martes, 12 de abril de 2011

Los que hacemos fanzines no estamos DIBUJADOS. (MARZO 2011) Por Oenlao

A unas cuadras de la calle Corrientes, apenas alejada del Cuchitril Surrealista -otro antro historietistico que habíamos visitado en noviembre- en una casa antigua similar, sobre una calle angosta y oscura obstaculizada por bolsas de basura donde las grúas municipales acechaban a incautos automovilistas, en un hostal con ínfulas culturales (bienvenidos sean esos hostales), estaba “Dibujados”, un encuentro de historietistas, ilustradores y guionistas. Más de 70 dibujantes de todo el país, sumados a colegas de España, México, Perú y Chile.



El típico edifico, casi un antiguo conventillo, tenía un hall central, patio, puertas y ventanas altas, y escalera con peldaños de mármol. En el centro, en una larga mesa, pululaban los fanzines junto a las publicaciones más comerciales del catálogo de Districomix, con monseñor Accorsi al timón. Y después las muy buenas revistas de la escudería patagónica, La Duendes.
Los muy cordiales organizadores del encuentro eran El Bruno, Lubrio y Gory, toda gente que hace o hizo fanzines de historietas. El primero de ellos ya en el año 1997 publicó su primer fanzine, años después llegó su primer libro: Humor Etíliko (Domus Editora); y en la actualidad produce ilustraciones y comics para la revista Billiken. Lubrio es Luis Roldán, cuya opera prima es "4m2", obra que el mismísimo diario Clarín calificó como "La cresta de la nueva ola del comic". También participa en la prestigiosa revista "Papalú". Y del tercero, Gory, podemos decir que es parte fundamental del fanzine de humor “Risotto”.




Ellos habían dicho: "deseamos que el encuentro sea principalmente un espacio para apreciar lo mejor que sabemos hacer y pasar un momento agradable entre colegas". No hay dudas de que lo lograron.
Al principio éramos pocos pero el lugar se fue poblando hasta que en un momento quedó chico. Ahí estaban
Gala Comic, Fer Gris, Massaroli (con quien charlamos largo rato de unitarios y federales), Keki (representando La Duendes), Gustavo Sala, Los Lulelelele (Gastón, Polaco, Santos), Salvador Sanz, José Luis Gaitán, y muchos más.



Sobre la carpeta del minucioso dibujante y amigo Guillermo Ortiz charlamos un rato con Eduardo Maicas; y salió la pregunta maldita: "¿Cómo podemos trabajar de esto?" El autor de un genial Barrio Gris amablemente contestó, sin tener culpa del mercado pequeño y los muchos pretendientes; dijo entre algunas ingeniosas salidas, que hay que insistir y que él también quisiera trabajar más de esto.
Fueron dos días. El domingo sólo pude estar un ratito.
Algunos de los fanzines eran: Yo Nen (Peleas Callejeras), Max King 15, las de Lubrio siempre junto a la Papalù, todos los volúmenes del Capitán Supositorio, Reverso, Ultramundo (cómic experimental) y, por supuesto, Demasiados Encapotados y Kahr. No vi el Rissoto.



En una de las habitaciones, con un púlpito muy adecuado para la ocasión, hubo amenas charlas: Brian Janchez y Jorge Palomera presentaron la revista Pelotazo; Claudio Díaz, su libro de literatura fantástica “Relatos de Terra Incógnita”; Claudio Kappel y Javier Rovella explicaron "Cómo vivir del dibujo y no morir en el intento"; y la del impoluto Diego Pares. Estaban también en ese vitamínico menú Ayar B., David Pugliese y Néstor Barrón.
Mientras tanto los verdaderos huéspedes (¿turistas?) del lugar pasaban hacia el baño y a la cocina.



Dos de los muy buenos dibujantes que pude saludar por primera vez personalmente después de admirarlos por internet fueron Mauro Vargas y Germán Cufre... y me quedé con ganas de darles la mano a los más famosos Pares y Scuzzo, con los que no me choqué lo suficiente entre la muchedumbre.
Exponían profesionales que viven de este duro y maravilloso oficio, los que trabajan de otra cosa pero que les encanta hacer historietas y algunos mixtos. También alumnos y profesores. Todos juntos. Tal vez esa era la diferencia de este evento con otros que vimos en los últimos tiempos, de profesionales, de grandes figuras o de promisorias figuras todos ya impuestos en el mercado.
Recordé en algún momento eventos más importantes que tratan de dar un lugar a los fanzines, lugar que finalmente termina siendo generalmente marginal. Algo que hace que nos preguntemos si vale la pena, si a alguien le importa, si es algo obsoleto o si antes tenía más sentido hacer un fanzine. Sólo esa vieja costumbre de victimizarse.




La música en vivo fue el orgullo de mamá.
Algo que no pude comprobar es si pasó por ahí alguno de esos misteriosos personajes, esos ya casi mitológicos seres que nadie sabe si realmente todavía existen, los LECTORES PUROS de historieta.
Fue organizado con distintos objetivos que Viñetas Sueltas, con una repercusión e importancia menor. Fue distinto al Anímate.
Por eso agradezco a quienes organizaron este evento donde la gente que no vive de esto pero que hace y le encanta hacer historieta se expresó, dio señales de vida. Y a algunos colegas más importantes que fueron parte de él, generosamente.

1 comentario:

Lubrio dijo...

Gracias por dedicarnos un espacio. :)