jueves, 26 de enero de 2012

Entrevista: Alberto Breccia (segunda parte)

UN TIPO EN CAMISETA
Por Germán Cáceres


Nació en Montevideo, Uruguay, en 1919, y se radicó en la Argentina desde muy pequeño. Comenzó su carrera historietística en Editorial Lainez. Entre 1947 y 1949, sucedió a Emilio Cortinas en Vito Nervio (guión de Leonardo Wadel), una extraordinario suceso.
En dupla con Héctor G. Oesterheld alcanzó memorable creaciones como Sherlock Time, Doctor Morgue, Mort Cinder, Richard Long, una versión de El Eternauta, varios episodios de Ernie Pike y, junto a su hijo Enrique, la Vida del Che.
Con textos de Carlos Trillo realizó Un tal Daneri, El viajero de gris y Buscavidas.
Es famosa su versión de Los mitos de Cthulu, de Howard P. Lovecraft, guionada por Norberto Buscaglia. Otras memorables adaptaciones de obras literarias son La pata de mono, de W. W. Jacobs, La gallina degollada, de Horacio Quiroga, y El corazón delator, de Edgar Allan. Poe. También llevó a los cuadritos a Giovanni Papini y a Jean Ray, y graficó una sátira de Drácula, de Bram Stoker.

Alberto Breccia

Con guión de Juan Sasturain dibujó Perramus. Su producción se publicó en Europa, donde ha deslumbrado. En 1990 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires le rindió homenaje organizando una muestra de su obra.
Actualmente está adaptando el Informe sobre ciegos, de Ernesto Sábato, y, a pedido de la Comisión del V Centenario, dibujando la Vida de Lope de Aguirre, con guión de Carlos Albiac.
Premios recibidos: Editorial Dante Quinterno, Comisión Nacional de Cultura, Cinzano, Yellow Kid en Lucca 9, Gran Premio del Cuarto Salón de la Historieta-Ilustración en Barcelona 1984, Sarrasqueta (ciudad de Córdoba), Plaqueta de la Asociación de Dibujantes de la Argentina, Premio Amnesty Intercional, Bruselas, 1988.
(Falleció el 10.11.1993).


Página de Mort Cinder, con guión de Oesterheld. Del libro Breccia Negro, edic. Record, 1978.

G.C.: Sherlock Time se destacó por el clima opresivo que obtenía de Buenos Aires y sus zonas suburbanas. Además, proponía una original mezcla de ciencia ficción y policial. ¿Qué recuerdos le trae esta historieta?

A.B.: Es nostalgia pura; allí ensayé con timidez algunos efectos gráficos. Digo con timidez porque trabajé siempre por encargo en revistas cuya política editorial era cerrada, dónde no había posibilidad alguna de experimentar. En cambio, la editorial de Héctor daba absoluta libertad de creación. Sherlock Time me trae recuerdos muy agradables. Con todo, considero que es una historieta mediocre.


Alberto Breccia dibujado por su hijo Enrique, en la serie El Sueñero.


Página de Sherlock Time, con guión de Oesterheld.

G.C.: Usted también es humilde.

A.B.: No, soy realista.

G.C.: Richard Long es otra cumbre. En sólo tres páginas narra una amarga historia de amor. Por otra parte, usted se lanzaba de lleno a la experimentación gráfica. ¿Hubo algún cambio de ideas con Oesterheld?

A.B.: Es una historieta muy curiosa. Cuando la revista Karina nos propone Richard Long para su suplemento, yo hacía cinco años que no dibujaba. Acepté el trabajo por una cuestión de dinero, pero lo iba postergando porque tenía miedo. Hasta que un sábado me acorralan: había que entregar la historieta el lunes. Y justo ese sábado me saco una muela. La extracción es dolorosa, se me hincha la cara y tengo fiebre. Entonces para ahorrar tiempo recurrí al collage y suprimí veinte cuadros al guión. Estas decisiones se debían a la necesidad de terminar rápido y no a una genialidad.


Página de Perramus, con guión de Sasturain.

G.C.: El dolor de muelas lo favoreció. Se dice que el azar juega un papel muy importante en la investigación científica. Parece que en el arte también.

A.B.: Ocurre que las cosas se mistifican y después se descubre que detrás del mito siempre hay una vulgaridad, un tipo en camiseta.

G.C.: ¿Qué nos puede decir de la Vida de El Che, una historieta poco conocida?

A.B.: Fue una propuesta de la Editorial Jorge Álvarez, que entonces arrasaba el mercado con libros de autores argentinos. El primer argumento no anduvo: siempre Héctor necesitaba dos intentos. Por una razón: era un hombre agobiado de trabajo que solía escribir en los cafés o en la Biblioteca Lincoln. Hay un encabezamiento con cuadros en blanco que todo el mundo calificó como genial y se trató de una pavada: en la infancia de El Che tenía que poner su partida de nacimiento, pero no pude porque no me llegó a tiempo y por eso quedaron los cuadros en blanco. La historieta tuvo sobresaltos: no dio dinero, la secuestraron y La Nación escribió un editorial bastante lapidario.


Página de Armas de fuego, en la revista Patoruzito 808.

G.C.: En la historieta intervino su hijo Enrique.

A.B.: Él hizo toda la parte de Bolivia: yo la dibujé desde el nacimiento de El Che hasta que empieza la etapa boliviana.

G.C.: ¿Qué piensa del resultado artístico de la historieta?

A.B.: El trabajo de Enrique es realmente brillante. El mío es testimonial, no podía ser de otra manera porque aparecían personajes como Goulart, Frondizi, Mao. Es una historieta bien hecha, la vio la viuda de El Che y le gustó muchísimo.


Adaptación de El ojo delator, de Poe, del libro Breccia Negro, edic. Record.


G.C.: La colaboración con Oesterheld, ¿marcó de alguna manera su producción posterior?

A.B.: Oesterheld representó en mi carrera una rampa de lanzamiento. Me proporcionó unos guiones tan motivadores que abrió muchas cosas que estaban latentes en mí pero que no habían tenido oportunidad de aflorar.

G.C.: ¿Qué opina de la obra de Oesterheld?

A.B.: En su conjunto es insuperable. Si empezamos a desmenuzarla habrá cosas más flojas otras más brillantes, pero eso es lógico en la obra de cualquier creador. Oesterhel fue un hombre que marcó la historieta, y ésta es antes y después de él porque la revolucionó a nivel mundial.


Página de Buscavidas, con guión de Trillo, en revista Súperhumor 11, 1981.


G.C.:¿Su concepción plástica de la historieta está influida por la pintura?

A.B.: Trato de expresarme con la mayor profundidad. Para eso recurro a procedimientos que no son habituales en la historieta. Uso infinitos recursos que ponen en peligro de publicación a mis historietas. Porque ese sentido plástico que usted cita hace que los editores no las compren. Ahora estoy adaptando el Informe sobre ciegos que es una historieta audaz, pero me va a costar venderla. No es tradicional porque no se puede ilustrar Sábato como se ilustra una historieta del Oeste. Ha que apelar a otros medios gráficos para expresar lo que Sábato puso en su libro.
Ése es el concepto que tengo de la historieta: representar al autor –sea guionista o literato- con la mayor potencia posible, y llegar hondamente a los lectores.


Página de la serie Vito Nervio, en revista Patoruzito 779, 1961.

G.C.: ¿Qué técnicas emplea?

A.B.: Utilizo la monocopia, todo tipo de pinturas, collages, lo que venga: los dedos, la palma de la mano, palitos, vidrio, cepillo de dientes. Lo que importa es el resultado final, no los medios con los cuales se logra.

G.C.: ¿Quiénes son los dibujantes de historietas que admira?

A.B.: En la Argentina admiro a mi hijo Enrique y a José Muñoz: me parecen dos talentos. Entre los extranjeros prefiero a Jacques Tardi y a Hugo Pratt no por lo que está haciendo sino por todo lo que hizo.


Página dibujada por Breccia, en revista Trix 4.

G.C.: Hablemos de las historietas que dibuja actualmente.

A.B.: En Vida de Lope de Aguirre se expone la trayectoria de este singular personaje y no hay innovaciones importantes. Es una historieta pintada en la que empleo el acrílico: no se presentaba para un gran vuelo dado su basamento biográfico.



Página de historieta publicada en revista Búmerang 14, España.

G.C.: Es el mismo personajes que llevó Herzog al cine en Aguirre, la ira de Dios.

A.B.: Exactamente. En cambio, el Informe sobre ciegos me exige a fondo. Aunque hay escenas que he suprimido, calculo que va a necesitar entre sesenta y setenta páginas. Elimino entre otras la parte de París, aquella en que quedan encerrados en el ascensor y uno devora a la mujer: me sacarían de mi línea narrativa que es negra y agobiante. Ya lo ha visto Ernesto Sábato y le ha gustado. Es un proyecto que tiene más de veinte años: lo había hablado con Sábato en los setenta, lo boceté en los ochenta y lo estoy dibujando en los noventa.

G.C.: El escritor Miguel Ángel Speroni decía que los grandes libros se piensan durante treinta años y después se escriben en tres meses.

A.B.: Voy a razón de quince páginas mensuales, pero llevo veinte años madurando esta adaptación.



Página de unitario, con guión de Mandrini, en Skorpio Plus 2, 1984.

G.C.: ¿Qué planes tiene para el futuro?

A.B.: El otro proyecto es adaptar tres cuentos de Borges: El Sur, El muerto y El hombre de la esquina rosada. A todos los une casi un mismo paisaje: guapos, orilleros y duelos.


De Oesterheld, de Germán Cáceres (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 1992, 68 páginas).

La primera parte de la entrevista

lunes, 23 de enero de 2012

Se presentó LOS SUEÑOS DE PIEDRA, de FER GRIS



El viernes 20 de enero se presentó "LOS SUEÑOS DE PIEDRA", de Fer Gris, con gran concurrencia de público y colegas historietistas, en el local de Entelequia Belgrano.
El libro de Fer, es el título 32 editado en papel por La Duendes.



Fer firmando ejemplares


Massaroli, quien fue el encargado de presentar a Fer Gris.




Al finalizar la presentación, junto a varios de los asistentes. Entre ellos se aprecia a Massaroli, Oenlao, Antonelli y Diego Aballay.


Algunas de las chicas que se observa en las fotos, sirvieron de modelo para personajes femeninos en el libro de Fer.




Fer y Mariano Antonelli

martes, 17 de enero de 2012

Entrevista: Alberto Breccia (primera parte)

UN TIPO EN CAMISETA
Por Germán Cáceres


Nació en Montevideo, Uruguay, en 1919, y se radicó en la Argentina desde muy pequeño. Comenzó su carrera historietística en Editorial Lainez. Entre 1947 y 1949, sucedió a Emilio Cortinas en Vito Nervio (guión de Leonardo Wadel), una extraordinario suceso.
En dupla con Héctor G. Oesterheld alcanzó memorable creaciones como Sherlock Time, Doctor Morgue, Mort Cinder, Richard Long, una versión de El Eternauta, varios episodios de Ernie Pike y, junto a su hijo Enrique, la Vida del Che.
Con textos de Carlos Trillo realizó Un tal Daneri, El viajero de gris y Buscavidas.
Es famosa su versión de Los mitos de Cthulu, de Howard P. Lovecraft, guionada por Norberto Buscaglia. Otras memorables adaptaciones de obras literarias son La pata de mono, de W. W. Jacobs, La gallina degollada, de Horacio Quiroga, y El corazón delator, de Edgar Allan. Poe. También llevó a los cuadritos a Giovanni Papini y a Jean Ray, y graficó una sátira de Drácula, de Bram Stoker.


Alberto Breccia

Con guión de Juan Sasturain dibujó Perramus. Su producción se publicó en Europa, donde ha deslumbrado. En 1990 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires le rindió homenaje organizando una muestra de su obra.
Actualmente está adaptando el Informe sobre ciegos, de Ernesto Sábato, y, a pedido de la Comisión del V Centenario, dibujando la Vida de Lope de Aguirre, con guión de Carlos Albiac.
Premios recibidos: Editorial Dante Quinterno, Comisión Nacional de Cultura, Cinzano, Yellow Kid en Lucca 9, Gran Premio del Cuarto Salón de la Historieta-Ilustración en Barcelona 1984, Sarrasqueta (ciudad de Córdoba), Plaqueta de la Asociación de Dibujantes de la Argentina, Premio Amnesty Intercional, Bruselas, 1988.
(Falleció el 10.11.1993).


Página de Mort Cinder, con guión de Oesterheld.

Germán Cáceres: Oesterhel confesó que nunca trabajó el desarrollo de un personaje con un dibujante, salvo el caso de Mort Cinder. ¿Puede hablar de ese intercambio?

Alberto Breccia: Cuando la revista Misterix nos convocó, me reuní con Héctor para ver qué tipo de historieta podíamos hacer. Yo le pedí un personaje que viviera en distintas épocas por una razón muy sencilla: me canso muy pronto del mismo asunto. Si la temática varía me da la oportunidad de renovar los paisajes y el vestuario y de sentirme atraído. Héctor me presentó una primera versión que no me convenció del todo. Después de varios intentos quedó el argumento definitivo tal como fue publicado, y me puse a estudiar al personaje. Como no lograba hallar la cara de Mort Cinder le pedí a Héctor que lo hiciera aparecer hasta nueve semanas después. La historieta comenzó sin Mort Cinder; sólo estaba el viejo Ezra Winston. Sabía que en cuanto empezara a trabajar, me metiera en clima, y me fuera posesionando de la trama, el personaje iba a surgir espontáneamente. Y así surgió Mort Cinder.


Página de Sherlock Time, con guión de Oesterheld. Del libro Breccia Negro, edic. Record, 1978.

G.C.: Usted mismo declaró que para el rostro de Mort Cinder tomó como modelo al dibujante Horacio Lalia.

A.B.: Lalia era entonces un muchacho que estudiaba dibujo, y lo llevé conmigo para que trabajara en mi archivo. Como en algunos momentos me servía de modelo, su cara me inspiró la de Mort Cinder.


Página del Eternauta, versión Alberto Breccia.

G.C.: Oesterheld consideraba que en nuestro medio el guionista era el verdadero creador del personaje. ¿Está de acuerdo?

A.B.: No. El personaje es una creación del guionista y del dibujante. Ninguno puede arrogarse la paternidad absoluta. El sargento Kirk sin los rasgos que le dio Hugo Pratt no hubiera llegado a ser lo que fue.


Página de unitario dibujado por Breccia, en revista Súperhumor 4, 1981. En los dibujos se aprecia a Breccia y a Carlos Trillo.

G.C.: Posiblemente Oesterheld dijo eso porque en esa época no se valoraba al guionista.

A.B.: Sin embargo Oesterhel siempre fue muy valorado, y los dibujantes lo buscaban. La queja se podría justificar en Wadel, que está injustamente olvidado y yo diría que fue aquí el inventor de la profesión de guionista.


Un tal Daneri, con guión de Trillo, en Súperhumor, 1980.

G.C.: ¿Tenían algún método de trabajo en equipo?

A.B.: Con Héctor era imposible intentar un método de trabajo: diez minutos antes de que uno se sentara a la mesa de dibujo escribía el guión. Nunca pude contar con un guión a tiempo para hacer un estudio previo, hasta que a veces interrumpía la historieta: es el caso de Mort Cinder que sufrió un paréntesis de seis meses.


Versión de La Gallina degollada, de Horacio Quiroga.


G.C.: ¿Usted llegó a ser amigo de Oesterheld?

A.B.: Por supuesto. No digo que fuera una amistad entrañable porque no tuvimos oportunidad de compartir muchas cosas. Héctor era afectuoso, cálido, sumamente inteligente y culto. Y sobre todo humilde.


Página de Vito Nervio, en Patoruzito 702, 1959.

G.C.: Su versión de El Eternauta ha dado que hablar: a favor y en contra. Entiendo que es un hito de la historieta argentina, tanto por el audaz giro ideológico del guión como por sus innovaciones gráficas. ¿Qué opina usted?

A.B.: Creo que es una obra no lograda. Falto tiempo porque su publicación fue cortada caprichosamente por el editor, y no pude madurar la experimentación que había comenzado. Todo quedó a medio camino.


Página de unitario publicado en la revista Cóctel, 1991.


G.C.: Pero en Italia la elogiaron.

A.B. : En Italia tuvo un enorme éxito y me abrió las puertas de Europa. Fue la primera historieta latinoamericana que se publicó en Linus. La consideraron una obra maestra.


Continúa la próxima semana.

viernes, 13 de enero de 2012

Presentación del libro Los sueños de Piedra, de Fer Gris



PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LOS SUEÑOS DE PIEDRA", de Fer Gris.-
El 20 de enero a las 18 hs., en el local de Entelequia Belgrano, Juramento 2584 CABA, se presentará esta historieta de género fantástico, editada por "La Duendes".

jueves, 12 de enero de 2012

CINE SUPERHEROICO de Elian Aguilar, por Germán Cáceres

(Fan Ediciones, Buenos Aires, 2011, 226 páginas)


Elian Aguilar (nacido en 1982 y director del documental Rojo Sangre: 10 años a puro género, 2010) sin complejos afirma “soy un nerd. No existe otra justificación para tamaño amor por los comics, el cine, la fantasía, la ciencia ficción”. Y este tono alegre, fresco, jovial se respira a lo largo del libro a pesar de la metralla de datos que dispara, porque el cineasta está muy documentado respecto a directores, intérpretes, guionistas, creadores de efectos especiales, series de TV e historietistas. Otro rasgo de su escritura clara y fluida es la utilización de un vocabulario moderno que recurre a palabras técnicas relacionadas con los citados medios. Por ejemplo, habla de dirección de segunda unidad en relación con las escenas que sólo tienen acción o se filman paralelamente para ahorrar tiempo y abaratar costos.



El autor bucea en los personajes y no titubea si tiene que tildarlos de falta de verosimilitud y escasa riqueza de matices. Respecto a la adaptación de la historieta Hellblazer que emprende el filme Constantine (2005), de Francis Lawrence, apunta: “El producto final se convierte en un híbrido que nunca llega a transformarse en lo que realmente es en la obra original”.
También se encarga de rastrear las fuentes historietísticas de cada producción. Una labor de investigación ímproba, fruto de ver películas y series de TV, leer comics, consultar libros y, por supuesto, varios sitios de internet. Presta, asimismo, especial atención a la estética cinematográfica, y hace hincapié en el reboot (reinicio), que da la posibilidad de volver a construir un personaje desde cero (igual que en los comics).



Aguilar señala cómo los superhéroes pasaron de ser subproductos de bajísimo presupuesto a costosos filmes con grandes estrellas. Y apunta que este giro comenzó a partir de Superman: The Movie (1978), de Richard Donner, con Marlon Brando, Gene Hackman y –a partir de allí- el famoso Christopher Reeve. También destaca el Batman (1989) de Tim Burton, que se nutrió de los comics The Dark Knight Returns, con textos y dibujos de Frank Miller, y The Killing Joke, del tándem Alan Moore (guión) y Brian Bolland (arte). Aquí menciona la composición antológica del Joker que realizó Jack Nicholson;.otra elaboración distinta -aunque apasionante- de este singular personaje fue la de Heath Ledger en un hito cinematográfico: The Dark Knight (2008), de Christopher Nolan. Destaca asimismo la renovación que significó por parte de la casa Marvel la parodia de esta especie de subgénero, que por su intenso desarrollo reclama una especialidad.


Leyendo el libro uno no puede menos que asombrarse de las infinitas gamas de poderes y de procedencias que se imaginaron para estos extravagantes personajes. Así, Rebeca (Lori Petty), la bella heroína de Tank Girl (1995), de Rachel Talalay, es la novia de un canguro mutante; el insólito grupo de héroes gestado en historietas por Alan Moore y llevado al cine en The League of Extraordinary Gentlemen (2003), de Stephen Norrington, está formado por: Captain Nemo, Allan Quatermain, Mina Harker, El Hombre Invisible, Dorian Gray, el doctor Jeckyll y Tom Sawyer; y, en 4: Rise of the Silver Surfer (2007), de Tim Story, sobre el una historieta de Stan Lee y Jack Kirby, un ser gigante como Galactus necesita devorar galaxias para alimentarse.
Se mencionan algunas producciones argentinas: Cybersix (1995), de José Massa, basada en la historieta homónima de Carlos Trillo (guión) y Carlos Meglia (dibujos), y Zenitram (2010), de Luis Barone, que toma como punto de partida un cuento de Juan Sasturain.



Hay un capítulo dedicado al cine de animación protagonizado por superhéroes, que es presentado así: “Más que un análisis es una suerte de muestrario de cómo del mundo de la animación expande (muchas veces mejor que los live-actions) los horizontes del noveno arte mucho más allá”.
Una aseveración rotunda del realizador devenido ensayista dejará más que contento al fandom, pero podrá ocasionar una fuerte oposición desde otras perspectivas: “El cine de superhéroes ya es considerado ´cosa seria´ para la porción más beligerante de pichones de la Nouvelle Vague, y esto reactiva todo un proceso que lleva a que se realicen más y más adaptaciones comiqueriles convertidas ahora en la nueva gallina de los huevos de oro”.
Cine superheroico es, además de un libro de consulta imprescindible para los aficionados al cine y a las historietas, una forma amena y hermosa de evocar la infancia y pubertad por parte del lector, cualquiera sea su edad.

Germán Cáceres

jueves, 5 de enero de 2012

Entrevista: Oswal (segunda parte)

DE SÓNOMAN HASTA HOY

Por Germán Cáceres



Oswal y José Massaroli

Osvaldo Walter Viola (Oswal) contrarió el deseo de su padre de que fuera contador. En lugar de entrar a la Facultad de Ciencias Económicas comenzó a estudiar dibujo en escuelas por correspondencia. Su principal interés se centró en el dibujo animado. En los años cincuenta estuvo con ese pionero de la animación que fue Burone Bruché; después –a mediados de la década del sesenta- se asoció a los estudios de Guillermo Divito. Tuvo a su cargo algunos episodios de Ernie Pike y otras historietas de Hora Cero y Frontera. En Correo de la Tarde realizó una tira diaria y fue responsable de la página dominical (en realidad, era 1/6 de páginas). Pero su verdadera carrera historietística se inicia en 1965, al pedirle García Ferré que adaptara David Copperfield y Robinson Crusoe. En 1974 concibe Mascarín para la revista Chaupinela. Publica varias colaboraciones en “Humor Negro” de Satiricón. Desde 1982 su producción se edita en España. De ella se destacan Mark Kane, Big Rag, Buenos Aires, las putas y el loco y Consummatum est.



Página de Sonomán, en Anteojito, 1994.

G.C.: Es decir antes buscabas un dibujo que fuese narración.

O.: Sigo pensando igual. Sucede que a su vez me incita el dibujo en sí, pero siempre que incorporo elementos lo hago en función narrativa. Aquí no hay tu tía. Te comunico que Yaqui se llama Patricio McGough y guiona historietas circunstancialmente. Es ante todo es escritor y poeta. Le publican sus libros con el nombre de Patricio Peñaloza; escribe, además, letras de música popular.



Página de Consummatum Est, con guión de Yaqui, en Címoc, España.

G.C.: ¿Estás dibujando alguna otra historieta para Europa?

O.: Hice Marc Kane, con guión de Linton Howard, y Buenos Aires, las putas y el loco, con textos de Ricardo Barreiro, que se publicó en la revista Hora Cero. Buenos Aires... es una de las mejores historias de Ricardo, en la que sale de lo tradicional en él y obtiene una verdadera obra negra.



Página de Galac Master, con guión de Oesterheld, en Skorpio.

G.C: ¿Y en la actualidad?

O.: Continúo dibujando una nueva etapa de Sónoman y estoy realizando una segunda serie de Pieter Thijsz, que trata sobre un pintor del siglo XVI.

G.C.: ¿Qué pasó por tu afición por los dibujos animados?

O.: Está abandonada por la falta de posibilidades. Me gustaba la animación porque unía el cine y el dibujo. Por supuesto, sólo se realizaba dibujo animado comercial. El sueño era tener un estudio productor de largometrajes que sirviesen a la diversión. El dibujo animado es el clásico trabajo en colaboración donde muchos aportan para ejecutar una obra. Lo que me apasionaba no era sentarme a dibujar, sino coordinar el equipo. Por eso me asocié a Divito. Lo excitante es organizar los esfuerzos de gran cantidad de gente. Pensá que hay una banda de sonido y otra de imagen. Luego, a partir de los años sesenta paso a la historieta, donde uno se retira y vive a solas, casi en una cueva.



Unitario publicado en revista Cóctel.

G.C.: Cuando mencionás la falta de posibilidades, ¿te referís a la crisis económica que sufre el país?

O.: Me estoy refiriendo al país de esa época. Si vos tenías un estudio chico y querías agrandarte no lo podías hacer porque necesitabas mucho capital para dar el salto. O sea ibas creciendo en los trabajos pero si había uno que no lo cobrabas, te sacudía hasta exterminarte.



Dos páginas de Sonomán publicadas en revista Humi, 1983.

G.C.: ¿Cómo incidió el cine en tus trabajos?

O.: El cine participó en la historieta en idéntica medida que la literatura y el teatro. Son medios expresivos que aportan lo suyo. La historieta es un género que a su vez ha enriquecido a todos esos medios. Así, en el pop art se pintaba cuadros en base a técnicas de la historieta.

G.C.: Dado que el cine es narración visual, ¿no será más importante que la literatura para la historieta?

O.: Se puede dar a una página el sentido de una pantalla, como propone Hugo Pratt que la divide en cuatro tiras con tres cuadros (a veces de dos cuadros hace uno). Está como respetando el tamaño de una pantalla: interesa lo que sucede adentro. Esta postura me parece hermosa, pero también es posible romper la página en función narrativa. La historieta debe sugerir aquello que el cine posee, como el movimiento: se hace creer que los personajes se mueven, pero ellos están dibujados y fijos. El cine tiene sonido: la historieta sugiere que lo hay. Es todo una ilusión, una magia, un hechizo del que carece el cine. Sin duda, éste ofrece sus propios encantos; no estoy queriendo decir que la historieta sea superior.



Página de Buenos Aires, las putas y El Loco, con guión de Ricardo Barreiro, en Címoc, España.

G.C.: O sea que hay que explotar lo específico de cada arte. ¿Vas mucho al cine?

O.: Voy poco al cine así como casi no leo historietas. Estoy pasando por un período en lo que lo primordial es concretar mi obra y entonces no estoy mirando las obras de otros.

G.C.: A la fotonovela la liquidó la televisión, con más precisión la telenovela. ¿Le sucederá lo mismo a la historieta?

O.: Cuando la historieta tenía gran divulgación masiva, se la hacía de manera que impactara a mucha gente. En el presente el historietista ha tomado conciencia de ser un autor, que debe saber lo que dice porque es un modificador social. Le está ocurriendo lo que al escritor: he visto en Europa que historieta se va volcando hacia minorías, en el sentido de que se edita en libros: en definitiva, va a publicar aquel que represente su época y llegue al lector. La historieta no va a morir.


Página de Consummatum Est, con guión de Yaqui.

G.C.: Hay preguntas de rutina: ¿ qué historietistas admirás?

O.: Si menciono a algunos tengo miedo de ofender dejando aparte a gente notable. A mí me ha afectado mucho el humor de principios de siglo, por ejemplo Feininger en los EE.UU.

Después me pareció increíble Elzie Segar con Popeye, fantástico Herriman, e interrumpo aunque hay más. Me estimularon asimismo los ilustradores de nuestro país de ese tiempo, artistas maravillosos como Cao, o Sirio algo más acá. Y es obvio que Pratt, Breccia, y para qué seguir.



Página de Big Rag.

G.C.: Lo que estás diciendo, ¿vale para los guionistas?

O.: Sí. Un guionista que me conmovió fue Elliot Caplin –el hermano de Al Capp-, autor de la historieta llamada aquí Doctor Boves, que luego escribió El corazón de Julieta. Después fueron apareciendo numerosos guionistas pero te vuelvo a repetir que al nombrar sos injusto porque olvidás. En el país hubo y hay muy buenos. Además, es gente que lee y piensa, por eso me agrada. Se me han quejado por decir que lo primordial es el guión. En realidad, afirmo que la historieta es literatura, y que el historietista es en sí un escritor.

De El dibujo de aventuras, de Germán Cáceres (Editorial Almagesto, Buenos Aires, 1996, 200 páginas).

martes, 3 de enero de 2012

Dibujantes y guionistas: fotos para el recuerdo 3

Las siguientes fotos fueron tomadas en 1979, en la ciudad de Córdoba, en la Bienal Internacional de historieta y Humor. Pertenecen al archivo personal de Gerardo Canelo.

Un gran registro histórico de maestros de la historieta nacional e internacional.


Canelo, Carlos "Chingolo" Casalla y Héctor Bellagamba (guionista)


Moebius y Bellagamba


Juan Zanotto, Mordillo, Alberto Breccia y Moebius.


Alberto Breccia y Moebius