jueves, 30 de abril de 2020

CIRUELO, CIUDADANO ILUSTRE DE DRAGONLAND, por Germán Cáceres y A. Aguado

Ciruelo (Gustavo Cabral) nació en la ciudad de Buenos Aires el 20/7/1963.
A los trece años ingresó en la Escuela Técnica Fernando Fader de esa ciudad, donde estudio diseño y publicidad. A los dieciocho comenzó a trabajar en una agencia de publicidad y, además, dibujó tapas para revistas que publicaba la Editorial Vocación. Decidió convertirse en ilustrador independiente a partir de los veintiún años.
En 1987 se estableció con su esposa Daniela en Sitges, localidad costera situada en Cataluña, cerca de Barcelona. Desde allí realizó ilustraciones para editores de Reino Unido, España, Alemania y Estados Unidos. Son suyas las portadas de la trilogía Chronicles of the Shadow War, que escribió George Lucas. Realizólas tapas de álbumes de rock, de Cartas Magic–que publicó Wizard of theCoast–, y colaboró para Berkeley PublishingGroup, TorBooks, WarnerBooks, Ballantine, las revistas Heavy Metal, Playboy, en la primera etapa de Fierro y también en otras publicaciones de La Urraca. Sus trabajos incluyen cubiertas de libros, calendarios, puzles e ilustró su ficción Hadas y Dragones. Concurre a múltiples exposiciones y salones con stand propio, no solo en Europa, sino también en la Argentina. Asimismo incursiona en la guitarra eléctrica y en la composición musical.
Es responsable de los posters de los filmes Hombre mirando al sudeste (1986), de Eliseo Subiela –con música de Pedro Aznar–, y Fuego gris (1994), de Pablo César. El poster de la película de Subiela se utilizó como tapa del álbum del mismo título de Luis Alberto Spinetta. Colaboró también con el genial guitarrista Steve Vai y el escritor e historietista Alejando Jodorowsky.

Ciruelo en 2019 en su estudio de Sitges, España.


ALEJANDRO AGUADO: Según me comentaste, te radicaste en Europa para poder vivir de tu arte ¿Cómo fue tomar esa decisión? ¿Cuál era la situación de Argentina en ese momento? Es de suponer que no fue algo simple.
 CIRUELO; Era 1987 y yo, con 23 años, decidí irme a vivir a España para poder dedicarme por completo al arte fantástico ya que en Argentina no había editoriales que me permitieran vivir de eso y mi pasión era tan grande que no tenía otra opción. Además, en Argentina había una inflación mensual del 20% y eso hacía mi profesión de trabajador autónomo muy complicada. Irme fue una decisión muy dura pero yo estaba acostumbrado a situaciones límite.

Ilustraciones de tapas de Ciruelo, en sus comienzos, en los años 80 y 90.


A.A: ¿De qué manera te insertarse en el mercado europeo?
 CIRUELO: Me resultó muy fácil ya que Barcelona estaba en un momento glorioso en el cómic y la ilustración fantástica y apenas llegué empecé a trabajar para la agencia Norma Comics que representaba ilustradores para toda Europa y Estados Unidos. En 1989 la editorial inglesa Paper Tiger me publicó un primer libro, “Ciruelo” y después “El gran libro del Dragón” lo que me hizo conocido en todo el mundo. En los noventa trabajé con la agencia de Toutain, Selecciones Ilustradas, para las editoriales más importantes de Nueva York.

A.A.: Residís en Sitges, hermosa ciudad vecina de Barcelona. ¿La elegiste por algún motivo en particular?
GERMÁN CÁCERES: Completo la pregunta de Alejandro: tengo entendido que en tu casa, no obstante que tenés hijos, no se ve televisión ni ellos se distraen con videojuegos. ¿Qué curioso porque precisamente el arte fantástico es muy empleado en ambos ámbitos, de los cuales, además, la juventud es fanática?
 CIRUELO: Con mi mujer Daniela vinimos a Barcelona por mi amigo de la infancia, Gusti, también ilustrador que me recibió con toda generosidad y rápidamente nos enamoramos de Sitges y nos alquilamos un departamento chiquito y barato. En ese pueblo vivía Altuna, el historietista, y muchos otros artistas, así que el ambiente era altamente inspirador para crear. Mis hijos nacieron en 1998 y 2001 y es cierto que se criaron sin TV ni videojuegos sencillamente porque ni mi mujer ni yo éramos aficionados, aunque sí mirábamos películas en familia. Nunca tuve tiempo para videojuegos ya que mis varias aficiones me ocupaban todo el día: mi arte, la música y el deporte. Mis hijos se entretenían desde chiquitos haciendo videos caseros y grabando incluso las músicas y ahora los dos son profesionales de la fotografía, el vídeo, el diseño gráfico y la danza.


A.A.: Hiciste un libro con Jodorowsky, personaje famoso a nivel mundial dentro y fuera de la historieta por su obra y su filosofía de vida. ¿Podrías contar un poco cómo lo conociste y cómo fue el trabajo en conjunto?
 CIRUELO:Conocí a Jodorowsky junto a Moebius a principios de los noventa en Barcelona ya que venían muy seguido a eventos de cómic y exposiciones y tuve la suerte de compartir muchas charlas y cenas con ellos. Incluso en 1993 hice una exposición en Sitges junto a Moebius, quien siempre fue mi ídolo artístico. Así que una vez que me encontré con Jodorowsky en San Diego Comic Con él me ofreció hacer un comic juntos, a lo cual yo me negué pero que finalmente acepté por su insistencia y porque escribió un guión basado en mis dragones. Esa historia se publicó primero en USA y después en Francia. Jodorowsky es uno de los grandes creadores de nuestro tiempo y fue un honor para mí trabajar con él y además contar con un prólogo para uno de mis libros.

La historieta con Jodorowsky


Ilustraciones de tapa de Ciruelo para la revista Fierro de La Urraca, en los 80.

A.A.: Hace días falleció tu amigo Juan Giménez, admirado por su producción y trayectoria a nivel mundial. Ambos vivían en la misma ciudad. ¿Qué podrías contarnos sobre él y sobre ustedes?
 CIRUELO: Juan vino a vivir a Sitges en 1992 y se sumó a la familia que ya formábamos artistas como Horacio Altuna, Gusti, Horacio Elena y con los cuales compartíamos infinidad de reuniones donde el arte siempre era el tema central de conversación. Así que Juan Giménez era un hermano mayor para mí. Poco antes de su fallecimiento había estado en casa donde hablamos sobre técnicas de pintura, mundos fantásticos, exposiciones, y se había ido muy inspirado para hacer nuevas obras lo cual me pareció muy admirable. Espero siempre poder mantener esa misma pasión por el arte y sé que algún día nos reencontraremos para seguir compartiéndola.

Ciruelo en 2018 en Dragoncon, Atlanta, EEUU y en la Feria Internacional del libro de Buenos Aires.

A.A.: Tu labor también comprende la pictografía, que son dibujos en rocas que tienen una excelente repercusión. ¿Cómo surgió y desarrollaste esa faceta?
G. C.: ¿Los petropictos que realizás se pueden considerar arte rupestre? ¿O  establecer alguna conexión con lo pretoglifos del Neolítico o con los de varias provincias argentinas?
 CIRUELO: Mi técnica llamada Petropictos nace de mi apasionada contemplación de la naturaleza. Admiraba las texturas de los árboles, las formas de las nubes, el diseño de los paisajes y eso era una constante fuente de inspiración para mi arte. Y ocurrió que un día de 1995 simplemente me puse a pintar sobre una piedra porque había visto una imagen en su forma y conseguí crear una obra tridimensional sólo a través de la pintura. Ahí me di cuenta de que siempre había tenido esa habilidad y me dediqué a pintar Petropictos y mostrarlos en exposiciones. Esta técnica está relacionada con mi daltonismo porque la falta de sensibilidad con el color se compensa con un mayor control de los valores de grises, o sea, con la luz y la sombra y veo las formas de manera realzada. Me gusta la idea de que es arte rupestre y soy consciente de que pintar sobre piedras es trabajar sobre algo que tiene millones de años de evolución. También sé que mi pasión es la misma que la de aquellos artistas de las cavernas.

 
Ejemplos de Petropictos de Ciruelo
A.A.: Hoy tu obra es reconocida a nivel mundial, hasta por muchos que no la identifican con el autor. ¿Qué se siente respecto  a esa trascendencia?
 CIRUELO: No sé. Sólo sé que estoy agradecido por la posibilidad de haber convertido mi arte en mi profesión, y de poder levantarme cada mañana con muchas ganas de trabajar. En realidad estoy haciendo lo mismo que hacía a los cinco años cuando me tiraba al suelo a dibujar. Esto me lleva a pensar que tal vez lo que la gente admire de los artistas es la posibilidad que estos tienen de dedicarse a lo que quieren. Con respecto a la trascendencia de mi obra estoy muy contento de inspirar a otros con mis visiones.

A.A.: Mirando hacia atrás, ¿cómo evaluás el camino recorrido?
 CIRUELO: Agradezco cada una de las experiencias que tuve en mi vida, incluso las más duras ya que fueron muy enriquecedoras. En las conferencias suelo hablar de mis inicios en un lugar y un tiempo tan hostiles como fue la Argentina de los ’70 y ’80, y explico que eso me imprimió un carácter de guerrero que me sirvió para siempre. En general, cuando veo mi camino del pasado me parece todo muy mágico, empezando porque nunca tuve un sueldo fijo, siempre dependí de que sonara el teléfono otra vez después de terminar un trabajo. Y funciona hasta ahora de un modo mágico.


G.C.: Los dragones son tu especialidad. Vos los representás como un híbrido que combina las formas de un reptil con las de aves. Estas últimas parecen una suerte de pterodáctilos, una especie de saurio volador del período Jurásico. ¿Coincidís de alguna manera con esta apreciación?
 CIRUELO: Sí. Los dragones pueden ser una especie inteligente evolucionada desde los dinosaurios. Puede que en esa evolución trascendieron esta dimensión física para convertirse en algo más etérico con lo cual su fisonomía dejó de ceñirse rigurosamente a las formas biológicas. Últimamente estoy dibujando más dragones como seres de esencia espiritual, como si fueran figuras de fuego o entidades de pura luz.


Tapas de algunos de sus libros en español.

G.C.: Los dragones son animales fabulosos propios de las culturas orientales, pero creo que también los adoptan otras tradiciones. ¿Es así?

CIRUELO: Los dragones están presentes en casi todas las culturas ancestrales de la tierra. Además de en todo Oriente están presentes: en la Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Europa, y la América Precolombina, ya que Kukulkán o Quetzalcoatl era la Serpiente emplumada, que es un dragón. Y la lista sigue por todas las culturas de un modo muy sincrónico y misterioso.


Ciruelo y su stand en los festivales de Lucca en Italia y Angouleme en Francia. 


G.C.: Tus hadas son un hallazgo: se trata de beldades oníricas, parecen enigmáticos seres extraídos de los mundos de Tolkien,  Lewis Carroll y C.S.Lewis (el de Narnia). O sea que pese a los monstruosos dragones, tus trabajos respiran paisajes de ensueño y  una atmósfera misteriosa: hay magos, enanos y serpientes. Y guerreras que resplandecen como auténticas valquirias que portan escudos, espadas, cuchillos y armaduras repletas de arabescos. Entiendo que este universo solo puede gestarse a través de una intensa vida interior.

CIRUELO: Sí, yo también creo que mi producción tiene que ver con una intensa vida interior, lo que se traduce como tener una gran imaginación o, como a mí me gusta explicarlo, tener la capacidad de visionar otras dimensiones donde habitan infinidad de seres. Yo entiendo la realidad como una sucesión de dimensiones paralelas y simultáneas.

G.C.: Siempre me extrañó que grandes pianistas de jazz (por ejemplo Art Tatum y Ray Charles) fueran ciegos. Otro caso insólito es la sordera de Beethoven. Tus figuras no sólo deslumbran por sus bellas líneas y detalles, sino también por sus mágicos colores. Sin embargo, vos sos daltónico. ¿Cómo se explica esto?

CIRUELO: No hay una manera “lógica” de explicarlo. Yo percibo que una disminución en alguna facultad humana puede significar un incremento en otra facultad. Como si la naturaleza tuviera una ley de compensación. De todos modos el arte radica en el modo de “comprender” antes que en el de “expresar” así que al momento de expresar el artista puede encontrar una forma u otra de acuerdo a sus capacidades, pero lo importante es lo que se quiere expresar y eso depende de la apreciación, de los conceptos y de las ideas.

Calendario ilustrados por Ciruelo, en Alemania. 


G.C: Tu colorido es restallante. ¿Influyen en ello tu empleo del monocolor y de las armonías de complementarios?

CIRUELO: Supongo que sí. En cuanto nos ponemos a describir este tipo de sutilezas cromáticas es donde se empieza a evidenciar mi daltonismo. Yo tiendo a dejar fluir libremente mi creación al componer mi paleta de colores ya que ahí tengo poco control. Doy prioridad a la intuición por encima de la teoría.



G.C.: ¿Cómo te vinculás con la música, especialmente con la guitarra eléctrica? ¿Tus ejecuciones con este instrumento repercuten en tu trabajo?

CIRUELO: Toco la guitarra desde el mismo momento que dibujo, o sea, de toda la vida. A los 19 años pensaba que iba a ser músico de profesión y al final me dediqué al dibujo y la pintura. La música quedó para expresión interior y así es como me acompañó toda la vida. La tecnología me dio la oportunidad de grabar algunas bandas sonoras para mis libros en versión IPAD y también para componer hilos sonoros que sonaran en mis exposiciones. Ahora hacemos música en casa con mis hijos y estoy dándole un espacio mayor aunque no sé hasta dónde va a llegar. Debería poner mis composiciones a disposición del público en alguna plataforma tipo Soundcloud. En cualquier caso, para mí la música es una herramienta más tal como lo es el dibujo, y por lo tanto es igualmente importante para mí.

G.C.: Me viene a la memoria tu libro Hadas y Dragones.  ¿Qué tal tus planes de escribir vos mismo las ficciones e ilustrarlas?

CIRUELO: Esa es otra faceta mía que no puedo frenar aunque no tengo el tiempo suficiente para hacerlo con el profesionalismo que me gustaría. Pero igualmente voy a seguir escribiendo en el tiempo del que disponga ya que tengo muchas cosas que contar. En mi libro Hadas y Dragones hablo de la cosmovisión que tenían las culturas precolombinas, que para los europeos eran culturas inferiores, y pongo en evidencia que lo que para algunos era tradición o historia para otros era leyenda o mitología.



G.C.: Voy a recurrir a un poco de teoría acerca de tu excepcional estética:
– ¿Se podría vincular con el realismo fantástico que alentaban Louis Pauwels y Jacques Bergier?
–Rosemary Jackson en su ensayo Fantasy: literatura y subversión cita a varios autores, entre ellos a Jean Paul Sartre que opinaba que el género “Manifestaba nuestro poder humano de trascender lo humano. Los hombres procuraban crear un mundo que no fuera de este mundo”, y a Joanna Russ:”El fantasy expresa la ´subjetividad negativa´, el fantasy es fantasy porque contraviene lo real y lo viola. “
¿Qué pensás sobre estas argumentaciones?

CIRUELO: Todas estas argumentaciones son acertadas porque cada uno tiene su perspectiva propia e incursiona en terrenos que le son propios. En mi lista de artistas de arte fantástico incluyo a Michelangelo cuando dibuja ángeles y a Leonardo con sus dragones. Para mí el arte fantástico es un modo de representar la “meta realidad”, no es algo que esté fuera del mundo de los humanos sino que es una faceta más de nosotros mismos. Es una faceta que nos pertenece. Representa vidas en terrenos paralelos que transitamos a diario en nuestros sueños y en nuestra imaginación. Incluso diría que son realidades que vivimos en tiempos fuera de este tiempo, en momentos atemporales que no podemos entender desde un tiempo lineal.

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