran las que más se vendían, en la época de la Dictadura Militar. Humor vendía 350 mil ejemplares y por eso todo el mundo las conoció y se las acuerda. Clarín era una gran vidriera, el diario que más se vendía. Tuvo un momento de esplendor la página de humor, fueron los primeros en poner humor nacional, fueron eliminando las importadas, las fueron sacando para poner a Brócoli, Viuti, Crist, Fontanarrosa. Entramos en una página que tenía mucha fuerza”.
Los misterios de Ulises Boedo, en Súperhumor. Trillo-Mandrafina.
Otra tira diaria realizada para el mismo diario, tras concluir la serie El Loco Chavez, fue El Negro Blanco, dibujada por García Seijas. El Negro Blanco se publicó entre noviembre de 1987 y septiembre de 1993. Su final, un tanto abrupto, fue determinado desde el mismo diario. El personaje también se publicaba en Italia y en la actualidad, en Argentina, fue compilado en diez tomos.
“El negro Blanco se siguió publicando (en el exterior) porque teníamos un contrato, las tiras se adaptaban para una publicación italiana. Los libritos que salieron acá están adaptadas al formato revista y con variedad en los globos.”
Del personaje El Loco Chávez también se editaron varios libros, compilando varias de sus etapas, como uno de 1989 realizado por Clarín-Aguilar, otro dentro de la colección de libros de historieta del diario Clarín y el más reciente de Doedytores. Al respecto se refiere:
“Ahora editaron el Loco Chávez con Doeyo. A las tiras, parece que Altuna las perdió, entonces trató de levantarlas de los diarios y no se pudo. Los diarios antiguos se arruinan mucho, entonces lo levantó de una edición italiana. Tuvimos que adaptarle los textos. El quería ponerle los textos originales, pero armado en página está lleno de reiteraciones el texto. Se recuerda lo que pasó ayer. Si eso lo ponés en una página quedás como un estúpido. Tuve que hacer toda la adaptación del texto para que quedara legible.
Para el segundo tomo le dije que me pase el texto en italiano para tomarlo de ahí. Yo lo había hecho en español, andá a saber dónde fue a parar, yo lo adaptaba para la publicación en Italia.”
Sarna. Trillo-Saenz Valiente.
Tengo el librito que había publicado Clarín
Ah, ese está en tiras. Si lo publicás en tiras podés entender que te repetís, pero si lo armaste en página queda mal
El Loco Chávez me parece una historieta que refleja los 80
Puede ser ser, ¿no? Tiene que ver en cómo se vivía en esa época, en cómo se pensaba. Eran épocas difíciles, no se podía hacer ninguna reflexión política, había que tener mucho cuidado. Como los militares nunca se metieron con el sexo, el Loco Chávez corría atrás de las minas y eso no era problema. Pero si decías “las mandarinas están caras”, el comité de redacción lo miraba. Era bravo.
¿Ustedes sufrieron la censura?
No mucho, porque enseguida te das cuenta cómo funciona. Humor era mucho más libre, pero tampoco podías decir “Videla está asesinando gente”
Había que jugar con la metáfora.
Claro. Había un crítico italiano muy famoso que se llamaba Oreste del Buono, que en los 80 y poco, creo que estaban los militares todavía, nos decía que nosotros teníamos una gran capacidad de metáfora en la Argentina. Y él me decía: como acá se puede decir cualquier cosa que nadie te va a meter preso, la metáfora se va muriendo» Debemos haber perdido la metáfora, pero hemos ganado alguna tranquilidad en la vida, asi que en ese sentido mejor que no tengamos metáfora.
Trillo
Ficcionario, clásico de los 80. Trillo-Horacio Altuna.
En la actualidad
Trabajo mucho ahora, publico varios libros por años en Italia, España, Francia.
Usted siempre tuvo mucha producción
Si, pero en este período es menos, porque son cosas más complejas. El trabajo episódico que se hacían en una época, se hacían muchas historias de 12 páginas. Es fácil porque contás un cuentito atrás de otro. Ahora, cuando tenés que armar un libro en tres tomos cuya historia comience al principio y finalice al final y no hacer que termine nada hasta el final, tenés que armarla como una película. Es una cosa más larga, es como una novela. Tenés que tener muy estructurado el arranque.
Autores con los que trabaja
Con los muchachos de aquella época, trabajo con Bernet que hago Clara de Noche y cada tanto hacemos una historieta para el mercado europeo. Con Mandrafina sigo trabajando mucho, y ahora estamos haciendo una serie de tres álbumes para un editor francés. Con Mandrafina hicimos muchas cosas que acá ni deben haber salido. Los espaguetis Broders, que hay como tres mil páginas. Yo escribía 16 páginas por mes y Saccomanno 24 y se publicaba en Italia.
Con Risso estamos por hacer una para el mercado Francés, porque está terminando Cien Balas y quiere tomarse un año sabático de los norteamericanos. Quiere hacer la historia de cadáver de Eva Perón.
También trabajo con Pablo Túnica, con Lucas Varela, Horacio Domínguez, también para la revista Genios con Salas. Esa historia la leen los pibes, los comiqueros no la conocen.
¿Cómo elige con qué dibujantes trabajar, o es algo que se da solo? Por ejemplo con Mandrafina, que llevan tanto tiempo.
Y, porque nos divierte trabajar juntos. Hay gente con la que tenés afinidad y gente con la que no. Con Bernet y Mandrafina tengo mucha afinidad, otros fueron pasando y ellos no me extrañan y yo tampoco a ellos. Después aparece gente nueva, como Lucas Varela, o Pablo Túnica. Lucas trabajaba en Clarín y hacía la revista Kapop y coincidió que entré a Genios. En Clarín proponés un dibujante y empieza un expediente a ver si lo toman. Ellos quieren que entre gente pero les cuesta, no quieren que tengan más de 24 colaboraciones por año, hay toda una historia. Yo soy colaborador de Clarín desde hace mil años y no tengo problemas. Lucas estaba trabajando en el diario y empezamos ahí. Después le propuse hacer la de Guastavino para los franceses (El Síndrome Guastavino). Había un empleado que estaba cambiando de editorial y nos dijo que si lo esperaban a que se mude de trabajo se la llevaba a la otra editorial. Se la llevamos a Fierro, les pareció muy fuerte y no la querían publicar. Después no se quien la vio y dijeron que si.
Buscavidas. Trillo-Alberto Breccia.
Editoriales de historietas – panorama del mercado nacional
Lástima que acá la mayoría no tiene especio donde publicar.
Y, acá no te publican las cosas. Habrá que esperar que mejore la edición de libros. Lo que hay son demasiados editores que usan al autor como variable de ajuste, con lo cual no te quieren pagar adelantos, después no cobrás. Entonces mejor no editarlos y cobrar un poco menos. Hay un montón de editoriales, algunas muy serias. Doeyo es un editor muy serio, también los de la Revistería, pero después hay un montón de tipos que son como peligrosos. Después está la tendencia de los autores jóvenes, que me parece lícita, y que cuando yo era un autor inédito hubiera hecho lo mismo, les dan el material sin cobrar. Es una lástima, pero es lo que hay.
¿Le parece que hoy en día es redituable la historieta en Argentina?
Creo que para algunos debe ser redituable, porque los que te nombraba, los editores más o menos instalados, te hacen liquidaciones, te las pagan, hacen lo que hace cualquier editor del mundo. Otros desaparecen, es más complicado.
¿Por qué le parece que no hay más revistas, se fueron los lectores?
Nosotros tuvimos una época en Argentina, en los 50, que la mitad de las revistas que se vendían eran de historietas. Rayo Rojo, Patoruzito. Tenían un eje, en cual si vendían menos de 70 mil ejemplares empezaban a dar pérdidas. Yo no se cómo armaban la ecuación, pero armaban para vender mucho.
Hoy 70 mil no venden ni las revistas de más venta. Hoy la crisis de la historieta es también la crisis de la revista Gente, de Caras. Esas revistas vendían 300 mil ejemplares y hoy venden 40 - 50 mil, no sé exacto. La lectura bajó al diez por ciento. Los diarios permanecen, es lo único que está funcionando más o menos bien, pero en caída creo. Ahora vas a Internet y mirás las noticias.
¿Se extrañan las revistas de los 80, que había tanto?
No, yo no las compraba. No soy de leer muchas historietas. Soy de recibir montañas de libros. Ahora yo compro la Fierro por curiosidad, porque es rara. Por ahí tiene algunas cosas sorprendentes.
La próxima semana la segunda parte. En la misma se refiere a temas como las diferencias y características de publicar en Argentina, Francia e Italia, sus premios en el mundo, su etapa de editor con Puertitas, etc.
5 comentarios:
uyyyyyyyyyyyyyyyy un peso pesado de la historieta latinoamericana!!! buen contacto mis duendes patagonicos!!!
muy bueno
MUITO BOM SEU BLOG E SEU TRABALHO VALEU!
Muito bom seu blog e trabalho valeu!
MUITO BOM SEU BLOG E TRABALHO VALEU!
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