(La Duendes ,
Comodoro Rivadavia, 2014, 94 páginas)
Pablo
Hernández subraya en el primer prólogo: “Es el Facundo de Massaroli, pues, una historieta. Pero es también un
libro de historia”. Por eso en ella abundan tanto los textos explicativos como
los diálogos y, para eludir esta dificultad narrativa, Massaroli cambia
continuamente de planos, de ángulos, de enfoques y, a tramos, introduce
cuadritos mudos. Así, la fluidez de la secuencia gráfica es notable y permite
vigorizar las escenas de acción. Son primorosos los ámbitos nocturnos que
representan las relaciones amorosas de Facundo y su esposa Dolores. Y dibuja
con destreza las batallas y los combates a caballo.
La
primera parte, “El Tigre de los Llanos”, es motivo de revalorizaciones, en las que el autor se pone
manifiestamente del lado de los federales y de Facundo Quiroga. Ataca con
indignación la figura de Rivadavia y a los unitarios, a los que califica de
antidemocráticos y cipayos del imperio británico. A Lamadrid lo señala como un
asesino feroz, mientras que al caudillo riojano lo sublima como un héroe
querido por los pueblos provincianos. En cuanto a su concepto del general Paz
no podía ser peor: “Mediante el inhumano recurso de disparar sobre su propia
gente en retirada, Paz logra detenerla…”, una actitud similar a la del siniestro
general Mireau de La patrulla infernal
(1957), de Stanley Kubrick.
“Barranca
Yaco” es el título de la segunda parte, en la que los cuadritos de mayor tamaño
y los textos concisos favorecen la narratividad. Y sobresale el arte de
Massaroli: en la página 48 los contrastes de blancos y negros de los caballos
que conducen una diligencia conforman una viñeta bella y vigorosa.
Un
halo de tragedia recorre este bloque en el que se teje la conspiración que
trama el asesinato de Quiroga. Como dice Frank Szilágyi en un segundo prólogo
“José logró lo que es casi imposible en los relatos históricos: que los
personajes no sean cartones, sino que estén VIVOS”.
Para
que no queden dudas sobre su posición ante esta lucha fratricida, Massaroli
transcribe la proclama unitaria escrita en Chile por Sarmiento: “…es necesario
emplear el terror para triunfar en la guerra. Debe darse muerte a todos los
prisioneros y a todos los enemigos. Debe tratarse de igual manera a los
capitalistas que no presten socorro…; es preciso desplegar un rigor formidable
(…) Debe imitarse a los jacobinos de la época de Robespierre”.
José
Massaroli ha concretado una excelente historieta y, a la vez, una visión de la
historia argentina nada convencional, que apuntala con datos, fechas y una
bibliografía.
Germán Cáceres
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