lunes, 31 de mayo de 2010

Entrevista al guionista de historietas Manuel Morini y expo E. Breccia

Manuel Morini, más conocido como Gustavo Amézaga, es uno de los grandes guionistas de historietas en actividad. Discípulo de Robin Wood en editorial Columba, desarrolló series propias como la renombrada Crazy Jack, o asumió la realización de los guiones de personajes emblemáticos, como Nippur o Dago. Esta última serie, nacida en editorial Columba con textos de Robin Wood, se publica en la actualidad en Italia con notable repercusión.
La siguiente entrevista fue realizada por Diego Aballay


Diego Aballay y Manuel Morini

Manuel, tu nombre artístico es Gustavo Amézaga, ¿por qué?
Antes que nada digo que ya no lo uso más. Fue mas bien una imposición. Para Antonio Presa, Jefe de Arte de Columba, Manuel Morini tenía un qué se yo que no le gustaba. Todavía, en los años 80 quedaban viejos mozos, o dueños de barsuchos, o encargados de edificios de origen español, en general gallegos sin instrucción. Solían parodiarlos en TV. Incluso, de chico, algunos me llamaban “gaita”, sin advertir mi apellido italiano. A mi me chupaba un huevo. Además siempre tuve admiración por la tenazidad de mi abuelo inmigrante, en honor al cual llevo su nombre, y su seudónimo. Vino a la Argentina solo, a los veinte años, con una mano atrás y otra delante, y murió rentado por tres propiedades.
Creo que todos los guionistas usaban seudónimos, hasta Robin Wood que tiene nombre de seudónimo los tenía. Mateo Fussari, Noel McLeod, Roberto Monti y otros. Eugenio Zapietro firmaba como Ray Collins o Pietro Zanga, para poner un par de ejemplos. Por otro lado, Antonio Presa, siendo hijo de inmigrantes españoles, sentía cierta aversión por ese pueblo que habría que rebuscarla en su niñez, pero ya no está para contarlo. Decía que que de diez españoles, nueve usaban la cabeza para embestir. Como me negaba a usar un seudónimo anglosajón terminé eligiendo mi segundo nombre y mi segundo apellido. Otra vez, el de mi abuelo. Sin conocer esta razón, Julio Alvarez (alias Roque Guinart) me decía que era un pelotudo, que yo también tenía nombre de seudónimo, Manuel Morini, MM, Dare Devil, Martin Myster, Dyland Dog, etc. Ese fue el origen de Gustavo Amézaga. Este, el fin.



Página de la serie Dago, en este caso con guión de Morini

¿Dónde naciste? ¿dónde te criaste?
En realidad nunca tuve bien claro en dónde nací. Me refiero a la clínica. Se que fue en Capital, pero mi viejo, que aún vive, no tiene la menor idea. Y cuando le preguntaba a mi vieja, se embarullaba con las calles.
Eso sí, me crié en provincia. Florida, Partido de Vicente Lopez. Un lindo lugar.

¿Cómo llega la historieta a tu vida? ¿a qué edad aproximadamente y con qué lecturas?
Empecé a leer a un gaucho que ahora no recuerdo el nombre, pero que dibujaba Ricardo Villagrán en Selecciones Estudiantiles de Codex, luego llegaron a casa algunos números de D’Artagnan con los primeros episodios de Nippur de Lagash que, a los 9 años me volaron la cabeza. A los 13 quedé completamente estropeado con El Regreso de Osiris, tira diaria de ciencia ficción, guionada y dibujada por Alberto Contreras, artista injustamente poco recordado. A los 15, yo tenía un bloque en un progama infantil de canal 7 en el que hablaba de ovnis y allí tuve la fortuna de conocer a Alberto y hasta tramar con él algún proyecto. Me daba bola porque también era investigador del fenómeno.


Ilustración para tapa de Alfredo de La María, con el personaje Crazy Jack

¿Cuándo empezaste a escribir historias? ¿recordás tus primeros guiones para historieta?
Escribí mi primer relato a los 9 años en una libreta. En la primaria tenía un personaje gore llamado “Muerte Segura”. Hacía mis propias pseudo películas para el Cine Graf, un juguete que ahora no voy a eplicar cómo era, dibujando cada cuadro en tiras de papel de calcar. Y sí, recuerdo mi primer guión publicado: Aves de Presa. Un policial. En ese título, después reconocí que aludía a mí y a Antonio Presa, mi mentor. Yo era su pollo.

¿Cómo llegaste a Columba? ¿Podés contarnos un poco cómo era todo por ese entonces? Había mucho trabajo, ¿no?
Violeta y Veronica, dos de las tres hijas de Carlos Vogt eran compañeras mías en el Florida Tenis y las torturé para que me presentaran a su viejo. Le llevé un guión y él se lo dejó a Antonio Presa. Presa leía solo la primera página de los guiones y ya sabía si funcionaba o no. Leyó el mío y me llamó. Hay pasta, pero le falta, me dijo, véngase una vez a la semana que le voy a enseñar cómo se hace. Columba era la Meca de la Historieta Argentina. Decime uno que no haya pasado por ahí. Era el sueño hecho realidad, conocer a los grandes, charlar con ellos, arrancarles información. Había mucho laburo, se pagaba bien. Con decirte que un piojo como yo, a los 23 años, no solo no les pedía un mango a mis viejos, sino que vivía solo en un amplio departamento de Barrio Norte, tenía un Peugeot casi 0KM, y me pasé dos meses en Europa viajando desde Madrid hasta casi llegar a el Círculo Polar Artico en territorio sueco, pasando por las Baleares, Ibiza, París, Copenague, etc. Mi Disneylandia privada soñada de niño.


Página de Crazy Jack

Hablanos de Crazy Jack... Y de Rubén Meriggi, obvio... ¿qué edad tenían, eran muy jóvenes los dos?
20 años, más o menos. Los dos veníamos del cyberpunk. Pero eso no era la línea columba. La metimos con paciencia y saliva. Ya olía a viejito, pero para Columba era una novedad tal que otros nos siguieron con el género. Abrimos una puerta. Hasta hubo una banda de rock llamada así. Nos legó una hueste de fans pendejos que ahora crecieron. Y qué te puedo decir de Ruben, es mi hermano astral. Hicimos hace poco la primera parte de Demonikon que ya se editó y vamos a ver cuando hacemos la 2ª. Depende de él.


¿Cómo fue conocer a Robin Wood, y trabajar con él? ¿Qué le sumó a tu trabajo? Él te tiene muchísimo aprecio..
Fue conocer al ídolo, el que me legó la emoción y esa estructura dramática que conoce en profundidad. Al principio no me dio mucha bola, yo era un empleaducho más de Columba. Después comencé a asistirlo en los guiones. Escribía un Savarese o un Nippur, se lo enviaba, el lo leía, lo dejaba de lado y escribía uno nuevo. Cuando llegaban, era el primero en leerlo para descubrir sus modificaciones, que eran muchas. Estudié guión con varios, Aída Bortnik entre otros, pero las lecciones de Robin fueron las fundamentales, sin ofender. Después, en un acto de generosidad, nos convoca a Ricardo Ferrari y a mí para seguir con el Dago Mensual en Italia. El dice que no lo hizo por amistad, sino por profesionalidad, no sé. ¿Pero qué querés que te diga? Por supuesto que pretendo seguir creciendo, pero esa es una bisagra en mi vida como guionista de comics. Escribo Dago. ¡Dago! Y sí, yo también aprecio a Robin, más que eso, lo quiero como a un hermano mayor sabio. Es el tipo que me tiró la posta. Cuando viene a Buenos Aires siempre encontramos un momento de paz y nos vamos a comer juntos para charlar sin que nadie moleste.




Hiciste Stalker y Khryse con Falugi, un grande Alfredo, ¿con este segundo personaje, Khryse, ganaste un premio? ¿cómo fue eso?
Stalker estaba bueno, pero duró poco. Khrysé fue más importante para Alfredo, para mi y para los lectores. A veces la ponía en situaciones tan límite que llegaban las cartas de seguidores preocupados por su salud. Robin te puede decir lo que es laburar con Falugi, como decís, un grande. Además de afectuoso, generoso como ser humano. Las minas lindas es lo que mejor hace, pero en Khrysé hizo de todo y estupendamente. Como profesional, muy versatil y de dibujo extremadamente atractivo. El premio fue compartido con él. El mi blog cuento por qué no fui a recibirlo.

Contás en tu blog, que trabajar guiones para Nippur era como cabalgar con el caballo del comisario, ¿te pasó algo parecido con Dago? Recuerdo excelentes guiones tuyos para Dago...
Tal cual. Conté lo de Nippur para una generación de cierta edad que no digo por pudor. Pero Dago es hoy, ahora. El es mi pura sangre nuevo. Yo, apenas el jockey. Los caballos se venden por millones. Los jockeys, no. Respecto a los guiones, también corro con cierta ventaja porque el brainstorming donde se creó Dago, se hizo entre Presa y Robin en mi oficina, delante mío. Yo, chito, pero escuchando atentamente.




¿Qué crees que pasó, que en un momento desaparecieron las editoriales argentinas? Vos estabas en Columba, ¿cómo viviste ese momento tan triste para todos los lectores de historitas tipo Tony, D´Artagnan? ¿qué fue pasando?
Nunca reflexioné profundamente sobre la idea. Habría que tener en cuenta la cultura social, que es diferente en cada país, las nuevas tecnologías, los videogames, el cable, el 3D, la dificulad para la lectura, los precios de las revistas, y algo más que se me escapa. Los paradigmas argentinos no son los mismos que los franceses, japoneses o americanos. Asistí a la demolición de Columba por parte de extraños a ella que iban sucediéndose en los sillones gerenciales. Todos viniveron a liquidar alguna de sus subsidiarias para llevarse su tajada y después tomárselas, mientras parientes de la familia poco idóneos en el tema se distraían jugando a ser editores. Nadie dijo nada hasta que el último apagó la luz.




¿Crees que está lentamente resurgiendo la historieta argentina? ¿notás que están pasando cosas?
No lo sé con precisión. Lo que está claro es que van surgiendo nuevas camadas de dibujantes que se van ubicando en el extranjero. No tanto de guionistas. Sí, de novelistas influenciados por el comic como Leonardo Oyola, por ejemplo. ¿Para qué escribir un guión si nadie acá te lo va a publicar? El camino de una novela es igual de arbitrario, pero al menos hay editores, concursos y, de última, autogestión.

Estás trabajando como docente en la escuela Sótano Blanco, ¿nos contás un poco qué estás haciendo allí? ¿cómo ves a los que quieren escribir?
Es una de las cosas más lindas que me pasó en el último año. No tengo muchos alumnos todavía. Lo achaco a lo que dije antes. Pero van bien. Veo devolución. Los muchachos trabajan, están empeñados en aprender. La escuela es maravillosa. Una explosión de creatividad.

Después de tanto camino andado, ¿qué es escribir? ¿por qué escribías hace años y por qué escribís hoy?
Guarda, que todavía falta mucho camino. La respuesta es compleja pero voy a tratar de resumirla. Escribir es como laburar de prestidigitador o ser el narrador de una tribu neolítica. Por unos instantes te apoderás del público, manipulás sus emociones, podés hacerlos reir, llorar, reflexionar. Siempre escribí por la misma razón. Para despertar la atención de alguien, de uno solo aunque sea, parar abrile una puerta hacia un mundo imaginario que tal vez el no sea capaz de construir, pero sí de agradecerte que lo hayas hecho por él.




¿Cuál es para vos la importancia de la historieta como género narrativo? ¿creés que suma algo al lenguaje? ¿Por qué?
Eso podés leerlo en “Apocalípticos e Integrados” de Umberto Eco. Desde los años 60 la historieta fue revalorizada por los semiólogos, empezó a ocupar un lugar en las manifestaciones culturales. No solo suma al lenguaje sino que es uno por sí misma.

En el ambiente tanguero, dicen que el que toca (instrumentos musicales) no baila... ¿El que escribe historietas, no lee historietas?
No. No es así. Leo historietas, de hecho leí muchísimas en mi vida. Por ejemplo, la obra completa de Robin, que vastísima. Leo a los ingleses, los americanos, los francobelgas y algún manga. Pero también me gusta la narrativa, el cine, la TV. No se puede hacerlo todo. Hay que seleccionar. Trato de hacerlo con cuidado para comerme la frutilla sin tener que raspar el fondo.


Vamos caminando, hablando boludeces y de pronto, ¡la lámpara mágica! Pero esta lámpara sólo concede deseos relacionados con la historieta... ¿qué le pedirías al genio?
Mirá, con la historieta se me han cumplido varios. Debo tener en verdad algún genio que a veces me escucha. Hoy por hoy, con que siga así, me conformo.

Gracias, Manuel...

Un placer….



Exposición de pinturas, ilustraciones e historietas de Enrique Breccia
Entre el 3 y el 30 de junio se desarrollará en el Museo Muncipal de Arte Juan Carlos Castagnino (Avda. Colón 1189) de la ciudad de Mar del Plata, Argentina, la muestra de pinturas, ilustraciones e historietas Enrique Breccia - Todo. En ella se podrán apreciar trabajos de diferentes etapas de este artista, uno de los máximos exponentes de la ilustración, mundialmente reconocido. En esta oportunidad se exhibirán más de sesenta obras pertenecientes a diferentes etapas de su fecunda carrera, además de trabajos inéditos.

Enrique Breccia nació en 1945 y trabaja profesionalmente en el ámbito de la historieta desde hace más de 40 años. Paralelamente, desarrolla actividades en el campo de la plástica, con exposiciones de sus cuadros en prestigiosas galerías a ambos lados del Atlántico. A lo largo de su carrera trabajó para editoriales de todo el mundo, en los géneros más variados (del sainete costumbrista a los superhéroes de Marvel Comics) y con guionistas importantísimos como Héctor Oesterheld, Carlos Trillo, Ricardo Barreiro, Felipe Hernández Cava, Xavier Dorison, Keith Giffen o Andy Diggle.


Breccia, en opinión de Andrés Accorsi, “lleva el dibujo en la sangre, o tal vez la tinta china sea su sangre. Domina el lenguaje de la historieta con la naturalidad y la soltura con la que se domina la lengua materna, pero su relación con el dibujo es tan fuerte que supera los confines de ese medio. En la ilustración y en la plástica vemos a otro Breccia, que dibuja tan bien como el Breccia historietista, pero que adopta otro registro, porque entiende que el medio es otro y las posibilidades que se le abren también. Puede ser épico o costumbrista, heroico o grotesco, violento o humorístico, puede sorprender con escenas de enorme espectacularidad o con pequeñas viñetas en las que sólo vemos el primer plano de un pie. Maneja como pocos los espacios de la viñeta, la página o el lienzo y ofrece una miríada de elementos o apenas un par de líneas que esbozan un paisaje desierto, según le siente mejor a la historia que quiere contar. Puede dibujar con claridad en viñetas con mucho negro, darle mucho contenido a enormes áreas de blanco, o simplemente optar por el color y dejarnos boquiabiertos con su forma de trabajar los contornos, con su paleta vibrante y original, o con los climas que logra crear mediante el uso (o en realidad, el control molecular) de las distintas técnicas.”



La exposición ENRIQUE BRECCIA - TODO cuenta con curaduría de Claudio Daniel Herrera, dibujante y especialista en la obra de este artista, y ha sido organizada por Fundación OSDE, con el acompañamiento de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Gral. Pueyrredon. La inauguración tendrá lugar en el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino (Avda. Colón 1189, Mar del Plata, Argentina) el jueves 3 de junio, a las 19:30 horas.

viernes, 28 de mayo de 2010

Los maestros: RICARDO BARREIRO

RICARDO BARREIRO
(1949-1999)

Por Germán Cáceres

La obra de Ricardo Barreiro resulta inabarcable. Trabajos suyos aparecieron en EE.UU. (Heavy Metal, Echoes of Future Past y Eclipse), Francia (Pilote, Circus, Fantastik, Charlie y Echoes du Savanne), Italia (Lancio, Skorpio, L´Eternauta, Comic-Art y Orient Express) y España (Zona 84, Cimoc, Tótem y Comix International). También colaboró en revistas de Grecia, Dinamarca, Holanda y Alemania. En total sus historietas fueron publicadas en nueve países y traducidas a cuatro idiomas.


Página con foto y bocetos realizados por Ricardo Barreiro, en Fierro 98 –primera época-, 1992.

Nació el 12 de octubre de 1949 en el Barrio de Palermo. Debutó escribiendo guiones en 1973 para las revistas Sancho y Melificon. Su primera serie fue Slot-Barr (1977), arte de Francisco Solano López, con el que conformó una dupla artística insigne: las ideas narrativas de uno y los contundentes dibujos del otro se potenciaron mutuamente. Aquí el huazgo es una forma de vida del planeta Planka que se acopla a Slot-Barr, un sobreviviente de la nave-tubo Expreso Orion 4, y ambos forman una unidad simbiótica: Slot es de inteligencia limitada y, en cambio, Lim, el huazgo, superdotado. El trazo vigoroso se ensambla con la imaginación narrativa desenfrenada. Según Pablo de Santis “Barreiro explora las distintas entonaciones de la ciencia ficción (cf. dura, mitológica, satírica) mientras Solano prueba con cada parcela del espacio infinito distintos modos de representación”.


Slot Barr, de Barreiro y Solano López, en Skorpio.

As de pique (1977), con dibujos de Juan Giménez, es una suerte de continuación de Amapola negra (1958), de H.G. Oesterheld y F.S. López. El título de la historieta corresponde a un bombardero B-17 de los EE.UU. que combate durante la Segunda Guerra Mundial. El artista se luce en el diseño de los aviones (es un maestro de la machine fiction), mientras que la escritura se zambulle en los conflictos interiores de los soldados, que añoran a sus seres queridos o temen por su vida. Texto y grafismo se unen para brindar una narración eminentemente cinematográfica tanto por la planificación como por las espectaculares tomas.


Página de la serie Ciudad, con dibujos de Juan Giménez. En la página, del episodio final de la serie, se aprecia un homenaje de Barreiro a el personaje El Eternauta, en el que aparece Juan Salvo.

Bárbara (1979), con dibujos de Juan Zanotto, constituyó un éxito notable. Los guiones de Barreiro contienen textos extensos cargados de información sobre máquinas, naves espaciales y artefactos, que después compensa con una tanda de cuadros mudos. Él declaró que “Más que ficciones leo libros y revistas científicas y de tecnología (…) me apasionan temas como los ciborgs, la unión de máquinas con seres humanos, la cibernética”.Los paisajes selváticos permiten el lucimiento del grafismo de Zanotto, pero en donde más descuella su arte es en el dibujo de la casi desnuda y exultante heroína, que con su sensualidad cumple con otra faceta de la escritura del guionista: su perturbadora carga de erotismo. Bárbara es una historieta de ciencia ficción multifacética (imponentes naves espaciales, mutantes, guerras cósmicas, impresionantes ciudades futurísticas), que recorre todos los ciclos temporales y muestra una ciudad de Buenos Aires en ruinas e invadida por la jungla. Por último, la saga se impregna de una atmósfera maravillosa, pues la protagonista heredará otra Tierra y otro paraíso.


Página de As de Pique, con dibujos de Juan Giménez, Skorpio 39.

En 1980, radicado en París —antes, en 1978, se había exiliado en España—, crea Ciudad, con arte de Juan Giménez, otro hallazgo dentro del género de la ciencia ficción. “La ciudad no tiene un tiempo definido. Hay sectores que parecen ser del pasado y otros del futuro”, sostiene un personaje. Barreiro narra a través del virtuosismo gráfico del dibujante, que entrelaza viñetas con espectaculares onomatopeyas y, además, las superpone entre sí desplazando la acción de un cuadrito a otro.
En síntesis, Jean se pierde en un barrio de París y se encuentra con la hermosa Karen, una prostituta que lo acompañará en su deambular por esa insólita metrópoli de la cual no se puede salir, y donde ellos se asumen como náufragos.
En el episodio que lleva su nombre, un “Autosupermarket” controlado por una computadora central posee plantas de montaje autónomas que fabrican robots. En “Metro a ninguna parte”, predomina el blanco para dar idea del agobiante calor, y la pareja viaja en un vacío subterráneo durante el cual padece alucinaciones y es asaltada por imágenes del pasado, del presente y del futuro. Además, manda guiños sobre la ciudad con el letrero que indica estación Agüero y en una viñeta muestra una zona de Plaza de Mayo. En otro capítulo se ven edificios de la inconfundible Nueva York.
Ciudad contó con una segunda parte guionada también por Barreiro, pero con arte de Luis García Durán, en la cual aparece un nuevo personaje, Marlowe, en alusión al famoso detective creado por Raymond Chandler.



Página de Bárbara, de Barreiro y Juan Zanotto, en Skorpio 72, 1981.

En 1982 se instala en Roma y aparece Nueva York, año cero, con dibujos de Juan Zanotto, una serie de ciencia ficción que relata una guerra que se desarrolla en el planeta Venus y da lugar a un despliegue infernal de armas, soldados equipados, explosiones rotundas y cazas que despliegan velocidad y potencia. Tanto la narración como su registro gráfico son tributarios del lenguaje fílmico.
La batalla de Malvinas se comenzó a publicar en el Nº 1 de la revista Fierro, de setiembre de 1984, y fueron varios los dibujantes que la ilustraron (Alberto Macagno, Marcelo Pérez, Carlos Pedrazzini, Julio César Medrano), y en ella prevalece más el afán de opinar e informar sobre el hecho bélico que ficcionalizar.



Página de La Batalla de Malvinas, con dibujos de Medrano, en Fierro 5 –primera época-, 1985.

Hacia 1985 regresa a la Argentina y publica en Fierro, junto con Juan Giménez, War III, sobre una guerra atómica en el futuro, en la cual los soldados son estimulados con drogas: su entonación es apocalíptica. En ese año y en la misma revista sale Puesto avanzado, de ambos autores: es de ciencia ficción y tiene una óptica similar a la de As de Pique al poner su acento en la sensibilidad de los combatientes.
Ministerio (1986) es uno de los grandes logros del binomio Barreiro-Solano López. El universo se ha convertido en una inmensa oficina burocrática, cuyas costumbres y diálogos el guionista refleja con perspicacia. Por tramos el dibujo se limita a líneas y permite que el blanco inunde la página como una amenaza metafísica. Pero luego se torna enérgico, colosal y expresionista. El Ministerio es infinito (en una viñeta se menciona que tiene más de cinco mil pisos), una manera de representar el planeta Tierra como una abyecta sociedad inundada de papeles. También puede entenderse ese laberíntico megaedificio como un castillo kafkiano del futuro. El viejo señor Vozarra afirma que conoce “historias de cuando el mundo exterior aún existía”.
Carlos Pibe, el cadete, está enamorado de Susanita, una de las miles de telefonistas. Y un pelotón de “eseses” las secuestra para goce de los jerarcas, cuyo interventor general es un ciborg. En caso de rebelarse, son sometidas a través de electrolobotomías. Asimismo, desvitalizan empleados para dar sustento a esa jerarquía, y luego sus cadáveres se utilizan como alimentos envasados que consume el resto del personal: de esta manera, el Ministerio es un inmenso campo de exterminio. Barreiro concibe herramientas y aparatos de todo tipo, como si fuera un inventor extraído de una novela de Roberto Arlt.
Al final, Carlos Pibe emprende una rebelión contra sus superiores. Y en el cuadrito final de la serie aparece un grupo de las fuerzas armadas argentinas realizando un operativo de secuestro de personas. Ministerio es tanto una alusión al nazismo como a la última dictadura militar.



Página de Parque Chas, de Barreiro y Risso, en Fierro 39 –primera época-, 1987.

Navarrito (1986), con dibujos de Alberto Dose, lleva el nombre de un periodista que, al investigar extraños casos de mujeres asesinadas por un destripador, visita lupanares del Buenos Aires de principios del siglo XX, urbe recreada con un aura pintoresca que juega con la oposición blanco-negro. En la sección Redacción del diario Crítica, donde trabaja Navarrito, también aparece Roberto Arlt, y un titular del diario del 6 de setiembre de 1930 anuncia: “El general Uriburu: nuevo jefe de estado”.
Posiblemente Parque Chas (1987) resuma los ensueños de Barreiro, ese fabulador de mundos fantásticos en los que la lógica dejaba de funcionar, el tiempo alteraba su linealidad, terroríficas invenciones y ciborgs se erigían como protagonistas y el espacio se quebraba junto con las viñetas.
En un episodio el presidente Perón ordena construir un subterráneo secreto que conecta Plaza de Mayo con un depósito ubicado en Parque Chas, la estación final que, sin mediar ninguna explicación, desaparece junto con el subte y sus ocupantes. “¿Qué no puede pasar en Parque Chas, el domicilio de los desconocido?”, comenta un texto.
Un grupo de chicos, al buscar un autito perdido en una alcantarilla, se topa con el Cuco, que se define como “la suma de todos los desperdicios y materias putrefactas, todo lo negro y sucio que va a parar a las cloacas del barrio”, para añadir más adelante: “Hay lugares de gran armonía…y otros de absoluto caos…El lugar de máxima armonía del universo está (…) en una pequeña isla del planeta Trafalmadore. Parque Chas es el otro extremo”.
El notable dibujo de Eduardo Risso es fundamental en la valorización de la serie. De fuertes contrastes matizados por grisados, posee rasgos humorísticos a la vez que plantea enfoques insólitos y un registro onírico.



Página de Warr III, con dibujos de Juan Giménez, Fierro 4 –primera época- 1984.

Parque Chas tuvo una segunda parte, con los mismos responsables, que apareció en el Nº 86 de Fierro de octubre de 1991, y en la presentación del capítulo 1 se esgrimía que la serie “se convertía, de ese modo, en un Triángulo de las Bermudas urbano y nuestro”.
Risso también graficó los textos de Caín (1988), y su estilo se torna fantasmagórico al utilizar inusitados primeros planos, ángulos audaces en contrapicada y sombras proyectadas.
En el capítulo 9 hay una extensa explicación de la madre de Caín sobre su origen, para lo cual recurre a un flash-back que cita su segundo casamiento con un anciano sugestivamente llamado Bunge de Hoz, que, antes de morir y mediante un proceso novedoso de inseminación artificial practicado por el nieto del sádico doctor Menguele, consigue embarazarla. El plan del diabólico marido era transplantar su cerebro al niño recién nacido y de esta manera prolongar su existencia. Pero nacieron trillizos: dos varones y una nena. La madre de Caín —tan malvada como su esposo—, con el fin de cobrar la herencia combinó con su amante nazi hacer desaparecer a los dos mellizos, ya que por la niña no habría problema, pues el distinguido Bunge de Hoz era prejuicioso y jamás hubiera alojado su cerebro en el cuerpo de una mujer. Los hermanos varones fueron arrojados a un terreno baldío, pero Caín pudo salvarse.
Como siendo chico robó varias veces, el sobreviviente recaló en un reformatorio altamente represivo y vinculado con la policía: allí vendían drogas en forma clandestina los reclusos, y por intermedio de sus celadores el propio director general.



Página de La Fortaleza Móvil, de Barreiro y Quique Alcatena, en Skorpio 143, 1988.

En El Instituto (1989) otra vez la figuración de Francisco Solano López contribuye a crear una atmósfera de encierro de magistrales climas nocturnos.
Ambientada en la época victoriana, Lilian Cunnington ingresa a un instituto de señoritas en el cual se rinde culto a Ishtar, la diosa hembra. Allí se practica el lesbianismo, y, según el guionista, esta historieta es “ante todo un alegato contra el machismo, que no es sólo una característica de los hombres, sino también una particularidad de las mujeres. Además, traté de hacer una reivindicación del amor jugando con mis fantasmas eróticos”.
La directora del instituto le recuerda a Lilian varias etapas en las cuales las mujeres intentaron vanamente conquistar el poder: las amazonas, que fueron aniquiladas; las cortesanas, cuya dominación era efímera por el inevitable envejecimiento y las brujas, que terminaron quemadas en hogueras.
En El Instituto Barreiro eleva al máximo el voltaje: Lilian sorprendió a un monstruo con rasgos de bebé succionando los senos de la directora: era “Ghurko, el único macho en toda la hermandad de Ishtar”, dado que las discípulas sólo se cruzaban con retardados, en la convicción de que sólo así darían a luz mujeres inteligentes, ya que privilegiaban el talento como instrumento de poder.



Página de Buenos Aires, las putas y el loco, con dibujos de Oswald, en Hora Cero (ediciones La Urraca)

Idéntica dupla continuó la serie con El Instituto II y El Instituto III-El Imperio de Shet.
La colaboración de Barrerio con el eximio dibujante Enrique Alcatena dio obras de excepción, como, por ejemplo, La fortaleza móvil, su continuación: El mundo subterráneo, y El mago, las tres de fines de la década del ochenta. En ambas el escritor de cuadritos dio la posibilidad de que el artista brillara con sus proverbiales tinieblas insondables, refinadas filigranas y monstruos esotéricos: un descenso a los precipicios de un infierno espeluznante.

A mediados de esos años ochenta nuestro guionista fue nombrado miembro de la Societé des Auteurs y Compositeurs Dramatiques de La France (Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos de Francia).


Página de El Protector, de Barreiro e Ignacio Noé (dibujos), revista El Tajo 10, 1992.

Oswald participa con su personalísimo estilo de trazos ágiles y espontáneos en Buenos Aires, las putas y el loco (1990). Las aplicaciones de pincel son exquisitas, y Barreiro impone un guión moderno y dinámico acerca de una lucha entre tratantes de blancas, en la que hay mucha acción y movimiento, en un alarde de imaginación gráfica.
En Yaguareté (1991) llama la atención la estética de Pablo Páez no sólo por lo suelta, fresca y creativa, sino también porque retrata a los personajes sórdidos con las caras de Martinez de Hoz, María Julia Alsogaray, Domingo Cavallo, y los hermanos Carlitos Junior y Zulemita Menem.

María Sánchez viaja desde el interior a Buenos Aires para trabajar como mucama en la mansión de la acaudalada familia Acuña Maldonado. Allí es considerada tanto “una negrita de mierda” como una “putita de mierda”.
Yaguareté —extraña mezcla de ser humano y jaguar en que se convierte María Sánchez— es una historia de venganza, en la cual el dibujante Páez tiene la posibilidad de mostrar sus estéticos recursos gráficos apelando a viñetas mudas de gran tamaño.
En 1999 Barreiro comenzó a guionar junto a Pablo Muñoz El Eternauta. Odio Cósmico, dibujada por Walter Taborda en lápiz y Gabriel Rearte en tinta, pero fallece el 12 de abril de ese año.



Página del unitario Tecnología, con dibujos de Marcelo Pérez, Fierro 4 –primera época- 1984.

Con Barreiro colaboraron otros consagrados artistas como Mássimo Rotundo, Marcelo Rodríguez, Ignacio Noe, José Sanabria, Melo, Lucho Olivera, Patricia y Enrique Breccia, y el equipo formado por Ariel Olivetti, Mauro Cascioli, Julian Aznar, Marcelo Sosa y Juan Bobillo (fue en la historieta Virus, de ciencia ficción, para Comic Press, de EE.UU.)

La obra de Ricardo Barreiro es tan rica y extensa que, en base a su temática, bien podría definirse como un mundo paralelo al que habitamos. Pero nuestro transitar por el planeta es efímero mientras que sus guiones enriquecerán a los seres humanos del futuro. No obstante, su dimensión artística escapa a toda definición. Tal vez la más acertada y aguda sea la que dio su hermano Enrique: “Ricardo escribió de todo, pero amaba más que nada la ciencia ficción. En este género brilló, pero no con el brillo apagado del metal, sino con el brillo efímero y enceguecedor de una supernova en una cálida noche de verano”.


Germán Cáceres



Página de Yaguareté, de Barreiro y Pablo Paez, en Fierro 91 –primera época-, 1992.

Bibliografía

Barreiro, Ricardo y Solano López, Francisco, Slot-Barr, Colihue, Buenos Aires, 2009.
Cáceres, Germán, El dibujo de aventuras, Editorial Almagesto, Buenos Aires, 1996.
Gociol, Judith, y Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
Moreno, Horacio, “Murió Ricardo Barreiro”, en
http://samizdat.com.ar.
http://axxon.com.ar: «Slot-Barr».
http://es.wikipedia.org: “Ricardo Barreiro”.
http://juanjoseflores.com.ar: “El inolvidable guionista Ricardo Barreiro”.

martes, 25 de mayo de 2010

La Duendes en la Historieta Argentina en el Bicentenario (Bariloche), Historias Ilustradas (Rosario), Meijicochea

Organizado por la Comisión de Asociados del Banco Credicoop se realizó entre el 20 y 21 de mayo en la ciudad de Bariloche, “La historieta argentina en el Bicentenario”. En representación de La Duendes / Historieta Patagónica, Taro y Alejandro Aguado tuvieron el gran honor de compartir espacio con los maestros “Chingolo” Casalla, Cacho Mandrafina, Horacio Lalia, Lito Fernández, Jorge Meiji y colegas de la ciudad de Bariloche, como Bernasconi y Gabino Tapia. Alli también estuvieron presentes trabajos de nuestros colegas y publicaciones del grupo.
Además de la exposición, charlas para el público y números musicales (de los que protagonizó Casalla, que es un eximio percusionista) realizados en el evento, paseamos por la ciudad y el hermoso entorno que la rodea.
Algunas fotos:



Expositores en la casa de Casalla, en Bariloche: Taro, Alejandro Aguado, Mandrafina, Horacio Lalia, Casalla, Lito Fernández y Meiji.


Casalla y su alter ego.


Antes de inaugurar la exposición. Lito Fernández, Meiji, Mandrafina, Lalia y Aguado.


Lito Fernández explicando para el público cómo se realiza una página de historieta.


Casalla y un músico tocando para el público.


Fuera del evento, visitamos un hogar para adolescentes, en el que los maestros explicaron cómo se dibujan personajes de aspecto "real" y humorístico. Luego dibujamos para los chicos, algo que despertó un gran entusiasmo. En este caso, Mandrafina explica las proporciones del cuerpo humano, para dibujarlo.


Meiji explicando cómo dibujar "humorístico".


De paseo por el deslumbrante "circuito chico".


Mandrafina y Lalia, durante el mismo paseo.


Mirando a unos escaladores.


Mateando junto al lago, con los maestros.


Meiji y Mandrafina.


Los notables paisajes de Bariloche.

Parada durante el regreso

Al regreso del viaje, ya de noche, nos detuvimos en la ciudad de Sarmiento (sur de Chubut), a visitar al colega Renso Cuenca.


Aguado, Renso y Taro.

Historias Ilustradas (Rosario)


Exposición: meijicochea
Hasta el 24 de mayo, los humoristas gráficos Meiji y Garaycochea expusieron en la galería de arte Alicia Brandy, de la ciudad de Buenos Aires. El siguiente es un registro de las obras expuestas.



lunes, 17 de mayo de 2010

Entrevista a Jorge Limura (segunda parte) y eventos por el Bicentenario

Entrevista: Jorge Limura (segunda parte)

Continuando la línea de entrevistas a maestros de la historieta y el humor gráfico nacional, de los muy conocidos por los lectores y respetados por sus colegas, es el turno del Jorge Limura, autor de renombre y un estilo sumamente personal, tanto por los textos como por los dibujos. Su obra transitó por las grandes revistas del humor gráfico e historietas, como Tía Vicenta, Tío Landrú, Satiricón, Mengano, Humor, Súperhumor, Humi, El Péndulo, la vieja Fierro, etc.
La primera parte de la entrevista.



Jorge Limura


Humor para adultos, humor para chicos
En cuanto a la diferencia entre el humor para adultos y el humor para los chicos que yo hacía por ejemplo, en las tapas de Billiken esta fundada en la apropiación que uno hace de esa “maliciosa” ingenuidad que tienen todos los pibes. Hay que ser respetuoso con los chicos y trabajar dentro de su etapa de desarrollo. Tanto con el dibujo, como con los temas. Y si uno se equivoca, mas vale equivocarse por darles menos a equivocarnos por darles cosas que no entienden y los confundan más de lo que naturalmente les toca. En cuanto a por que digo “maliciosa ingenuidad” es porque todos sabemos que los niños son hombres chiquititos que todavía ignoran un montón de cosas respecto a su condición humana. Pero que eso no les impide ser amarretes con los caramelos, enamorarse de su compañerita de banco que tiene un romance con el primito, no prestarle la bici a la hermanita o martirizar al pobre gato que es su mejor amigo.



Vida de indios, en Humi

Los espacios para publicar
Con respecto a si se extraña la ausencia de publicaciones de humor, debo decirte que mucho, no solo por nostalgia, sino por eran nuestra fuente de trabajo. Hoy, los humoristas que sobrevivieron y algunos jóvenes que pudieron incorporarse al pelotón que ocupa unas pocas páginas de la industria editorial argentina, lo hacen fundamentalmente en los diarios.

Censura
Respondiendo a tu pregunta de si hoy existen forma de censura, creo que si. Hay muchas maneras de ejercerla aunque siempre nos referimos a su forma mas grosera de aplicación, que es la de prohibir.
Seguramente hay maneras más sutiles e invisibles. En la mayoría de los casos, ni siquiera son advertidas por las propias víctimas. La censura puede adquirir formas exquisitas como las de combinar el convertirte en un artista “de culto” y a la vez bloquearte el acceso a los medios. Muchos dibujantes los mas famosos, como Osky o Breccia, tuvieron que vivir en el extranjero o trabajar exclusivamente para Europa, porque aquí, no tenían donde publicar. Hay humoristas, pintores, escritores, poetas que se van esfumando en el tiempo y en la memoria de sus seguidores porque así lo han dispuesto los pelafustanes que deciden quien le es útil o no para vender mas o menos sus productos de “temporada”. Muchos editores pueden llegar a la conclusión de que Leonardo Da Vinci no esta vigente. Por lo tanto, no es “negocio”. En el caso particular de los humoristas gráficos los que se diluyen visualmente de los kioscos, no lo hacen por propia voluntad, sino porque son obligados a cambiar de rubro. Algunos más drásticos abandonan toda actividad intelectual y se dedican a la cocina de autor o se incorporan a la barra brava de algún club que se va al descenso o pone una milonga para turistas japoneses, que son distintas maneras de morirse sin mucho escándalo.





Para los jóvenes
A los jóvenes que se inician en el humor y la historieta, excluyendo mi falta de autoridad pedagógica o a pesar de eso, les diría que dibujen mucho y siempre. Que sean duros con la autocrítica, y que no se autoengrupan ni se perdonen fácilmente errores. Aprendan a hacer bollos y empezar de nuevo. Exploren materiales diferentes, hasta el extremo de arruinar un buen dibujo. No importa, el que venga será mejor, o no. Pero la mayor satisfacción que puede darnos el dibujo es el asombro del descubrimiento, de las soluciones personales a las necesidades expresivas que nos vayamos planteando. Este es a mi buen entender el camino para llegar alguna vez a hacer felices con lo que se dibuja. Esto va a compensar, en el futuro, el poco dinero que a uno le pagan cuando lo ven contento con lo que hacen.



Fuerte Brigitte, en Súperhumor

Futuro en Argentina de la historieta y humor gráfico
Veo el futuro de la historieta y el humor grafico en la argentina lleno de interrogantes a los que yo no puedo darle ningún pronóstico sensato.
Uno quiero mucho lo que hace y eso impide medir sin compromiso lo que vendrá. Cambian los medios, cambian las necesidades de la gente y cada época trae nuevas propuestas en lo referido a las comunicaciones.
Sería bueno, más que imprescindible, que el país se estabilizara económicamente. Eso se manifestaría inmediatamente en todo el campo de las industrias culturales de las que las editoriales son parte fundamental.




Sobre autores e influencias
Les diré que respeto a todos aquellos que hacen su trabajo con dignidad y esfuerzo creando formas de expresión personales, de los que hay, realmente muchos. Algunos han tenido mas difusión que otros, por eso sería injusto decir que este si y aquel no, o no se. Personalmente reconozco como padre fundador de toda una etapa en la que yo pude abrevar y quizás muchos otros, es el camino abierto por Osky, hacia la desconstrucción del mono estereotipado, que con variantes hacían la mayoría de los dibujantes de su época.
El dibujo subversivo de Osky se integra en genial armonía con los textos de Cesar Bruto que a su vez incorpora al humor el absurdo de sus comentarios, componiendo lo mejor del humor naiff que luego, se verá mas desarrollado en la primera Tía Vicenta, sobre todo por Landrú, Copi etc.


Ilustración para la revista-libro El Péndulo

Osky con el tiempo produce un humor apoyado en antiguos textos de medicina, lecciones y descripciones de cómo practicar algunos deportes o textos históricos sobre la fundación de Buenos Aires; en los que se conjugan la erudición, con un exquisito modo de satirizar mediante un dibujo muy barroco, que alcanza en este extraordinario artista, niveles de creatividad que solo podemos encontrar en algunos plásticos de su época. Calé, creador de “Buenos Aires en camiseta” es otro humorista grafico que patea el tablero del costumbrismo y expone a los lectores de Rico Tipo, con tierna ironía, las flaquezas y convencionalismos de sus vecinos proletarios y las de una clase media emergente. Este dibujante fue rescatado del olvido y revalorizado para conocimiento de los jóvenes que aun no habían nacido cuando la revista Rico Tipo vendía 300.000 ejemplares por semana, y su director y propietario, el talentoso Divito, decidía cual sería la moda con la se vestirían sus contemporáneos. Otro dibujante y artista plástico que a través de los famosos almanaques de Alpargatas dejó la impronta de su original manera de ver toda la temática gauchesca, fue Molina Campos. Sus caricaturas que acariciaban el grotesco sin degradar nunca sus modelos, denunciaban en este notable dibujante la afinidad y simpatía hacia los hombres y mujeres del campo, su ambiente y costumbres.
Mi aproximación como lector a Macedonio Fernández, Ramón Gómez de la Serna, a los ingleses Chesterton, Aldous Huxley, George Orwell, Jonathan Swift, o los norteamericanos Mark Twain, O’Henry, etc., tuvo sobre mi animo el efecto de una “Modesta proposición”, que yo acepté alegremente.
Se trataba nada más ni nada menos, que servirme de todos ellos como guías y tutores en el tortuoso camino que emprende todo autodidacta al proponerse gobernar con propiedad el lenguaje del humor. Solo me resta pedirles perdón a todos estos esclarecidos artistas por los incontables momentos de placer que me han dado durante toda la vida, y a los que solo puedo pagarles con mi admiración y con la humilde producción de mis mas que humildes morisquetas graficas.




Balance de una trayectoria
El balance final, si ustedes me permiten amigos, lo vamos a dejar para dentro de algunos años, los mas posibles. El provisorio, me deja un saldo de 40 años de profesión, y un montón de satisfacciones en compañía de muchísimos dibujantes que pasaron a ser mi memoria y mi nostalgia; de algunos de los momentos mas felices de mi relación con el dibujo y el humor.
Con sincero afecto bonaerense, Limura.

EVENTOS HISTORIETISTICOS POR EL BICENTENARIO

La Duendes – Historieta Patagónica en “La Historieta del Bicentenario”
Los días 20 y 21 de mayo participaremos en la ciudad de Bariloche, del evento “La Historieta del Bicentenario”, con exposición, venta de libros y una charla. Entre los autores participantes, se cuentan autores de renombre de la historieta y la ilustración nacional, como Carlos Casalla, Domingo Mandrafina, Horacio Lalia, Lito Fernández, Pablo Bernasconi, Meiji, entre otros.
Al regreso, fotos y una crónica del evento.





A 200 años de la Revolución de Mayo
Presentación
"La Patria también es Mujer"
Historia e Historietas de las Mujeres Latinoamericanas
Maria Alcobre - Leandro Arteaga - Mariana Baizán - Eduardo Balán- Carlos Barocelli - Beas - Max Cachimba - Chelo Candia - Laura Capdevila - César Carrizo - Crist - Cheche -Cristhiano -El Tomi - Pablo Fernández - Diego Fiorucci - Segundo Freytes - Raúl Gómez - Esteban Jaimez -Walter Koza - Clara Lagos- Silvia Lenardón - Cristian Llamosas - Cristian Mallea –Magalu - Maricel Medeot - Lorena Mendez - Paola Murias - Celina Negri - Claudio Peré - Pablo Plotkin - Okif - J.J. Rovella -Juan Vasquez - Nacha Vollenweider - Alejandra Rotondi - Serrudo - Julián Sequeira -Tatum - Emilio Utrera - Chachi Verona - Dora Barrancos - Hugo Chumbita - Sandra Russo - Cecilia Merchán - Graciela Cousinet- Claudia Gotta - Ricardo Rambaudi y muchos más.
27 de mayo 18:30 hs - Defensa 714 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires



“200 AÑOS, Y LA MISMA HISTORIETA” en el FELCO 2010 -
www.felcoargentina.com.ar -
MIERCOLES 19 de Mayo a las 19 hs en Yatay 334, Cap Fed.
¡Sin editores, sin la entrega de story boards, sin caretas de afuera que se sientan a juzgar si lo que hacés rinde o no en el mercado yanqui o europeo!La Secretaría de Cultura de la Nación reconoce la existencia de los historietistas ¡una vez cada 200 años! Mientras, los dibujantes y guionistas nos vemos forzados a la autoedición marginal, a publicar gratis en internet, a malvender nuestro arte a los editores de un casi inexistente mercado local.

FANZINES EN EL ACTONos encontramos en el marco del Festival Latinoamericano de la Clase Obrera (FELCO) para editar un fanzine colectivo, dibujando unas páginas bajo la consigna: “200 AÑOS, Y LA MISMA HISTORIETA”.Juntamos el material y editamos los fanzines para difundirlo por todo el FELCO y el mundo comiquero. También habrá charlas, proyecciones, algo de chupi, etc. Te esperamos.