jueves, 14 de marzo de 2013

Los 70, la edad dorada de editorial Columba (segunda parte)


Los años 70 fueron la edad dorada de Editorial Columba (El Tony, Fantasía, D`Artagnan, Intérvalo). Son varios los autores –hoy entre los maestros de nuestra historieta- que coinciden con esa visión, tales como Gerardo Canelo, Carlos Casalla o Juan Dalfiume.
Esa visión se sustenta al constatar en el material publicado en aquellas publicaciones una combinación de creatividad, calidad, originalidad y cantidad. También fue el periodo en que se crearon series y personajes, que pasarían a formar parte del patrimonio de las grandes obras de la historieta argentina.  La linea editorial de Columba, de corte netamente popular, se basaba en personajes y en géneros que se destacaban como los de mayor aceptación de la época.
El staff de colaboradores de la editorial durante la década del 70 era enorme, promediando el centenar. Lo integraban los más destacados autores del momento, como así también noveles que en las décadas siguientes alcanzarían el rol de “maestros”.


Ilustraciones de tapa realizadas por los hermanos Villagrán, sobre adaptaciones de películas.






Cualquier lector con cierto conocimiento de la historieta argentina, sabe que el guionista Robin Wood fue el creador de gran parte de los personajes y series más exitosas de Columba. Desde un sector de la propia historieta se le criticaba su forma de escritura y aspectos ideológicos, pero siempre resultó destacable su capacidad para llegar al lector, lo que lo transformó en el guionista estrella de la editorial y ser reconocido a nivel internacional.
Entre las series creadas en los 70 por Wood que han trascendido el tiempo se cuentan “Nippur de Lagash” (dibujado alternativamente por Lucho Olivera, Sergio Mulko, Zaffino, Leopardi, Villagrán, etc), la serie cómica del simpático espía “Pepe Sánchez” (con dibujos de Vogt), o "Gilgamesh", creado por Lucho Olivera en guión y dibujo y continuado con guiones de Wood, por solo citar tres. Mucho y bien se ha escrito ya sobre estas series.

Páginas del western Jackaroe, con guión de Wood y dibujos de Dalfiume

Guionado por Wood, el western Jackaroe, que a simple vista parece inspirado en el subgénero “spaghetti western” creado en el cine por los italianos, en un principio resultó un estereotipo del género. El original estilo de dibujo de Dalfiume, cada vez más suelto y expresivo en la medida que avanzaban los episodios de la serie, desde la gráfica le confirió al personaje una personalidad muy atrapante. Lo destacó de otros personajes del western. Del típico personaje del western, Jackaroe alcanzó un nivel de ícono del género y he allí una de las principales fortalezas de la serie.

Página de Crónicas de un porteño viejo, con guión de Alvarez Cao y dibujos de Casalla, en D`Artagnan 353, 1975.

Pero la notable trascendencia de Wood, opacó la figura de otros grandes guionistas de la editorial. Tal es el caso de Julio Alvarez Cao, autor muy elogiado por los dibujantes que trabajaron con él, tanto por la calidad de sus guiones como la de su escritura. Una de las series por él escritas que merece destacarse es “Crónicas de un porteño viejo”, dibujada alternativamente por Merel y Carlos Casalla, destacándose los episodios dibujados por el último. Allí se narra el submundo porteño, con historias que giran en torno a personajes marginales que tratan de sobrevivir a durísimas condiciones de vida, o a trascenderlas aunque tengan que violar la ley. La originalidad radica en que las historias no son una excusa para que haya “muertos a tiros”, como estaba estereotipado en gran parte de las historietas policiales. Sus vidas los llevan a desenvolverse en ambientes de violencia. Hablan de tragedias humanas. Las tramas, a su vez, están enriquecidas con citas a temas de tango. 
En los años 80 ahondaría y refinaría esta línea temática, formando dupla con Gerardo Canelo. En conjunto concretarían “Carbajo Ganzúa & Cía”, una serie que los muestra en la cúspide de la madurez artística de ambos autores, concretando una obra que se cuenta entre las claves de la historieta argentina.

Página de episodio de El Cabo Savino, con guión de Alvarez Cao y dibujos de Casalla, en  Fantasía 240, 1974.

Otra serie que Alvarez Cao guionó y trascendió su tiempo para transformarse en uno de los grandes clásicos de la historieta argentina es El Cabo Savino, creado por Carlos Casalla. De la etapa de los años 70, existe un periodo donde situó al personaje en la actual provincia de Neuquén. Allí Savino convive con los mapuches vencidos tras la llamada Conquista del Desierto. Los relatos aparentan ser de aventuras convencionales, pero el trasfondo muestra la cruda realidad de miseria y sufrimiento que debieron afrontar los pueblos originarios vencidos y desterrados tras la campaña militar. Son relatos conmovedores, de una gran sensibilidad, escritos en 1974, cuando lo común en las historietas era que el indígena fuera caracterizado como “el malo”. Una característica de El Cabo Savino fue justamente esa, que pese a ser un soldado y formar parte de los vencedores, tomaba partido por los más débiles.
Cao también participó del gauchesco Pehuen Curá, ambientado en los tiempos de Rosas. Sus textos dibujados por Juan Arancio desbordan de originalidad y calidad artística. En conjunto concretaron episodios memorables. La gráfica de Arancio es la de un virtuoso del dibujo.

Página de Pehuen Curá, con guión de Alvarez Cao y dibujos de Arancio, en  D`Artagnan, 1972.

Cuando guionistas y dibujantes coinciden en su plenitud artística, concretan grandes obras aún cuando aborden personajes ajenos. Por ejemplo, en los 70 el personaje Martín Toro era uno entre tantos del gauchesco, sin grandes elementos que lo destacaran dentro de su género. En cambio, en los 80 sobresalió cuando quedó bajo la creación del guionista Jorge Morhain y el dibujante Carlos Magallanes. Juntos, le imprimieron un nivel de excelencia, convirtiéndolo en unos de los principales atractivos de El Tony. De allí, que un personaje puede presentar diversas etapas dependiendo de quiénes lo realizan. Carlos Magallanes es uno de los grandes olvidados de la historieta, pese a que la calidad de su dibujo lo sitúa en la historia como uno de los más destacados dibujantes nacionales.

Página de unitario dibujado por Horvath, en D`Artagnan, 1972.

Las historietas dibujadas por Horvart, que pese a lo que se podría considerar como común y convencional –por muy vistas- de los relatos de la segunda guerra mundial que dibujaba, resultan de los “platos fuertes” de los números donde se publicaban. En general se encuadran en la visión iniciada por Oesterheld –de quien dibujó numerosos guiones-, de utilizar historias de aventuras convencionales, para contar historias de profundo sentido humanístico. Las historietas donde Horvart era el dibujante, resultan atrapantes, aunque cambiaran los guionistas. Lo importante, como señalara Oesterheld, era que la trama resulte creíble y si a ello se le sumaba un dibujo personal y vistoso, la obra ganaba en todo sentido.
Las tapas resultaban otra característica sobresaliente. Realizadas mayormente en los 70 por los hermanos Villagrán y en menor medida por A. de la María, Lucho Olivera o Dalfiume, se caracterizaban por una altísima calidad gráfica y pictórica, excelentes diseños e imágenes atractivas. Cumplían su función, atraer al lector.

Ilustraciones de tapa realizadas por Dalfiume

La historia de editorial Columba se tiende a lo largo de siete décadas, en las que transitó diversas y variadas etapas. Una trayectoria tan extensa y rica, por el tiempo de permanencia en el mercado de revistas, por las numerosas publicaciones y formatos de cada una, los personajes, los autores, los enfoques que fueron variando a lo largo del tiempo, el conocimiento que tenían sobre el gusto de sus lectores, la enorme inserción que lograba entre lectores ajenos a la historieta, etc., etc., ha sido abordada de forma bastante colateral y se ha impuesto una imagen estereotipada que se podría sintetizar como: el modo de producción industrial iba en detrimento de la calidad del material que publicaban y que los contenidos respondían a formas de narración superadas. Ello puede ser cierto en forma parcial, para determinado material y en determinados períodos de tiempo, pero de ningún modo es aplicable a la totalidad de los contenidos.
Escribir sobre editorial Columba para criticarla, se originó en una estrategia comercial, que en su momento sirvió para poder competirle a Columba. Como era imposible alcanzar o superarla en ventas, se buscaba captar lectores apelando a un discurso que buscaba convencer lectores y con ellos forman un nicho: “lean lo esto, no aquello que no es de caidad”. De tanta repetición, se ha impuesto, pero que también de a poco se va erosionando.
Aún en los períodos en que publicaban mayor volumen de material extranjero, o de series donde el deterioro de la calidad tanto argumental como gráfica eran evidentes, siempre estuvieron presentes obras sobresalientes.
Despojándose de los estereotipos que se han impuesto desde los años 80 en adelante aún queda mucho por analizar acerca de la editorial, sus contenidos y autores.

Páginas dibujadas por Enio, Horacio Altuna (guión de Oesterheld) y Carlos Vogt


Anexo
Cifras, autores y series por revistas en los 70
Tanto los títulos Dártagnan, como El Tony, Fantasía e Intérvalo presentaban un promedio de páginas que iba de las 114 a 162, según el número. También, con pequeñas variantes, sus contenidos se basaban en una serie limitada de géneros, los de mayor apogeo durante la década del 70, como policial (entre dos y cuatro historietas por número), bélicas (mayormente de la Segunda Guerra Mundial, entre dos y tres historias por número), una o dos historietas de deportes (En el caso de D`Artagnan, con historias de automovilismo, fútbol –figuras del fútbol nacional-, boxeo, hípica, etc,), una historieta de gauchesco, un western, una historia de fantasía heroica, entre una y tres historietas extranjeras de agencia, una o dos adaptaciones de películas de éxito, y en menor medida policiales ambientados en el país y de aventuras en sitios exóticos.
Entre las series, de gran repercusión todas, se contaban en D`Artagnan: Los policiales de espionaje “Dennis Martin y Grace Henrichsen”, de Monti (Robin Wood) y Lito Fernández. El western “Diego” guionado por Roque Guinart o Armando Fernández y dibujado alternativamente por Repetto o Merel. La historia de Gauchesco “Pehuén Curá”, guionada alternativamente por Julio Alvarez Cao y Julián Moreira y dibujada por Castro o Arancio. El policial costumbrista ambientado en Buenos Aires “Crónicas de un porteño viejo” con guiones de Julio Alvarez Cao y dibujos de Merel o Casalla. El policial “Sam Malone”, guionado por Guillermo Saccomanno y dibujado por Enio. La historia de fantasía heroica “Nippur de Lagash”, guionado por Robin Wood o Ricardo Ferrari y dibujado alternativamente por Sergio Mulko, Zaffino, Leopardi y Lucho Olivera. El western “Jackaroe”, con guión de Robert o Neil y dibujos de Dalfiume. La historia de ciencia ficción “Gilgamesh” de Wood – Lucho Olivera. La bélica “R.A.F.” con guión de Forster y dibujos de Szilagyi. La historia de fantasía heroica “Or Grund”, con guión de Wood y dibujos de Villagrán. El western “Larrigan de Misouri”, con guión de Ray Collins y dibujos de Haupt. El policial “A quemarropa”, con guión de Ray Collins y dibujos de Enio y la serie “Dax”, con guión de Wood y dibujos de Marchionne.
Por parte de Fantasía, se contaban series tales como “Roland el corsario” iniciada por Oesterheld en el guión y García López en los dibujos, continuada en los guiones por Alfredo Grassi y dibujos de Andrada. El western “Alamo Jim” con guión de Albiac y dibujos de Casalla o Reler. El gauchesco “El cabo Savino” con guión de Julio Alvarez Cao y dibujos de Casalla, guionada alternativamente por Jorge Morhain y dibujada por Furlino. El policial “Los amigos”, con guión de Wood y dibujos de Macagno. El western “Shannon” con guión de Ray Collins y dibujos de Dalfiume. El policial “Big Norman”, con guión de Robert O`Neil y dibujos de Haupt. El western “Ted Marlow”, iniciada por la dupla Wood – Reler y continuada por Morhain – Suárez. La historia de fantasía heroica “Kabul de Bengala” con guión de Oesterheld y dibujos de Horacio Altuna. El policial “ 3 por la ley”, con dibujos de Marchionne.
Entre tanto, en El Tony aparecían las series “Haakon2 con guión de Héctor Sánchez Puyol (Héctor Oesteheld) y dibujos de Lito Fernández. La historia de Fantasía heroica “Argon el justiciero” guionada por Oesterheld o Armando Fernández y dibujos de Gómez Sierra. La serie bélica “Brigada Madeleine” iniciada por Oesterheld en los guiones y dibujada Néstor Olivera. El western “El virginiano” con guión de José Luis Arévalo y dibujos de Dalfiume. “Los aventureros” con guión de Robert O`Neill (Wood) y dibujos de Gómez Sierra (. La serie humoristica “Pepe Sánchez” con guión de Wood y dibujos de Vogt. El policial argentino “Hilario Corvalán” con guión de Yunka y dibujos de Contrera. La serie de ciencia ficción “Mark” con guión de Wood y dibujos de Villagrán. El gauchesco “Martín Toro”, con guión de Morhain y dibujos de Reler o Sergio Almendro.
La revista Intérvalo, aunque compartía ciertos autores de la editorial, representaba un universo aparte. La gran mayoría de los géneros abordados se centraban en las historias denominadas como “de corazón”, románticas.
 La totalidad de los títulos, en conjunto, llegaron a sumar casi un millón de ejemplares de venta mensual.

6 comentarios:

Felipe R. Avila dijo...

Felicitaciones por las notas parte 1 y 2 sobre Ciolumba.¿Quién es el autor?

toto dijo...

Como me gustaba Horvath, siempre buscaba las historietas dibujadas por él, y aunque casi siempre, por no decir siempre, eran en blanco y negro, tenían una mística especial en el dibujo, mas allá de que la temática bélica siempre fuera mi preferida.
Muy buenas las notas muy completas...

Anónimo dijo...

muy interesante .
para toto, horvath era de una simpleza apabullante . y pensar que se salvo de quelo mandaran a pelear a vietnam . la hermana fue a la editorial a pedir unos pesos para traerlo de vuelta . si que tenia historias.

Anónimo dijo...

había una historieta, no se en cual revista de editorial columba, que era sobre el aviador que había tirado la bomba atómica en hiroshima y arrepentido se hacía monje y se quedaba a vivir en japón. cómo se llamaba?
la negra

Anónimo dijo...

La serie que contaba la historia del aviador que habia tirado la bomba atomica y se quedaba a vivir en Japon se llamaba Harry White

Unknown dijo...

En ésta época la historieta argentina contaba con que "del otro lado"el lector tenía sensibilidad y cierto vuelo intelectual para entender y disfrutar lo que el guionista proponía,toda una interacción.Había reflexión,placer y velocidad,hasta un cierto compromiso político,por ejemplo martin toro gustaba,porque defendía a los masacrados por la infame campaña al desierto,que fue el punto de partida de la más rancia y despreciable derecha hasta nuestros días.Se lo imaginan a martin toro saliendo por "todo noticias"...no,verdad??...todo un hermoso recuerdo de una argentina que no fue,cargada de extraordinarios guionista y dibujantes.