jueves, 12 de junio de 2014

Segunda edición de la Colección Continuará…

La segunda edición de la “Colección Continuará…” presentada por la versión actual de Fierro y publicada por la misma editorial del diario Página 12, consta de cuatro tomos de 96 páginas cada uno.




El primero de ellos, Amapola Negra de Héctor Oesterheld  (guión) y Solano López (dibujo), rescata la serie de aviación ambientada en la Segunda Guerra Mundial, que salió en los años 50. El título toma el nombre del bombardero que da origen a cada episodio. El texto de Oesterheld es excelente y presenta todas las características que lo destacaron como uno de los más grandes argumentistas del mundo, pues  en su época renovó el género. Se trata de aventuras bélicas en un contexto histórico real, en el que  se desarrollan sucesos –en su mayoría trágicos- de profundo sentido humano,  que calan hondo en el lector y entretienen.  A la vez, están dibujadas por un inspirado Solano López, con el particular trazo de gruesas pinceladas negras,  estilo que también utilizó en El Eternauta.  Este libro rescata una obra admirable que había quedado eclipsada por otras importantes historietas de los mismos autores.



El segundo libro, Dr. Fogg y otras historias, presenta mini series con  guiones de Carlos Albiac y Oscar Armayor, y arte de Angel Lito Fernández.  En el caso del dibujante, se trata de dos de sus trabajos más personales, donde se evidencia que “puso todo en el asador”, en particular en Undermédanos.  En éste la gráfica de Fernández se luce ampliamente, y lo posicionó como uno de los principales y más prolíficos artistas de la historieta argentina. Las composiciones de página, además, son sobresalientes.  Estas historias  fueron publicadas previamente en la versión de los años 80 de la revista Fierro de Ediciones de La Urraca. Del Dr. Fogg, en la que prevalece un clima opresivo propio de una narración de misterio, cabe destacar que exhibe un diseño distinto del que presentó en el suplemento “Continuará” de la edición original de Fierro. El rediseño es un acierto porque facilita la lectura visual, ya que en anteriormente se había publicado en formato de tiras, con lo cual se perdía parte de su riqueza gráfica.




El tomo tres, Tinta mortal, consiste en un compilado de historietas unitarias de Peiró (Manuel Peirotti), reconocido en su Córdoba de origen y residencia, y uno de los más impactantes y personales autores que dio la historieta nacional. Es un creador  que había que rescatar y valorizar para las nuevas generaciones de lectores, ya que se encuentra un tanto olvidado.  De las historias seleccionadas –publicadas en la citada Fierro-, algunas con grandes dosis de violencia y sexo,  dos giran en torno a personajes del sub mundo del hampa de nuestro país en la primera mitad del siglo XX; otra tiene como trasfondo la violencia política latinoamericana y nacional de décadas pasadas; otra -muy imaginativa- supuestamente transcurre durante la Segunda Guerra Mundial y, por último, la que  trata sobre El Cueros, el mítico personaje de las creencias populares,  tal vez constituya uno de los hitos de los años 80 por la calidad del dibujo y de su relato.  Aunque este tomo resulta un gran paneo por la obra “seria” de Peiró, sería bienvenida la incorporación de otras dos historietas “clave” de su trayectoria, como es la del bandido rural Mate Cosido y la de la Guerra de Malvinas, como así también las que realizó para Súperhumor, Humor y Sex Humor, todas brillantes en cuanto a calidad. Peiró es dueño de un dibujo exquisito, exuberante en detalles que combina con una relevante maestría en la aplicación de negros plenos, cuyas luces y sombras recuerdan a la fotografía de autor. Peiró demuestra ser capaz de conferir características caricaturescas a su dibujo “serio” e hiper realista al retratar a los tipos sociales argentinos.




El cuarto y último tomo es El desmitificador argentino y otras historietas eróticas de El Tomi, que compila los trabajos que éste dio a conocer en el Fierro actual. Como bien se sabe, ElTomi es un dibujante con un estilo de factura realista libre, personal  e imaginativo. En algunos episodios de la mini serie Freak City, su dibujo adquiere niveles refinados, como el que cierra el libro.

Mención aparte merecen las introducciones a cargo de Juan Sasturain, en las que se luce escribiendo amenamente acerca de sus grandes motivaciones como escritor y analista: la historieta y sus hacedores.  Dado la importancia de los autores tratados y el modo en que los aborda, aquellos lectores de revistas como Súperhumor o la primera Fierro –de las que fue jefe de redacción durante varios períodos- se sentirán complacidos, pues remite a tiempos  e historietas que desplegaron  una creatividad arrolladora.

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