(Ediciones Fabro, Buenos Aires, 2012, 56 páginas)
El libro comienza con un mapa sumamente ilustrativo
de la margen derecha del Río Paraná, en un recodo llamado Vuelta de Obligado
(hoy Obligado, San Pedro, provincia de Buenos Aires), en el cual se desarrolló
la batalla homónima el 20 de noviembre de 1845. Hay un pormenorizada
descripción del emplazamiento de los barcos del invasor anglo-francés (de
vapor, corbetas, bergantines y goletas), como también de los cañones, las
baterías, los veinticuatro lanchones unidos por tres cadenas y la pequeña flota
nacional. Una “Presentación” de Alberto González Arzac comenta que el
acontecimiento “simboliza la permanente vocación soberana de los argentinos y
esta historieta (...) pone en manos del lector no sólo la historia de un pasado
memorable sino también el patriotismo, tanto de sus héroes conocidos cuanto de
los que son anónimos...”
En la
concepción de esta soberbia historieta intervinieron José Massaroli (guión,
dibujo a lápiz y supervisión general de la obra), Felipe Ricardo Ávila (tinta,
letras, mapas y diseño del logo), Ernesto Parrilla (letras de las páginas
34/51), Estudio Géminis (tinta de las páginas 34/49), Ramón Gil (coloreado
digital) y Fernando Hrycak (maquetación).
Una charla de soldados previa al famoso combate hace
referencia a las dos invasiones inglesas, a la ocupación de las Malvinas por
una fragata británica en 1833,
a los saqueos cometidos a lo largo del Río Uruguay por
José Garibaldi y sus mercenarios y a los pormenores del sitio de Montevideo.
Los dibujos
de las embarcaciones de ambos bandos –con impecables enfoques- son espléndidos.
El cuadrito que refiere la explosión del bergantín criollo “Republicano” es un
acierto visual. Dinámicas las acciones de esta batalla, y todo un logro la
viñeta página que relata el ataque de los cañones de las naves extranjeras
sobre las baterías criollas. El colorido es excepcional, de incontables
matices, entre ellos los cuadritos de un único azul grisáceo. La planificación
resulta ágil, variada y funcional a la narración. Aunque La Vuelta de
Obligado exhibe un tono épico, presta atención a las vivencias personales
de soldados y mujeres
El texto explica que “fue el primer combate de la Guerra del Paraná, el más
cruento...pero no el único. Luego vendrían El Tonelero, San Lorenzo, La Angostura del
Quebracho...”
En definitiva, se está ante una espléndida historieta
en la que la figuración y la escritura testimonian un fuerte aliento
nacionalista.
Germán Cáceres
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