Los años 70 fueron la edad dorada de Editorial
Columba (El Tony, Fantasía, D`Artagnan, Intérvalo). Son varios los autores –hoy
entre los maestros de nuestra historieta- que coinciden con esa visión, tales
como Gerardo Canelo, Carlos Casalla o Juan Dalfiume.
Esa visión se sustenta al constatar en el material
publicado en aquellas publicaciones una combinación de creatividad, calidad,
originalidad y cantidad. También fue el periodo en que se crearon series y
personajes, que pasarían a formar parte del patrimonio de las grandes obras de
la historieta argentina. La linea
editorial de Columba, de corte netamente popular, se basaba en personajes y en
géneros que se destacaban como los de mayor aceptación de la época.
El staff de colaboradores de la editorial durante la
década del 70 era enorme, promediando el centenar. Lo integraban los más
destacados autores del momento, como así también noveles que en las décadas siguientes
alcanzarían el rol de “maestros”.
Resulta común que películas y libros respondan al tiempo
en que fueron realizados, algo que se puede constatar por la forma en que están
narrados, los temas que prevalecen o la estética que los caracteriza. Lo mismo
puede aplicarse a la historieta.
En los años 70 en el cine prevalecían géneros específicos,
como el policial, el western o historias bélicas, entre otros. Esos mismos
temas eran los que sobresalían en las historietas de perfil popular que se
generaban y publicaban en el país.
Fragmento de Kendall, con dibujos de Arturo del Castillo, en El Tony 320, 1972. |
Cuando se escribe sobre los años 70, se suele
destacar la aparición de editorial Record (Skorpio, Skorpio Extra, Tit Bits,
Pif Paf, Corto Maltes, etc), argumentando que su presencia elevó la calidad de
lo que se editaba en aquella década. Agregando como valor extra que retomaba la
tradición iniciada por Oesterheld y a la vez republicaban parte de lo mejor del
material de lo que se llamó la edad de oro de la historieta argentina. Todo
ello es cierto.
Pero ese mismo argumento deja de lado un hecho que ha
pasado mayormente desapercibido: los 70 fueron la edad dorada de Editorial
Columba (El Tony, Fantasía, D`Artagnan, Intérvalo). Son varios los autores –hoy
entre los maestros de nuestra historieta- que coinciden con esa visión, tales
como Gerardo Canelo, Carlos Casalla o Juan Dalfiume.
Esa visión se sustenta al constatar en el material
publicado en aquellas publicaciones una combinación de creatividad, calidad,
originalidad y cantidad. También fue el periodo en que se crearon series y
personajes, que pasarían a formar parte del patrimonio de las grandes obras de
la historieta argentina. Esa uniformidad en la calidad del material, no estuvo
tan presente en décadas previas y posteriores, exceptuando una etapa de los
años 90 en que presentó un gran repunte (pero eso sería tema de otra nota).
La linea editorial de Columba, de corte netamente
popular, se basaba en personajes y en géneros que se destacaban como los de
mayor aceptación de la época.
Unitario con guión de Oesterheld y dibujos de Horvath, en D`Artagnan 284, 1972. |
A diferencia de décadas previas, en la del 70 las
publicaciones de Columba la proporción de material de elaboración propia era
mayor que el comprado a agencias extranjeras (previamente era a la
inversa).
El staff de colaboradores de la editorial durante la
década del 70 era enorme, promediando el centenar. Lo integraban los más
destacados autores del momento, como así también noveles que en las décadas siguientes
alcanzarían el rol de “maestros”.
Oesterheld, hoy considerado uno de los mejores guionistas
del mundo, y numerosos dibujantes que se desempeñaron en la editorial por él creada
(Frontera), se contaban entre los colaboradores de Columba. Varios de los dibujantes
provenían de revistas de gran trascendencia en décadas previas, como Hora Cero,
Frontera, Rayo Rojo, etc, tales como Horvart, Arancio, Carlos Vogt, Arturo del
Castillo, Haupt, Pereyra, Oswal, Lucho Olivera, etc.
Unitario con guión de Oesterheld y dibujos de Caruso, en D`Artagnan 288, 1972. |
En el plano estético, comparado con cierta
uniformidad en los estilos que presentaron las publicaciones de la editorial en
décadas previas y posteriores, cabe destacar que en los 70 se contaban una
serie de autores que manejaban estéticas muy personales. Estilos, algunos de
ellos, que a su vez no se encuadraban con lo que podría ser entendido como estrictamente
“realistas”, la línea gráfica típica de Columba. Tales son los casos de Horvart, Cristóbal,
Caruso, Gutierrez o Pascual por solo citar algunos autores. Sus estilos
presentaban cierta estilización en la figura humana que por momentos adoptaban
características a medio trayecto entre un dibujo de factura humorística y uno realista,
sin llegar a configurar ninguno de los dos.
Fragmento de unitario dibujado por Horvath, en D`Artagnan 351, 1975. |
Por ejemplo, Horvath, especializado en dibujar
historias de guerra desde la revista Hora Cero, utilizaba efectos característicos
del humor gráfico. Recurría a elementos que se utilizan para destacar estados
de ánimo, expresiones de asombro, enojo, etc. Tales como gotitas o pequeñas
lineas quebradas dispuestas en torno a la cabeza de los personajes para
expresar sorpresa, pesar, dolor, etc. Los rostros los dibujaba con rasgos
sintéticos, de forma icónica. A simple vista el dibujo de Horvath aparenta ser
simple, pero analizándolo en detalle se evidencia un autor experimentado. Su
trazo, aplicando la tinta a pincel, es vigoroso y fluido, abundante en matices.
Todo ello enriquecido con la aplicación de tramas realizadas con lineas finas,
otorgándole a su trabajo una riqueza visual que aparenta ser simple. Pero de
simple no tenía nada.
Unitario con dibujos de Cristobal, en D`Artagnan 292, 1972. |
Por su parte, Cristobal, dibujaba a los personajes y
los rostros de los mismos de modo muy caricaturizados, con reminiscencias del
grotesco. Sus personajes se veían “cabezones”. También recurre mucho a la
utilización del pincel, ya sea para entintar las figuras, sombras y tramas.
Unitario con dibujos de Gutierrez, en D`Artagnan |
El dibujo de Gutierrez –autor por entonces de “la
vieja escuela” (para los 70)- era simple, sintético en la utilización de líneas
para definir las figuras humanas. Los matices de luces y sombras los conseguía
aplicando gruesas pinceladas de tinta china. Al suyo, se lo aprecia como un
estilo de dibujo rápido, sintético y por momentos algo hosco. Gozaba de una muy
importante presencia en las revistas de Columba.
Roland el corsario, con guión de Oesterheld y dibujos de García López, en Fantasía 284, 1974. |
Por otra parte, estaban los autores que también dibujaban
de modo muy personal, pero en un tono más realista, como Carlos Casalla, Oswal,
Altuna, Lito Fernández, Juan Dalfiume, Mulko o Lucho Olivera. A los que se
sumaban lo que se podría llamar virtuosos del dibujo realista, de factura
clásica, como Juan Arancio, Mandrafina, Arturo del Castillo, García López o
Alberto Salinas.
Primera página con dibujos de Lucho Olivera. Segunda página: episodio de Nippur de Lagash dibujado por Sergio Mulko |
Es decir, durante los 70 en aquellas revistas se
aprecia una gran libertad y originalidad estilística, por parte de numerosos
dibujantes, en particular entre aquellos que ya contaban con cierta
trayectoria. Por originalidad se entienden formas de dibujo que no se parecen a
las de otros autores y que son identificables a simple vista con un autor
determinado.
En cuanto a los guionistas, se destacaban Héctor
Oesterheld, Guillermo Saccomanno, Alfredo Grassi, Armando Fernández, Julio
Alvarez Cao, Carlos Albiac, Ricardo Ferrari y Robin Wood. Dichos autores
también publicaban sus trabajos bajo diversos seudónimos. Hoy ellos se sitúan
entre lo más encumbrado de la historia de la historieta argentina.
Páginas dibujadas por Lito Fernández, Alberto Salinas y Oswal |
Acorde a la forma de escritura de los guiones de la
época, las historietas presentaban abundantes y extensos textos, ya sea en los
globitos de diálogos o en cuadritos de textos complementarios. Llegado el caso,
el texto llegaba a tener más peso que el dibujo. Era otra época y entre la
población la lectura estaba más arraigada y se contaba con más tiempo para
leer. Hoy, ese tipo de redacción ha mutado enormemente en la historieta y
aquellos guionistas que siguen en actividad han adoptado las nuevas formas. Es
decir, han economizado texto para lograr un mayor equilibrio con la narración
dibujada. Un ejemplo es el del guionista Robin Wood y su personaje Dago,
realizado en sus comienzos con el dibujante Alberto Salinas. Hoy la serie se
publica con enorme éxito en Italia con el dibujante Carlos Gómez (los italianos
lo adoptaron como un personaje propio, aunque haya nacido en Argentina). Ambas,
aunque el personaje es el mismo, resultan casi irreconocibles por la
diferencias en la forma de narrar.
El tiempo
como critico
El paso del tiempo suele ser un crítico implacable al
momento de evaluar qué obras perdurarán y cuáles no. Cuáles serán aquellas cuya
lectura soportarán el paso del tiempo, sin importar el momento en que hayan
sido realizadas. La lectura de parte de aquellos guiones, contrastando con las
formas actuales nos puede resultar lenta por la cantidad de texto que se
utilizaba. Como así también muchas de esas historias resultan predecibles,
debido que de tanto publicarse historias similares durante décadas, los
lectores cuentan con un bagaje que no se contaba en los 70 y el impacto ya no
es el mismo.
Con ello, series que eran puntales, de las más
leídas, hoy pueden ser consideradas como anecdóticas.
Otros elementos también de peso al momento de evaluar
trabajos, que a su vez conforman un “todo” con los guiones, son la calidad y
originalidad del dibujo –relacionado esto con el grado de madurez gráfica
alcanzada por cada dibujante-. A lo que se podrían sumar los diseños de página,
la utilización del color, etc., etc.
La próxima semana la segunda parte
1 comentario:
me parece que gran parte de la vision negativa sobre columba viene en parte por los textos de trillo y saccomano, que por algun motivo detestaban la editorial, y porque los mas jovenes conocimos las publicaciones de columba ya en los noventa, cuando la editorial estaba en una marcadisima decadencia y publicaba cosas hechas a los pedos sin cuidar en lo mas minimo la calidad
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