Forma
parte de esa legión de artistas, escritores y músicos que la historia no tiene
en cuenta, o es mínima la atención que les brinda.
Se
sabe con certeza que se trata de un ilustrador (además de acuarelista
prestigioso) que nació en Mar del Plata. Lo más probable es que haya sido en
1920, pero para Carlos R. Martínez el año de nacimiento fue 1915. Ejerció su
profesión en empresas de publicidad que pueden consultarse en la página que se
acompaña de El dibujo a través del
temperamento de 150 famosos artistas (1953), de Enrique Lipszyc, en el que
se da un pantallazo de su biografía. Ilustró libros y colaboró en las revistas Leoplán, Damas y Damitas, Vea y Lea,
Maribel, Vosotras, Chicas, Cuéntame, Nocturno y la lista continúa. Martínez sostiene que en los años cincuenta se
radicó en los Estados Unidos, en donde también ejerció el humor y la historieta
trabajando en un principio para Jack Kirby y Joe Simon y luego para Gilberton
Publications. Por su parte, Harry Mendryk está casi seguro que se desempeñó
desde setiembre de 1954 hasta octubre de 1955 en el nombrado estudio Simon and
Kirby con el seudónimo de Joe Albistur, pero no pudo confirmar el dato ni
siquiera consultando a Joe Simon.
Por
suerte sus trabajos no se perdieron e integran las hemerotecas de
coleccionistas. En Leoplán de octubre
de 1952 se publicó el cuento de Alejandro Dumas “La ejecución de Carlota
Corday”. No caben dudas de que Albistur es un ilustrador adscripto en cuerpo y
alma al realismo en su manifestación más clásica. En la escena de los soldados
reunidos alrededor de Carlota Corday predomina una atmósfera esfumada, como si
se hubiera inspirado en un filme de Murnau. En su grafismo es un virtuoso tanto
en la ejecución a la aguada como empleando la técnica del pincel seco.
Conviene
señalar que la revista Leoplán fue
fundada por Ramón Sopena y publicada por la editorial que lleva su apellido. Su
primer número salió el 7/11/34 y dejó de aparecer en 1965.
En
la novela Mientras dan las nueve, de
Leo Perutz (Leoplán, agosto de 1952)
la imagen está compuesta como un claroscuro muy en la línea del expresionismo
cinematográfico alemán. Albistur domina las gradaciones desde el blanco al
negro pasando por toda una gama de grises. El método de iluminación es
eminentemente pictórico: de un velador surge la luz que alumbra el cuadro,
sobre todo la cara de los personajes.
Sus
pinceladas lucen más libres y espontáneas en Muerte de Jezabel, novela de Cristianna Brand (Leoplán, diciembre de 1951). Se destacan aquí las texturas y tonalidades,
que forman parte indisoluble de su estilo.
El
cuento La piel del león, de William
Somerset Maugham (Leoplán, julio de
1952), que registra una pelea entre dos hombres, permite apreciar un sobresaliente
sentido del movimiento y un firme conocimiento de la profundidad de campo utilizada
en el cine.
Se
destaca en el cuento “Sangre en el umbral”, de Hugo Wast (Leoplán, junio de 1952), una creativa composición con tres
sombreros blancos. En este mismo número figura “Mi vida y mis peleas” (La
historia del `Toro Salvaje de las pampas`), tal como se la contó Luis Ángel
Firpo a Ignacio Cobarrubias. Seguramente inspirada en una fotografía
periodística, la toma con los protagonistas en el ring (Firpo después de
aplicarle una trompada a Dempsey –que está cayendo en la platea-, y el referí
que observa) es espectacular e impactante.
El
bello –y ya citado- libro El dibujo a
través del temperamento de 150 famosos artistas
aporta un muestrario de caras femeninas y masculinas (en total veintiocho) digno
de figurar en un tratado de Andrew Loomis o en una lección del mítico curso por
correspondencia de Alex Raymond.
Asimismo
se encuentran bocetos de personajes de ambos sexos en los cuales la ropa constituye
un elemento fundamental para registrar el carácter de cada uno de ellos.
Resulta
portentoso el primer plano en picada de una monja que porta una vela. Notable
su expresión religiosa (los ojos parecen extasiados por una visión mística) y perfecto
el diseño de las manos.
Una
serie de bosquejos acerca de un carruaje rodeado de pasajeros a punto de subir
muestra su infatigable búsqueda del equilibrio plástico. Como en la citada “La
piel del león”, el notable manejo de la perspectiva siempre está presente en su
obra. El trabajo terminado es superlativo, a la altura de ilustradores de la
talla de Carlos Freixas y Anders Zorn.
Unos
estudios de la figura femenina exhiben una línea suelta y sutil, y revelan su continua
práctica en el dibujo con modelo vivo.
La
tapa de Leoplán de diciembre de 1950, a todo color, sobre
la novela La huella del dios, de
Maxence Van Der Meersch, merece integrar la colección de cualquier museo de
pintura. Los ocres oscuros y la maestría en la aplicación del pincel le otorgan
un clima sombrío y preanuncian no sólo una violenta borrasca sino un contexto trágico.
Otro hallazgo es el efecto del primer plano del asta de un molino. En una imagen
interior realizada a la aguada con cuatro personajes, el centro de atención se
localiza en la silla tomada por uno de ellos con la intención de golpear a
otro: todo un logro de composición y de acción dramática.
No
quedan dudas de que Joaquín Albistur es una gloria de la ilustración, un insigne
maestro de las artes gráficas.
Germán Cáceres
Bibliografía
-Freixas, Carlos, El dibujo a pluma. Sucesor de E.
Meseguer, Editor, Barcelona, 1967.
-http://es.wilkipedia.org: “Joaquín
Albistur”.
-http://museodeldibujo.com:
“Joaquín Albistur”
-Lipszyc, Enrique, El dibujo
a través del temperamento de 150 famosos artistas. Escuela Norteamericana de
Arte, Buenos Aires, 1953.
-Mendryk, Harry: “Joaquin
Albistur the Same As Joe Albistur?”, en kirbymuseum.org.blogs.
-Martinez, Carlos R.:
“ALBISTUR, Joaquín”, en https://milplumines argentinos.wordpress.com
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