Por Germán Cáceres
Esta leyenda de la historieta argentina –Julio estaba
emparentado con los caricaturistas y colaboradores de Caras y Caretas
Eduardo Álvarez y José María Cao
Luaces- comienza en
1951, cuando es presentado por un grande de la poesía, Raúl González Tuñón, a
la editorial Abril, en donde consigue trabajo como dibujante porque provenía
nada menos que del prestigioso mundo del Bellas Artes. En una entrevista
concedida a Sasturain por él y Casalla, comentaron que al mostrarles trabajos
de Raymond y de Foster a Spilimbergo,
éste no vaciló en afirmar: “Son grandes maestros del dibujo comercial. Nosotros
estaríamos diez días para hacer esta página...”
Pero a Álvarez Cao le faltaba profesionalismo, y no podía cumplir con
los plazos de las entregas. Y entonces pasó a escribir guiones bajo la
dirección de Julio Portas, y su primer trabajo -firmado con seudónimo- fue Tony
Apollo, con gráfica de Carlos Cruz.
Alvarez Cao y Casalla, en 1981 |
Para Intervalo, de la Editorial Columba,
emprendió adaptaciones de libros policiales de S.S. Van Dine y de la novela El
delator, de Liam O´Flaherty. En D´Artagnan, hizo una serie de
historietas con temas deportivos, que escribía Roberto Valenti.
El Cabo Savino, con dibujos de Casalla, en revista Fantasía, 1974. |
Después contó con sus propias historietas como
dibujante y guionista en la
Editorial Lainez: Capitán Rick y Rio Kid, para Puño
Fuerte, y, en Impacto, Crimen Club, Billy Brandy y El
Lampeao, esta última de cangaceiros, que fueron un tema constante en su
obra. En el episodio “Pier Visconti R.I.P.” (1984), de Pier, el Corso,
con ágiles dibujos de Juan Dalfiume, en medio de la violencia desplegada por
esos bandidos rurales del árido sertăo obtiene un tono melancólico
acompañado de sesgos románticos. Respecto a Río Kid (una típica
historieta de cowboys dentro de la onda de las películas clase B
norteamericanas), en el episodio “Mr. Herbie Dolan Esq.” (1960) su grafismo
realista y sencillo, sin ornatos, y con aplicaciones de pincel a lo Pratt, robustece la narración. El guión
mantiene el suspenso porque no se sabe quién es Herbie Dolan hasta el final.
Además, privilegia la acción utilizando pocos textos explicativos. También
estuvo a cargo de Sargento Tommy, para la Editorial Brughera.
Víctor Vanel, con dibujos de Enio, en revista Fantasía color 1, 1980 |
Asimismo, realizó historietas unitarias, como Los
patines de hielo y Guerra secreta.
Carlos R. Martinez, basándose en declaraciones efectuadas por Cao en la
nombrada entrevista, deduce que “La etapa de dibujante de Julio Álvarez se
cierra hacia 1961 ó 1962”.
Antes, cuando Casalla estaba excedido de trabajo, dibujaba episodios de El
cabo Savino.
La producción de Álvarez es amplia, se podría decir
que inabarcable. Pero alcanzó su fama y consagración guionando El cabo
Savino, Crónicas de un porteño viejo, Capitán Camacho, Pier,
el Corso, Pehuén Curá y Carbajo, Ganzúa y Cía. En
numerosas oportunidades firmó con el seudónimo de Roque Guinart, que según
manifestó en la citada charla, fue “sacado, a su vez, de un personaje del
Quijote que éste encuentra camino de Barcelona, una especie de Robin Hood
español”.
Página de la serie Pier el corso, con dibujos de Dalfiume |
En relación con El cabo Savino, Casalla
escribió: “En 1954 inició su aparición en el diario La Razón una tira diaria
con mi personaje”. Quien más textos aportó fue Álvarez Cao, pero colaboraron
también otros importantes guionistas: Solanas, Mandrini, Villegas, Morhain,
Albiac, Zappietro. Savino era un soldado de fortín, reclutado a la fuerza, que
intervino en la llamada Campaña del Desierto en el período 1860/1880. Según
Álvarez Cao: “Ha nacido alrededor del 1850, porque hacia el ´80, que es el
límite con que nos manejamos, tiene treinta años...” Se trata de una excelente
historieta de acción, más allá de que registra hechos históricos (el cabo
participó como joven soldado raso en la Guerra del Paraguay) y ciertas costumbres de los
indios. Sobre su eventual óptica política Casalla fue muy claro: “Pero acá no
podíamos contar una matanza de mañanita, cuando estaban todos durmiendo en la
toldería. El editor no lo publicaba. Tratamos de hace hacer la Campaña del Desierto sin
buenos ni malos: son indios que defienden su tierra y soldados que los van a
sacar de ahí. Y no sé si no tienen más razón los indios de defender lo suyo que
los otros de sacarlos. Pero eso en la historieta no lo puedo poner. Sólo puedo
aspirar a contar una historia humana que respete a ambos bandos. “ Es la historieta argentina de mayor duración,
pues aún se sigue publicando. Además, el dúo no oculta la admiración por el
indio en “Mamá Curé no está rezando” (1974), un canto a las tradiciones
tehuelches y a sus tierras. Casalla demuestra oficio y los diálogos abundan en
chistes, ironías y ocurrencias, como es habitual en Álvarez Cao. El éxito de El
cabo Savino fue tal que llegó a contar con revista propia.
La serie Diego, en la que utilizaba el seudónimo Roque Guinart. Con dibujos de Repetto, en revista D`Artagnan, 1976. |
Otro logro del guionista es Pehuén Curá -en un
principio dibujada por Juan Arancio-, que relata las aventuras de un baqueano
que estaba a las órdenes de Juan Manuel de Rosas. En “Desconocida aventura de
Facundo” (1975), que graficó Castro con sólido estilo realista, aparece Facundo
Quiroga y se muestran facetas de las traiciones e intrigas de ese período.
Pehuen Curá, con dibujos de Arancio, en revista D`Artagnan, 1972. |
Capitán Camacho es otra historieta de la dupla, y Álvarez Cao define
al protagonista como “un bacancito porteño que se va aquerenciado a la frontera
donde ha ido a parar por un drama personal”. En “Yo, el rey de Araucania”
(1985), porta un cuchillo corvo y sostiene un duelo con Orélie Antoine de
Tounens, autoproclamado rey de la
Araucania, que empuña un sable de caballería: una manera de
hacer conocer a este extravagante e insólito personaje de la historia
patagónica.
Capitán Camacho, con dibujos de Casalla, en revista Nippur Magnum, 1982. |
Una título no suficientemente valorado es Víctor
Vanel, en la que Álvarez Cao demuestra manejar con soltura el género
policial. Por ejemplo, en “Retrato de Manouche” (1980), con arte de Enio
Leguisamón, despliega diálogos concisos de gran precisión y fuerte
contundencia. La narración es ágil y atrapante, con textos largos, pero ricos e
ilustrativos. Capta el ambiente francés mencionando al famoso corredor
automovilístico Jean Pierre Wimille, a La Sûreté, al diario France Soir y
expresiones como “cul-de-sac”. La acción resulta vertiginosa y está
acompañada por una notable planificación de Enio.
Pero tal vez su máxima creación sea Carbajo,Ganzúa & Cía. (1984), con gráfica de Gerardo Canelo. Como apunta
Alejandro Aguado: “Es una obra que se inscribe entre las claves de la
historieta argentina”. El estilo del guión es fresco e inspirado y permite al
dibujante plasmar un trabajo de excepción, en el cual descuellan la
planificación, el audaz diseño de página y el formato de los cuadritos. Textos
y dibujos son funcionales a una narración nostálgica, sensible y a tramos
poética por sus bellas imágenes. El manejo del color es creativo. Además, no
sólo aparecen varias viñetas mudas, sino incluso páginas. Es maravillosa la
recreación de época (los años veinte y treinta). Aguado aclara que Carbajo,
Ganzú & Cía. sólo fue innovadora en sus primeros treinta capítulos del
total de sesenta y dos que dibujó Canelo.
Carbajo Ganzúa & Cía, con dibujos de Canelo, en revista D`Artagnan. |
Según Manuel
Morini, Álvarez Cao falleció en 1992, y durante su enfermedad –que duró un año-
sus guiones los escribía Eugenio Zappietro (Ray Collins), que no sólo los
firmaba con el nombre de aquel, sino que también le entregaba el dinero
(Alejandro Aguado también refiere esta anécdota).
Se transcribe lo publicado por la “Primera Bienal
Internacional y Cuarta Bienal Argentina del Humor y la Historieta” sobre su
trayectoria. Realizó con su nombre: Pehuén Curá, Crónicas de un
Porteño Viejo, Sargento York, Cronista Policial, Comando
Monty. Con el de Álvarez: Rio Kid,
Capitán Rick, Billy Brandy y Tony Apollo. Bajo Roque
Guinart: El cabo Savino, Diego y Patrulla Americana.
Utilizó J.D. Masip y Domenech para: Cuadernos del Mayor Flyn, Rock
del Caribe y Policiales del Ambiente Francés. Firmó como Tommy
Trench, Carl Trench y Al Warest en Brigada Madelaine y diversos guiones
de guerra. Y con el seudónimo de Capy Ricks guionó argumentos de aventuras. A
su vez, Judith Gociol y Diego Rosemberg mencionan Barry Norton, con
textos de Eugenio Zappietro, y Álamo Jim, del que fue uno de los
guionistas.
Con dibujos de Casalla, en revista D`Artagnan, 1972. |
Se puede apreciar que la obra de Álvarez Cao es un
torrente que se expande, inasible, por
cuarenta años de la historieta argentina. Es lícito evocar a un gigante
de la literatura, Balzac, que con La Comedia Humana (un total de ciento treinta
títulos entre las obras terminadas y las proyectadas) desparramó a sus
personajes de tal manera que es casi imposible rastrearlos. Así, Eugenio De Rastignac
se muere en una novela y luego aparece en una fecha posterior en otra.
La inmensa
producción de Julio Álvarez Cao tendría que republicarse para reunir en libros
sus dispersas historietas. Es una contribución que enriquecerá la historia del
género y, principalmente, brindará felicidad a los lectores.
Germán Cáceres
Bibliografía
Aguado, Alejandro, “Valorizando una
gran obra de la historieta argentina: Carbajo, Ganzúa & Cía, de
Álvarez Cao y Gerardo Canelo” en http://laduendes.blogspot.com.
Cabo por siempre/Libro
homenaje, La Duendes
editora, Comodoro Rivadavia, 2011.
Casalla, Carlos, El cabo Savino,
La Duendes
editora, Comodoro Rivadavia, 2011.
Gociol, Judith, y Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia,
Ediciones de la Flor,
Buenos Aires, 2000.
http://es.wikipedia.org:
“Julio Álvarez Cao”.
Martínez, Carlos R., “El otro Álvarez
Cao”, en http://luisalberto941.
Martinez, Carlos R., “Presencia de la
historia nacional en la historieta argentina”, en http://www.tebeosfera.com.
Morini, Manuel, “Hacete amigo del
comisario”, en http://manuelmorini.blogspot.com.ar.
“Primera Bienal Internacional y
Cuarta Bienal Argentina del Humor y la Historieta”, Municipalidad de Córdoba, 1979.
Sasturain, Juan, “El cabo Savino:
treinta años de milico, ningún ascenso”, en Superhumor Nº 8, julio de
1981.
Trillo, Carlos y Saccomanno,
Guillermo, Historia de la historieta
argentina, Ediciones Record, Buenos Aires, 1980.
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