(La Duendes,
Comodoro Rivadavia, 2012, 100 páginas)
Orquídeo Maidana posee una
personalidad rígida, una suerte de estereotipo iterativo que, sin embargo,
siempre encuentra una nueva manera de actuar ante las diferentes circunstancias
que le plantean los episodios. Según el Dr. Bambú (Oscar Bevilacqua): “Con sus
pantalones chupados, su lengue volador, su cuchiyo siempre listo para el
entrevero y su inteligencia siempre lista para la huida”.
Presentación del libro en la Biblioteca Nacional. Rep, Massaroli, Meiji y Maicas. |
La historieta apareció entre 1982 y
1983 en la revista Caras y Caretas, y tanto el guión como el dibujo
instauraron un clima poético. Abundan los textos en los globos y, sin embargo,
ni lentifican el ritmo ni impiden que el grafismo de Massaroli sea ágil y
fresco, y en el cual la mayoría de las viñetas carecen de marcos. Como comenta
Miguel Rep en el prólogo: “en los márgenes de su estilo madre, el realismo,
apelando al semi funny y la caricatura, el chiste, el remate con panorámica de
cierre de película”. El humor está cargado de alegría y de vitalidad, y los
diálogos son impecables, con ocurrentes réplicas por parte del antihéroe.
El dibujante realiza una distorsión
del espacio barrial (edificios, faroles) lo que le otorga un toque
fantasmagórico a la saga e imágenes bellas, con oportunos negros plenos y
sombreado con rayas, a lo que añade un gusto por los pequeños ornamentos
gráficos y los personajes silueteados.
Lograda
la versión paródica de Jorge Luis Borges, cuya Milonga para Jacinto Chiclana,
con música de Astor Piazzolla, inspiró este simpatiquísimo Orquídeo Maidana. En
todo momento Massaroli exhibe su gran admiración por el autor de “El Aleph”, a
la vez que se introduce en la trama, y no deja de advertir al lector que se
está frente a una historieta, o sea una obra de ficción, y juega con esta
circunstancia haciendo que los personajes dialoguen con él, muy en la línea que
proponía el eminente escritor Miguel de Unamuno en Niebla.
“Orquídeo
Maidana ... y los alephnautas” son tiras
publicadas en el diario La Voz
en el año 1985. Según la opinión del artista, en esta parte se “llega a la
aventura como a mí me gusta: acción continuada, variada y con un humor ajustado
a la acción, brotando naturalmente de los sucesos que iban ocurriendo”. Se
observa más síntesis en sus dibujos, que en forma constante buscan ángulos y
ornatos, y pasan con fluidez del primer plano o medio al plano general lejano.
En
el período de Caras y Caretas se encuentran varios homenajes al tango,
pero en la etapa de La Voz
aparece el mismo Carlos Gardel. La escena que reúne a éste, a Orquídeo Maidana,
a Jorge Luis Borges, a Doña Berta y a una tribu punk es realmente
desternillante, de un clima casi lunático.
Estas tiras diarias –con el primer
cuadrito que aclara algo de lo que sucedió y el último que genera suspenso-, al
ser reunidas en un libro hacen adquirir a la narración un ritmo vertiginoso.
Además, Massaroli despliega un inteligente desarrollo de desplazamientos
temporales.
La
estilización de los cuerpos de los personajes constituye un hallazgo visual:
sus movimientos son perfectos y lucen soltura y espontaneidad. Las figuras
femeninas, a pesar del trazo “semi funny” a que alude Rep, desbordan
sensualidad.
“Los
alephnautas” fue abandonada en 1985 por la clausura del diario La Voz, pero continuada a
partir de 2010 con las tiras y los guiones que ya en parte el historietista
tenía elaborados y que fueron subidas al blog de La Duendes.
Como sostiene Ariel Avilez en el
epílogo: “Don José (...) se atrincheró en el bar de la esquina del farol con
Maidana, a esperarnos a nosotros, sus lectores, que comenzamos a llegar de a
poco, curtidos pero felices, listos para bromear con él acerca de milonguitas,
libros y cosas que nunca estarán de moda pero siempre estarán vigentes”.
Se
sabe que es casi una hazaña crear un sólido personaje de historieta, pero es
indudable que José Massaroli lo logró holgadamente con Orquídeo Maidana.
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