SAGA
«Los abuelos de Hazle»
Guión: Brian K. Vaughan
Dibujos: Fiona Staples
(Utopía Editorial-Deux Studio, Buenos Aires, 2015, 160 páginas)
La
narración de Brian K. Vaughan (un historietista muy reconocido que intervino en
el guión de la exitosa serie de televisión Lost)
es exigente en su lectura por la cantidad de personajes y los múltiples episodios
que se desarrollan a través de un montaje paralelo. Abundan las elipsis, y las
bifurcaciones de la trama son tajantes. Además, su historia es audaz y creativa
al concebir insólitos extraterrestres: algunos poseen cuernos, otros carecen de
cabeza o de brazos, los hay que tienen ojos en el pecho o alas en la espalda, y
las deformidades siguen (humanoides con un televisor antiguo como cabeza, una
gigantesca gata que habla, una mujer araña asesina, una adolescente fantasma
que le falta la parte inferior del cuerpo y se le ven los intestinos).
Saga fue presentada como “Star Wars conoce a Juego de tronos” y sus monstruos remiten a la creación de George Lucas
y sus escenas violentas a la de George R.R. Martin. También se ha señalado que
su concepción atemporal, tan alejada de nuestro planeta Tierra, en cierta forma
evoca a El Señor de los anillos, de
Tolkien, y este cóctel con naves espaciales que a tramos parecen pulpos
metálicos da como resultado una obra valiosa pero también rara y perturbadora.
Los
sucesos están narrados por Hazel, la hija de Alana –oriunda del planeta
Landfall – y de Marko –nacido en el satélite Wreath –. Ambos mundos están en permanente
guerra pero –para evitar salirse de sus órbitas – la han exportado a otras zonas
del universo y desatado de esta manera un conflicto intergaláctico. Los padres
de Hazel asumen un amor prohibido al pertenecer a distintas razas: ambos se
conocieron en una prisión, donde Marko estaba en cautiverio vigilado por Alana,
que leía Un cigarro en la noche, de
D. Oswald Heist, un cíclope negro que
aparece en el último tramo del libro.
La
gráfica de Fiona Staples (considerada una de las más destacadas artistas de la
actualidad) es deslumbrante. De sus dibujos se desprende una belleza plástica restallante,
en los cuales la potente coloración de innumerables tonos gira hacia el
contraste. Se suceden bellas ilustraciones en relieve en viñetas de página
entera, como si fueran figuras tridimensionales que se desplazaran en paisajes
de ensueño. El lector tiene, así, la sensación de asistir a una exposición de
cuadros.
Saga obtuvo
tres premios Eisner en 2013 y en mismo año recibió por el primer volumen
recopilado el premio Hugo a la mejor novela gráfica de ciencia ficción.
Germán Cáceres