HISTORIAS DE NUEVA YORK
(Entrevista a Jorge Zaffino)*
Por Germán Cáceres
Nació en 1959. Comenzó a trabajar como ayudante a los dieciséis años. En Record lo conectaron con Szilagyi, éste con Villagrán, y por último colaboró para Columba entre fines de los años setenta y principios de los ochenta. A partir de ese año participó en publicidad (fue ilustrador de Walter Thompson durante siete meses). En 1985 viajó a los EE.UU. donde entregó muestras de sus historietas. En 1986 realizó seis capítulos para Lancio a través de Zappietro y Roger King. Desde 1987 dibuja para los EE.UU.
Hoover, con guión de Carlos Trillo, 1998.
Germán Cáceres: Estoy hojeando Winter World, una historieta de ciencia ficción que edita Eclipse en forma de comic-book.
Jorge Zaffino: Fue mi primera colaboración para los EE.UU. Había dejado unas muestras, y el guionista Chuck Dixon me envió un plot con una idea base. Gracias a él trabajo en el comic norteamericano; le estoy muy agradecido.
G.C.: Observo que dibujaste un capítulo de Conan el Bárbaro.
J.Z.: Fue un intento de Chuck para ver cómo encaraba el Conan.
Nippur de Lagash, en D´Artagnan, 1976.
G.C.: ¿Qué estás haciendo ahora?
J.Z.: Dibujo The Punisher, que es una historieta policial, de gran venta en los EE.UU.
G.C.: ¿Quién lo guiona?
J.Z.: Son varios y todos norteamericanos. De la primera historia fue responsable Jo Duffy; el segundo capítulo lo escribió Chuck Dixon. En los EE.UU. los denominan graphic novel (novelas gráficas). Allá hay distintos tirajes de revistas, están las mensuales, las especiales y las novelas gráficas. Éstas se organizan y salen en determinando momentos.
Página de Hoover.
G.C.: ¿Es para la Marvel?
J.Z.: Sí. The Punisher significa “El vengador”. Es un veterano de Vietnam que al regresar le matan a toda la familia y decide luchar contra el crimen. El personaje se traslada a diversas partes del mundo; últimamente sus aventuras se desarrollan en países latinoamericanos.
G.C.: ¿Sólo dibujás las novelas gráficas de The Punisher?
J.Z.: Así es; estoy por la segunda. La historieta mensual aparece en The Punisher War Journal. Después se eligen un dibujante, un guionista y un colorista y se arma la novela gráfica: son historietas de unas sesenta páginas, con tapa dura y buen papel. En la mensual interviene otro equipo de gente.
G.C.: Por lo que decís, en los EE:UU. la labor historietística se despersonaliza.
J.Z.: Al principio no comprendía este sistema. Me preguntaba cómo podía ser que un dibujante se encargara de una historieta, y de la noche a la mañana se la dieran a otro que debía ponerse al tanto de un montón de cosas. Cuando me confiaron The Punisher, no tenía la menos idea de cómo era. Sin embargo, salió. Ellos te suministran documentación y te explican el personaje.
Página de Batman, del libro Bátman en Blanco y negro, 1998. © DC cómics
G.C.: O sea que este plan de producción puede generar calidad.
J.Z.: Seguro que sí. Yo me muevo sin inconvenientes con este método. No te olvidés que la historieta llega a un público numeroso y es ante todo un medio de comunicación. Si realmente tenés algo que decir, lo vas a poder transmitir.
G.C.: ¿En qué departamento de la Marvel trabajás?
J.Z.: En la editorial Epic, donde la producción es de tipo europeo y de jerarquía. Las historietas no van dirigidas a la enorme cantidad de lectores que compra el comic, y no tienen continuidad, son autoconclusivas. Se obtienen obras espectaculares, pero las ganancias editoriales no son buenas.
G.C.: ¿Sólo colaborás en Epic?
J.Z.: The Punisher no es de Epic, pertenece a otro departamento.
Página de Batman, del libro Bátman en Blanco y negro. © DC cómics
G.C.: ¿Qué hacés para Epic?
J.Z.: Estoy dibujando tres capítulos de St. George. Es uno de los personajes de The Shadow Line Saga, que consta de once capítulos a cargo de diferentes dibujantes. Relata el surgimiento del bien y del mal.
G.C.: ¿Cómo es eso?
J.Z.: Desde el nacimiento del hombre surgen dos razas que no se dan a conocer y viven en las sombras. Son mucho más inteligentes y poderosas que la humana. De pronto, los maestros del mal comienzan a salir al exterior, y en consecuencia emergen los buenos para combatirlos.
G.C.: ¿Qué más estás dibujando?
J.Z.: Hellraiser, también para Epic. En su origen fue una película de terror, basada en la creación del escritor Clive Baker. Los derechos de la historieta pertenecen a Epic, que ha sacado libros con dibujantes y guionistas variados. Colaboré con una de esas historias, algunas de las cuales transcurren en Latinoamérica.
Unitario en revista D´Artagnan, 2000.
G.C.: Noto que abarcás varios rubros: terror, policial, ciencia ficción.
J.Z.: En esto influye el tipo de dibujo. Un tema épico no puede llevar el mismo estilo que uno policial. Hay que aportar otro clima. Por ejemplo, en la última entrega de The Punisher, se podrá ver un dibujo más lineal y sencillo que en una historieta de terror, en la que las sombras son pesadas y cobran mayor fuerza. En la Argentina yo estuve encerrado en un género: parecía que sólo servía para diseñar vikingos. Todo tiene un período. Un dibujante llega a una etapa donde se cansa de los cowboys y guerreros, y ambiciona emprender otra cosa.
G.C.: ¿Y qué historieta hacés para la Argentina?
J.Z.: Ninguna, aunque querría dibujar algo, o al menos que se vea aquí mi material.
G.C.: ¿Es por razones económicas?
J.Z.: Me conviene más una historieta que me la pagan en dólares que colaborar en cualquier revista del país.
Página de unitario en D´Artagnan.
G.C.: La mayoría de los historietistas argentinos están trabajando para el exterior respondiendo a pautas y gustos que no son los de acá. En estas condiciones ¿se puede hablar de historieta nacional?
J.Z.: Hoy no existe la historieta nacional.
G.C.: ¿Este problema se origina en la crisis económica, o en que el lector argentino no es consumidor de historietas?
J.Z.: Te doy el ejemplo de los EE.UU. El público que lee historietas proporcionalmente es muy pequeño, pero ocurre que tienen trescientos millones de habitantes y nosotros treinta millones. Por lógica, nuestro consumo va a ser siempre ínfimo.
G.C.: ¿Qué pensás de las revistas “subte”?
J.Z.: Son fabulosas: todo lo que encontrás en ellas es honesto y espontáneo, y de pronto te topás con dibujantes sorprendentes. También hay guiones muy ocurrentes.
Página de unitario en D´Artagnan.
G.C.: ¿Qué historieta harías?
J.Z.: Una que refleje la actualidad argentina, que toque temas candentes y sea cuestionadora y punzante.
G.C.: ¿Hubo en el país una historieta así?
J.Z.: Sí, El Eternauta.
G.C.: ¿Cómo estudiaste historietas?
J.Z.: A mí me gustan mucho la pintura y la ilustración, pero no podría vivir de ellas. Cuando estudiaba, mi profesor Julio Jáuregui me guió hacia la historieta; no obstante, no poseo una sólida formación en la especialidad. Además, debo admitir que no soy un historietista nato.
Páginas de episodio de Nippur, en D´Artagnan, 1976.
G.C.: ¿A qué pintores admirás?
J.Z.: Rembrandt, Hals, y podría agregar unos cuantos, entre ellos Cézanne, que es sensacional. Pero al pintar un cuadro no me incentivan determinados artistas.
G.C.: Esa pasión por la pintura, ¿se refleja en tus historietas?
J.Z.: Entiendo que sí. Lo que yo hago no es historieta pura, sino ilustración.
Tapa y página del libro Winter World, editado en el país por DoeDytores (Historietas Argentinas)
G.C.: Entonces te encantará Harold Foster.
J.Z.: En una época me volvía loco. Fue uno de los que inicialmente me metió en esta tarea. Era un ilustrador, un exquisito del dibujo que exponía una documentación espectacular. Pero carecía del sentido historietístico de un Hugo Pratt o de un Milton Caniff.
G.C.: Pero vos sos historietista.
J.Z.: En el fondo no me considero un historietista. Te puedo dar nombres de tipos que sí lo son, como por ejemplo “Lito” Fernández, Altuna, Frank Szilagyi, que disfrutan del género y son los que narran. Porque la historieta no es sólo dibujar bien, también es contar. Lo mío es más una cuestión de marcar un clima que de relatar una historia. Es posible que esto se debe al hecho de que no trabajo con guiones propios. Si yo los escribiera, quizá me fascinaría contar en imágenes.
Página de Winter World, en Zona 84, España.
G.C.: Mencionaste a unos cuantos grandes de la historieta. ¿Podés nombrar a otros?
J.Z.: Alberto y Enrique Breccia. Alberto jamás se encerró dentro de un estilo. Por eso no creo en los estilos.
G.C.: ¿Qué entendés por estilo?
J.Z.: Cuando se habla de estilo equivale a reconocer al artista aunque elabore muchas historietas diferentes. Quiere decir que aporta siempre lo mismo y que no se renueva.
Página de Winter World
* De El dibujo de aventuras, de Germán Cáceres (Editorial Almagesto, Buenos Aires, 1996, 200 páginas).
5 comentarios:
¡Qué dibujazos! Muy buena narración!!!!!!!
Sigo con interés el blog. Me sorprendió el unitario "El sacrificio de Leinin". Por favor, ¿podrían agregar la referencia completa del número de D'artagnan en el que salió?
Hola, esta blog es excelente! Soy fan de Columba, sobre todo de la serie Wolf... tengo todos los capitulos, pero hace años que vengo buscando este episodio que no es mas ni menos que un episodio de Wolf que fue descartado y publicado como un unitario... me habian dicho que era espectacular, pero la verdad que se han quedado cortos...!!! mil gracias por la publicacion de este reportaje y sus imagenes, amigo... Diego desde Rosario
A esta entrevista de Germán Cáceres la leí hace un buen tiempo en la revista Comiqueando.Que sabias palabras, que calidad de arte!.Una pena que su vida haya sido tan breve, con tanto para dar.Pero...¡Cuantas maravillas visuales!
Es genial encontrar una entrevista a este peso pesado de Zaffino. Tengo entendido que lamentablemente falleción en 2002. Un coloso.
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